Masaje en el año nuevo chino
Buscando cobre, encontré oro al ir a un masaje..
Te cuento que empecé el año nuevo chino con el pie derecho, resulta q había ido al gym y estaba adolorido, por lo que dije “me merezco un masaje”, en la semana había contactado un guey cerca y sentí que este día, empezando el año nuevo chino, era el correcto para recibir el masaje que necesitaba.
Al llegar lo saludé, pasando a comentarle sobre mis dolencias y muy profesional me puso estimulación eléctrica en la zona antes mencionada, antes me solicitó me desnudara, lo cual lo vi muy normal porque la dolencia estaba en la espalda baja atravesando el glúteo. Total, hice lo que me indicó, me puso el estimulador eléctrico justo en el glúteo y la espalda baja y me dejé consentir. Al inicio me masajeó los pies, los chamorros y subiendo por la pierna en el movimiento me rosaba los testículos, ya sabrán que uno no es de piedra, pues me empecé a calentar, pero yo seguía sin moverme porque la verdad yo iba por el masaje y pensé que podría ser un accidente. Siguió el masaje, yo lo disfrutaba con algunos pensamientos pecaminosos en la mente y siguió subiendo, al tocarle el turno a los glúteos, se detuvo, me quitó el estimulador eléctrico, con toda calma lo guardo y se dedicó a seguir el masaje en los glúteos, empezó por uno, luego el otro (mientras yo me seguía calentando, por lo tanto a respirar más profundo), él siguió masajeando y empezó con ambas manos a separarlos y a dejar descubierto mi hoyito (seguía con la duda, porque no me decía nada y ni tampoco se desnudaba o me tocaba por lo menos el hoyito), total detiene el masaje y me dice “tienes 25 min para hacerme lo que quieras, menos SX«.
En ese momento la verdad me quedé sin saber qué hacer y le dije que quería me masajeara la espalda (pues a eso iba la verdad) y pues no lo hacía muy bien, pensé que hacemos con este guey, y le dije que antes que nada se desnudara, me hizo caso y pude ver un chico joven, velludo, alto, simpático sin llegar a guapo, con unos testículos grandes que la verdad se me antojaron y un pene tirándole a chico, pensé que tal vez era del equipo sangre, pero me equivoque, era pequeño, por más que lo estimule manualmente no creció, eso sí lubricaba bastante y eso me agradaba, lo acosté boca arriba y empecé a tocarlo por todos lados, se notaba que lo disfrutaba, empezó a jalársela, pero ¡¡¡ Ó !!! decepción, seguía pequeña, yo me di gusto restregándome y tocando por donde quisiera, en eso me aburrí y me dijo si quería se podía voltear boca abajo, le dije que sí.
Él se acostó boca abajo y que veo un culito peludito y respingón, y pensé “vine buscando cobre y encontré oro”, pues me dedique a sobar su culito, calentándome cada vez más, me acosté sobre él, comencé a acercarme a su cuello, el cual olía a perfume, eso me agradó bastante, y que comienza a gemir y pensé “este es más pasiva que yo”, y seguí olfateando su cuello, pero fui subiendo la intensidad al rosar mi barba por sus hombros y espalda, él comenzó a estremecerse y sabía cuál sería mi siguiente paso, el cual realice sin pensarlo, le mordí el cuello cual vampiro y al mismo tiempo me acomodaba en su culito, el siguió gimiendo y supe que le gustaba la rudeza, en eso me incorpore acomodando mi pene entre sus nalgas y comencé a moverme de adelante hacia atrás y a darle unas cuantas nalgadas, el ambiente era propicio en un cuartito de azotea que parecía un club playero con buen clima y con un play list lento y cadencioso, que me ayudo a agarrar ritmo, mientras yo pensaba en todo eso, el seguía tendido dejándose hacer, y me volví a abalanzar sobre su cuello y hombros, mordiendo con más fuerza, él solo decía que qué rico, que no parara, de vez en cuando me detenía para moverle de posición mi verga y la sintiera, cada vez que hacia esto, el paraba el culo, sabía que la quería, pero lo deje sufrir un rato en lo que me divertía, llegué con mi lengua a su oreja y se la introduje, lo cual le provoco un espasmo que pude sentirlo en mi verga al apretar su culito, yo seguí rosando todo lo que quise mientras mordía su oreja, esperaba me detuviera en cualquier momento, pero nunca lo hizo, por lo que yo decidí seguir.
Restregando mi barba y uñas por su espalda me incorpore, abrí su culito y vi su anito que empezaba a dilatar, me dedique a puntearlo y podía sentir como se introducía la punta y él se hacía para atrás queriendo entrara, pero yo la volvía a sacar para que sufriera de deseo, no sé si de verdad yo lo estaba haciendo muy bien o era la feromona de haber ido después del gym, el caso es que sabía que en ese momento él estaba entregado a lo que yo quisiera hacer, por un momento pensé en sus comentarios donde me restringía de tiempo y actividad sexual, lo cual me hizo calentarme más, porque lo estaba haciendo romper sus propias reglas y eso me encantaba, decidí detenerme y ponerle aceite en el hoyo y penetrarlo con un dedo, lo acepto sin chistar, gustoso, estuve un buen rato y seguí mordiendo su bonito culito al tiempo que cambiaba de dedo.
Después de un rato me volví a colocar sobre él poniendo mi pene justo en su ano y lo presionaba un poco, al cerrarlo y abrirlo me masajeaba la cabecita muy rico, pasando un rato, empezaba a restregar me en su anito y el otro lo paraba, y seguía punteando mientras sentía que el otro me lo permitía, y estuve a punto de dejársela ir, pero solo lo hacía sufrir, en eso le doy un empujón bien duro, pero no con la intención de penetrarle, más bien abajito para que solo sintiera el tamaño, la dureza y lo quisiera sentir dentro, escuche que gemía y me acerco a su oreja y le digo «NO SEX». Me enderece, le abrí las nalgas y al ver el chiquito estaba decidido a metérsela, logre colocarla y se lo rose con la cabecilla, la estaba metiendo cuando sentí venir el orgasmo sin previo aviso y alcance a sacarla quedando presionada entre sus nalgas y yo terminando con varios chisguetes que quedaron en su espalda, él dejó de moverse al sentir los chisguetes volteando a preguntarme si había terminado, contestándole que sí, me pregunto si podría hacerle un favor, yo con curiosidad pregunte cual y su palabras fueron “me los puedes embarrar en la espalda”, no esperaba eso, pero resulto perversón el niño, lo hice con gusto, agarre mi venida con las manos y la esparcí por toda su espalda, dándole un masaje mucho mejor del que él me había dado, mientras hacia eso mi pene seguía aprisionado por sus nalgas; al sentir esto, lo voltee a ver y pensé, porque solo el disfruta de sus perversiones, y que le pregunto si me dejaba tomarle una foto con mi pene entre sus nalgas, el acepto gustoso y seguí restregándola para encontrar el mejor ángulo y la foto termino en varias.
Salí de ahí más relajado de lo que hubiera pensado al llegar, con un bonito recuerdo fotográfico y con la solicitud de que regresara pronto.
Hasta ahí mi reporte.
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