Me cogí a Alan, el gordito de 12 años.
En este relato les voy a contar como me logré coger a mi gusto a Alancito, un gordito de 12..
Empezaré este relato contándoles esa excitante situación que viví hace un varios años y que recuerdo vívidamente. Es un relato un poco largo pero MUY excitante y morboso, debo recalcar que todo esto es 100% real y es por eso que quiero explayarme en esta historia para tu deleite jaja.
Mi familia en ese entonces solía ir cada año de visita a la ciudad donde nació mi padre, es una ciudad relativamente pequeña pero se caracteriza por que hay mucha gente de rancho, extrañamente la genética de alguna gente de allá es de un origen tipo español (personas con piel muy blanca, ojos de color claro y “güeros” como les llamamos acá) y eso tiene sentido por algunos de los apellidos que prevalecen hasta ahora, nosotros somos de México.
Con estos rituales anual es común ver como con los años las personas cambian y este es el caso de Alan, lo vi crecer desde sus 4 añitos y siempre me pareció un niño muy bonito, el es de ojos verdes miel, regordete pero a un punto digamos hermoso, de piernas y brazos anchos, nalgas bastante prominentes (hasta la fecha), labios muy rosas (y otras cosas rosas más que contaré abajo jaja) una carita de ángel, y su clásico cabello rubio castaño peinado de lado, que heredó de sus papás que son de esa misma ciudad, digamos que son de familia de dinero.
Su familia siempre nos invitaba a un rancho/hacienda que tienen a las afueras de la ciudad, casi siempre en fechas de Navidad, donde mi papá aprovechaba para ver amigos de su infancia y familia y visitarlos a ellos.
Con el paso de los años notaba que Alancito se ponía cada vez más lindo, él y yo siempre fuimos apegados ya que él al ser hijo único digamos que en esas reuniones no había muchas personas con quienes hablar, él me causaba algo que caí en cuenta que era cariño y morbo (descubrí que me gustaban también los niños en mi pubertad/adolesdencia), después de todo es como me encantan los nenes, gordito y güerito.
Usualmente pasábamos un par de días con ellos hasta que casi llegaba la Navidad y regresábamos a nuestra ciudad, siempre dormí con él en el cuarto que tenía para él en el rancho por petición suya, él siendo un niño mimado (y hasta cierto punto un poquitito afeminado) hacían lo que él quería ya que era súper consentido y yo no me quejaba, me gustaba su compañía y humor y por pláticas actuales se que a él también, la pasábamos jugando videojuegos y viendo películas o caminando por la hacienda/rancho ya que yo al ser mayor que él por 7 años digamos que se sentía protegido a mi lado y a mis papás y los suyos les daba gusto que tuviera con quien compartir tiempo en esas visitas, lo he visto crecer desde entonces, pero esta historia paso a sus 12 años donde sucedió lo siguiente.
Se cumplió la fecha en la que solíamos visitarlos y mi mente se quedó perpleja al llegar y ver como en un solo año se había puesto TAN hermoso, había crecido más, sin dejar de ser un niño, su cuerpo se había puesto más grueso, su pancita seguía intacta y esos pechitos que me ponían a mil al volverlo a ver, acababa de entrar a la pubertad y los cambios físicos eran obvios, y con ello el trato que nos dábamos, las pláticas ya se enfocaban en cosas más morbosas, las típicas preguntas de si a ti te salen “mecos” (semen) si ya tenía vello en mis partes etc, lo cual no era nuevo para mi por yo ser más grande, ya había pasado por esos cambios.
Esas pláticas me ponían la verga súper dura y se que él se daba cuenta (tengo un pene grande y algo gordo), por mi mente solo pasaba el querer verlo desnudo, ya lo había hecho antes, en visitas pasadas, ya que era común bañarnos y arreglarnos en su cuarto antes de salir a la ciudad, pero ahora moría de ganas por tenerlo así ya con su cuerpecito más desarrollado, siempre me pareció un osito muy hermoso pero ahora era un ángel a mis ojos. Un ángel ahora pervertido por la lujuria de las hormonas y pubertad por la que pasamos los hombres.
Cabe destacar que lo que pasó esa noche fue debido a que mis papás y los suyos tenían ganas de salir a visitar familia y también debido a la rebeldía de Alancito de no querer seguir su plan (o eso imaginé), él quería que nos quedáramos a jugar el último videojuego de aquel entonces “Tekken 4” en su nueva PlayStation 2. Recuerdo algo de la plática:
Alancito: “Papá? Yo no quiero ir con ustedes, siempre me aburro con las pláticas y además aquí está Ricardo de visita y tengo la Play 2, ándale, déjanos quedarnos andaleeee!”
Yo en mi mente pensé: por favor que nos dejen ya a solas jaja.
No hizo falta mucha súplica ya que como digo era súper mimado y yo para ese entonces ya tenía 19 años, aunque siempre me he visto mucho MUY joven a comparación de mi edad siempre fui súper responsable y por ende sus papás y los míos aceptaron. Imagínense, teníamos todo el rancho para nosotros a solas y yo ya tenía la verga dura de pensarlo, era un lugar seguro y sabía que nadie nos molestaría.
Total, nuestros papás salieron a su fiesta no sin antes decirnos que nos portáramos bien, que había pizza y que iban a llegar un poco tarde, nos despedimos y subimos al segundo piso con pizza que quedó de sobra, donde quedaba su cuarto en su cama gigante.
Después de jugar una o dos horas videojuegos, lo estábamos pasando muy bien, sabía que el me había extrañado y yo a él, perooooo en eso veo que su mirada cambia y de la nada me dice:
Alancito: “Oye, ¿y si vemos unas pelis que encontré en el cuarto de mi papá? Son pelis porno jaja”.
Yo me quedé atónito, se me hacía rarísimo como en un año ya se había hecho tan pervertido, pero sin dudar acepté y el buscó y puso la primer película en el DVD y nos recostamos a verla, la primer escena era de un hombre follando a una jovencita que se veía muy pequeña, parecía una niña y eso puso a mil a Alan, que veía como acariciaba su entrepierna sobre el short y notaba su erección que era no muy grande pero visible.
Eran las 9 PM y sabía que ellos tardarían en regresar, en lo que pensaba en el tiempo que tendríamos libre me sacó del trance su pregunta:
Alancito: “Ya viste cómo le mete su vergota por la cola? Qué rico se ve como le entra y sale”
Yo solo atiné en decir que se sí veía muy rico era verdad, y aunque me hubiera gustado que la película fuera gay la verdad el hombre de la peli recuerdo que estaba muy vergón como yo, para ese entonces yo ya estaba re duro como una piedra y también sobaba mi verga por encima del pantalón como el lo hacía sobre su short, algo que no pasó desapercibido para él porque a cada rato volteaba a verme, me armé de valor y le dije que nos masturbaramos, que total, no había nadie más que los dos y él sin más aceptó, yo ya sabía que también el había descubierto lo placentero de tocarse por las pláticas de esa mañana/tarde.
Le pregunté que si le gustaría que nos desnudáramos para estar a gusto y para mi sorpresa aceptó, no me fue difícil convencerlo, a lo cual le dije que le ayudaba.
Lentamente le fui quitando toda su ropita, primero su playera, al instante saltaron esos pequeños pechos hermosos, con pezones tan lindos y rosas, el procedió a quitar la mía, veía su cara de excitación y notaba su respiración más agitada, él es de esos güeros que se ruborizan fácilmente, me quité la mía y vi su cara llena de morbo, me volví a armar de valor y le pregunté que si ya había besado a alguien y me dijo que no (era mentira, el me contó años después que para ese entonces el ya se había besado con uno de los amiguitos de la escuela a escondidas) entonces le pregunté que si tenía ganas y sin dudar aceptó, me acerqué a él y nos fundimos en un beso adolescente, de esos llenos de lujuria y desesperación, el me abrazó con sus bracitos pegados a mi espalda y me tocaba tímidamente, un tanto inexperto, yo lo acariciaba como a un gatito mientras le metía mi lengua mientras de fondo se escuchaban gemidos fuertes viniendo de la TV, era el mood perfecto para hacer morbosidades.
En ese beso apasionado lo jalé hacia a mi y lo puse encima mío, acariciaba su espalda y tocaba y apretaba sus firmes nalgas, él tímidamente tenía sus manitas en mis cachetes y movía sus labios y lengua imitándome, sentía su pene duro como un lápiz picando mi estómago sobre su short y fue cuando ahí le bajé toda la ropa que le quedaba, quedando desnudo encima mío, tocaba su culito tan blanco como la leche con tanta lujuria y el solo gemía quedito, se dejaba llevar por el momento y fue ahí cuando decidí también bajar mi pantalón y boxer. Su mirada se quedó atónita y me dijo, la tienes ya mucho más grande jaja, yo le dije lo mismo, su verguita ya era de un niño adolescente.
Yo ya notaba cierta actitud pasiva de su parte con el pasar de los años, ya que el seguía mucho mis órdenes y fue así que le propuse que nos diéramos un baño, él aceptó diciendo que sí, que era buena idea, así que pasamos al baño. Querido lector, quiero que imagines lo morboso y excitante que es tener a un niño de esa edad jugando al sexo y a aceptar bañarse contigo jaja. Solo lo vi caminar delante mío y me deleite con esa vista, ese chaparrito nalgón iba a ser mío sí o sí.
Los estábamos ahí desnudos, con nuestras vergas duras, el tenía nada de vello en su pubis, pues el seguía siendo un niño, un angelito HERMOSO, procedimos a meternos en la ducha y encender el agua caliente, en ese lapso nos tallábamos y besábamos con cariño y lujuria, nuestros cuerpos oliendo a jabón Dove, el agua tibia/caliente recorriendo cada milímetro de nuestro cuerpo, yo lo tocaba y sobaba su verguita dura que no media más de 11 CM, era rosa en la punta, unos huevitos suaves que le colgaban, era glorioso tenerlos al tacto y así sin más me bajé a mamar su verguita.
El sabor era exquisito, ese olor a niño mezclado con adolescencia, ese sabor de verguita adolescente es un manjar, no podía creer que después de un par de años de anhelarlo estaba sucediendo. Sus gemidos leves eran música para mi, los que han estado con un un nene saben a que sonidos me refiero, ese sonido primal y natural en los hombres, pero que en el eran de una voz menos gruesa, de niño. Un niño pervertido. Sus ojos hermosos verde miel me veían con lujuria mientras yo le comía su penecito. El entre ratos tocaba y masajeaba mi verga dura como metal, por dios que pinche sensación tan rica.
Le pedí que por favor ya saliéramos al cuarto a seguir lo que hacíamos y aceptó sin más. Lo sequé y acosté en la cama en lo que él hacía lo mismo conmigo. La película seguía rodando en el DVD y nosotros traíamos las vergas muy duras. Fue ahí cuando ya no me importó nada, porque pensaba que él había propiciado esa situación y seguro quería pasarla tan rico como yo.
Lo acosté boca arriba sobre la cama y bajé lentamente a mamar de nuevo su verguita y huevos turnándome entre ellos, fui bajando más y más, hasta llegar a su hoyito que olía divino, era rosa como su penes y pezones, muy apretado, yo profanaba con mi lengua y labios su anito de niño, el solo pujaba y se quejaba de placer y a veces se reía, supongo por las sensaciones nuevas, apretaba fuerte las sábanas, le puse una almohada bajo la espalda baja y le pegue un mamadon de colita que yo creo que jamás va a olvidar como yo, succionaba como desquiciado ese manjar. Ya no me importaba nada.
El pujaba y decía “ayyyy primo qué ricooo se siente” (me dice primo de cariño), eso me motivó a meterle lengua y comenzar a meterle un dedo muy ensalivado, él solo se quejaba pero no de dolor, eran pequeños gemidos de placer, noté que en su punta del pene durito el ya tenía una gotita pequeña de pre semen, yo ya estaba lubricando como loco pero quería prepararlo bien antes de follarlo como me enseñaron de niño, me dediqué a meterle dos dedos que fue hasta donde el aguantó, les daba vuelta en su colita y trataba de estimular su próstata con mucha saliva de por medio, en lo que me alternaba en darle besos de lengua y mamar sus pezones, esas chichitas que me tenían todo loco y excitado.
Le pedí que por favor me mamara mi verga, no voy a decir que él era un experto mamándola porque eso sería una vil mentira, él solo repetía lo que veía en la TV y lo que yo le decía que fuera haciendo, solo diré que su carita angelical con toda mi verga en sus manitas y su boquita era una imagen súper lasciva, metía mi glande y un poco más haciendo succión, pasando la lengua por la cabeza y de nuevo metiéndola en su boca, yo solo gemía por inercia, ese niño me estaba dando una mamada espectacular para su edad, supongo que por el morbo de ser su primera vez. Yo no quise incomodarlo siendo brusco, el sexo quería que fuera hermoso.
Después de unos cinco o más minutos de eso le pregunté si tenía crema para el cuerpo y afortunadamente en su cajón de su mesa de noche tenía, seguro la usaba para pajearse como loco, le dije que si el quería probar lo que hacían en la película, su respuesta fue: «Sí quieres hay que probar pero por favor no me lastimes por qué lo tienes bien grandote” (dos días después me contó que el ya jugaba con su anito desde más niño y es por eso que se que aceptó)
Su respuesta me dio entrada a cumplir mi fantasía más morbosa, enterrarle mis 18 CM de verga, sin exagerar, le pedí que por favor si le dolía me dijera algo y el con su carita toda ruborizada solo dijo un tierno sí, y ahí comenzó, puse mi verga que está un poco gorda en la entrada de su ano rosita, le daba masajes en la entrada con mi glande, hacía mucha presión sin meterla para que se hiciera a la idea de lo que seguía, él gemía tímidamente, comencé a meterle la cabeza y vi como frunció la cara, me acerqué a darle un beso de lengua, estábamos en la posición de misionero pero el con sus piernas levantadas hacia los lados y yo presionando, me estaba robando su virginidad, primero entró una pequeña parte y me dijo: “ay ay!!!, espérate poquito me está doliendo” y se que no mentía por qué el estaba demasiado apretado, sentía como asfixiaba mi verga.
Procedí a jugar sacándola y metiéndola lentamente, en lo que le sobaba su verguita dura, el estaba en los cielos pujando y gimiendo bajito, solo emitía sonidos como “puhjjj, ahhh, oughhh,” yo sentía que me podría venir en cualquier rato pero hice TODO lo posible por retrasar mi eyaculación, este juego duró unos minutos hasta que ya lo tenía casi todo enterrado, había entrado en él y en ese instante volví a apretarlo poniendo mis brazos a su alrededor besándolo, así comencé a dar estocadas primero lentas, sacándola y metiéndola, por Dios, era la sensación más morbosa que había vivido en años desde que de niño jugaba con el señor Don José, pensé en su trato lindo y replique lo que él me había enseñado en Alancito.
Perdí el recuento de los minutos que llevaba penetrándolo y besándolo, estimulando de vez en cuando su penecito, éramos ya uno solo en esa cama, en la soledad y privacidad de ese cuarto, el cuarto olía a sexo, a crema corporal y un poco de sudor, a su anito que por fortuna no tenía popocita, a nuestras vergas, lleno de gemidos de los dos, la película ya tenía rato de haber terminado, lo comencé a penetrar un poco más fuerte de lo normal mientras escuchaba sus gemidos cada vez más intensos, el clásico sonido de dos pieles chocando una con otra, el comenzó a hacerse un poco de pipí gimiendo y después comenzó a frenéticamente masturbarse y llegó a su orgasmo donde lanzó unos cuantos chorritos de semen un tanto blanquecino y transparente, cayeron en su estómago y parte de su cuello, su cara no delataba el placer que él sentía, sus ojos cerrados y su boca con una mueca de placer increíble. Su cuerpo se había tensado como si le hubiera caído un rayo del cielo. Me hizo recordar la primera vez que yo sentí un orgasmo al ser penetrado de niño.
Sentir sus pulsaciones anales me hicieron perder el control y comencé a lanzarle todo mi semen muy dentro de él mientras lo sostenía fuertemente de su cintura, les mentiría cuantos chorros aventé en sus intestinos pero se que me vine demasiado, los dos gemíamos y pujábamos de tanto placer, no pude más y me derribé encima de él, agotado, nos dimos otro beso muy cachondo y largo y espere a que perdiera la erección para salir de él.
Un sonido como de corcho salió de su colita cuando saqué mi pene y con él un gemido de paz, el pobrecito se veía exhausto, no pude más que abrazarlo y reírme de la situación, el sonido de “Ploppp” se escuchó muy gracioso jaja.
Le dije que era muy valiente y aguantador, le pregunté si le había gustado o si lo había lastimado mucho y él exclamó con un emocionado “sí, me gustó muchísimo, pero también me dolió, y ahora quiero hacer caca, ya no aguanto jaja”, no dejaba de ser ese niño vivaracho que conocía, yo por dentro pensaba en dar gracias a la vida por dejarme vivir algo así, pero no quise sonar cursi o tonto y solo me limité a sonreír y abrazarlo. Me dio morbo escuchar cuando fue al baño y se escuchó ese clásico sonido de pedito acuoso jajaj, al salir me dijo que le salió muchísima leche y pues era cierto, yo había estado mega excitado.
El resto de la noche transcurrió en nosotros dos bañándonos, tocándonos y besándonos en la regadera y su cama antes de que regresaran nuestros papás (tuvimos la fortuna de que no llegaran pronto) estábamos tan cansados que para cuando ellos llegaron nosotros sólo les dijimos que qué bueno que ya habían llegado, pusimos nuestra cara más seria a pesar de que sabíamos las puercadas que habíamos hecho, un tanto indiferentes con ellos, subimos al cuarto a pasar la noche abrazados durmiendo de cucharita, le dije que lo quería mucho y que me había encantado lo que hicimos pues era la verdad, yo sentía mucho cariño hacia él, y el me respondió con un “te quiero mucho primo” con sus ojitos medio cansados, me sentía en el cielo jaja, dormimos demasiado esa noche después de acariciarlo hasta que se durmiera, aun quedaban un par de días más y solo puedo decirles que esos días estuvieron llenos de mucho sexo y placer a escondidas por la madrugada.
Alancito o Alan mejor dicho ahora es un oso güerito muy guapo, vive con su pareja en otra ciudad y seguimos en contacto, las visitas se fueron haciendo cada vez más distantes para cuando el cumplió 18, aún así cada año nos dimos mucho placer y siempre llevaré en mi memoria esos juegos de placer que vivimos en su niñez y yo en mi adolescencia.
Que rico bro. ¿Tienes telegram para contactarnos y hablar?
Claro, escríbeme el tuyo y te contacto!
Te felicito me encantó tu relato me trajo muy gratos recuerdos espero sigas contando más historias
Muchas gracias, me da gusto que ese recuerdo tuyo sea algo positivo, y créeme, tengo muchísimo por escribir!