Me convertí en su esclavo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Disca73.
Después de unas semanas hablando por el Messenger, me dijo que quería conocerme en persona y que no le importaba que yo fuese minusválido (utilizo muletas y botas con aparatos ortopédicos para caminar).
El sábado por la noche fui a su casa. Vivía en un chalet a las afueras de Valencia. Llamé y me abrió una mujer de unos 55 años, morena, 1´60 aproximadamente y bastante gordita.
-Perdone, pero creo que me he equivocado. Estoy buscando a María.
-No te has equivocado. Es aquí. Pasa, María se está duchando y ahora saldrá. Yo soy su madre. Me llamo María
-Yo me llamo Angel.
-Entra en el comedor y siéntate en el sofá mientras yo voy a por algo para beber. Mi hija aún tardará un rato ¿Qué quieres tomar? Y no acepto que no quieras tomar nada por respuesta.
-Una Coca-Cola. Gracias.
-Vale. Ahora vengo.
Vino enseguida, con un vaso de Coca-Cola para mí y una cerveza para ella. Me lo bebí rápidamente ya que tenía bastante sed y enseguida me noté mareado y me desmayé.
Cuando me desperté, estaba tumbado en una cama, atado de pies y manos en la cama. Sólo podía mover un poco la cabeza y vi que estaba vestido con ropa interior femenina (braguitas, sujetador y medias blancas) y también tenía puesto un collar de perro en el cuello. Tenía la boca tapada con esparadrapo y no podía gritar.
Al rato, apareció la mujer que me abrió la puerta. Se había cambiado de ropa y ahora llevaba puesto un batín.
-Bueno, te voy a explicar la situación. A partir de ahora, serás mi esclavo y harás todo lo que yo te diga. Por cierto, María no existe. Era yo quien chateaba contigo. Perdona por mentirte pero tú tampoco me has dicho que llevabas pañal como los bebés y que tienes un pene tan pequeño que no sirve para nada. De todas formas, eso no me importa porque sólo me interesa tu boca y tu culo. Te voy a quitar el esparadrapo pero no te molestes en gritar porque nadie te va a oír y si lo haces me enfadaré y tendré que tomar medidas. Si has entendido lo que he dicho, asiente con la cabeza.
Asentí y me quitó el esparadrapo de la boca de un tirón. Me hizo daño pero no grité.
-Y si no acepto ser su esclavo ¿Qué pasará?
– Te aconsejo que lo aceptes por las buenas porque si no tendrás que hacerlo por las malas y será peor. Además, te he hecho fotos y un video conforme estas ahora y no creo que quieras que se lo mande a tus amigos del Messenger. Tengo tu contraseña y no te molestes en cambiarla porque volveré a averiguarla sin ningún problema. Te voy a dejar un rato a solas para que te lo pienses mientras voy al baño pero antes te voy a poner estas pinzas en los pezones.
Apartó el sujetador, me las puso y se fue. Me dolía bastante pero no podía hacer nada por quitármelas.
A la media hora más o menos volvió.
-Bueno, ya estoy aquí. ¿Qué has decidido? ¿Por las buenas o por las malas?
-Por las buenas.
-Así me gusta. Has elegido bien. Voy a quitarte las pinzas. Otra cosa, a partir de ahora me llamarás mi Ama y cada vez que termines una frase lo harás con esas palabras y sólo hablarás cuando se te pregunté. Yo te llamaré perra y caminarás a cuatro patas porque eres una perra. ¿Has entendido, perra?
-Si, mi Ama.
-Muy bien. Pues vamos a empezar tu adiestramiento, perra.
Se quitó el batín. Sólo llevaba puestas unas bragas y también se las quitó.Me di cuenta que sus bragas estaban muy sucias. Se puso encima de mi, con su coño en mi boca. Casi no podía respirar.
-Llevo días sin lavármelo. Límpiamelo con tu lengua, perra.
Olía muy mal. Saqué la lengua y empecé a chupárselo.
-Así me gusta, sigue perra.
Estuve más de media hora chupándoselo y se corrió un par de veces en mi boca. Cuando se cansó, se apartó. Por fin, podía respirar.
-Ahora me vas a chupar con tu lengua el ojo del culo que tampoco me lo he limpiado en días. Obedece, perra.
Casi me dan ganas de vomitar cuando acercó su culo a mi boca pero se lo chupé. Tenia algún trocito de mierda que no pude evitar chupar. Estuvimos otra media hora así hasta que se cansó y se levantó.
-¿Te ha gustado, perra?
-Si, mi Ama.
-Bien. Una pregunta ¿Eres virgen analmente?
-Si, mi Ama.
-Pues vas a dejar de serlo este fin de semana.
Me bajó las braguitas, me quitó el pañal, que ya estaba muy mojado y también me había corrido en él mientras le estaba comiendo el coño y el culo. Cogió unos guantes y se los puso. Se puso un poco de vaselina en los dedos y también me puso en el ojo del culo. Introdujo un dedo y luego otro y los movió poco a poco.
-Tienes el ojo del culo muy pequeño. Habrá que hacerlo más grande. Ahora vengo, perra
Se levantó y estuvo buscando algo. Al rato apareció con un pene de goma. No era muy grande pero no me gustó la idea aunque no dije nada para que no se enfadase y fuese peor.
Le puso vaselina y me lo introdujo en el culo poco a poco y luego lo estuvo moviendo durante un rato. Mi pene se estaba poniendo erecto y ella se dio cuenta.
-Vaya, parece que al pequeñajo le gusta.
Introdujo más el pene de goma y lo dejó así. Me puso un pañal nuevo que llevaba de repuesto y el usado me lo puso encima de la cara con mi orina y semen en mi boca. Después, cogió sus bragas sucias y me las puso por encima de la cabeza para sujetar el pañal y que no me lo pudiera quitar de encima. Yo casi no podía respirar.
-Bueno, me voy a cenar. Descansa que luego seguiremos, perra.
Se fue y cerró la puerta con llave.
Me quedé medio dormido y mi Ama me despertó con dos bofetadas. Me quitó las bragas y el pañal que tenía en la cabeza.
-Despierta perra. Te he traído tu cena. Como eres una perra, sólo comerás comida para perros. He visto que estaba muy seca y la he remojado un poco con orina mía para que puedas tragar mejor. Espero que te guste. Ahora te voy a desatar las manos y los pies y no hagas ninguna tontería porque te arrepentirás.
-Gracias, mi Ama.
-Ponte de rodillas y come como lo que eres, una perra. No utilices las manos. Sólo con la boca.
-Si, mi Ama.
Tenía mucha hambre y aunque la comida estaba horrible me la comí sin protestar. No dejé nada. Mientras yo cenaba ella se puso un arnés con un pene de goma más grande y más gordo que el que yo tenía metido en el culo.
-Bueno, ahora que ya has cenado vamos a continuar. Súbete a la cama pero quédate a cuatro patas.
Obedecí. Me bajó las braguitas y el pañal y me quitó el pene de goma que tenía metido en el culo. Ví como le ponía vaselina al pene que tenía puesto con un arnés y también noté que estaba poniendo en mi culo.
-Ahora voy a follarte, perra.
Introdujo el pene en mi culo. Al principio, iba despacito pero poco a poco fue aumentando el ritmo. Me hacía daño pero yo no protesté.
-¿Te gusta, perra?
-Sí, mi Ama.
Estuvo una hora follándome.
-Bueno, por hoy ya está bien. Túmbate en la cama. Mañana continuaremos con tu adiestramiento, sucia perra. ¿Te quedan pañales?
-Si, mi Ama. En el coche tengo más por si ocurre alguna emergencia, mi Ama.
Me ató de pies y manos a la cama. Salió de la habitación y volvió en cinco minutos. Me cambió de pañal y me puso el pañal sucio en mi cara, lo sujetó otra vez con sus sucias bragas y se fue. Escuché como cerraba la puerta con llave. Me dolía el culo un montón y el olor del pañal en mi cara no me dejaba dormir pero, al final, el cansancio pudo más y me dormí.
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