Mi amor menor Zuly
Zulay era la menor de aquellos hermanos, ellos tenían uno 13 y el mayor 14 años..
Le relataré un caso de mi infancia, con una niña de casi 12 años y yo con 17 años.
Recuerdo que a llegó una familia a nuestra comunidad, compuesta por tres hijos, padre y madre. Zulay era la menor de aquellos hermanos, ellos tenían uno 13 y el mayor 14 años. Eran niños de buen tamaño, altos para su edad, de buen físico los tres, eran bonitos, mi atención fue para el hermano menor, me gustaba ese niño y estaba seguro que lo haría mío en cualquier momento.
Como yo los ayudé a cargar cosas para su casa, me gané la confianza de entrar en aquella casa. Era una casa grande, en la planta baja tenía la cocina, la sala, el comedor, un baño y una habitación la cual escogió el hijo mayor y una habitación pequeña donde colocaron los juegos de los niños, el equipo de sonido y un tv para los videos juegos, que en aquel entonces estaban saliendo, en la planta alta, tenía tres habitaciones y un baño. Los padres tenían la mas grande y Zuly (como cariñosamente le decían) estaba en la del medio y el hermano mas pequeño en el otro extremo del corredor.
Pasaron los días y yo siempre pasaba por aquella casa en horas de la tarde, allí jugaba con los muchachos y la niña con una pista de carros grande que ellos tenían. Una tarde, estábamos solo el hermano menor y Zuly con su mamá que estaba en lo suyo, tenía tv en su cuarto y era aficionada a las telenovelas.
Estando en el suelo sentado frente a la pista con la niña al lado, uno de los carritos se descarriló y fue a parar entre las piernas de Zuly, yo por instinto traté de agarrarlo, pero al ver donde había caído me frené y la pequeña agarró mi mano y la llevó hasta donde estaba el juguete e hizo que mi mano rozara su centro, aquello fue un Shok eléctrico, se me erizó la piel y por su puesto mi niño entre las piernas se despertó al instante, en ese instante volvió el hermano, yo jugaba pero estaba incómodo además que la erección era tan evidente que comencé a botar líquido seminal, cuando ya no aguantaba el dolor de tenerlo prisionero me fui al baño para liberarlo y tratar de que se bajara. Poco a poco pude disminuir mi excitación. Ya la cosa cambió su color.
Unos días después de ese, cuando llegue a la casa una tarde, su mamá me pidió que acompañara a Zuly que quería ir a la quebrada a recoger frutas del rio, o como la conocemos nosotros, Jobito de Rio, que cuando caen las lluvias de invierno florecen y brotan sus frutos que dan un olor tan agradable y el sabor de aquella fruta es exquisita.
Cuando salgo con la niña hacia la quebrada, ya llevaba el pene a millón, en el camino pudimos ver que habían otros niños recogiendo los frutos y para llegar al lugar teníamos que bordear una gran piedra que está en el medio del camino, cuando pasamos por la piedra, tomé a la niña del brazo y la recosté de la roca y comencé a besar sus labios, su nariz, sus ojos, sobaba su cabello, metía la mano por su espalda y agarraba las nalgas de aquel ser que para su edad las tenía paraditas, redondas y grandes, igual lo tenían los hermanos, características de la familia.
Cuando estaba a punto de llegar le bajé el short con panti y todo y le di vuelta y puse en su raja mi mástil, de lo lubricado que estaba pude meter de una vez mi glande y al sentir la presión me vine en explosión y como no le había metido completo se desenculó y descargue toda mi leche sobre sus nalgas, piernas y su ropa que tenía a la mitad de los muslos, me quedé pegado de ella y cuando se me bajó la excitación, como pude la limpié toda, ella se dio vuelta y me besó sin decirme nada.
Aquella tarde cuando llegue con ella del rio, no me estuve mucho tiempo, salí a mi casa a hacerme una paja porque aun tenía la calentura, de aquello ella no me dijo nada y yo tampoco le hice comentarios.
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