Lo que me preguntó el policía fue. “¿Te comieron el culo, ¿verdad?” al quedarme en silencio, de inmediato supieron que eso me había pasado.
Un joven fue secuestrado, pero al darse cuenta los delincuentes que no tenía dinero decidieron comerle el culo u ponerlo a mamar sus vergas, lo que estuvo haciendo completamente desnudo por varios días hasta que lo liberaron..
Yo salí de mis clases, e iba en camino a la casa de mis padres, cuando me secuestraron varios tipos, a los que apenas y pude ver, ellos me empujaron dentro de una camioneta, además no tan solo me taparon los ojos, sino que además de amordazarme, me ataron los brazos atrás, dejándome por completo inmovilizado.
Al poco rato, uno de ellos se dedicó a revisar mis bolsillos, encontrando mi cartera, al revisarla se dieron cuenta de que aparte de que no tenía dinero, de inmediato también se dieron cuenta de que habían cometido un error, ya que por lo que los escuché, me habían confundido con otra persona.
Al escucharlos hablar, pensé. “Qué bueno que se dieron cuenta a tiempo, ahora espero que me suelten.”
Pero no fue así, el vehículo continuó su camino, fue donde sin dejarme ver nada, a empujones me hicieron bajar del vehículo, y aun estando atado, me llevaron dentro, de una casa.
Me quedé tirado en el suelo, esperando a ver qué era lo que pensaban hacer conmigo, no fue hasta que debió haber llegado otra persona que aparte de que los regaño, les dijo. “Ahora que hacemos con este tipo, si lo soltamos ahora, de seguro va directo a la policía a contarles todo.” Otro de los tipos dijo. “Él no sabe, ni quiénes somos, además lo podemos dejar aquí, y luego lo soltamos.”
Fue cuando un hijo de puta, de voz chillona dijo. “Mejor le damos un tiro, lo dejamos aquí encerrado, hasta que se pudra, además nadie lo va a encontrar en mucho tiempo.” Si en ese momento yo estaba asustado, cuando escuché al hijo de puta ese, decir esas palabras, me entró un pánico tremendo de que me fueran a matar.
Sin llegar a quitarme la venda de los ojos ni desatarme, me dejaron tirado en el piso. Los escuché salir, mientras continuaban discutiendo entre ellos, qué hacer conmigo, fue cuando uno de ellos, dijo, mientras se alejaba. “Por lo menos si fuera maricón le pudiéramos comer el culo.”
Hasta esos momentos, en mi vida, ni tan siquiera había llegado a pensar en tener sexo con otro hombre, y mucho menos que a mí me fueran a dar por el culo.
Pero ante la amenaza real, de que me fueran a pegar un tiro en la cabeza, o yo me dejase dar por el culo, les aseguro que no me costó mucho trabajo, el tomar la decisión de que si para seguir viviendo, debía dejar que me dieran por el culo, o hacer cualquier otra cosa que a ellos se les ocurriera.
Así lo haría, al fin y al cabo, en esos momentos, yo no pensaba salir corriendo a contarle a todo el mundo, que un grupo de tipos, me habían comido el culo, por lo que cuando tras pasar un largo rato, ellos regresaron, volví a escucharlos preguntarse entre ellos que hacían conmigo.
En ese instante uno de ellos, el de la voz gruesa, diciendo. “Voy a quitarle la mordaza, a ver si nos da alguna idea.” Y mientras los otros se reían, el tipo ese de la voz gruesa, me arrancó la mordaza, casi de inmediato, yo comencé a decirles, de manera desesperada. “Por lo que más quieran, háganme lo que ustedes quieran conmigo, pero no me maten, no me hagan daño, yo hago lo que quieran, pero no me maten.”
Así que mientras yo repetía esas palabras una, y otra vez tratando de convencerlos, de que no me fueran a matar, el resto de ellos se reía con fuertes carcajadas, hasta que el jefe, dijo. “Ya lo escucharon chicos, podemos hacerle lo que nos dé la gana.” en ese instante, tanto yo, como ellos callamos, mientras que él continuó, diciendo. Tras escuchar el ruido que hace un arma cuando la carga, me preguntó. “¿Sabes que es ese sonido?”
Con voz casi inaudible le respondí que sí, y el continuó hablando. “Ya sabes si haces el menor intento por escapar, me vas a obligar a darte un tiro.”
Evidentemente para mí, fue bien claro el mensaje, de inmediato, me dijo. “Desátenlo, y quítenle la venda de los ojos.” Yo antes de que alguien se me acercase a soltar las sogas con que me habían atado, les dije. “No me quiten la venda de los ojos, así no sabré nunca quienes son ustedes, por lo que aunque yo quisiera jamás los podría identificar.”
Eso desde luego que eso que dije, les pareció bien razonable, a quien fuera que estuviera en ese lugar, no bien pasaron unos cuantos segundos, que esa misma voz me dirigiéndose a mí, me dijo. “Ahora lo que todos nosotros queremos, es que te quites la ropa. Y una vez que lo hayas hecho, quiero que te arrodilles, para que comiences a mamar mi verga.”
En ese instante pensé. “Es mejor que digan aquí le rompieron el culo, y lo pusieron a mamar, a que digan aquí murió.” Así que, tímidamente, y mostrando que me encontraba en esos instantes sumamente asustado, me arrodillé.
Colocándome de rodillas frente a quien sabe quién, comencé a quitarme, todo lo que llevaba puesto en esos momentos, hasta quedar del todo desnudo, entre ellos.
Ya cuando quedé completamente desnudo, ese mismo tipo, dijo. “Quiero que te pongas a mamar mi verga.” Así que procurando no hacerlo enfadar, comencé a levantar mi mano derecha, cuando me topé con las piernas de ese tipo.
Tanteando con mis manos, lentamente fui subiendo guiándome por el filo de su pantalón, y de esa manera, fácilmente localicé su miembro, procurando no pensar en lo que yo estaba por ponerme hacer.
Abrí mi boca, y tras tener su miembro entre mis manos, lo fui dirigiendo poco, a poco en dirección a mi boca. continuamente, y de manera repetitiva me seguía diciendo mentalmente a mí mismo. “Es mejor que me ponga a mamar, a que me metan un tiro en la cabeza.” No bien me había dirigido su verga dentro de mi boca, que me puse a mamar.
Al principio, no dejé de escuchar, a uno que otro de los presentes decir, que yo tenía un lindo culito, por lo que supe que, en cosa de pocos momentos, de seguro alguno de ellos me estaría penetrando, por lo que me seguí diciendo lo mismo.
El tipo al que le estaba mamando su verga, prácticamente me estaba ahogando con ella, pero mi temor a que se molestase conmigo, hizo aguantarme hasta las ganas de vomitar, pero al parecer no contento con eso, me dijo mientras que yo continuaba mama que mama. “Estas muy seriecito, quiero que te portes como una mujer o por lo menos como un verdadero mariconcito.”
En mi mente visualice lo que estaba haciendo, me veía del todo desnudo con la venda en los ojos, arrodillado frente a un tipo sin rostro alguno, mamando su verga, de manera muy mecánica.
De inmediato comencé a verme, o visualizarme, aunque en la misma posición, y frente al mismo tipo sin rostro, pero actuando, como si eso de estar mamando su verga me gustase, sacándomela de la boca, y mientras la mantenía sostenida entre mis dedos, con voz femeninamente aflautada, le decía. “Hay papi, que cosa más rica tienes.”
En ese momento, comencé actuar de la manera en que él me lo había ordenado, tratando de hablar de manera femenina, y sacando su verga de mi boca, y mientras la sostenía entre mis dedos, le decía, algo similar a lo que había pensado.
Con mi lengua, y mis labios, lamí y besé de manera repetida la cabeza de su verga, para luego volver a introducirla dentro de mi boca, para seguir mamándosela, como si realmente eso me gustase, yo estaba de lo más concentrado en continuar mamando, chupando, lamiendo, y hasta besando su verga.
Cuando uno de sus compañeros, dijo. “Ves ahora si me provoca comerle el culo al maricón este.” De inmediato sentí que un par de manos me agarraban por la cintura, haciendo que me levantase del piso, mientras aun continuaba mama que mama.
En mi mente vi claramente todo, como después de hacer que me pusiera de pie, y aun con el torso inclinado hacia adelante, mientras continuaba mamando la verga al primero, el segundo tipo, con sus pies, me obligó a que separase las piernas.
Sus manos las sentí agarrando mis nalgas, una y otra vez, al tiempo que decía, la verdad es que tiene un culito provocativo, sentí que me dio una ardiente nalgada, sumisamente, y por el temor a que no me fueran a meter un tiro, si me ponía machito, continué mamando, dejando que ese segundo tipo hiciera con mi culo lo que se le antojase.
A los pocos segundos sentí esa cosa, dura y caliente, presionando contra mi apretado esfínter, y fue cuando lo escuché decirme. “Si quieres que te duela, y que te rompa el culo de verdad, sigue poniéndolo bien duro, que como sea te voy a meter mi verga. Pero si prefieres, relájate, para que no te duela tanto, y quizás hasta lo disfrutes.”
Casi como por arte de magia, caí en cuenta de que me encontraba sumamente tenso, por lo que procuré relajarme, sentí sus dedos llenos de su propia saliva seguramente, embadurnando mi apretado esfínter, introduciéndolos lentamente, mientras que yo me decía a mi mentalmente. “Tú no eres maricón, haces esto, única, y exclusivamente para que no te vallan a amatar metiéndote un tiro en la cabeza.”
A los pocos segundos, los dedos los sustituyeron nuevamente por su verga, fue cuando comencé a sentir como lentamente comenzó a penetrarme, tomándome por la cintura, apretándome contra su cuerpo, su verga se fue abriendo paso dentro de mi cuerpo.
El dolor era poco menos que insoportable, pero ante el temor de recibir un tiro, continué aguantando, y mamando, así que llegó el momento en que mientras a uno le mamaba su verga, el otro me tenía bien clavado por el culo.
No deje de recibir esas ardientes nalgadas, una y otra vez, hasta que, de manera quizás involuntaria, comencé a mover mis caderas, lo que a su vez me hizo sentir algo que jamás u nunca había sentido.
A medida que seguí mama, que mama, y moviendo mí culo para satisfacer al segundo de los secuestradores, en parte aun, y a pesar de lo asustado que me encontraba, comencé a sentir algo nuevo, y bien raro, ya que comencé también en gran parte a disfrutar de lo que me estaban haciendo.
Así que a medida que ocasionalmente dejaba de mamar, para mantenerlos a ellos dos contentos, les decía en un tono de voz bien afeminado, lo mucho que todo eso me estaba gustando.
De momento al tipo que le mamaba su verga comenzó a venirse prácticamente dentro de mi garganta, por lo que, para evitar las náuseas, casi de inmediato me tragué gran parte de su leche, hasta que él finalmente, bien contento sacó su verga de mi boca.
Yo aun no me había hecho a la idea de que me había tragado, casi de manera voluntaria, toda la leche de ese tipo, cuando de momento me topé con otra verga frente a boca, quizás algo más pequeña, pero un verga, al fin y al cabo.
Así que, tratando de satisfacer a su dueño, a medida que la fui agarrando entre mis dedos, y antes de introducirla en mi boca, comencé a lamerla, al tiempo que el otro tipo continuaba dándome salvajemente por el culo.
El resto del tiempo que estuve secuestrado por esos tipos, en infinidad de ocasiones, ellos no me obligaron a que continuase dejando que me dieran por el culo, o que les mamase sus vergas, mientras que yo actuaba así porque había descubierto que eso realmente me gustaba.
Permanecí encerrado en ese lugar como una semana, en el que perdí la cuenta de las veces que me dieran por el culo, o me pusieran a mamar, finalmente, sin llegar quitarme la venda de mis ojos, me han sacado de ese sitio, y tras ser montado en un vehículo por espacio de más de una hora, me dejaron tal, y como me encontraba, o sea desnudo sin nada de ropa, y con mis ojos vendados, en medio de una vieja, y poco usada carretera, a eso de la media noche.
Apenas sentí que el vehículo en el que me había traído, hasta ese lugar se había marchado, esperé unos pocos minutos, y me quité la venda de los ojos, todo mi cuerpo olía, a sexo, sudor, y semen de hombre.
Caminé por la desolada carretera por un largo rato, hasta que un conductor al verme andando desnudo llamó a la policía, cuando ellos llegaron, y les conté que unos tipos, me había secuestrado, lo primero que me preguntó uno de los policías fue. “¿Te comieron el culo, ¿verdad?” Y ya saben lo que dice el dicho, el que calla otorga, por lo que, al quedarme callado, sin que yo dijera más nada, ellos entendieron que eso había pasado.
Al regresar a casa, aparte de mis padres, a nadie le comenté lo sucedido, procuré que mi vida continuase siendo de lo más normal, hasta que, a los pocos días, comencé a darme cuenta, que, de manera casi involuntaria, mi mirada se me iba tras las vergas de algunos de mis compañeros de clase.
Eso en ocasiones, hasta me hacía sentir, incomodo conmigo mismo, y casualmente un fin de semana, estando en el club, al entrar al baño para darme una ducha, de frente me encontré a otro socio, que en ese instante secaba su cuerpo con una toalla, ya que seguramente terminaba de darse una ducha.
Ambos nos quedamos viéndonos directamente a los ojos, pero a diferencia de otras muchas ocasiones en que me pudo haber ocurrido eso, bajé la mirada hasta clavarla en su miembro, y dejando caer mi toalla, di media vuelta, dándole por completo mi espalda, cerré la puerta del baño, y sin decirnos nada en lo absoluto, esperé.
No por mucho tiempo realmente, ya que en cosa de segundos sentí sus húmedas y enjabonadas manos primer sobre mis hombros, y luego sus dedos entre mis nalgas, casi de inmediato sentí su duro y enjabonado glande pegado a mis nalgas, yo me incliné ligeramente, y en cosa de un momento ya me encontraba siendo felizmente penetrado por él.
A quien no tan solo dejé que me penetrase, sino luego de haber descargado toda su leche dentro de mi culo, yo de manera voluntaria, tomé su miembro entre mis dedos, y tras lavárselo dentro de la ducha, con agua y jabón, lo dirigí a mi boca, para dedicarme a mamar por un buen rato.
Después de ese primer encuentro, con él siguieron otros, y a otros socios del club, a los que ayudé también a liberar su estrés, eventualmente comencé a usar ropa femenina, luego dejé de estudiar, y me matriculé en un curso de peluquería, ya que me hacía sentir mucho más feliz el trabajar en eso.
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