Los Tordos – Parte VIII – Leche de Leon
Un niño de 10 toma la decisión entrar a trabajar con su tío, sin saber que terminara como depósito de leche….
Seguimos viendo la película por un rato, sin decir nada comía los nachos con leche, mientras ellos seguían viendo la televisión.
-Cuñao… apenas va a dar la 1, ¿que se te antoja de comer…?
-No se…- Ruben contesto sin dejar de ver la televisión.
-Yo creo que unos tacos o unas carnitas… ¿Qué dices gatito…? ¿se te antoja…? – Me gire a verlos y pude ver como Ruben trataba de no llorar, tenía los ojos vidriosos, sin decir nada entendí que no debía mencionarlo y me gire hacia su padre. – Tacos están bien…
-Tacos serán… – El padre de Ruben, se levantó del sillón y saco su cartera del pantalón. – Ten cuñao, vete con el “Hongo”, a mí me traes unos de tripa y sudadero 3 y 2, y pal morrillo tráete unos 5 igual, de longaniza, ya sabemos que le encanta… y ya tu vez…- Su padre le extendió un billete de 200, Ruben lo tomo y salió por la puerta sin decir nada.
El padre de Ruben se asomó por la ventana y en cuanto vimos a Ruben salir por la cochera, se giró hacia mí.
-Ahora sí solos… – El padre de Ruben apago la televisión y se sentó a mi lado. – Disculpa todo el relajo, soy Ruben Marroquín Pilcaste, miembro del club de los Leones, sé que esto es raro, pero no estoy senil…
-Ah… mmm… mucho gusto- Me quede viéndolo sin saber que más decir.
-Mira no tenemos mucho tiempo, mi hijo quiere irse a la capital, pero como veras ya no soy tan joven como el, y necesito que se haga cargo de mi negocio, no quiero atarlo aquí pero digamos que él sabe de las actividades que hacemos en el club y los miembros no están tan seguros de que guarde el secreto si no hacemos que se integre en una de las fiestas públicamente, así que me toco armar todo esto con mi amigo el doctor Aron Rodríguez para hacer que mi hijo vaya a las reuniones del club conmigo, mira sé que esto es complicado de entender pero solo sígueme la corriente, te daré dinero a cambio…
-Mmm… pero porque no le dice la verdad…- Pregunte ingenuo. – Es su hijo, y bueno, los dos acaban de… bueno usted sabe… conmigo…
– ¿Qué…? ¿El… y tu…? – Asentí con la cabeza.
El hombre solo se rio de manera que termino ahogándose con su saliva.
-Ya decía yo… remover lo de su fiesta y su plato haría que le regresara el morbo…
Yo solo vi como el señor entraba a su estudio y sacaba un casete gigante que metió en un aparato sobre la televisión.
-Este es un video de su cumpleaños 9, mi hijo era fan de la lucha libre, el santo y blue demo, los mismos de las películas. – En la televisión apareció un video casero donde se veía a un pequeño niño de ojos verdes, soplando las velas de su pastel con un enmascarado en el centro. Se podía oír a la gente cantando y hablando, el video se cortó y se veía la puerta trasera de la casa, mientras afuera por el cristal, se veían personas en el fondo comiendo y conversando mientras se oscurecía.
La puerta se abrió y dos enmascarados sin camisa ni pantalones, entraron con el pequeño niño, ambos hombres eran grandes y corpulentos, uno de ellos tenía todo el cuerpo lleno de un espeso pelo negro, la poca luz del pasillo de afuera, dejaba ver que la única ropa que traían eran esos típicos calzones de lucha que usan, uno gris y el otro azul.
-Somos mi cuñado y yo… si te preguntabas…- Seguí viendo el video y vi como el hombre con trusa azul tomaba la cámara siguiendo al otro con el niño en brazos, caminaron por las escaleras y salieron al balcón lateral de la casa, se podía ver de fondo la luz del patio donde estaban todos, mientras una luz de una lámpara de la calle iluminaba el balcón, pusieron la cámara sobre algo, apuntando al hombre con el niño en sus brazos.
-No se tú, pero recordar esto me prende…- El padre de Ruben se tocó el bulto en sus pantalones, y me guiño un ojo. Regrese a ver la televisión y ninguno de los dos hombres estaba vestido, ambos tenían sus peludas vergas duras, y el pequeño niño turnándoselas en la boca. Poco a poco desnudaron al niño y el que ahora, sabia era su padre, comenzó a comerle el culo, mientras el otro le llenaba la boca con su verga. Nadie hablaba, solo se oían las voces de fondo, y el pequeño gemir con la verga en su boca, su padre lubrico el culo de su hijo y poco a poco lo relleno con su gorda y peluda verga, el pobre no podía gritar, aunque se veía que le dolía, seguía con la boca llena, así siguieron un rato hasta que el video se cortó de nuevo y ahora estaban, el padre de Ruben, y otros 6 hombres, en la cocina, con una rebanada de pastel en un plato, uno a uno se tocó hasta dejar su leche en el pan, tomaron el plato y todos en silencio, entraron al cuarto del niño, que parecía esperar con ansias en la cama, le entregaron el pastel y se lo comió sin decir nada.
-Bueno, ¿Qué te pareció…? –pregunto el padre de Ruben, mientras quitaba el casete del aparato.
-Fue una buena fiesta…
El padre de Ruben se rio y movió el cabeza incrédulo. – Sabes Juanito… me han dicho muchas cosas de ti, y eso que llevas apenas dos días alimentándote de leche de hombre… pero hace rato… wow, te entro sin dificultad… y conociendo al “Burro” te aseguro que lo tienes más que encantado… eres el primero, que logra meterse toda su verga por el culo… ¿Cuántos años tienes…? Realmente… porque no tienes 10… ¿o si…?
Negué con la cabeza. – Tengo 7 los hice hace poco…
-¿7…? Wow, pues créeme que me gustaría que te quedaras conmigo y mi hijo una temporada… pero eso depende de mi buen Benito, tengo entendido que eres suyo ahora…
-No lo sé, me dio trabajo con mis tíos… pero…
-Pero nada Juanito… mira, tu padre, tus tíos, hasta tu abuelo, que en paz descanse, le pertenecen a mi buen Benito, ya te contaran la historia completa, pero ahora, que ya te probaste ante todos, lo más seguro es que te lleven a las reuniones de los Leones, te la pasaras bien ahí, hay muchas vergas ansiosas de dar leche…
-Pero no entiendo a qué se refiere con que le pertenecemos… ¿Por qué seria eso?
-Ya te dije, tu padre, tus tíos o el mismo Benito te explicara, tu tranquilo, solo disfrútalo. Ven conmigo… -Me extendió la mano para levantarme del sillón.
Caminamos juntos tomados de las manos hacia la salida de la casa, al salir de la casa, pude ver que era un lugar con casas muy bonitas por donde miraras, sin decirme nada, caminamos hacia una calla de terracería al fondo, pasamos por el costado de una barda de block, que separaba la calle de una cancha de futbol.
– ¿A dónde vamos? – Pregunte mientras seguíamos caminando.
-Vamos a un lugar donde podremos jugar…- Seguimos por esa calle hasta que llegamos al fin de la barda, parecía que estaba sin terminar de construir ya que daba a un bordo, bastante alto, caminamos por la orilla y entramos al campo de futbol, se veía al fondo un edificio largo color amarillo, sin decir una palabra, nos metimos por el otro lado de la cancha, cubierto de árboles, seguimos por un camino hasta llegar a un claro sin árboles, de un lado se podía ver la carretera por donde pasaban autos en ambas direcciones y del otro se veía un campo grande, y al fondo de este una calle con casas, y autos pasando por ahí.
-Tenemos poco tiempo, así que hagamos esto rápido- El papa de Ruben se quitó la camisa por la cabeza dejándome ver su cuerpo peludo, y sus pezones rosas. Me acerqué y abrí su cinturón y pantalón para después quitarle la trusa azul que traía. – Quítate tu ropa…- Me dijo mientras el terminaba de desnudarse, obedecí y me quede desnudo como el, su verga ya estaba dura.- Acuéstate en el pasto…- Lo hice y él se puso sobre mí, comenzó a besarme el cuello, el pecho, mordiendo y jugando con mis pezones, levanto mis piernas dejando mi culito expuesto, escupió en su mano y froto sus dedos en mi entrada, metió un dedo dando círculos dentro, luego dos, volvió a escupirse la mano, y cambio sus dedos por su verga, al principio me dolió, pero aguante el mete saca que empezó, podía oír a sus espaldas, los autos pasar por la carretera.
Siguió moviéndose así, dentro de mí, mientras lentamente me besaba en la boca. -Me recuerdas mucho a mi Ruben… ansioso de que si papito le diera leche todas las noches… necesito hacerte mío… aprietas muy rico…-murmuraba contra mis labios. En un par de embestidas más se quedó inmóvil mientras sentía como me rellenaba con su leche. Salió de mí y sin decir nada pego su boca a mi culito y empezó a sacarme su leche con la boca. Después de un rato, se separó y me beso en la boca, soltando su leche en mi boca, mezclada con saliva.
Me trague la leche, y seguimos besándonos un rato más.
-Vámonos, Ruben no tarda en llegar…- Su padre se levantó dejándome acostado en el pasto, y empezó a vestirse. -No te pongas la ropa, se te va saliendo la leche, se va a mojar…- Recogió mi ropa y empezó a caminar por donde entramos. Empecé a seguirlo descalzo así desnudo.
El siguió caminando por la calle de terracería sin voltear a verme, intente caminar lo más cerca de el para cubrirme si veíamos a alguien. Doblamos en la esquina y nos encontramos con dos hombres un poco más grandes que mi padre, saludaron a don Ruben, me vieron y se rieron.
– ¿Otro sobrino que le gusta andar sin ropa vecino…? – Pregunto uno de ellos.
-Así es vecino, hicimos una carrera a la casa, pero creo que le gane. – Me vio y se rio. – ¿Quieres tu ropa ya…? -Me la tendió.
-No, me gusta estar así, deberían probarlo… – Le comenté tocando su entrepierna sobre si pantalón. – Ambos hombres nos vieron sin decir nada, tomaron sus llaves y entraron a su casa haciéndonos señas para entrar.
-Este putito es más descarado mi León. – Comento uno de los hombres.
-Sí, y eso que tiene 7 años… pero mama como becerro recién nacido.
Ambos me vieron y sin decir nada se sacaron las vergas de sus pantalones, eran morenas y con los pelos recortados. –Vamos a comprobarlo. – Se acercaron a mí y empecé a chupárselas, el sabor a orina paso y poco a poco crecieron en mi boca, me metí sus huevos en la boca dejándolos babeados.
-Tiene razón vecino… este putito sabe lo que hace… – Gimió uno de ellos mientras me metía la verga en la boca.
Seguí turnándome las vergas de ambos en mi boca un rato más, hasta que uno de ellos me la clavo en la garganta, llenándomela con su amarga leche. El otro hombre metió la suya en cuanto su amigo me la saco y se vino con solo metérmela en la boca, llenándome la boca de leche caliente.
-Mi turno…- Don Ruben abrió la puerta, y me saco desnudo a media calle, se paró frente a mí y me metió la verga peluda en la boca, podía sentir como la clavaba en mis mejillas y mi garganta, sentía el frio aire en mi piel, empecé a tocarme mi verguita que estaba cada vez más dura, haciendo los mismos movimientos que vi que mis tíos hacían y se sentía rico, sentí como si me fuera a orinar que sentí escalofríos en todo mi cuerpo y llene mi mano con mi leche caliente, mientras seguía con la verga de don Ruben en mi boca.
El siguió así un rato hasta que volvió a llenarme la boca con más leche caliente.
-No cabe duda que este putito está en crecimiento… Necesita mucha leche para que crezca. – Comento uno de los hombres que acababa de darme su leche. – ¿Es tuyo…?
-No, es de Benito, pero me lo presto, en lo que regresa, anda en su pueblo con su familia.
-Bueno, pues si no te importe prestárnoslo, tenemos varios accesorios que compramos para la nueva junta del club… -Comento uno de ellos, ayudándome a levantarme, tomo mi mano con mi leche y se la comió.
– ¿Qué tal sabe…? – Pregunto Don Ruben.
-Esta dulce… ¿comes mucha fruta…?
Asentí y miré por la calle, estaba desnudo con tres hombres con su verga de fuera. – Sera mejor que nos vayamos a la casa, Ruben no tarda en llegar…- Le comenté a Don Ruben.
-Cierto… mi huerco… tenemos que irnos. – Me tomo de la mano y corrimos hacia su casa, yo desnudo y el con la verga de fuera.
Llegamos a la casa, y entramos lo más rápido que pudimos, entramos y aún no había nadie.
Nos sentamos en el sillón para recuperar el aliento.
-Eso estuvo interesante ¿no Juanito…? – Me pregunto don Ruben.
-Si. – Lo mire y un pensamiento raro vino a mi cabeza. – ¿Le puedo preguntar algo…?
-Si claro dime… – Don Ruben me revolvió el pelo.
– ¿Dónde ha sido el lugar más publico donde ha hecho lo que hicimos…?
-Coger… pues en varios, incluso dimos una obra de teatro hace unos años y gente pago para verla y parte de la obra era una pareja en el fondo cogiendo y pues era yo con uno de los perritos de la temporada…
– ¿Perritos…? Llevan diciéndome así, y no se a que se refieren…
-Ven…-Me dio la mano y note que seguía con su verga de fuera. Entramos en la oficina y del mismo archivero, saco un álbum de fotos, me lo dio y empezó a tocarse su verga flácida.
Empecé a hojearlo y vi que eran fotos de chicos jóvenes desnudos en poses y lugares como parques, bosques incluso unas en lo que parecía una feria. Seguí viendo las fotos hasta que encontré una donde había tres jóvenes desnudos, un poco más grandes que yo. Eran mis tíos y mi padre, desnudos con la verga dura mirando a la cámara.
-Les decimos perros a los chicos y chicas que solemos usar para pasarla bien… y pues estos son hijos de algunos que ya teníamos, por ejemplo, tu padre y tus tíos nacieron de tu abuelo, el primer perro que tuvimos en el club, era muy ingenuo y obediente, Benito, mi compadre, lo saco de las calles donde pedía limosna o robaba, le dio casa, comida, ropa, a cambio de que se dejara coger, y pues cuando tuvo a tu padre y tus tíos, pues les toco pagar su deuda, y pues ahora te toca a ti… los terrenos de tu familia son prestados, mientras tu familia no pague, pues les toca pagar…
– ¿Entonces mi hermana también entrara en el pago…?
-Eso depende de mi compadre, pero hasta donde he visto, solo hombres entran en sus camadas, solo hay una niña, en la camada de mi amigo, el doctor Rodríguez, el que me ayudo a montar el pedo con mi hijo.
-Pues no sabía que era obligación, pero me gusta hacerlo.
-Se nota… parte de hacerlo es tener ciertos beneficios… dinero, propiedades, ropa, todo depende de cómo trates a los demás Leones…
– ¿Y cómo puedo hacerlo…?
-Se me ocurren varias formas… pero ahorita entre manos tengo otra cosa… -Señalo su verga dormida. – Ven y cómetela toda…
Me arrodillé y me metí su verga a la boca, poco a poco empezó a crecer de nuevo, estuvimos así un rato hasta que logro crecer bien en mi boca.
– ¡Llegue! ¿¡Donde están…?!- La voz de Ruben me saco de mi concentración, su padre me agarro de la cabeza, para que no me la sacara llenándomela de nuevo de leche.
-Ay por favor… ¿de nuevo…? ¿Cuánta leche le cabe al mocoso este… -Ruben entro por la puerta con el cura joven que vi masturbarse en la iglesia y uno de los choferes con los que mis tíos trabajaban?
-Pues nosotros encantados de averiguarlo…- El cura nos vio y se tocó la entrepierna.
Uufff… que delicia de relato, esta historia siempre hace que disfrute como loco de mi paja.
Excelente relato… Como sigue??
Como sigue??
Que rico 😋🤤 me encanta esta historia y tu forma de escribir… Siempre que subes una parte me casco tremenda paja 💦🫦
Gran relato. Cómo sigue??
Uufff… Asi da gusto masturbarse 🤤 que Maravilla de relato, es una gozada como escribes.. me encanta esta historia.
Uufff… Ese pequeño se a vuelto un adicto a la verga… Menudo calentón solo de leer el relato. Necesito más