ME COMÍ LA VERGA CINCUENTA Y CINCO y la disfruté aunque…
Desde los inicios he disfrutado entregar el culo y dejar que los activos se solacen en él con la enorme calentura que se despierta en mí desde el momento en que me pongo en cuatro hasta cuando la verga roza la entrada y siento como mi culo cobra vida y se abre para sentir desde el comienzo ese place.
Desde los inicios he disfrutado entregar el culo y dejar que los activos se solacen en él con la enorme calentura que se despierta en mí desde el momento en que me pongo en cuatro hasta cuando la verga roza la entrada y siento como mi culo cobra vida y se abre para sentir desde el comienzo ese placer lleno de lujuria y deseo carnal insaciable…
He estado releyendo la novela La infancia de un jefe de Sartre y sentimientos encontrados se volvieron a manifestar en mí, aunque de una forma distinta a cuando la leí por primera vez. No entendía cómo un joven se entregaba a las caricias de un hombre mayor hasta que era seducido, sometido y , finalmente, enculado con plena satisfacción y posterior aceptación de su condición. De verdad fue como descubrir que la sexualidad no es tan simple como la sociedad quiere clasificarnos: heterosexuales u homosexuales ya sean masculinos o femeninos. Recientemente se ha abierto un camino de sexualidad intermedia: la bisexualidad. Mi posición la defino como pansexualidad que implica usar el sexo en toda su extensión y sin limites que pueden llegar incluso a la zoofilia activa o mejor pasiva. Me excita ser sometido a un macho canino o incluso a un asno con su verga maravillosamente gigantesca.
Pero vamos por partes. Bergère me hizo recordar a los escarceos a que fui sometido durante mi tierna infancia. Sernino, el cura belga que manoseaba mis nalgas acariciando mis muslos para introducir sus dedos tan cerca de mi agujerito que esperaba ser usado y sin embargo esa espera se prolongaba hasta la indignación. ¿Me ha traído acá a ensartar perlas? El reclamo de Luciano que ya estaba dispuesto a probar qué se siente acostarse con un hombre y dejarse usar como una golfa. Sentirse en los zapatos de Rimbaud y aceptar la pederastia sin complejos.
La verga 55 llegó una tarde en que estaba deseando experimentar con un nuevo macho al que chuparle el miembro se siente tan delicioso porque esa rigidez que se logra succionando será la llave que penetre mis carnes ávidas de sexo viril.
Las órdenes del macho me obligaron a entregarle mis nalgas en cuatro o enculado cabalgando su verga o con una pierna en el aire mientras de lado me encula hasta el fondo con golpes de pelvis que me hacen alucinar.
Me lleva por todas los rincones y me somete a sus enculadas fuertes y rápidas.
¡Cómo hubiera gozado ser violado, desvirgado a mi más tierna edad en que me excitaba todo lo relativo al sexo. Y con una inaudita fuerza el sexo con hombres experimentado entre chicos que buscábamos a los más pequeños y los sometíamos ya sea con violencia o simplemente con ofertas que no podían rechazar.
Asi fue como pusimos a Lalito a nuestra disposición. Ponerle el pene entre sus nalguitas albas y su anito rosado era una entretención que practicábamos en grupo pasándolo de un pene a otro. Solo uno había penetrado el culito virgen del muchachito para dejarlo listo para nuestra lujuria infanto juvenil. El cura Freddy había sido el que abriera el canal hasta introducirle toda su verga gruesa y larga de campesino. Lo descubrimos después de tenderle una trampa y quedara a nuestra disposición con todos sus recursos obtenidos en contra de su propia adhesión a los mandamientos de la iglesia.
Mi propia historia se inicia después de una larga etapa de hetero que solo abandono cuando empiezo a tener deseos irrefrenables de probar ya la verga sin prejuicios ni culpas, solo quería sentirme hembra en cuerpo de macho.
Me entregué a Maury en un camino rural en que estacionamos el automóvil y en el asiento trasero me puse en cuatro para que, ¡Por fin! me metieran la verga. Y Maury me la metió después de mamarlo un rato.
-¿No te masturbas mientras te culeo?
-No, quiero sentir lo que sea solo por el culo y sin tocarme para nada la verga.
-¡Como quieras! Te la meto… Y me penetró de una hasta el fondo.
-MMMMMMM. Se la resistí toda, me dije estoy listo.
Un meneo de caderas y Maury con maestría de experto, me enculó durante un tiempo que a pesar de ser un par de horas, me pareció corto. Pero esa no sería la única vez. Porque siguieron muchas veces en que me dio por el culo con su no despreciable pichula.
A esa primera experiencia siguió Fernando en una ciudad de la V región a la que llegué dispuesto continuar mi carrera de puto marica que le gusta el pico y que se lo den por culo- Me reí de esta imagen de marica en closet-.
Después de bajarme del taxi me dirigí a la dirección que se me había indicado. veo la silueta de un hombre alto , moreno, de cara adusta pero agradable. Le pregunté por mi contacto y me respondió que aún no llegaba pero que lo haría en breve. Me invitó a pasar.
De entrada me pidió que le mostrara el culo. Ya le había enviado una foto de cuerpo entero, desnudo. Me hizo bajarme pantalón y braga y mostrarle mis nalgas depiladas. Desprendí un trozo de papel higiénico que usaba de protector y me pidió que me abriera las nalgas. Lo hice con no poca excitación. Me invitó a la mesa y me sirvió un café.
Al poco rato llegaron los invitados. Mi contacto, un periodista español y un profe de matemáticas…
El anfitrión nos invito a una partida de dominó y elegí a periodista de pareja. No me gusta lugar pero conocía casi todos los juegos y tenía habilidad paa ese en especial. Por supuesto que ganamos. Por ser los ganadores debíamos elegir qué queríamos. Mi compañero pidió que se la mamara el profe de mate y yo pedí que me la metiera Fernando. Iba a recibir la segunda verga.
Pienso ahora que antes de la 55, tuve la 53, una verga floja y la 54 una verga dura que me hizo la tarde ese día con su rigidez y fuertes enculadas hasta que acabó en el condón. Lo guardé con la intención de usarlo más tarde para experimentar que me corriera por la entrada del culo y se deslizara por las nalgas hasta los muslos.
Recuerdo que la segunda verga tuvo la primicia de abrirme el segundo esfínter que resentí con un dolorcillo que rara vez he vuelto a sentir, porque ya mi culo sabe cómo dilatarse para recibir vergas con placer y sin dolor. A veces me gustaría haber sentido cuando te rompen la virginidad, poque nunca tuve ese placer, así que Fernando fue el primero en tomar mi hombría y convertirme en putita caliente dispuesta a recibir verga.
Solo dos vergas me han producido un orgasmo anal. Las dos veces han sido mientras cabalgaba desnudo y excitado las vergas de Ricky, el chef y Armando, el vidriero. La sensación de acabar sin tocarme y solo moviendo mi culo al rededor de la verga es extraordinariamente excitante. Me sentí raro al eyacular mientras mi esfínter sufría espasmo apretando la verga que aprisionada clavaba mi canal…
Continuará
Soy Juana, la loca y he aquí mis historias llenas de eróticos saltos hacia el pasado y con ganas de recibir más verga en el futuro. ¿Llegaré al centenar de vergas ? solo el tiempo dirá porque mi culo solo quiere ser usado una y otra vez.
[email protected] si quieren que responda algo privado.
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