Les juro que, no estoy bravo con ustedes dos, después de todo fue a mí a quien le provocó probar que se siente cuando a uno le meten una verga.
Un chico luego de emborracharse, fumar marihuana y comer hongos le da por probar que se siente que le den por el culo y lo pongan a mamar verga..
Durante la escapada habíamos planificado desde hacía varias semanas, mis dos amigos y yo, conocíamos un campo, en el que había una laguna, con bastante vegetación en sus orillas.
Mientras que, al otro lado de la laguna, había una gran parte del terreno sembrado de pasto, y un gran número de vacas pastando.
Apenas llegamos nos pusimos a beber aguardiente a pico de botella, aparte de que también habíamos preparado unos cuantos cigarrillos de marihuana, por lo que, en cosa de poco tiempo, los tres estábamos bien borrachos y drogados.
En cierto momento se me ocurrió, quitarme toda la ropa, y tirarme a nadar a la laguna completamente desnudo, de inmediato mis amigos hicieron lo mismo, los tres nos encontrábamos dentro del agua, desnudos, nadando, y jugando.
Ya cansados de nadar, y de bacilar los tres nos fuimos a la orilla entre la abundante vegetación, y nos quedamos tirados sobre la orilla.
Estábamos fumando otro tabaco de marihuana, cuando de momento me le quedé viendo la verga a uno de mis compañeros, algo en eso me llamaba intensamente la atención, y mi amigo se dio cuenta de que yo miraba, su verga sin ninguna discreción.
Por lo que, por joder ante mis ojos comenzó a pasar su mano suavemente por encima de su verga, y a los pocos minutos, la agarró y comenzó a masturbarse, sin que yo le quitase la vista en ningún momento.
Nuestro otro compañero, también se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, así que también comenzó a pajearse con toda calma, en cosa de pocos minutos vi como sus vergas, como las cosas más preciosas del mundo, que además habían adquirido un mayor tamaño, y grosor.
Mientras que yo continuaba, observando las vergas de mis dos amigos, mientras que casi sin darme cuenta, yo también comencé a pajearme, pero a diferencia de mis dos amigos, en medio de la nota que yo tenía, sentía que mi miembro lo veía, y sentía apenas del tamaño de un pequeño botón.
Para mí en esos momentos, mi propia verga no tenía la misma proporción que los de ellos, ni era tan llamativa, ni tan especial como el de ellos dos, para mí en ese momento mi verga era simple y llanamente bastante insignificante.
Lo que en parte me produjo una gran envidia, a pesar de que los tres en realidad somos más o menos de la misma contextura, aunque uno de ellos dos es más bajito que yo.
Yo estaba de pie frente a ellos dos, como embobado admirando sus erectos miembros, cuando el otro que se encontraba más cerca de mí en la orilla, me preguntó “¿Quieres agarrármela?” Yo, me sentí de lo más contento al escucharlo decirme eso, y de inmediato me acosté a su lado, y con la mayor naturalidad, agarré su verga entre mis dedos.
Aún recuerdo que en medio de la gran nota que tenía encima, de inmediato se la comencé acariciar suavemente, al tiempo que, con mi boca a pocos centímetros de su colorado glande, viciosamente me relamía los labios, hasta que el mismo, sonriendo me dijo. “Si gustas dale una corta mamada.”
Yo que en mi vida había hecho algo similar, es más ni me gustaban los hombres, pero en ese instante me sentía tan, y tan feliz de que mi amigo quisiera que se lo mamase, que de inmediato coloqué mi boca sobre su verga, y la fui cerrando poco, a poco a medida que se la comencé a chupar.
Mi otro amigo el más bajito, que se encontraba a mis espaldas, con calma comenzó agarrarme las nalgas, con ambas manos, y como vio, o se dio cuenta de que a mí eso como que no me molestaba, lo escuché decirme. “Te quiero comer el culo.”
A lo que yo encantado de la vida, le dije. “Cuando quieras.” Y de inmediato, sentí sus manos nuevamente sobre mis nalgas, las separó, pero de momento sentí sus dedos embadurnados con algo de leche condensada, por todo el centro de la raja de mi culo, lleno de curiosidad volteé a ver, y me di cuenta que él, estaba derramando lo que aún quedaba de leche condensada entre mis nalgas.
Casi de inmediato sentí su lengua explorando mi esfínter, y el placer que sentí fue infinito, luego usando su propia saliva comenzó a enterrarme sus dedos en mi culo, provocando nuevamente un inmenso placer.
A los pocos minutos que fue introduciendo y sacando sus dedos dentro de mi culo, pero yo estaba concentrado en la sabrosa verga que tenía en mi boca, por lo que no me opuse a que continuase, por lo que al poco rato los extrajo completamente, y de inmediato sentí como su verga se fue abriéndose paso entre mis nalgas.
Por un corto instante, dejé de mamar la verga del otro, es más hasta me la saqué de la boca, por temor a mordérsela, aunque sus dedos dilataron en gran medida el hueco de mi culo, cuando me penetró con su verga, siempre me dolió algo.
Pero de inmediato continué mama que mama aquella verga que tenía dentro de mi boca, cosa que continué haciendo una vez que sentí toda la verga del otro dentro de mi culo.
Al principio ellos dos actuaban de manera algo tímida, pero a medida que yo seguí mamando, y dejando que me dieran por el culo, su manera de actuar se volvió un poco más, y más salvaje, al punto que hasta en varias de ocasiones el que me estaba dando salvajemente por el culo, me nalgueó fuertemente, sin que yo me molestase, o me opusiera a que lo siguiera haciendo.
Él fue el primero en venirse, sentí como con mayor fuerza me apretaba contra su cuerpo, hasta que sus fuertes movimientos se detuvieron, una vez que terminó de venirse por completo dentro de mi culo, sacó su verga y de inmediato se metió al agua, para lavarse.
Mientras que al que le estaba mamando su verga, me sujetaba con fuerza por el cabello, hasta que finalmente también se vino dentro de mí boca, y yo sin detenerme, seguí chupa que chupa, hasta que me tragué gran parte de su leche.
Al igual que el primero, una vez que sacó su verga de mi boca, entró al agua, mientras que yo me quedé tirado en la orilla viéndolos a ellos dos, y masturbándome placenteramente.
Al poco rato me levanté, y al igual que ellos entre también al agua, ninguno por un buen rato hizo comentario alguno de lo que habíamos hecho, yo mientras me retiré un poco de ellos, y expulsé lo que mi amigo me había dejado dentro de mi culo.
Pero al regresar a la orilla, me preguntó que me había pasado, yo le dije que no lo sabía, solo que me provocaba hacer lo que hice, mi amigo aun algo incrédulo, me preguntó. “Pero no estás bravo con nosotros por eso, digo por haberte dado por el culo.”
Yo le respondí honradamente que no, es más hasta le dije, que lo había disfrutado muchísimo, y acercando mis labios a los suyos lo besé en la boca, y luego le dije que, si querían volver hacerlo, yo estaba dispuesto a complacerlos.
Los dos se vieron, y como que no creyeron lo que les estaba diciendo, mi otro amigo me dijo. “Yo quisiera ahora darte por el culo a ti.” y sin más ni más me puse en cuatro, parando mis nalgas apuntando hacia él.
Pero como su verga no estaba bien parada, por lo que le hice señas de que me la pusiera en la boca, para que yo se la volviera a mamar un poco, y de esa manera a los pocos segundos se le volvió a poner lo suficientemente dura como para empujármela por el culo, con la ayuda de algo de su propia saliva.
El otro, espero a que nuestro amigo, me tuviera bien clavado, y colocó su hermosa verga frente a mi boca, la que yo sin demora alguna me dediqué a mamar por un buen rato.
En cierto momento comentó uno de ellos. “Pareces un pollo asado.” me tenían como a un pollo a la vara, y el otro casi se muere de la risa, mientras que yo movía mis nalgas buscando un mayor placer, y chupaba desesperadamente la verga que tenía dentro de mi boca, hasta que nuevamente lo hice acabar, tragándome toda su leche.
Mi otro amigo, siguió clavándome divinamente su verga hasta que volvió a venirse, pero dentro de mi culo, al finalizar ambos se volvieron a meter en la laguna, mientras que yo me pajeaba viéndoles sus ya apagadas vergas.
Después de un corto rato yo finalmente me vine, y de inmediato nuevamente me metí al agua, me lavé el culo, y regresé a tirarme en la orilla, habíamos prendido otro tabaco, cuando nuevamente uno de mis amigos, me preguntó que me había pasado, y nuevamente le dije que simplemente me había provocado hacer eso.
Ellos dos se quedaron tranquilos mientras seguíamos fumando, pero al terminar, sentimos que un vehículo se acercaba, por lo que mis dos amigos agarrando su ropa salieron a esconderse entre las matas, ocultos entre la vegetación vieron a un tipo en un Jeep, que llegó justo donde yo me encontraba tirado en la orilla de la laguna, completamente desnudo.
Era un hombre de unos cuarenta años, quemado por el sol, que al verme se bajó del Jeep, y como si estuviera regañándome me preguntó que yo hacía en ese sitio.
Yo viendo que mis amigos se habían escondido, y que él por lo visto no se había dado cuenta de la presencia de ellos, le dije. “Estoy tomando el sol.” y al decir eso, di media vuelta, y quedé recostado boca abajo, y con las piernas bien abiertas sobre la arena, mostrándole de manera descarada mis nalgas.
Todavía con un tono de vos bien alterado me dijo. “Es que no puede estar aquí, y menos así sin nada de ropa, mostrándome sus nalgas.” Yo noté la manera en que me las miraba, separando un poco mis piernas le dije. “Es que aparte de tomar el sol, hago un ejercicio.”
El tipo se me fue acercando, y ya en otro tono de voz con algo de curiosidad, me preguntó. “Y qué tipo de ejercicio es ese, que tiene que estar completamente desnudo.” Yo separé más las piernas, y levantando las nalgas, le respondí en un tono de voz algo meloso y aflautado. “Es yoga.”
De inmediato continué diciéndole. “Es para endurecer mis nalguitas, y mantenerlas paraditas.” y al decir eso, apreté las nalgas de manera corrida varias veces, fue cuando noté en sus ojos un brillo que me convenció de que en cualquier momento lo tendría sobre mí.
El tipo ese sacó una navaja, pero antes de que me dijera algo, le dije. “Si tú quieres puedes hacerme lo que se te antoje, que yo no me voy a oponer, por lo que no es necesario que saques esa navaja.”
Al él escuchar eso, guardó la navaja, se bajó el pantalón, y manoseando su verga me la fue acercando a mis nalgas, en cosa de pocos segundos, ya me tenía bien clavado, y mientras que yo movía mi culo como si fuera una batidora, él no cesaba de meter, y sacar su verga de mi cuerpo.
Hasta que en cierto momento le propuse que cambiásemos de posición, por lo que yo me tendí sobre la arena separé, y levanté mis piernas, al tiempo que él me sujetaba por los tobillos, y nuevamente me clavaba su sabrosa verga dentro de mi culo, eso me permitió ver como su miembro mucho más grande, y grueso que el de mis dos amigos entraba, y salía de mi culo una y otra vez, hasta que finalmente se vino, momento que yo aproveché para ponerme a mamar su verga.
Al terminar me dijo, que cuando yo quisiera volver a bañarme en la laguna, nada más me dejase ver por él, tras lo cual volvió a montar en su Jeep y se retiró.
Después de eso me volví a lavar las nalgas y expulsar lo poco que él me había dejado dentro, me enjuagué la boca, y lavé mi cuerpo, después me vestí, y en el camino me volví a encontrar con mis amigos, que vieron como el tipo ese me dio por el culo.
Al día siguiente, cuando me preguntaron nuevamente que me había pasado les dije «Les juro que, no estoy bravo con ustedes dos, después de todo fue a mí a quien le provocó probar que se siente cuando a uno le meten una verga por el culo.»
Después de eso he vuelto a fumar y beber aguardiente, y siempre con el mismo resultado, me han vuelto a provocar que me den bien duro por el culo, y ponerme a mamar verga.
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