Los relatos de Mike… Mi 1a infidelidad
Y aunque amo a mi esposa, ella me lastimó y sin querer mi venganza inicio con una deliciosa y apretada vagina que me puso como un toro loco..
Es mi primer relato y creo es justo el primer paso sea me conozcan, me llamo Miguel, aunque todos me dicen «el Mike»… Tengo 32 años, mexicano, casado con hijos y todos estos relatos que están por leer son vivencias REALES que empecé a raíz de descubrir el engaño de mi mujer.
En lo físico; mido 1.72, blanquito, dicen atractivo; me gusta ejercitarme, practico futbol y en general deportista; eso me ha hecho fibroso, fuerte, buena pierna, nalgas, una verga de 18cm … Complementado con ser morboso y me encanta coger.
Tenía 8 años de casado y nunca sentí la necesidad de pensar en estar con otra mujer; era un hombre fiel, entregado a su familia, su trabajo, sus metas. Todo cambio cuando descubrí que mi mujer me engaño… Y a mi mente me vino el «PENDEJO», tanta oportunidad de probar otras mujeres, pero estaba enamorado. Obvio eso cambio y regresó a mi el instinto y las ganas de venganza.
Así me fijé en Martha, una chaparrita de 20 años, nalgona, con buena pierna, tetas lindas y gran carisma. Aunque nunca la vi de un modo sexual, eso cambio obviamente y más cuando en una charla ocasional en el trabajo me cuenta que su novio la engaño… Para no hacerlo largo, empezamos a cambiar las charlas por picardía y entonces un día de mensajes empezó la calentada… Era más picaron que sexteo, pero note ya Martha estaba más que puesta para algo, entonces un día al salir de la chamba temprano ambos, pase por ella y su comentario ya en el auto:
– y ahora que hacemos? – dijo.
– Te llevo a tu casa, no?, para que no vayas en taxi, en eso quedamos – Lo dije sin verla pero esperando su reacción.
En eso ella me voltea a ver – Pensé que querías hacer algo más, aprovechando que salimos antes, no? – No podía desaprovechar esa entrada.
– Segura?, si te llevo sabes a dónde quiero – Y no se negó; entonces la neta me prendí, era la 1a vez que hacia algo así y la niña estaba rica, había que aprovechar.
Llegamos al motel y empezó el cachondeo los besos, la ropa empezó a salir volando, estaba como un toro de prendido y en eso me detuve un momento a contemplarla:
Piel morena, labios gruesos, muy linda y compacta, tetas de buen tamaño y firmes, caderas y piernas bien proporcionadas; mi mirada siguió y al llegar a su entrepierna, una vagina depilada que se veía increíble; ya empezaba a mojarse y solo pensé, se ve estrecha y empecé a imaginar cómo apretaría (sin duda no me equivoqué).
La puse hacia la orilla de la cama, me quite el boxer y juro vi mi verga más grande que nunca, estaba caliente hermano!… Solo seguí besando tocando y quitando lo poco de ropa que quedaba. Conforme se daba todo y aunque tímidamente aún Martha no se involucraba al 100, no iba a parar… Tocaba esas tetas, las apretaba, mis manos solo recorrían ese cuerpo; mientras tenía una en los pechos , la otra bajaba hacia esas ricas nalgas y daban su apretón; que rico sentir ese cuerpo firme, piel, esos olores sus gemidos timidos.
En eso siento su mano, tímidamente se estira y me toca la verga, me llegó una descarga que empecé a separar sus piernas para ponerme en posición entre ellas y entre jadeos y esa excitación que seguro saben de qué hablo… Martha dice sonrojada – Pero, pero; Mike, hoy no puede pasar nada, no vamos a coger – y se me explotaron los huevos, no literal; pero rápidamente en mi mente, está rica mujer, que veo está excitada, mojada y lista, acaba de decirme que no me la voy a coger? A qué chingados venimos? Para que pague motel? Por qué me calentó así si no quería sexo? Que hago con mi verga… Y en eso lo noto, mi erección murió y quedé más suave que nada y ni había sentido bajarse.
Me aparté unos pasos, y mi caballero salió: Si dice que no, mejor darle su espacio, y si quiero hacer esto?… Mientras mi cara seguro daba a notar mi desconcierto, siento su mirada – No te enojes Mike, acércate; disculpame que si quiero y más al verte… Pero no sé si estoy lista para tener sexo con un casado, aunque te quiero comer entero; pero igual y fajamos y te ayudo a vaciar. – Decido seguir a lo que ella me pide y reinicio el cachondeo, seguí apretando sus nalgas sus pechos, besando su cuello, mordiendo ligeramente sus aurelas, bajando la mano para pasar mis dedos por su vagina, sin introducir pero si frotando y sintiendo esos líquidos que la mojaban. Hasta ahí sentía la excitación pero ya la verga no me respondía.
De pronto mi sangre hierve y empiezo a ponerme rudo; caricias más bruscas, más mordidas, estrujadas, ligeras pero firmes ahorcadas; ella gimiendo y disfrutando de nuevo me abre las piernas y la abrazo fuerte y la acerco a mi, en lo que le doy sus nalgadas, apretando y separando esas nalgas en lo que entre besos, mordidas de cuello y pechos, ella reacciona a mi rudeza… Empieza a mover la cadera y acercas su vagina para frotarla con mi miembro – debo decir que hasta entonces seguía sin estar erecto, no comprendía, pero no tenía tiempo de pensar, solo quería comerme a esa vieja caliente y ocurrió al morder su cuello, toma mi cabeza para detenerme y me dice casi al oído – Metemela porfavor – con un tono que a cualquier pondría más duro que nada, pero no me pasaba, estaba bloqueado.
En eso conmigo entre sus piernas, Martha estira la mano y masajes mis huevos en lo que en mi mente decía, me la tengo que coger, si lo quiero!… Así que apreté mi verga desde la base, mientras sentía sus caricias y cuál mal embutido logré meter la cabeza de mi pene en ese chocho mojado, hasta que resbaló el resto y al entrar ocurrió… Lo dije al inicio, estando dentro, siento esa cueva mojada, estrecha y unos reflejos que me aprietan la verga; como si fuera magia, esa madre se endureció tan rápido que Martha me abraza y aprieta para soltar un gemido profundo de sorpresa, tenía mis 18cm a full de endurecido dentro de ello; miro sus ojos que se giran, se muerde los labios y yo solo estaba disfrutando de sus contracciones apretandome rico desde la cabeza de la verga a todo lo largo; mucho había pasado desde que sentí apretadas así, me volvió loco.
Comencé a bombear y no quería parar, entre besos, nalgadas, apretones y mordidas de pezones; solo se escuchaba el impacto de mis huevos en su pelvis, sus gemidos… Embestidas que se fueron haciendo más duras y sus gemidos más altos y tome carrera, la tenía al borde la cama, abierta de piernas recibiendo mis penetradas más y mas duro, bajo mis manos a sus nalgas, las aprieto y separo, movimiento que agarre de impulso para con la misma dureza dar unas embestidas como metralla que hasta a mí impresionó mi propia rapidez y lo duro que le daba. No quería eso acabara.
Me decido salir y dirigirme a hacerle un oral, estaba dispuesto a sentir ese sabor, esos jugos… Pero me detuvo y solo dijo – no, sígueme cogiendo. – Y la neta estaba caliente, y aunque quería tardar mas, solo pensé, hay que complacer. La jalo más hacia la orilla de la cama, tomo con firmeza sus piernas, las separo y coloco en mis hombros, y mientras al estirar mi mano para pellizcar su pezón dirijo con la otra mi verga a su entrada y de nuevo a la gloria; la sujeto firme por las piernas y cuál si fuera nada solo le seguí dando y dando; yo la escuchaba gemir y gritar, veía sus ojos ponerse en blanco y al parecer fue tanta la calentura, que no reparamos en el ruido hasta que una mucama nos abre la puerta y mientras veía mis nalgas blancas darle con todo a esa morenita chaparra solo dijo rápido que quería ver si no necesitabamos nada (imagino hasta pensó me estaba madreado a Martha). E igual fue la primera vez que sentí que alguien me veía coger.
Juro que sentía que no había penetrado vagina más rica, y aunque no quería parar; entre sus gritos, sentí como Martha se inundaba y mi leche ya estaba por salir, así que en lo que ella se vaciaba, rápido saque la verga de su interior y con tan solo tocarme con la intensión de venirme, veo mi leche salir hacia su pecho y cara. Fue una experiencia deliciosa y más verla entre jadeos limpiarse el semen que le llegó a la barbilla, mientras exprimia mi verga para que la última gotas le cayeran en el cuerpo. Y escuché – A la madre Miguel!! – con un todo de incredulidad.
Ya solo puse mi verga empezando a relajarse sobre esa deliciosa raja depilada en lo que seguro escurría algo más para cerrar esa cogida y al verme así, pensé, va el segundo de ley… Pero debía llegar a casa, ya se acercaba la hora en que mi familia me esperaba.
De ahí, solo les puedo decir, desate una fiera que entrada en confianza propicio más cogidas impactantes… Pero eso vendrá en los demás relatos que espero compartir, así como aún más experiencias con otras personas que me llevarían de ser un fiel compañero, a alguien con una vida sexual como nunca pensé tener.
Espero sus comentarios y likes… Hasta la próxima.
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