Me quedé fuera de la casa, bebiendo con mis dos compañeros de trabajo, y ellos tras emborracharme, me comieron el culo, y me pusieron a mamar.
Un joven se queda fuera de su casa , para irse a beber con unos compañeros de trabajo, que lo emborrachan, lo ponen a ver videos porno, se aprovechan de él le comen el culo y lo ponen a mamar. .
Dos de mis compañeros de trabajo en el almacén, y yo, después de cobrar decidimos ir a un bar.
Estando en el bar, mi madre me llamó, para recordarme que se iba a pasar el fin de semana, con mis abuelos, por lo que aproveché para decirle que iba en camino para casa, aunque no era cierto se lo dije para que se fuera tranquila.
Así que decidí quedarme en el bar, bebiendo, con mis compañeros, ya serían como las dos de la madrugada, cuando uno de ellos nos invitó a su apartamento a ver algunos videos, donde además de seguir viendo algunos videos porno, seguimos bebiendo.
Después de un rato el dueño del apartamento comenzó a tocar el tema del sexo, por otro buen rato, mientras seguíamos bebiendo, hablamos de mujeres.
Yo hable del enorme culo que tiene la secretaria del almacén, y que de seguro se estaba acostando con el dueño de la empresa, luego el otro de mis compañeros, habló de lo mucho que les gusta a algunas mujeres blancas, el acostarse con un negro.
Por su parte otro comentó, que algunas negras se vuelven locas, por quedar preñadas de un blanco, ya en ese momento yo estaba tan ebrio, que en varias ocasiones mientras mirábamos los videos porno, al ver una enorme verga que se la enterraban a una chica, hablé como si fuera una mujer, sino que además me puse de pie, y también moví mis nalgas como una.
Por lo que, a manera de broma, o por lo menos eso creí yo al principio, el dueño del apartamento, comenzó a pedirme de manera descarada, que le diera el culo, al principio riéndome, en par de ocasiones, lo mandé al carajo.
Pero seguimos bebe que bebe, y al poco rato, contando un chiste volví a hablar como una chica, y meneando mis nalgas al caminar como una puta, por lo que ya no tan solo el dueño del apartamento, sino que también mi otro compañero de trabajo, siguieron pidiéndome, de manera insistente que los dejase, que me dieran por el culo.
Me sorprendí, cuando de tanto insistir, finalmente les dije que sí, entre ellos dos, me llevaron hasta una cama, donde ambos, después de que me acostaron, comenzaron a quitarme toda la ropa hasta dejarme casi desnudo, mientras que yo sin dejar de beber, hiciera nada por impedírselos.
Entre trago, y trago cuando me dijeron que me pusiera a mamar su verga, simplemente obedecí, y en ese momento mientras, me encontraba arrodillado en la cama mamando una verga, el otro, me bajó los interiores, y de manera suave, luego que me embadurno el hueco de mi culo con vaselina, comenzó a pasar su miembro por entre mis nalgas.
Realmente no sé cómo permití que eso sucediera, por una parte, ninguno de los tres, tan siquiera nos habíamos bañado, y nos encontrábamos aun bien apestoso a sudor.
Pero, a medida que le estaba mamando su miembro, yo les decía que me tenían embriagado, que su fuerte olor, me encantaba, de momento el otro, comenzó a ir penetrándome, y fui sintiendo como aquel pedazo de carne, dura, y caliente, iba atravesando mi culo.
A pesar del momentáneo dolor del que me quejé, una vez tuvo todo su miembro dentro de mí, sin que ninguno de ellos me dijera nada, comencé a mover miss caderas, restregando mis nalgas contra su cuerpo.
Yo no sé por cuanto tiempo ese me estuvo dando por el culo, lo que sí sé es que eso me gustó, y mucho, cuando terminó de venirse dentro de mí, como pude llegué al baño, y después de expulsar todo, y limpiarse gustosamente regresé a la cama, donde me esperaban con otra botella de ron en la mano.
Apenas pude me puse en cuatro, y dolorosamente sentí cuando uno de ellos me empujó toda su verga, por mi culo, casi lloró del dolor, pero también de inmediato, comencé a disfrutar de cómo me metía y sacaba una y otra vez todo su grueso, y largo miembro de mi apretado culo.
El resto de la noche, tanto uno como el otro, me estuvieron dando verga, pero de tal forma y manera que en varias ocasiones a medida que me seguían penetrando y poniendo a mamar, de lo excitado que me encontraba, me masturbaba una y otra vez.
Al despertarme al día siguiente ya cerca del mediodía, el dueño del apartamento me dijo que si quería podía darme un buen baño, aún algo mareado, y con un fuerte dolor de cabeza, y de culo, me duché, y ya estaba por salir de la ducha, cuando mis compañeros de trabajo entraron a la ducha, totalmente desnudos.
No hizo falta que me dijeran nada, al ver sus erectos miembros, simplemente busqué apoyo en la pared, separé mis piernas, y dejé que gustosamente me volviera a penetrar, mientras que al rato el otro me puso a mamar, cosa que segué haciendo a medida que me masturbaba.
Después de eso, tras vestirme salí del apartamento, y pensé que, si no fuera porque necesito el dinero, no hubiera vuelto a trabajar en el almacén, aunque ninguno de mis dos compañeros me dijo o insinuaron nada de lo que había sucedido entre nosotros.
Pero hoy les comenté, que mi madre me dijo, que el próximo fin de semana, ella pensaba ir nuevamente a visitar a mis abuelos.
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