Le pertenezco 24/7 por amor (Primero)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por servicial10.
Todo era cuestión de tiempo, al menos así me lo planteaba yo. Un sumiso maduro que tras mucho tiempo tratando de alcanzar la sumisión a nivel 24/7 llegué a conocer una mujer algo mayor que yo a la que me he entregado totalmente y con la que convivo desde hace ya unos años.
Nuestra principal característica como pareja es el poder decirnos todo lo que deseamos de una forma clara y directa. Yo le sirvo de una forma permanente tratándola como una Diosa y haciéndole sentir en todo momento la disponibilidad que ostenta sobre mi, su esclavo y perro.
El amor entre ambos se deja ver por donde vamos, ante nuestros amigos y conocidos. Todos nos envidian aún sin saber realmente el tipo de relación que mantenemos.
En casa le gusta que lleve siempre un collar en mi cuello con su nombre grabado en una placa. Como vestimenta Ella es la que se encarga cuando vamos de compras de adquirir aquello que le gusta que lleve puesto para su deleite. Dispongo de ropa interior femenina, casi siempre de color negro, bragas, fajas, sujetadores, corpiños, etc.; de la misma forma uso faldas, pantalones ajustados, etc. que Ella compra.
Ella no trabaja, yo lo hago para los dos, llegando a entregarle todo lo que poseo poniéndolo a su nombre para que siempre sea suyo. Cuando llego de trabajar siempre me tiene dispuesto sobre la cama de nuestro dormitorio el collar y la ropa que desea que me ponga. Así lo hago siempre y me presento a Ella para que me de su aprobación y mirar su sonrisa de satisfacción por poseerme y obedecer sin rechistar todo aquello que dispone.
Aquel día mientras comíamos estuvimos hablando de la posibilidad de contactar con alguien conocido suyo para sacar fuera de nuestro entorno privado el tipo de relación que mantenemos. Me dijo que había contactado con un matrimonio amigo suyo con el que anteriormente a estar conmigo había mantenido contactos esporádicos haciendo un trío con ellos.
– Les he hablado de nosotros, de nuestra relación, de ti, mi perro fiel, de tu entrega y de que estarías siempre dispuesto a hacer lo que te pidiera con tal de obedecerme y complacerme.
– ¡Mi Dueña!, de verdad deseas eso, siempre ha sido una fantasía entre nosotros pero nunca creí que lo llevaras a cabo.
– Pues ya ves que si, mi esclavo. He quedado en llamarles e invitarles a nuestra casa unos días. Tendría que ser en vacaciones o festivos, para así poder estar juntos todo el tiempo.
– Si realmente lo deseas, sabes que acataré tus deseos y los llevaré a cabo tal y como Tú te mereces y así hacerte sentir orgullosa de tenerme como tu esclavo en propiedad.
– ¡Bien mi perrito!. Cuando quede con ellos te lo haré saber.
– Gracias mi Dueña.
Esa misma noche, tras cenar y sentarnos juntos en el sofá…..
– ¡Voy a llamar a estos amigos!, ¿te parece bien, mi perrito?……. ja, ja, ja, no se para que te pregunto tu opinión si siempre será la Mía, ja, ja, ja.
– Si, mi Dueña.
Marcó un número de teléfono y puso el “manos libres” del teléfono para que escuchara yo la conversación a la vez que Ella.
– ¡Hola Laura!, ¿qué tal estáis?
– Bien, ¿y tú?
– Muy bien, aquí con mi perrito a mi lado.
– ¡Qué suerte has tenido!. Por lo que nos hablaste de él, es un auténtico esclavo entregado y convencido de su lugar ante ti. Esperamos conocerlo muy pronto. Desde que hablamos lo hemos estado imaginando y debe ser una gozada, tener un esclavo así.
– No os lo podéis imaginar, de verdad que lo es. Bien, he estado mirando fechas y se acerca un puente estupendo dentro de unas semanas que sería ideal para que vinierais a casa.
– Si, si, pero ocurre que mi marido en ese puente no podrá pues tiene organizado un viaje de trabajo desde hace tiempo y le es imposible aplazarlo.
– Bueno, en otra ocasión será, aunque si él no puede podrías venir tú. ¿Qué te parece?.
– Estupendo, tú y yo siempre hemos congeniado muy bien, ¿no te parece?.
– Si cariño. Entonces nos avisas en el vuelo que llegas y vamos a recogerte al aeropuerto, ¿vale?
– Muy bien, ya te llamo yo. Estoy deseando de que llegue ese puente para vernos de nuevo.
Durante el tiempo que pasó hasta la llegada de su amiga estuvo preparándome en las formas de como debía actuar ante ella…..
– Cuando esté aquí mi amiga la tratarás como lo haces siempre conmigo, serás igualmente su esclavo porque así yo lo deseo. La complacerás en todos sus caprichos y gustos. Como imagino que ella deseará en algún momento algo especial de ti, siempre que ella te lo pida deberás venir a mi y pedir mi aprobación. ¿Entendido, mi esclavo?.
– Si, mi Dueña.
Llegó el día en que su amiga estaría en casa…………….
– Recuerda que mañana a las cinco hemos de estar en el aeropuerto para recoger a Laura. Ten preparada la siguiente ropa: las medias con aberturas, la braga-faja negra que te compré y que aún no has estrenado y lo demás te lo prepararé yo en el momento de salir, jajajaajajajajajaj.
Llegué del trabajo, comimos y en seguida me dispuse a vestirme con la ropa interior que me había dicho mi Dueña. Después me puse un vaquero, un polo y mis zapatos. Creí estar ya preparado cuando mi Dueña me dijo……
– Espera, mi esclavo, te faltan algunos detalles. ¿Por qué has creído que te he mandado poner esa braga faja que te compré?. Bájate los pantalones y ponte en posición para mi.
Cuando Ella me mandaba poner en posición sabía perfectamente a que se refería. Dicha posición suponía ponerme a cuatro patas sobre la cama con el culo abierto, ofrecido y dispuesto para ella.
– Bien, perrito mío, relájate. No quiero ocasionarte ningún malestar.
Tomó el bote de lubricante y empezó con sus dedos a llenar mi culo de él, mientras frotaba con la otra mano mi pene y los testículos provocándome una erección como solo ella sabe hacerlo. Sus apretones hacían que mi ano se abriera dando acceso al plug anal que con suavidad iba introduciéndome. Una vez dentro de mi ano, tomó la cinta adhesiva ancha e hizo una cruz en mi culo para evitar que el plug pudiera salirse.
– Puedes ya subirte los pantalones esclavo.
Me puse de pie, subí los pantalones y cuando iba a arreglar mi polo metiéndolo por mis pantalones …..
– Te falta un detalle. No te metas aún el polo por los pantalones, súbetelo.
Me subí el polo y con sus uñas tomó mis pezones y los fue endureciendo con sus pellizcos y clavando sus uñas en ellos. Después pasó sus dedos por ellos y notándolos duros y muy hinchados…..
– Creo que ya están preparados. Voy a ponerte estas presillas en los pezones, quiero que estés muy guapo para cuando te vea Laura. Has de causarle una muy buena impresión a mi amiga.
Ya totalmente vestido nos fuimos al coche y al aeropuerto. En el camino pasaba constantemente sus manos por mi pecho…….
– ¿Te sientes cómodo, mi esclavo? – a la vez que apretaba con sus manos las presillas que aprisionaban mis pezones, causándome un dolor increíble, que sólo por ser ella era capaz de soportar – .
– Si mi Dueña, estoy muy bien, gracias por tratarme con tanto cariño, mi Ama.
Bajamos del coche tras aparcarlo en el aeropuerto y nos dirigimos hacia la zona de llegadas. Al andar me sentía como el plug anal se movía mi interior, diciéndoselo a mi Dueña y aprovechando ella para poner su mano sobre mi culo y apretar hacia dentro provocando un respingo de mi cuerpo al sentir como la punta del plug tocaba el final de mi ano.
– Si te sientes mal me lo dices, perrito, y entras al baño a quitártelo, aunque eso me produciría una tremenda decepción por tu parte, ja, ja, ja, .
– No mi Dueña me siento muy bien, no se preocupe por mi, de verdad.
– ¡Me alegro, no esperaba otra cosa de ti! – a la vez que me decía esto su mano se posaba sobre el pantalón y con dos de sus dedos presionaba en el lugar donde estaba el plug insertado en mi ano, provocando en mi una sonrisa de agradecimiento hacia Ella, como así le gustaba que fuera.
Sobre las cinco anunciaron la llegada del vuelo y nos apresuramos a la puerta de llegadas para verla cuando apareciera.
– ¡Allí está, Lauraaaaaaaa! ¿qué te parece mi amiga?
– Es muy guapa.
Laura era una mujer de más o menos la edad de mi Dueña, con un poco más de peso y entrada en carnes. Su vestimenta era muy ajustada con unas botas altas de tacón de al menos unos doce centímetros. Maquillada de forma elegante y con una sonrisa maravillosa. Nos saludó al vernos. Lo primero que hizo fue darme su maleta y dedicarse a mi Dueña dándose unos abrazos y unos besos muy intensos. Ya después se cogieron del brazo y yo, como sabía que correspondía a alguien como yo, iba detrás con su maleta y su neceser.
Era como si no existiera yo para ninguna de las dos. Charlaban, se reían, se miraban, se apretaban entre ellas haciéndome sentir lo que soy, su esclavo y perro fiel y obediente, que solo merezco lo que Ella desee darme.
Al llegar al coche puse sus maletas en el maletero del coche y les abrí las puertas traseras, ya que mi Ama me dijo que deseaban ir juntas atrás. Mientras llegábamos a casa no dejaba de mirarlas por el retrovisor como se acariciaban y tocaban diciéndose piropos mutuamente.
– Laura, ¿qué te parece mi esclavo?.
– A primera vista me gusta, mas tarde te diré si me llena como esclavo y satisface todas mis expectativas. Ja, ja, ja, ja, ja.
Llegamos a casa y ………………………………………….(continuará)
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