Me sorprendí al ver a mi papá….
Un hijo al visitar a su padre en la hacienda, descubre que el administrador no tan solo administra la hacienda sino que también administra el culo de su padre…
Me sorprendí al ver a mi papá….
Mis últimas vacaciones de verano, decidí pasarlas en la casa de mi papá, en el campo, apenas llegué, se alegró tanto de verme, que hasta le dijo al administrador, que preparase una fiesta en la finca para celebrar que su hijo, el que está casi por graduarse, viniera a visitarlo.
Pero desde que llegué, noté algo raro en mi papá, algo que, en esos momentos, no podía identificar qué era.
Además de que se encontraba más delgado, y hasta se veía como que más joven, hasta llegué a pensar que probablemente tenía una novia, o que estaba viviendo con alguna mujer, la que no me había presentado aún.
Ya que, desde hace más de veinte años, se divorció de mi mamá, no le he conocido ninguna pareja, distinto a mi madre, que cambia de hombres, como si se cambiara de pantis.
Yo me fui integrando a la fiesta de recibimiento, saludando, comiendo, bailando, y bebiendo, por lo que dejé de pensar en mi papá, hasta que los invitados comenzaron a marcharse.
Fue cuando me di cuenta, de que llevaba un buen rato, que no veía a mi papá, por lo que me dediqué a buscarlo, primero por toda la casa, y después por los terrenos adyacentes.
Ya estaba por regresar a la casa, cuando al pasar frente al viejo galpón donde se guardan los alimentos de los animales, escuché una especie de apagado gemido, por lo que lleno de curiosidad, me acerqué a una de las entradas.
En medio de la oscuridad me pareció ver y escuchar a una pareja, teniendo sexo, así que, con mucha más curiosidad, sin hacer ruido alguno, me fui acercando.
Fue cuando me llevé la sorpresa de mi vida, resulta que la pareja que estaba teniendo sexo, eran mi papá, a quien el administrador le estaba dando por el culo salvajemente.
Yo no podía creer lo que estaba viendo, mi viejo se encontraba, como dicen en cuatro patas, completamente desnudo.
Mientras que el administrador, lo estaba penetrando salvajemente, sujetándolo por las caderas, con sus manos.
Mi papá, se encontraba restregando sus nalgas, contra el cuerpo del administrador, al tiempo que entre gemidos y chillidos le pedía que le diera más y más duro.
Desde donde me encontraba, no podía dejar de seguir viendo, como mi padre se comportaba como toda una puta.
Mientras que su amante, además de estar metiendo y sacando toda su verga de entre las nalgas de mi padre, una y otra vez.
Se dedicaba acariciar sus paradas nalgas, cuando no era que lo besaba y mordisqueaba por el cuello.
Hasta esos momentos, jamás en mi vida, había ni tan siquiera sospechado que mi padre fuera maricón, pero al ver claramente como el administrador lo penetraba una y otra vez, y como mi padre se comportaba, no me quedo la menor dura de eso.
Lo más raro de todo fue que, en lugar de retirarme, me quedé extasiado, viendo como mi padre y su amante se satisfacían.
De momento me encontré a mí mismo sacando mi verga del pantalón, y comenzar a masturbarme mientras los veía a ellos dos teniendo sexo.
En cierto momento evidentemente, el administrador acabó dentro del culo de mi papá, para de inmediato, extraer toda su verga, y colocársela en la boca a mi padre, quien gustosamente comenzó a mamársela a su amante.
Mientras que yo en silencio, me venía entre mis dedos.
De la misma manera en que llegué me fui retirando, procurando no hacer ruido alguno, que delatase mi presencia.
En el camino a casa, me puse a pensar en lo raro que había notado a mi padre, cuando llegué.
Al pensar en eso, me di cuenta de que aparte de que estaba como que más delgado y se veía mucho más joven, a la verdad es que se comportaba y hasta hablaba de manera afeminada.
También pensé que, en toda mi vida, nunca le había conocido a ninguna novia, o mujer a mi padre.
Pero al administrador, desde que yo recordaba, siempre había vivido con nosotros, y si es verdad que nunca me di cuenta, de lo que sucedía entre ellos dos, la habitación de mi papá, y la del administrador se encuentran una justo al lado de la otra, y ambos comparten el mismo baño.
Mientras que la habitación mía, se encuentra al otro lado de la casa.
También me acordé de que de pequeño, había visto en varias ocasiones, vestidos de mujer en el cuarto de mi papá, y cuando le preguntaba sobre ellos, me respondía, diciéndome. “Que eran de mi madre, que los había dejado en el armario, después de que se había marchado de casa.”
Cosa que nunca puse en tela de juicio, hasta esos momentos, al día siguiente, cuando nos encontramos en el comedor para desayunar, fui observando a mi papá, y a su amante, y la verdad es que mi papá hasta en su manera de caminar, dejaba ver que actuaba de manera bien afeminada.
Mientras que su amante, como de costumbre se comportaba bien seco, yo no les dije nada, al respecto, los he seguido tratando como siempre lo he hecho.
¿Tendrá continuación?