Mi amigo me encontró con su perro
A mis 17 años recién cumplidos cumplí mi fantasía de ser penetrado. Lo que nunca me imaginé es que sería el perro de mi amigo el que lo haría, para luego el continuar cogiendome Pt.1.
Hola, mi nombre es David y esta es la historia de como en el campo de mi amigo su pastor alemán me hizo ver las estrellas en un galpón del campo de mi amigo.
Desde que tenia 11 años me había dado cuenta de que a mí las mujeres no me atraían. Me di cuenta de esto cuando un día a la salida del colegio, invité a un compañero de clase a mi casa para jugar a los videojuegos en mi Playstation, con el fin de entretenernos un rato antes de tener que volver un par de horas después a clases ya que ese día teníamos doble turno. Ese día a la mañana mis padres no estaban en casa, ya que ambos trabajaban, y yo y mi amigo nos pusimos a jugar. Por alguna razón el hecho de estar a solas en mi casa con mi compañero me generaba una sensación rara en la panza, como si alguien me hiciera cosquillas. Mientras estábamos jugando, como yo tenía un solo mando nos íbamos turnando entonces cuando uno perdía se lo daba al otro y seguíamos intentando pasar el nivel del juego, no recuerdo cuál era. Para que se imaginen el escenario mi habitación era pequeña, con una cama y a los pies de esta estaba mi amigo, dándome la espalda y mirando concentrado el televisor en el que estaba jugando y yo estaba detrás de el acostado, ambos con nuestra ropa de gimnasia del colegio ya que el doble turno era de esa materia. Mi compañero era un chico alto para su edad, 11 años recuerden que teníamos y el ya media más o menos 1.65 o quizás un poco más, además era grandote, no gordo pero si con un par de kilos de más. En cambio yo siempre fui de los más bajitos, aunque siempre por genetica he tenido un buen cuerpo y además de un buen culo, mi madre me cargaba con que tenía culo de nena.
En ese momento que yo lo estaba viendo a mi compañero jugar la sensación que sentía en mi estómago crecía más y más, e instintivamente dirigí mis dedos a mi culo y empecé a masajear sobre el pantalón mi ano, además de darme leves nalgadas. En un momento yo ya estaba con mi pantalón bajado hasta las rodillas metiéndome despacio los dedos en mi culo, deseando que mi compañero perdiera y se diera vuelta para verme así y me hiciera suyo, me convirtiera en su puta. Mientras el jugaba yo lubricaba mis dedos escupiendolos y el dudando sobre que estaba haciendo y sin darse vuelta me preguntaba.
-¿Qué son esos ruidos?, se está moviendo la cama, ¿Estás bien?
Yo quería decirle que se diera vuelta par averiguarlo, que viera mi culo y me lo chupara todo, pero no tuve el coraje para hacerlo y solo lo tranquilice diciéndole.
-Si, estoy bien, me gusta compartir tiempo con vos.
Cuando ví que estaba por perder me ganó la cobardía y decidí subirme rápido la ropa, y el no sospechó nada. Luego de esa arriesgada aventura mía nos fuimos al colegio nuevamente y la cosa no evolucionó. Pero desde ese momento supe que me calentaba muchísimo el estar a solas con un hombre y la idea de que este me domine…
Continuará…
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