Me cogió el fontanero de mi vecina
Me atrevo a hablarle al fontanero anciano, mientras trabajaba para mi vecina, y acepta tomarse un momento para cogerme, sudado y sucio de trabajo. .
Hace tiempo que no les comparto ninguna de mis experiencias, pero hoy me pasó algo que creo que vale la pena contar.
Como saben me gustan los hombres maduros, y eso incluye abuelos o hombres muy mayores. Siempre que veo algún hombre así me pasa por la cabeza acercarme y tratar de hablar, pero la verdad no me atrevo. Ya he tenido encuentros por cruzar miradas, pero nunca soy yo el que se acerca a hablar, pues me da miedo incomodar o que se enojen. Pero hoy eso cambió.
Por la mañana subí a mi tejado para revisar mi tinaco, y cuál es mi sorpresa cuando veo un hombre maduro, debe tener más de 60 o 70, trabajando en el techo de mi vecina, que está prácticamente pegado al mío. Estaba lavando sus tinacos o algo así.
Este señor es chaparrito, como de 1,50, delgado con un poco de barriga, moreno muy bronceado por el sol, con la piel arrugada, pero con sus bíceps y pectorales duros, aunque pequeños, seguramente por su trabajo pesado. Tiene poco cabello, pero ya blanco, la cara arrugada y un bigote completamente blanco, aunque no muy tupido. Y vestía jeans, un cinturón vaquero, una playera holgada de trabajo y una gorra. Vaya, se veía como un trabajador de la construcción típico, sólo que bastante mayor.
Desde que lo vi ya pasaron cosas por mi cabeza, pero estaba trabajando con mi vecina y no quería propiciar una situación incómoda. Así que sólo le di los buenos días y seguí revisando, pero la verdad se me iba la mirada constantemente, en especial porque se le marcaba mucho el bulto en su pantalón.
No sé si por casualidad o por mi mirada, pero el señor empezó a hacerme platica sobre el calor que hace, y me pidió una herramienta que le faltaba, pero yo no tenía nada parecido. Terminamos la charla y lo dejé un momento, pero seguía pensando en la oportunidad que tenía y no quería desperdiciar. Nadie nos veía, mi vecina no estaba y el señor estaba sólo.
Así que después de unos minutos me animé a intentar algo. Compré un refresco y se lo subí, aprovechando el calor que hacía. El señor lo aceptó y aprovechando que estaba cerca de mí me atreví a hablarle. Le dije que si podía hacerle un comentario y me respondió que sí. Le dije que esperaba no incomodarlo, pero que lo vi y me llamó la atención, que a mí me gustaban los hombres como él y que perdón por el comentario, pero que no perdía nada por preguntar (traté de decirlo con seguridad, pero también con una voz tímida, para que se sintiera libre de negarse y no tener insistencia).
Él me dijo que no había problema, y que qué quería preguntarle, mientras se acercaba más a mí. Así que me aventé y le dije que pues si quería una mamada o algo, y que mi casa estaba sola y se podía pasar por el techo.
El señor lo dudó un poco, porque estaba esperando a su maestro (para quien no sabe, así se les dice a los trabajadores de construcción de todo tipo, generalmente cuando tienen más experiencia o son los encargados), que llegaría en un rato. Me dijo que sí quería, pero que no estaba seguro si podía en ese momento, pero me agarró del cuello y me dio un beso profundo metiendo su lengua.
Me dijo que esperara una hora para ver si llegaba el maestro, y sino subiera y ya se hacía.
Hice tal cual lo que me dijo, y pasada una hora subí a verlo. Él sólo volteó para todos lados y dijo «pues chingue su madre, de una vez». Y bajamos a mi casa.
Apenas estuvimos en mi habitación me empezó a besar y se bajó el pantalón. Su verga no estaba nada mal, debía medir unos 17cm, bastante más clara que el resto de su cuerpo, con la cabeza un poco más grande que el tronco, y la vena principal bien hinchada, que se le marcaba muchísimo y la hacía ver más gruesa de lo que ya era.
Me sorprendió que no olía nada mal, ya que estaba trabajando y hacía mucho calor. Por supuesto olía un poco a sudor, pero no desagradable y se notaba que había tomado un baño antes de llegar a trabajar. Aunque ahora que lo besaba más, pude notar que tenía un sabor a alcohol. Seguramente la botella que le vi con lo que pensé que era agua, era algún tipo de licor o aguardiente.
Como aclaración no estaba ebrio, para nada. Solamente se notaba que había tomado por el sabor de su lengua.
Como sea seguimos besándonos, yo soy más alto que él, por lo menos por 25cm, así que me tenía que agachar, pero me daba mucho morbo ver lo pequeño y delgado que era en comparación conmigo, pero al mismo tiempo cómo se veía más rudo por las venas marcadas y sus brazos quemados.
Al momento que me agaché para empezarsela a mamar, él tomó el mando. Me tomó del cabello y empezó a marcar el ritmo, y apenas vio que resistía me la metió toda hasta el fondo de mi garganta, incluso se encorvaba y me apretaba pegaba con sus manos sin soltarme, como si me quisiera atravesar la garganta con su verga.
Mientras se la mamaba y me jalaba del cabello para que se la chupara a fondo, me fue empujado contra la cama. Y ya que estuve sentado en el suelo, con la espalda sobre la base, aprovechó para subir las rodillas en la cama, sostenerse con sus brazos y empezar a moverse como si me estuviera cogiendo por la boca. Así estuvo un rato y no me dejó respirar, apenas se salía por error él seguía con su movimiento y me la volvía a meter.
Así estuvo un rato, hasta que se levantó y me empezó a besar de nuevo, y a apretarme el pecho, las nalgas y los brazos. Ahí me di cuenta de que obviamente tenía las manos sucias por estar trabajando, y me había dejado algunas manchas en los lugares que tocó. Pero no era nada excesivo, y más bien me prendió más la imagen.
Como que en ese momento apenas me di cuenta de lo que estaba pasando. Me estaba cogiendo un hombre que podría ser mi abuelo, que estaba sucio por su trabajo pesado y tan sólo se escapó para cogerme un rato aprovechando la oportunidad.
En ese momento me tomó de la cara y me apretó un poco las mejillas, me dijo que nunca había pensado que se iba a coger a una nena como yo (a un hombre, vaya), pero que ya le estaba gustando, que sólo había venido a trabajar a la ciudad y que no iba a dejar pasar la oportunidad, porque llevaba años sólo jalándosela. Supongo que por eso estaba algo agresivo, apretándome y sujetándome fuerte, pero a mí sólo me excitaba más eso.
Se la volví a mamar mientras me apretaba las nalgas y me jalaba del cabello para que fuera una mamada profunda y rápida. Estuvimos unos minutos más así, hasta que le pregunté si me la quería meter. Lo dudó un momento y se vio el reloj, supongo que lo pensó por la hora, ya llevábamos como 15min y su maestro podría llegar en cualquier momento y ver que dejó el trabajo.
Pero no le duró mucho la duda y me dijo que sí. Me puso piernas al hombro, aunque me costó un poco acomodarme por la diferencia de tamaño, pero valía la pena por poderlo ver totalmente de frente: sudado, con las manos manchadas, su piel arrugada y curtida y su pecho muy quemado con pectorales pequeños, donde le colgaba un rosario.
Empezó a cogerme despacio, y a decirme cosas como que no hubiera pensado que fuera una nena, que ya le hacía falta coger, que los días que siga aquí no ve a dejar sin cogerme y que me quería preñar para que le diera un hijo.
Estuvo cogiéndome otros 12 minutos más o menos, con movimientos suaves y profundos. Hasta que agarró más velocidad y me empezó a coger fuerte y rápido. Pensé que se iba a venir, pero no. Fue bajando el ritmo y volvió a cogerme suave, pero ya llevábamos mucho tiempo y tenía que irse.
Así que se la empecé a mamar rápido, y no tardó mucho hasta que me apretó bien fuerte contra él y se vino en mi garganta. No sé cuántos chorros fueron, pero la verga se le movía muchas veces. afortunada o desafortunadamente, su verga quedó bien acomodada en mi garganta y prácticamente toda su leche me la tragaba sin oportunidad de probar mucho. Aun así, llegó un punto donde me estaba ahogando por lo espeso, pero él anciano no me soltaba.
Apenas unos segundos después me soltó y se reincorporó. Entonces pude probar algunos restos de su leche y era bastante suave de sabor, sólo un poco dulce, bastante rica, la verdad.
Ya después de tomar aire me dijo que estaba muy rica, me dio un golpecito en la mejilla, despacio, y me dijo que me quería seguir cogiendo mientras estuviera aquí.
Se puso su trusa, típica de señor mayor. Y se cambió para seguirle al trabajo.
Esto que pasó fue como dos grandes fantasías cumplidas en una. Atreverme a hablarle a un señor mayor y proponerle una mamada o coger, y coger con un trabajador, así en plena jornada.
Fue una experiencia que me excitó mucho y acaba de pasarme, así que la quería compartir con ustedes.
Quién sabe, tal vez siga mi racha de suerte y el señor le cuente a su maestro y terminen cogiéndome los dos jajajaa. Honestamente lo dudo, pero no hay que perder la esperanza.
Maduros de Xalapa pueden contactarme por telegram @Dttm96
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