Matutina
Muy temprano, a oscuras, se pudo haber hecho más..
Esto pasó en el tiempo del lapso escolar 2001-2002, yo iba en 3er año de preparatoria en lo alto de un cerrito, frente a mi prepa estaba otra, no diremos nombres de escuelas, para llegar a ellas si no te llevaban en carro tenías 3 opciones:
1.- Esperar un autobús que te dejaba en la entrada al camino para subir el cerro y llegar a la escuela, el cual era con varias curvas y empinado.
2.- Tomar un taxi “colectivo”, que te subía a la escuela, pero te cobraba el doble de un autobús, había quienes se podían dar ese lujo.
3.- La opción de un servidor y muchos más, esperar un camión “Especial”, que solo recogía alumnos de esas dos preparatorias y nos subía y dejaba en la entrada de la prepa.
Era mi ultimo año escolar, entrabamos a las 7 am, entonces en el camión especial existía un orden para subir, los hombres por la puerta de atrás y las mujeres por la puerta delantera. La parada donde yo abordaba era de las ultimas, y siempre la puerta de atrás ya traía a muchos cabrones colgando, muy saturada el área de abordaje de hombres, y los choferes con tal de sacar mas dinero pues me subían por la puerta de adelante.
Yo no traía ninguna mala intención, para ese entonces yo ya no gozaba del culito de mi tía Elvia (Busquen el relato), me culeaba a una de secundaria pero no era muy seguido (luego hago ese relato), mi principal fuente de satisfacción era la paja, pero un día estaba muy lleno, yo rodeado de mujercitas de entre 15 y 17 años, yo tenía 17 también, estaba tan saturado el autobús que “sin querer” ya estaba atrás de una niña de la preparatoria frente a la mía, y pues le di unos lleguesitos a sus nalguitas que pude sentir estaban muy buenas, y pues la chica no reaccionaba, solo me dejaba llevar por la inercia de las curvas en el trayecto del viaje, exagerando un poco para poder tallarle mi verga, aunque sea por encima de nuestras prendas, a ese culito que se sentía tan delicioso.
Pasaban los días, y el destino muchas veces nos juntaba, en la penumbra, antes de que saliera el sol, la distinguía entre las demás, discretamente me acomodaba tras de ella, y suavecito, y poco a poco empezaban los arrimones, mi verga bien dura, pero inclinada a la izquierda, se tallaba en esas nalguitas, siempre cuando llegábamos a nuestro destino ella se bajaba de inmediato, no sin antes regresarme a ver con una mirada muy picara y una ligera sonrisa casi invisible, y a paso acelerado se metía a la escuela.
Torpe como hasta la fecha a veces sigo siendo, no tuve nada de iniciativa para escalar las cosas a más nivel, para mí era suficiente darle sus arrimones 2, 3 o a veces los 5 días de la semana que me la llegaba a encontrar, yo creía que ese culito era mío, hasta que un día en el autobús saturado de alumnos se escuchó un grito – “¡¡PINCHE PUERCO!! ¡¡ HAZTE PARA ALLA!!, me quedé helado, pero el grito no era hacia mí, yo estaba en el primer tercio del autobús, y el pedo fue a la mitad del autobús, algún wey igual que yo se la iba tallando a otra chava, pero ella gritó y varias chavos y chavas se le fueron al vato física y verbalmente, lo bajaron del autobús a medio viaje y a mi me dio escalofríos, ya no seguí con lo mío.
Como 3 días ya no me puse atrás de ella por el miedo que me pasara algo igual, o quería verme en esa situación, pero ella, un día que estaba cerca, solita se acomodó frente a mi, y me pegó las nalgas, ella sola se tallaba y me regresaba a ver riendo, yo entendí el mensaje, éramos cómplices, cómplices estúpidos.
Y así todo el año escolar, ella seguramente era de primer año, ya tenia un culito para arrimar mi verga en el trayecto a la escuela, nunca cruzamos palabras, solo mirada y sonrisas, ella siempre se bajaba rápido y se metía corriendo a su escuela. Dije cómplices estúpidos, por que si yo principalmente, la hubiera abordado, quizá no solo serian tallones de verga, quizá con ella y $120 pesos mexicanos de aquel entonces, hubiera sido la primera mujer con la que e encerrara en un motel, y ahí su culo no tendría prendas que la protegieran de mi verga que se ponía dura como el concreto.
Sali de la prepa y ni pude despedirme, no supe su nombre, así que solo la recuerdo como “matutina”.
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Woooooooooooow! qué rico tu relato con Matutina.