Los juegos de papá X
Se abre un nuevo juego..
Un suave gemido me sacó de mi sueño, palabras susurradas que no lograba entender terminaron de despertarme.
Luka y Theo pasaban una semana en casa de sus abuelos y yo aprovechaba para relajarme y disfrutar de mi tiempo a solas. Aún adormilado seguí escuchando
-Puja un poquito más amor que ya entra
-Así…otra vez
Un jadeo seguido de un fuerte suspiro activaron mi curiosidad
-Ummm que rico bebé…ya entró la cabezita un poquito más
-Papá no quiero que me duela como el otro día
Me quedé paralizado en la reposera y seguí escuchando
-No amorcito, hoy tu culito va a estar tan abierto que se la va a tragar toda y sin dolor
Se sentían chapoteos así que con cuidado me levanté y fui caminando lento hasta el borde del seto.
Me asomé muy lento y pude ver a Victor, mi vecino, con su hijita María. Estaban casi enfrentados a mí así que tenía una buena visión de lo que pasaba en esa pileta.
María con medio cuerpo afuera del agua se apoyaba sobre el borde de la pileta mientras Víctor con una mano abría sus nalguitas y con la otra sostenía su verga erguida. El suave vaivén que ejercía hacía que la punta de su verga entrara y saliera del culito de María.
La cara de la niña, una mezcla de placer y dolor, hizo que mi propia verga se pusiera como un hierro.
-Te gusta bebe?
-Si papito, quiero siempre tu verga adentro
-Vamos a lubricar otro poco-dijo Victor y la acostó frente a él con sus piernas abiertas.
Desde dónde estaba podia ver su conchita rosada y el borde de su anito un poco irritado.
Víctor bajo su boca hasta los labios vaginales y con un movimiento largo de su lengua arrastrando los jugos que salían de ese hueco.
Lentas pasadas desde el anito hasta el clitoris que hacían a María estar al borde del desmayo.
Tan empalmado que me dolía bajé mi boxer y empecé a masturbarme, mientras la lengua de Víctor subía y bajada por ese caminito de placer mi mano hacía el mismo movimiento en mi verga.
María gemía y sus manitos prendidas en la cabeza de su padre apretaban más y más para que este no dejará de sorber sus jugos.
Cuando Víctor levanto al fin su cabeza pude ver su rostro brillante y la conchita de María encharcada. Con uno de sus dedos recogió un poco de ese líquido y abriendo bien las piernitas lo hundió lento pero profundo en el culito ya abierto.
-Ahhhhhjjj….-alcanzó a gritar la niña mientras su papá preparaba el hoyito.
Un largo hilo de líquido seminal salía de la punta de mi verga y bajaba por mis piernas mientras apretaba mis testículos para no acabar, quería llegar hasta el final con estos dos.
Uno, dos, tres dedos fueron jugando y abriendo cada vez más el culito de María hasta que su padre lo consideró listo. La acomodó en cuatro y arrodillandosé detrás de ella comenzó a penetrar.
La carita de María esta roja mientras pujaba y gemía, Víctor sostenía el cuerpo de la niña mientras guiaba su herramienta hasta adentro.
Con lentitud fue ensartando su duro miembro en el hoyito ya no virginal, el esfuerzo que hacía para no clavarse de una vez resultaba en las venas de su verga hinchadas a más no poder.
Nunca me había interesado tocar otra verga que no sea la mía pero de solo verla me picaban las manos de deseo. Gorda y reluciente se me antojaba de terciopelo mientras seguía adentrándose en el pequeño cuerpito.
Se notaban los músculos tensos en el cuerpo de Víctor y como sus nalgas se endurecían al contenerse. Se que le gusta hacer actividades al aire libre y su tono dorado lo atestigua, un buen cuerpo musculoso dónde se requiere pero sin exagerar.
La falta de mis niños me esta haciendo pensar en cosas que nunca había pensado pero me imaginaba compartir la cama con Victor y su niña. Su cuerpo rozando el mío y nuestros miembros juntos, tocandose.
Un chillido me hizo volver a la escena que se desarrollaba frente mío. La verga de Víctor esta toda adentro de María y se notaba como se había abierto el esfinter de la niña.
Se quedaron quietos un momento, supongo que Victor quería que María se acostumbrará a semejante pedazo dentro suyo, mientras se había sentado sobre sus piernas y la niña sentada sobre él abría sus piernitas para que su papá le masajeará la concha.
Dos dedos de Víctor entraban y salían de su panocha mientras el pulgar acariciaba el clitorís, la carita de placer de María me hacía acordar a Luka cuando era penetrado.
-Ahhhhhjjjjj papá me hago pis…ahahah
Un largo chorro brotó de la conchita de María que se sacudía sobre el regazo de su padre. Mientras tanto la verga de Víctor la seguía empalando.
Cuando la respiración de la niña se calmó Victor la acomodo en cuatro sobre la reposera, con un suave vaivén empezó a sacar su verga y pude ver el tremendo hueco que había dejado en María. Segundos después volvía a ensartarse haciendo que María pegara un grito.
-Shiss putita, no grites…esto era lo que andabas buscando desde hace meses.
-Papá no lo hagas tan fuerte- pude ver que algunas lagrimitas corrían por la cara de la niña.
-Ahora te aguantas-decía Víctor mientras el ruido de sus bolas golpeado la conchita de María se escuchaban en el jardín. -Te aguantas como lo hacía yo cuando me calentabas.
-Cuando te sentabas sobre mí y no traías tu calzoncito , cuando te movías sobre mi verga y tenía que quedarme callado porque tu madre nos veía.
-Papito vos me dijiste que te gustaba- los gemidos de María ya eran de placer y su carita estaba toda roja por lo que sentía.
-Claro que me gustaba mi putita pero no veía la hora de tenerte así, ensartada en mi verga y esperando mi lechita.
Los movimientos de Víctor se iban acelerando igual que mi masturbada, mi verga estaba tan dura como la de él y mientras una mano hacía su trabajo con la otra pellizcaba mis tetillas.
Víctor saco su verga del culito de María y dándola vuelta la puso frente a sí.
-Abre grande la boquita bebé que te voy a acabar, quiero que esta lechita te la tomes toda- rozó dos veces su verga y chorros de semen cayeron en la boca y la cara de María, mientras yo me contenía por gritar al llegar al orgasmo y mi leche corría de mi mano al piso Víctor gemía de placer.
La pesadez que sentía en mi cuerpo casi me hace caer de rodillas, estos días conteniendo mis ansias habían logrado que el orgasmo fuera grandioso.
Volví a mirar por el seto, María cuál ternerito estaba prendida a la verga de su padre mientras este recogía con sus dedos el semen del rostro de la niña y se lo daba a comer. Llevé mi mano enbardunada de mi propio semen a mi boca y empecé a comerlo como hacía Maria, mi verga empezó a palpitar de nuevo.
Comencé a caminar hacía la pileta cuando escucho a mis espaldas.
-Que tal el show Leandro? Esta noche es para mí pero si quieres mañana gozamos juntos
-Que disfrutes entonces amigo, mañana te llamó- le dije mientras me sumergía en el agua.
me encantaron tus relatos. creo q falta una parte, la 8.