LOS HERALDOS DE LA LUJURÍA XI
Hace su entrada Osuel “Viento de las Mareas” a quebrar voluntades y arrojar sus víctimas al foso del placer y la lujuria, nada será lo mismo a su paso. .
En el salón de la lujuria retozando sobre la gran cama redonda con sabanas negras se encontraban haciéndose mimos Ahron, Emenel, Isiel y Lucifer todos desnudos y disfrutando de sus cuerpos mientras bebían, miraban por el espejo enjoyado como ahora Marco Antonio salía con regularidad de cruising buscando a quien dar y quien le dé placer. Después del encuentro con Isiel se había convertido en un hábido mamador y su casa ya había sido visitada por varios machos del pueblo que descubrieron las delicias del sexo entre machos con el semental maduro y otros con experiencia en este tipo de encuentros habían matado las ganas en los brazos del delicioso Marco Antonio. Lo que sí bien es cierto, es que nunca más volvió ni se sintió solo, siempre tenía compañía masculina.
En ese instante, entró al salón Osuel “viento de las mareas” al ver a sus hermanos y padre disfrutándose unos a otros su largo pene dio un cabezazo, realmente era una imagen muy erótica, llevaba puesta la túnica de andar en casa, una suave seda semi-transparente que dibujaba sus hermosas formas y las dejaba entre ver. Su padre Lucifer lo miro con codicia y deseo y expresó:
L: mi amado hijo, como siempre hermoso, ven a mis brazos. – y abrazó a su amado y preferido hijo y deslizó su mano por encima de la túnica desde la musculosa espalda hasta las redondas y duras nalgas las cuales amasó a placer-.
L: aquí tienes tu encomienda, estoy seguro que al igual que tus hermanos la misma será exitosa. –dijo entregando un sobre nacarado con su sello personal
O: así será padre pierde cuidado. –tras lo cual dio vuelta no sin antes echar una última imagen a la escena que conformaban sus hermanos y padre, pero tenía trabajo que hacer-
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José Daniel, era lo que se conoce como un buen muchacho, era un joven espléndido de 24 años, había terminado la secundaria pero las necesidades en casa lo llevaron a abandonar los estudios y ponerse a trabajar, no podía seguir permitiendo que su mamá se partiera el lomo trabajando de sol a sol para mantenerlo a él, ya era hora de tomar las riendas y asumiendo el rol que le correspondía, se enfrentó a su madre para decirle que no iba a asistir a la universidad y que debía ponerse a trabajar no podía permitir que ella siguiera haciéndolo, ya la edad estaba pasando factura al cuerpo de su madre y era hora de entregar esa responsabilidad a él como hijo y dejar que ella se quedara en casa descansando y ocupándose del hogar.
A pesar de las quejas y discusiones, José Daniel logró imponerse y sin más empezó a trabajar, Vivian en una de las zonas de la periferia de la ciudad y no se podía decir que fuera una zona tranquila, allí había delincuencia y bandas que merodeaban por el sector y trataban de controlar la zona como tal. José Daniel siempre se mantuvo al margen de este tipo de agrupaciones pandilleras, entraba y salía de su casa dedicándose a lo que debía, como lo es, primero estudiar y ahora trabajar, se mantenía bajo perfil sin hacerse notar mucho. Sin embargo, había alguien que en silencio lo observaba y ese no era otro que Osuel, diariamente observaba al bien portado de José Daniel, tenía el propósito de seducirlo, en principio era su misión debía cumplir con la tarea encomendada, pero ésta la iba a disfrutar enormemente, José Daniel, era demasiado niño bueno y eso lo seducía, le daba demasiado morbo corromperlo, ensuciarlo, de sólo pensar en hacerlo su ya morcillona verga empezaba a endurecer, pero debía tener cautela, él era pandillero y no sólo eso, era el líder de la banda, esa condición hace por si sola que “el niño bueno” se aleje, por lo tanto, tendrá que idear un plan para acercarse sin tener que abordarlo abruptamente y ya tiene ideado un plan para ello.
José ‘Daniel, era lo que se puede decir un chico guapo, sobre su carácter se puede decir que era dócil y suave sin ser amanerado, había sido criado con mucho sacrificio por su madre la cual le inculcó el valor del respeto a las demás personas, la tolerancia, la amabilidad y la cortesía. Siempre se dejó guiar por su madre y procuraba no ocasionarle el menor disgusto. Físicamente José Daniel era un muchacho de 20 años, de buen cuerpo por practicar deporte, lo cual le dio buenas piernas y poseedor de un culo redondo parado y suave que heredó de su madre, su piel es clara bañada de suave y liso vello negro por todo su cuerpo. Ese día venía del trabajo y estaba particularmente cansado, cortó camino como siempre por un callejón que lo desembocaba a una (1) cuadra de su casa, era ya de noche a medio camino en la oscuridad vio encenderse una candela de un cigarrillo, situación que lo puso alerta pero estaba muy cerca de ella para devolverse, fue esa señal lo que le indicó la presencia de una persona, su primera reacción fue ponerse alerta pero luego recordó que toda la vida había vivido allí y conocía a todos los maleantes de la zona, con algunos de ellos había prácticamente crecido, se relajó un poco y siguió caminando. El maleante que se encontraba en la oscuridad salió a su paso y le cortó el camino:
M: Epa niño bueno cómo estás a dónde vas?.
José Daniel percibió su aliento a alcohol y a hierba…
JD: hola bien… voy a casa, vengo del trabajo. –dijo JD nervioso, sabía que estaba intoxicado por alcohol y drogas y aunque lo conocía desde siempre en el barrio, estaba consiente que en ese estado poco reconocía su entorno, así que decidió manejar la situación con tacto- habían sido muchas las veces que había visto a ese personaje merodear por el barrio pero ninguno de los dos se percataba de la existencia del otro. Poco a poco el maleante se le fue encimando al hablarle y él poco a poco retrocediendo hasta que chocó su espalda con una pared, el maleante al saberse controlador de la situación extendió una mano y la apoyó de la pared, cercando a José Daniel.
M: de verdad me gusta verte…ufff vaya que hueles rico –acercándose a su cuello, casi besándolo-
JD: mira me parece que mejor lo dejamos hasta aquí y cada quien agarra su camino, yo voy a mi casa vengo de trabajar.
M: tranquilo niño bueno, lo que quiero es saludarte, saber cómo estás, quizás pasarla rico un rato no te parece?
En eso de la nada, José Daniel ve como aparece otra figura grande corpulenta, lo cual hace que su miedo aumente, ahora si temía por él, cuando ese hombre grande y corpulento sale un poco a la claridad se da cuenta que es Osuel, lo conoce desde hace tiempo de allí del barrio, sabe que es el jefe de la pandilla y se le conoce como un hombre rudo y cruel, esa aparición no hace más que aumentar sus temores, en eso Osuel observa la escena y dice:
O: culebra vete de aquí, no molestes al amigo, es gente decente y trabajadora, no quiero que te metas con él…lárgate de aquí.
C: está bien jefe, por lo visto me equivoqué de presa, es todo suyo, no lo volveré a molestar…
O: eso espero.
En eso culebra da un paso atrás y se marcha, ante todo esto, José Daniel se da cuenta de lo sucedido y aún está paralizado, no entiende muy bien qué sucedió, sólo sabe que aún no está fuera de peligro, la presencia de Osuel lo intimida, ese hombre enorme ejerce una extraña sensación en él, no sólo le causa miedo sino también excitación, es demasiado atractivo como para no notarlo, este pensamiento le es extraño, no se considera gay aunque su experiencia hétero es prácticamente nula, sólo unos cuantos acercamientos con compañeras de la escuela, pero no puede apartar la vista del cuerpo de Osuel y la marcada silueta de su pene a través del apretado pantalón.
Todo lo anterior, fue captado por Osuel quien dentro de sus habilidades está el leer la mente de las personas, sonrió para sí ante tal pensamiento, todo se iba dando tal cual lo había planeado, la situación con culebra era una treta de él quien había planeado toda la situación para acercarse de manera natural a José Daniel e irse ganando su confianza y mejor aún leer su mente e ir insertando pensamientos e ideas en él para su beneficio.
Ya habiendo perdido de vista al Culebra, Osuel se acerca a José Daniel, y colocando una mano entre su cuello y cabello acerca su cara y cuerpo a José Daniel y le dice:
O: No temas, nada te va a pasar, nadie más te va a molestar, ni se va a meter contigo, de eso me voy a encargar yo. Aunque no me veas, siempre te estoy observando y cuidando tus pasos, disculpa si te sientes acosado pero no puedo estar alejado de ti, siempre estoy cerca de verdad disculpa esa.
JD: no tengo nada que disculparte, gracias por la atención que me haces de verdad te lo agradezco.
O: te disgusta lo que hago?
JD: en realidad no…
O: te agrada?
JD: sí… -dijo José Manuel bajando la mirada-
Este parlamento había excitado sobre manera a Osuel, el sentir la sumisión de José Daniel, lo había llevado a niveles máximos de excitación y su verga palpitaba endurecido, presa en el pantalón que llevaba.
Poco a poco, Osuel se iba a acercando cada vez más a José Daniel, ya éste no tenía a donde escapar la pared estaba en su espalda, Osuel pegó su cuerpo completamente al de José Daniel y pegando su boca a la oreja de este le dijo:
O: siente como estoy por ti y para ti. –dijo esto frotando su cuerpo contra el del joven que no hacía otra cosa que jadear y temblar de excitación.
José Daniel pudo sentir el duro y musculoso cuerpo de Osuel frotándose contra el suyo, pudo sentir su calor y más allá de eso pudo sentir la dureza y longitud de su pene, duro, rotundo, enorme y muy caliente. Nunca en su vida había estado tan excitado, además de eso, el contacto de los labios gruesos y húmedos de Osuel en el lóbulo de su oreja desató una corriente eléctrica por todo su cuerpo que jamás había sentido. Todas estas sensaciones eran nuevas y sintió miedo de perder el control de sus actos y cometer una locura que fuera en contra de sus valores y principios.
Colocando una mano en el pecho de osuel, dijo:
JD: yo me tengo que ir (dijo titubeante).
O: sí entiendo que todo esto es nuevo para ti, pero no te preocupes, no te dejes abrumar, sólo date la oportunidad de vivirlo, experimentar y sentir lo que estás sintiendo, por lo pronto vete conversamos luego.
Osuel dijo esto abriendo espacio a José Daniel quien se marchó presuroso. Caminó muy rápido, casi corrió y jadeante y muy rojo llegó a su casa, su madre notó la turbación de su hijo y le preguntó qué le pasaba, éste le contestó que nada, que tenía calor. Rápidamente se metió en su cuarto se quitó la ropa y se metió en su baño a darse una ducha. Poco a poco dejó que el agua caliente cayera en su cuerpo y sintió cómo sus músculos se iban relajando pero su excitación aumentaba, se unto gel de baño en todo el cuerpo y se empezó a acariciar, ya a estas alturas José Daniel estaba conectado a Osuel, todos sus pensamientos eran percibidos por éste y la escena que se estaba llevando en el baño no pasó desapercibida para Osuel, en ese momento sentado en un banco de la plaza con sus compinches percibió el deseo y pensamiento del joven, y poco a poco fue tomando control de su mente y le iba hablando, ideas que pensaba José Daniel eran suyas pero en realidad eran mandatos de Osuel tomando control del joven virgen ardiendo en deseo.
Tócate le dijo Osuel, acaricia tu pene, y JD iba acariciando su cuerpo frotó su pene duro por demás y empezó una paja lenta como nunca había realizado. Ambos hombres tenían en común que estaban como en trance, la mirada fija sin parpadear, sólo conectados por el pensamiento.
Masajea tus nalgas con mucho jabón, volvió a ordenar Osuel, JD sin dudar llevó su mano libre y jabonosa a masajear sus nalgas, todo ello mientras se pajeaba lentamente. Acaricia tu entrada con el dedo lleno de jabón; JD hace lo propio y acaricia su ano con el dedo enjabonado, todo esto sin dejar de pajearse y oleadas de placer van recorriendo su cuerpo. Piensa que todo eso te lo estoy haciendo yo Osuel; y ante ese pensamiento JD cerró los ojos y se imagina recibiendo esa caricia prohibida de ese hombre enorme tan desconocido como excitante para él.
Mientras eso ocurre, a una distancia no tan larga en medio de una plaza sobre un banco sentado se encuentra Osuel, rodeado de sus compinches, ajeno a lo que sucede a su alrededor, su mirada es penetrante y fija a la nada sin parpadear, dando órdenes a JD y con su pene muy duro bajo su apretado pantalón. Esta situación no pasó desapercibida por culebra, quien en secreto siempre ha deseado a Osuel, la visión de su erección le hizo agua la boca y le puso a latir el culo de deseo, él sabía que era un imposible, ya que el jefe nunca dio señal de inclinación ni siquiera bisexual y ya tenía información de lo bien dotado que estaba el jefe.
Poco a poco culebra se fue acercando a Osuel, quien debido al trance en que se encontraba no percibió su cercanía y con voz melosa le dijo:
C: Jefe estás bien?…puedo hacer algo por ti?…
Osuel salió del trance y lo tomó del brazo, al momento de hacer contacto lo leyó…, leyó su deseo, las ganas que tenía culebra de que lo hiciera suyo. Se levantó como un resorte y con voz autoritaria le dijo:
O: sí puedes hacer algo por mí, sígueme… -y emprendió la marcha ante la mirada de extrañeza de todos, culebra se puso en pie y siguió a su jefe quien se dirigió hacia un costado de la plaza a un oscuro callejón-
Al entrar al callejón, Osuel se giró y tras él muy cerca venía culebra, lo tomó por la pechera de la camisa y lo estampó contra la pared ante la mirada de sorpresa y miedo de culebra, pegó su cuerpo y le hablo muy cerca de la cara:
O: sé que deseas esto…
Osuel se inclinó y comió la boca de culebra, ante la sorpresa y excitación culebra gimió en su boca, la larga lengua de Osuel invadió su boca y sintió la misma reptar dentro su cavidad, ese beso intenso casi lo hizo correrse en ese instante. Osuel necesitaba descargar en ese momento, JD lo tenía de más de excitado pero sabía que no era el momento de estar con él pero ya vendría ese instante mágico donde podría hacerlo suyo. Mientras besaba a culebra, Osuel fue recorriendo la espalda del joven a quien le comía la boca, nunca había reparado en él pero el magreo y esta nueva caricia descubrió un cuerpo firme y tonificado lo cual le sorprendió, pero mayor fue su asombro cuando llegó a las nalgas del joven y descubrió con sus manos un culo firme, redondo, duro y suave, no tan grande como el de su deseado JD, pero si redondo y de buen tamaño, este descubrimiento lo hizo gemir en la boca del culebra y lo llevó a profundizar la caricia.
Ante todo esto culebra no podía salir de su asombro, como en un instante sus deseos más profundos se hicieron realidad y se abandonó a disfrutar las caricias que recibía y levantó las nalgas en señal de aceptación y busco ese dedo que ya recorría su raja interculinea buscando el deseado botón que ya palpitaba de deseo. Osuel acarició ese culo con hambre, con gula, con deseo, su pene casi reventaba su pantalón de la presión que ejercía en él; no aguantado más, mientras seguía besando a culebra soltó su pantalón y liberó su hinchado pene y lo acarició mientras seguía besando al excitado joven. Dejó de besarlo y como una orden le dijo:
O: mámamelo..
Y lo empujo por los hombros para que se pusiera de rodillas, culebra no opuso resistencia y se arrodilló ante el falo palpitante y sin mediar palabra lo llevó a su boca, el sentir su textura y el sabor de su pre-semen lo llevó a emitir un gemido ahogado, nunca había mamado un pene, pero el sabor del de Osuel era como una deliciosa ambrosía, con desespero trataba de tragar lo más posible pero no era tarea fácil tragar de una vez 26 cts de dura verga. Mientras esto sucedía desde arriba Osuel miraba con superioridad al Culebra tratando de hacerle la mejor mamada posible, no estaba mal pero aún tenía mucho que aprender en lo que se refiere a complacer a un macho como él.
Ya Culebra tenía como 10 minutos mamando verga con desespero, la verga de Osuel estaba que reventaba de lo dura y con todas sus venas brotadas, el champiñón enorme que era su glande, palpitaba con cada succión que el culebra le daba, ya era hora de pasar a mayores y sin mediar palabras Osuel levanto al culebra del piso lo puso de pie y lo arrinconó contra la pared pegando su pecho a la misma dándole la espalda, le desabrochó el pantalón y tiró de él dejándolo desnudo de la cintura para abajo, ya Culebra sabía lo que venía y con miedo pero excitado al máximo se dejó hacer. Osuel pegado a su espalda le lamió el cuello y la oreja estremeciendo al otro y con voz cálida le dijo:
O: es hora de que te coja como la puta que eres…mi puta y de ahora en adelante te cogeré cuando tenga ganas y sin refutar sólo pondrás tu culo y tu boca a mi disposición.
C: sí soy tuyo…cógeme… (dijo con la voz quebrada)
Ya después de ese momento nada sería lo mismo para el Culebra, a partir de allí se le abría todo un mundo de sensaciones y placer del que jamás podría escapar en su vida y del que iba a ser esclavo de ese placer hasta el día de su muerte…
CONTINURÁ.
Interesante mucho morbo, ya espero la continuación. Como siempre buenísima saga. Felicitaciones
gracias por la lealtad al leerme, estoy en proceso de producción pronto la continuación