Lucianita
maravillosa nena.
Lucianita o Luli, era una hermosa mocosa de 14 años, cuando la hice mía.
Cómo sucedió esto? Bueno, paso a relatarles, yo tenía 46 años, cuando ocurrió, me dedico a hacer tatuajes a domicilio, entonces, solía ir de casa en casa tatuando, era muy conocido por la zona de mi casa, tatuaba a mucha gente, siempre en sus respectivas casas, fue que llegué a lo de Cecilia, una mina bastante agradable, de quien me hice amigo, ella es casada y tiene 4 hijos, una nena hermosa y 3 varones, Luli, es la mayor de sus hijos, rápidamente congeniamos, nos hicimos amigos de entrada nomás, recuerdo que ella, siempre que yo iba a su casa, dejaba de hacer lo que estaba haciendo y se me acercaba y se quedaba charlando conmigo, su madre de por medio, obviamente. Luli es una mocha hermosa, sus ojitos caídos, como drogada, le daban un rostro divino, a más no poder, su cuerpo bien formado con curvas, unas tetitas pequeñas, pero con unos grandes pezones, su cola, es una verdadera belleza, redonda y bien parada y unas piernas haciendo juego con su bello orto, es una mujer hecha y derecha Luciana. Ella siempre me decía que quería tatuarse, pero Cecilia, su madre, no la dejaba, “sos muy chica todavía”, le decía, chica??? pensaba yo, pero si es una mina hermosa, en fin, ella cada que me veía, me decía que quería tatuarse, y yo quería tatuarla, solo por el hecho de tocar su suave y hermosa piel, pero lo tenía prohibido por su madre, a Luli parecía no importarle eso y continuaba insistiéndome y entonces le dije que, con qué iba a pagarme, si ella no tenía dinero, ella muy pícara, me dijo, “y no sé, hay muchas formas de pagar”. Hasta ese día, nunca la había visto con deseos sexuales, más allá de que era una princesa, imposible de no mirarla , desde entonces, comencé a pensar en ella e imaginármela desnuda en mi cama, conmigo haciéndole el amor. Transcurrieron unos días y siento el timbre de casa, salgo así como estaba, en short y sin remera y veo que quien tocaba, era Lucianita, tenía puesto un pantaloncito corto, que finalizaba a la misma altura de sus redondas, pronunciadas y bellas nalgas, y arriba tenía un top, que solo tapaba sus pequeñas tetitas, su pancita era un encanto, con un arito en el pupito. Me dijo que venía a tatuarse, yo le dije que no, xq su madre, no me lo perdonaría, ella me dijo que se lo haría dónde su má, no la mira, y donde es eso, le pregunté, a lo que me contestó, en la nalga, pues ahí no permito que me mire nadie, entonces, nunca me descubrirá ella, dijo, yo estaba entre que no y que si, que no xq podría tener problemas con su madre y hasta podría denunciarme y que si, xq deseaba tanto tocar su piel y verla con menos ropita, pero mi cabeza de arriba estaba en una dura batalla con mi cabeza de abajo, era una lucha a todo o nada. Ella continuaba insistiendo y yo, continuaba negándome, hasta q me dijo que le hiciera uno bien pequeño, y fue cuando triunfó mi cabeza de abajo, está bien, le dije y la hice entrar, le pregunté que quería que le haga, pero q sea pequeño, ella me contestó que quería que le haga un beso de color rosa, le dije que tendría que sacarse el pantalón, para que no la vaya a manchar con tinta y su madre la viera, ella accedió, no hay ningún problema, contestó, le pregunté cómo iba a pagarme el trabajo y respondió que como yo quisiera, ok, le lancé, con dinero y ella me contestó que con eso era lo único que no podría pagarme, entonces le consulté, con que me pagaría, ya sabés me dijo, con otra cosa que quieras vos, no sé, como hacer algo entre nosotros, no podía creer lo que me decía, pero en realidad, era lo que quería, hacerle el amor a esa belleza de nena, solo que yo no sé lo quería proponer, quería que ella sola, lo dijera, en fin, fuimos a mi estudio, dónde suelo hacer algunas veces tatuajes, buscamos el beso que ella quería, hasta que se decidió, se lo medí por arriba de su pantaloncito, fue el primer toque que le dí a su colita perfecta, así que para hacer más larga la tocada, se lo medi en varios lados de tan grande nalguita, solo por el morbo que me provocaba, ésta verdadera belleza. Una vez elegido el lugar de la colita, donde se lo iba a tatuar, le dije que se quitara todo, para no manchar nada, a fin de que su madre, no la descubra, ella sin ningún pudor, procedió a quitarse el pantaloncito, quedando en tanguita, la cual era muy disminuta y me dijo que si se podía quedar con ella puesta, obvio que le dije que si, no iba a exigirle que se la quitará y que pensara cualquier cosa de mi, aparte, con esa tanguita, se apreciaba una figura estupenda, yo estaba muy caliente ya, con la verga a full de dura, le puse el transfer y se lo unté en su nalguita por alrededor de 2 minutos masomenos, no quería que terminase más el tiempo, luego le pegué el dibujo del beso y se lo mantuve otros 2 minutos y decidí hacerle el tattoo, sin guantes, para tener más contacto con su piel, la cual era muy suave y firme. Comencé con el tattoo, mientras charlaba con Luli, la verdad q mientras tatuo, me concentro en tatuar bien, así que, eso fue lo que hice y por ello se me bajó la calentura que tenía, en fin, pensaba en la forma en que podría cobrar por aquel trabajo, teniendo esa manzanita a mi disposición, pero no encontraba la forma, entonces antes de finalizar el tattoo, deje la máquina a un costado, junto a todo lo que podría molestarme y comencé a tocar sus nalgas, ya como un degenerado, ella se mantenía quieta y en silencio, mientras que yo, comenzaba a acercar mi boca, a su colita y primero se la besé y luego otros besos, hasta que comencé a chupar sus nalgas y a mi mano derecha, la posaba en su paloma, por arriba de la tanguita y comenzaba a masturbarla y fue en ese instante que sonó el timbre de casa y fue como que ese sonido, acabó la magia del momento, los 2 nos asustamos, le dije que se quedase tranquila, como si fuera una clienta verdadera y me fui a atender, está si, era una clienta verdadera que le había dado turno para esa hora, a lo que la hice pasar y tuve que terminar rápido, lo que me faltaba con Luli, al rato finalicé, se lo cubrí, se puso bien la ropa y le dije que cuando se quiera hacer otro, que vuelva, me dijo que bueno, claro!, yo había quedado con una calentura.
Y así, pasaron los días y como a la semana, Lucianita volvió, estaba tan linda con esa minifaldita, que solo cubría su gran manzanita, llegó, me dió un beso en la comisura del labio y me dijo que quería tatuarse un rosa en la otra nalga, parece que ella estaba decidida a que me la cogiera y yo más aún, le pregunté si tenía dinero para pagar el tatuaje y solo me contestó, “ay, ya sabés” y fue directo a la camilla y se subió en ella, recostándose boca abajo y parando el culito, yo empecé a pensar en coger y mi pija comenzó a crecer, no hice ningún diseño en hoja ni nada, directamente le dije que se lo iba a dibujar en la nalguita, mejor, más rápido, dijo ella y se levantó la minifaldita, quedando solo en hilito, porque eso era lo que tenía puesto, una bombachita muy pero muy pequeña, quizás el único pedacito de tela, que tenía, solo cubría la rajita de su conejito, mi verga estaba que me rompía el boxer por salir afuera, comencé a dibujar la flor en su nalguita, lo más lentamente posible, solo por el hecho de tocar esa nalguita con la mano que no tenía el marcador, hasta que terminé el diseño y comencé a tatuarla, está vez estaba decidido a comerme este caramelito, así que me apuré los más que pude, pero antes de terminar, pensé, ahora es el momento y apagué la máquina y comencé a besarle las nalguitas y ella no hizo nada, se mantuvo quieta en su posición, continué chupándole las pompas hasta que le corrí el hilito y le pasé la lengua por el agujerito del toro, ella se extremeció y solo un gran suspiro, momento en el cual, la dí vueltas y me apoderé de su labios, buscando el clítoris, ella soltó otro gran gemido y me agarró la cabeza con ambas manos y empujaba con fuerza hacia su conchita mojadita y preciosa, la chupé y la chupé velozmente con mi lengua hasta que comenzó a moverse más rápido y gemía cada vez más fuerte y rápido, hasta que se vino con unos jugos maravillosos que me los tragué todos, al tiempo que comencé a bajarme el pantalón y el boxer y en ese maldito momento, sonó el timbre, nooo, otra vez, decía yo, ella se asustó nuevamente y se incorporó, cuando yo le decía que se quede tranquila como si siguiera tatuándola, me subí el pantalón y me fui a atender, era mi hermano que venía a visitarme, la puta que lo parió, pensé y lo hice pasar, diciéndole que estaba trabajando, que me esperara, en fin, fui donde estaba Luli, le expliqué, terminé de tatuarla, la cubrí, se vistió y se fue, quedando en volver a tatuarse nuevamente, otro día, quedé con la verga más dura que una piedra y un futuro dolor de huevos, así que le dije a mi hermano que me duchaba y estaba con el, a lo que me fui al baño y me apliqué una paja, pensando en su conchita, en como la chupé y en cómo no la pude coger. Y pasaron los días y en mi cabeza solo estaba Lucianita y 2 largos semanas, las que pasaron, increíblemente lentas, pero ella volvió y estaba hermosa como siempre, está vez con una minifaldita vaquera suelta, que le quedaba maravilloso y arriba tenía como la parte de arriba de un bikini, el cual cubría perfectamente, sus dos pequeños limoncitos, la hice entrar, nos saludamos con un beso en la comisura de los labios y me dijo que quería tatuarse arriba de la teta, el nombre de su madre, me fascinó la idea, le dije que si, inmediatamente y le propuse hacérselo directamente en su pecho, sin hacerlo en una hoja ni nada, “como a vos, más te guste” me contestó y la hice acostar en la camilla y le dije que debía quitarse le bikini de un pecho, para poder trabajar mejor, ella accedió sin ningún inconveniente, se desató el sostén de la espalda y liberó una tetita, pequeña y bonita y me puse a escribir el nombre de su má, Cecilia y en todo momento, rozaba su peloncito, que cada vez se ponía más duro, ella mantenía los ojos cerrados y de tanto en tanto, los abría para volver a cerrarlos rápidamente, ya cuando le iba marcando las letras
“c e c I l”, apagué la máquina, dejé todo a un costado y me lancé de una a chuparle la teta, ella no hizo movimiento alguno y se mantuvo con los ojos cerrados, pero sus labios, soltaban un silencioso gemido, en señal de que lo estaba disfrutando, baje una mano por su pancita, hasta llegar a su pocholita por debajo de la minifaldita y arriba de su tanguita y comencé a masajear su clítoris y su cuquita, que comenzó a mojar su bombachita y sus gemidos, fueron en aumento, corrí su tanga y pasé al contacto directo con su panochita mojadita, jugaba con su botoncito del clítoris y luego, metí un dedo en su pochita, ella se retorció de placer y lanzó un gran gemido y con ambas manos tomó mi cabeza y comenzó a empujarla en dirección de su cotorrita, como señal de que quería que se la chupe, yo apuré el descenso hacia ella y sin dudarlo, me prendí de su clítoris con mi lengua, mientras continuaba con el dedo adentro de su papo, en cuál entraba y salía, haciendo delirar a Luli, que presionaba mi cabeza contra su chuchita, como queriendo meterme dentro suyo, chupé cada pliegue de su vagina, no deje lugar sin pasar mi lengua, su coñito estaba exquisito, se lo chupé y se lo comí con un inmenso placer, hasta que se vino con un intenso orgasmo, del cual, no deje escapar una sola gota, me las tragué todas, mientras que con la mano que tenía libre, comencé a bajar mi pantalón y mi boxer y luego a pajearme, la verga que ya estaba muy dura, está vez nada podía suceder, pensé y me incorporé arriba suyo y apuntando mi pija en la entrada de su mojadisima concha, se la apoyé y comenzó a ingresar en su interior, suavemente y me envolvió con sus piernas y con sus manos me rodeó y comenzó a empujar en contra mío y me cogía ella prácticamente, yo me quedé quieto, por sus salvajes movimientos, nuestros labios se encontraron y nos fundimos en un beso de lengua, muy apasionado, me sujeté de sus nalgas y comencé mis movimientos junto con ella, igual de salvajes. No podía creer, que por fin me estaba cogiendo a Luciana y ella tambien me cogía y estaba muy a gusto con el hermoso sexo que estábamos teniendo, ella se sujeto mucho más fuerte de mi y comenzó a temblar, mientras me decía que siga, que no paré, que lo haga más rápido y lanzó un grito de gozo en señal de que tuvo un gran orgasmo, yo continuaba con el mete y saca, hasta que comencé a sentir el cosquilleo en señal de que me estaba por correr y le lancé toda mi leche dentro de su conchita, fueron como 6 chorros de semen y continué moviéndome hasta que ya no me quedó nada de leche en los huevos y mi erección comenzaba a desvanecerse, luego saqué mi miembro de su cuca, le pregunté si le había gustado y me contestó que estaba esperando esto desde el primer día que se vino a tatuar, le dí un alto beso, al cual ella me respondió de manera maravillosa, luego me vestí, ella se acomodó su minifaldita y su tanguita y finalicé su tatuaje, le dí un beso en la punta de su pezón y le cubrí el tattoo con papel film, se vistió, nos besamos un rato, toqué nuevamente sus nalguitas y luego se marchó diciéndome que pronto volvería por otro diseño, a lo que le dije que cuando quiera, que vuelva, ya sea a tatuarse o solo para que charlemos y nos hagamos el amor, ella me sonrió y me dijo que si, que vendría aunque no sea solo a tatuarse y que le gustó muchísimo lo que hicimos, nos abrazamos, nos besamos por unos minutos y luego se fue. Realmente quedé maravillado por ese bomboncito que acababa de comerme, luego de eso, mi relación con Lucianita, fue mucho mejor y tuvimos muchos más, maravillosos encuentros…
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