Me estrenaron de niño, Parte 1: Mi primo me roba la inocencia y desde ese día me ha usado para darse placer.
Soy Mateo y esto sucedió cuando tenía 14 años. Era un niño blanco, cabello rubio, muy alto para mi edad, bastante flaquito, y lo más importante… TOTALMENTE INOCENTE..
Estaba muy emocionado por ver a mi primo, Daniel. Siempre sentí cierta atracción por él. En ese entonces Daniel tenía 17 años y era un FuckBoy en toda regla, muy alto, bronceado y con un cuerpo bastante bien trabajado para su edad. Recuerdo el escalofrío que recorría mi cuerpo cada vez que lo veía con su ropa deportiva: una playera tan ajustada que no dejaba nada a la imaginación, su gran pecho y abdominales marcados eran un espectaculo para mi (aunque ni siquiera entendía muy bien la razón); por otro lado, a él le encantaba usar siempre shorts bastante cortos, y no mentiré, ver sus fuertes piernas hacía que las mías temblaran como gelatina.
Aquel día iría con mi familia a casa de mi tía para celebrar su cumpleaños. Al llegar lo primero que hice fue salir corriendo hacia el cuarto de Daniel, no podía esperar a pasar tiempo con ese chico que por alguna razón me hacía sentir un vacío en el estomago cada vez que estaba cerca.
Abrí de golpe la puerta y alcancé a ver como mi primo, acostado sobre la cama, hacía un rápido movimiento para cubrirse con las sabanas. Se le veía muy agitado y sudoroso.
-¿Qué estabas haciendo?
-Eh… Nada… Duermiendo- Dijo nervioso.
-Parece que acabas de correr un maratón.
-Salte y cierra la puera. – Comenzó a a alterarse.
-Primero dime que estabas haciendo.
-No te interesa.
-Pues entocnes no me voy.
-¡Ah! – Se quejó- Estaba haciendo cosas de adultos, ya sabes…
-No entiendo.
-¡Ay, porfavor!, no me digas que tu no lo haces.
-¿Hacer qué?- Dije mientras daniel me mirava entre confundido y sorprendido.
-Está bien, cierra la puerta para que te pueda explicar.
Rapidamente cerré la puerta, me di la vuelta y me quedé sin palabras al ver que Daniel se había quitado la sabana de encima y ahora estaba completamente desnudo frente a mi. Jamás había visto nada igual, lo poco que alguna vez llegué a ver através de la ajustada ropa de mi primo no era nada comparado con lo que se escondía debajo. Sus grandes homnbros, fuerte pecho y estrcha cintura hacían que su torso adoptara una forma de V tan perfecta que parecía irreal. Sus abdominales no se quedaban atrás, cada uno de ellos estaba marcado de tal forma que parecían tallados a mano. Sus piernas, por supuesto, eran igualmente musculosas pero delicadas al mismo tiempo. Aunque todo eso dejó de importarme cuando puse mi mirada sobre el pene de mi primo… ¡Por dios, era enorme! No podía quitar mi mirada de ahí, era increible ver como las venas se marcaban através de la piel de su miembro, y su glande de color rosa estaba tan mojado que no pude evitar acercarme para verlo más de cerca.
-¿Te gusta? – Me dijo con una voz seductora.
-Está demasiado grande… ¿No te duele?
Se rio un poco al notar que realmente era inocente y totalmente inexperto en estos tenmas.
-No, claro que no. Puedes tocarlo si quieres.
Así lo hice, y me sorprendi aún más cuando me di cuenta que ni usando mis dos manos lograba sostenerlo muy bien. Habría necesitado una tercera o cuarta mano para cubrirlo por completo desde la base hasta la punta.
-El mio está mucho más pequeño. – Dije algo desepcionado.
-No puede ser cierto, el tamaño es algo de familia.
-Es cierto, ¿Lo quieres ver?
-Claro que si… Primito. – Dijo mientras sonría y me miraba directo a los ojos.
Continuará…
Esto no hará más que ponerse mejor. Comenten si les gustó esta pequeña historia, y diganme que les gustaría ver en las siguientes. Estaré actualizando muy seguido.
~HXX
Me encantó esta cosa necesito saber mas
Como sigue?
Una pena, inicio muy borto,
gran relato como sigue