Mi amor menor Zuly 3
Después de aquel día, Zuly y yo nos besábamos y acariciábamos a cada momento que nos permitía la oportunidad..
Después de aquel día, Zuly y yo nos besábamos y acariciábamos a cada momento que nos permitía la oportunidad.
Una tarde llegué a la casa de los niños y estaba solo el hermano menor haciendo unas tares y tenía encendido el tv, como quien no quiere la cosa pregunté por el resto de la familia y él me contestó que estaban para el médico con Zuly que no se sentía bien, aquella noticia la tomé como si fuese culpable de su mal, sin saber de que se trataba, el niño me pide que lo ayude con la tarea, lo hice y terminó rápido.
Me preguntó que si quería ver una película y le dije que no tenía problema, él se levanto fue a una gaveta escondida en un cajón y sacó una película sin caratula ni nombre y la puso en el aparato, cuando la película comienza era un película porno de hombres cogiendo uno con otros y yo le digo de quien es eso y me dice de mi hermano que se la prestó un amigo, aquella película me excitó de inmediato y él se dio cuenta de mi erección. Me preguntó, te gusta lo que ves?, le respondí, claro eso es normal y a ti te gusta lo que ves.
El chico me miró y me dijo, si me gusta igual como le gusta a mi hermana lo que hace contigo. Al escuchar aquellas palabras, me puse nervioso y le dije, que quieres decir y él me respondió, tú crees que yo no te vi en su cuarto cuando jugamos a las escondidas y cuando yo jugaba a los videos juegos? Quedé atónito. Rápidamente le dije, está bien, pero te pido que no digas nada ya que sería un problema serio para mí. El chico pícaro me miró y se sonrió. Le volví a decir, pero esta vez como pregunta. Que quieres para callarte, él inmediatamente me respondió, quisiera saber que se siente que lo cojan a uno, eso bastó y sobró, pensé para mis adentro, ya eres mío.
Le dije, cierra la puerta de la calle y vamos a la habitación de tu hermano y él replicó, no mejor a la mía, subimos corriendo las escaleras y al llegar a su cuarto, nunca había entrado, me sorprendo porque tenía muchos poster de chicas, él me pide que me quite la franela y lo hago, se acerca a mí y me abraza, yo correspondo pero dejo caer mis manos por su espalda hasta llegar a esas tan bellas nalgas ya deseadas por mí y las apreté con fuerza, al sentir el apretón se pegó mas a mi cuerpo y sintió me herramienta ya parada, lo ayude a desnudarse rápido y quedó totalmente desnudo, tenía un pene regular para su edad, no largo pero si grueso, poco vello púbico, era un poquito mas pequeño que yo. Después de observarlo por delante le di la vuelta y vi esas hermosas nalgas, grandes, redondas y paraditas.
Lo acosté en su cama boca arriba y besé sus labios, sus pezones y bajé hasta su pene y se lo mamé un buen rato, ese chico gemía como hembra, al cabo de un rato, me despego de él y comienzo a quitarme la ropa y él me dice déjame hacerlo yo, se acerca me ayuda con la franela y desabotona mi pantalón y me lo baja con interior y todo, cuando sale mi mástil de lo excitado que estaba le pasa por la cara y le deja rastros de líquido por el cachete y los labios, él saca su lengua y limpia sus labios, al ver eso, me le acerco y lo beso y recojo el resto del líquido de su cachete y lo llevo con mi lengua a su boca, lo beso y lo hago bajar para que me lo mame tal cual como está exageradamente húmedo, él sin ningún pudor mete en su boca mi falo y comienza a pasar su lengua por mi glande, aquello me hizo temblar, estuvo con mi pene en su boca un buen rato, que casi me hace llegar, luego le dije, colócate en cuatro patas en la cama y dejó a la vista un ojete de culo marrón claro, con sus líneas originales, era virgen aquel culito y yo me lo comería en ese momento, agarré con mi mano mi espada y la pasaba de arriba abajo entre sus nalgas, dejando en cada pasada rastros de mi líquido seminal, dejé bien lubricado aquel hueco y puse mi glande en la entrada caliente y palpitante del culito de mi nuevo amor.
Lo tomé por la cintura y comencé a meter mi pene en aquel nuevo hueco, se resistía, pero de a poco fue entrando mi espada que abría ese culo en dos, él se quejaba pero para sus adentros, cuando ya lo tenía todo adentro, lo hice levantar el cuerpo y lo abrasé y poco a poco comencé mi mete y saca, le besaba el cuello, las orejas, la boca, le comía la lengua, luego sin sacarlo le pedí acostarse, le di la vuela boca arriba y me acosté sobre él mientras seguía penetrando aquel hermoso, culito, al rato me levante de su cuerpo y le hice una paja, cuando estaba por eyacular apretó tan fuerte su esfínter que creí que me partería mi pene, y llegó a chorros, lo tomé de las piernas con cada mano y se las hecha hacia su cuerpo y comencé a embestir con mayor fuerza y exploté dentro de aquel mi nuevo culito. Fue todo una delicia, mi guevo palpitaba y no se dormía, se lo saqué y aun estaba duro, le volví a poner nuevamente en cuatro y sin ver lo que le salía se lo volví a meter, esta vez solo fue un mete y saca con presión, con fuerza y sin delicadeza, el solo gemía y volví a explotar, llené su culo por segunda vez y esta vez al quedar encima de él cansado y sudoroso, mi niño se durmió y se despegó de su presa, caí a su lado con el pene lleno de leche, sangre y unos rastros mínimos de pupú, quedé tan cansado que me levanté de la cama al rato para limpiarme, vestirme e ir al baño a lavarme. El niño quedó acostado con sus nalgas rojas de fricción, en su raja se veía la leche, la sangre e igual el pupú.
Después de aquel día, cuando podía me cogía a Zuly y cuando ella estaba indispuesta o ausente me cogía a su hermanito. Esos fueron en esa casa mis dos grandes amores, a los meses me salió cupo en una universidad fuera de ese estado y ya cuando regresaba llegamos a tener sexo pero la relación de los tres se fue enfriando hasta que ya no nos vimos por muchos años, en la actualidad ambos son adultos, casados y con hijos, pero si se pudiera con mucho gusto los haría míos otra vez.
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