«Mi Body-Count»: Me inicio en el felatio con mi padre y Angela me enseña el tribadismo
Parte 06: Llegué al siguiente nivel con mi novio, aprendí el arte de chuparle el pene a mi papá. Nueva experiencia con mi novia Angela, de coño a coño mezclando nuestros jugos de placer..
Antes que nada, quisiera decirles que sí leo los comentarios, talvez a ustedes les exciten mis experiencias, pero a mi me cuesta de cierta manera recordarlos con detalle, incluso pensaba solo escribirlos en un diario, pero al encontrar estos foros llenos de lujuriosos y sedientos de niñ@s, donde hay casos similares a los míos sean reales o creados; decidí compartirlos por aquí, lo extraño es que nunca me sentí abusada, ni violada, pero sí engañada, admito que sí disfrutaba de todo ello pero lo hacía creyendo en mis emociones y sensaciones. Y claro está que me equivoqué. En fin, lo que me sorprende es que no sólo a ustedes lectores les interese saber qué me hicieron o qué cosas sucias hice en mi infancia y adolescencia, sino también las emociones que sentía en esos momentos, y en la forma como mi aún mente infantil lograba entenderlo y asimilarlo. Obvio que todo ello alteró mi psicología. Yo ya no soy ni volveré a ser esa niña que vivía de fantasías, además la relación con mi padre terminó muy mal, creando un antes y después en mi vida. Aún lo veo, aunque ya está viejo y… Bueno será motivo de otro relato. Este mundo está lleno de pecado, no me haré la víctima pero, la peor perversión sexual nace más de los hombres que de las mujeres según mi experiencia. Bien sigamos con el relato.
Era lógico que tarde o temprano mis inquietudes sexuales iban a aumentar, pero al experimentar el lesbianismo como que activó más mis deseos heterosexuales por decirlo así. Lo que hacía con Angela y mi padre, osea, mi novia y mi novio, me sexualizaban a tal grado que un día sin hacer algo lascivo, no estaba completo para mí.
Ya había pensado las formas en que podría hacer que papá me dejara tocarlo también, pero de cierta manera temía los peligros de seguir avanzando en esas cosas sucias y prohibidas. ¿Y si a mi padre le ganaba los deseos y me follaba de verdad? ¿Y si me embarazaba? Y lo peor era que ni a Angela ni a mí nos venía aún el periodo, todavía no sentíamos esa incómoda experiencia que pasan las mujeres cada mes (más que todo las de periodos regulares). Pero igual estaba dispuesta a seguir con el plan, yo estaba ilusionada, mi cuerpo me traicionaba siempre al sentir sus caricias, con mi padre me sentía satisfecha al tener uno o dos orgasmos, pero con Angela era distinto, ni dos ni tres, siempre terminaba queriendo más y más. Y claro que entiendo el por qué, yo no era lesbiana al 100% y sólo un hombre me podría dejar satisfecha, y ese hombre era mi padre.
«¿Ya se durmió tu madre?», «Sí papá, ya podemos ir al auto», me encantaba que me cargue y me lleve como a una niñita mimada, una vez dentro del auto ya podíamos hacer la bulla que queríamos. «Te voy a comprar lencería tipo camisones transparentes» dijo mi padre, «¿Así, y eso? ¿Osea no te gusta como me veo? ¡Y yo que siempre me pongo bonita para ti!» respondí ofendida, «No empieces con tu carácter, sólo quería verte lucir como toda una mujer. ¿O aún no te sientes así?», me quedé con la cara molesta, lo hacía a propósito, disfrutaba provocarme, «¡Ya te molestaste! ¡Haaay mujeres mujeres!», «Si estoy molesta, y por eso eso te voy a castigar papá», «¡Oh vaya! ¿Y cómo será ese castigo he? Jeje…», sin previo aviso me incliné hacia él y le toqué su miembro por encima de su pantalón, «¡Hey! ¡Pero Maky!», «¿Qué pasa? ¿Te asusta el castigo que te voy a dar?» dije, «¿Qué estás tramando?», «Quiero verlo papá, y quiero devolverte todo el placer y amor que siempre me das», «Maky no es buena idea, tenemos que tener un límite para esto», «No… Quiero sentirlo. ¿Acaso no sabes cómo me muero de celos al pensar que con mamá si lo haces y conmigo no?», mi padre se quedó perplejo ante mis palabras, «Me duele hacerle eso a mamá, y también el tener que compartirte con ella», «No hables así, no sabes lo que dices», «¡Claro que lo sé!» le respondí con fuerza mientras le apretaba fuerte el miembro. «Yo no tengo intimidad con tu madre hace mucho hija, y cuidado con esa mano, esa parte en los hombres es muy sensible», «¿En serio? ¿Y eso por qué?», «Es complicado, además contigo casi a diario nos damos… he… cariño». Y era verdad, lo hacíamos tan seguido que yo me volví adicta a estar así con él, «Pero entonces… ¿Cómo logras quedar satisfecho?» le dije mientras le frotaba su pene ya erecto, «No seas tan curiosa jeje… También me toco ¿entiendes?», «Aya, lo tengo, entonces tu castigo será que yo te tocaré hasta que estés satisfecho», «Maky para, no sigas haciendo eso», «¿Haciendo qué?», «Lo que estás haciendo con tu mano», «Entiendo, no te preocupes por eso papá» dije a la vez que desabrochaba y bajaba el cierre de su pantalón, «Oye hija… Espera…», «Está caliente, lo puedo sentir incluso por encima de tu truza» dije casi susurrando por la emoción que sentía, metí mi mano por debajo de su ropa interior y por primera vez lo sentí, lo duro, grueso y erecto de su pene, la cara de papá… estaba fuera de sí, recordando cómo debería de hacerlo (gracias a Angela) inicié el proceso de masturbarlo, de abajo a arriba, con mi dedo dando vueltas por su glande, «Oh Maky… ¿Vas en serio?», «¡Bájate más la ropa papá, quiero verlo completo!», y muy obediente accedió a hacerlo, ahora lo podía ver todo incluso las bolas hinchadas que tenía ya, mi padre se afeitaba sus vellos púbicos, y eso me pareció muy rico de ver, a mí ni me salían aún, me agaché más y con mis dos manos pude cubrir todo su miembro, «Si eso es lo quieres, hazlo entonces» dijo rendido, ya con la aprobación de mi padre, estaba lista a iniciarme en el sexo oral.
«¿Y si lo hago mal y no le gusta?» pensé, pero al sentir las pulsaciones de su miembro me excité desmedidamente. A mi personalmente me encanta el sexo oral, que me lo hagan y yo hacerlo, desarrollé muchos fetiches al respecto en los próximos años, en fin. Empecé a olerlo y el olor a sexo de hombre quedó grabado por siempre en mi mente, sólo empujé mi boca para sentir su glande chocar con mis dientes, así que lo sostuve con mis dientes, mordisqueando muy suave, la verga de papá sí que era caliente y firme. «¡Ten cuidado, no lo vayas a morder de verdad!», levanté la mirada y lo ví preocupado. «JAJAJA» me heché a reír sin reparo. «¡Estás loca o qué!», «Hay si vieras tu cara jaja…», «Así que quieres divertirte conmigo he», «Jaja es que… es que… jaja…», yo sí que me estaba burlando, pero nunca imaginé que eso enfadara a mi padre. «Muy bien señorita, tendré que darte una lección que no olvidarás nunca» dijo mi padre sonriendo, pero de una manera extraña. «¿Qué me harás?» le contesté también sonriendo, de pronto me tomó fuerte de los cabellos y me ordenó: «¡Abre tu boca!» al escuchar eso mi corazón casi se detuvo, era una experiencia diferente, al darme cuenta ya tenía mi boca bien abierta, «¡Saca tu lengua!» y lo hice sin más, empecé a gemir, ¿Qué me sucedía? Mi entrepierna ya estaba empapada, «Quédate así, no te muevas», y cogiendo su pene empezó a recorrer mi rostro con su glande, no sé qué hacía, «Nunca pensé que mi propia hija fuese así de sucia. Pero debo admitir que siento fuertes deseos por ti mi Maky» decía mientras seguía moviéndolo por mi rostro, «Eres demasiado hermosa, ver tus finos rasgos de niña, me ponen más duro», las palabras de papá me volvieron loca, con las mejillas ya rojas, no dejaba de jadear y mi lengua estaba que goteaba con finos hilos de mi saliva que caían sin parar. «Desde ahora usaré tu bello rostro, y esa boquita para satisfacerme», yo estaba perdida por la lujuria, me moriría de vergüenza si viera una foto mía en tal situación.
Tomó con fuerza mi cabeza y con su otra mano empezó a dar golpecitos con su verga en mi lengua, «Mantenlo abierto no lo cierres» dijo y me lo introdujo, sentí chocar en mi paladar dándome una sensación de asco, lo sacaba y lo metía hasta que choque, me estaba asfixiando pero recordé que Angela me dijo que respirara por la nariz, cuando pude hacerlo quise limpiarme los fluidos que caían de mi lengua y fué cuando papá logró meterme su miembro hasta mi garganta, haciendo que yo lo empuje para evitar asfixiarme. «Papá… ah… espera ah», no me dejó ni terminar y me besó hasta derretirme, sentía como succionaba y absorbía mi saliva, inconscientemente busqué su pene y logré atraparlo con fuerza, «¡Oh hija… Esto es tan…!», «Hazlo papá» lo interrumpí, «Hazlo, usa mi boca», «¡Por Dios! ¿Cómo mi propia hija me puede pedir hacerle eso?», «Quiero hacerlo, quiero sentirlo papá», me volvió a besar con fuerza para luego inmediatamente meterlo a mi boca otra vez, arrodillado en el asiento empujaba su verga dentro de mi boca, algunas veces empujaba mis cachetes por dentro, y otras me llegaba hasta la garganta, mis dedos ya estaban moviéndose desesperadas entre mis piernas, «Hum tu aliento me quema, oh… esto es tan delicioso» decía mi padre gimiendo. Yo jadeaba con fuerza, me sentía tan embarrada de saliva que hasta con una mano tenía que limpiarme. Mi padre retiró su verga dejándome con la boca abierta y jadeando fuerte, presionó mis cachetes con su mano haciendo que mis labios formen un pico diciéndome: «¿Te estoy haciendo daño?», no respondí, sólo lo miré, «¿Maky, te estoy haciendo daño?» volvió a repetir, yo solo moví la cabeza negando, me soltó los cachetes y como bajé la cabeza mis cabellos me cubrieron el rostro, «¡Ahora hazlo tú misma!» ordenó. Moví mis cabellos liberando mi rostro y temblando le cogí el pene, me incliné más y fuí en busca de darle mi primera mamada.
Tímidamente sólo lo empujaba de costado hasta que mis cachetes se hincharan por fuera, estuve así un par de minutos, «Oh, la suavidad de tus cachetes me gustan, pero quiero sentir ese ajuste de tu garganta» y lo empujó hasta tenerlo bien atascado a mi garganta, de nuevo quise zafarme de él pero esta vez me cogió fuerte de la cabeza con sus dos manos y me mantuvo ahí, yo hacía fuertes sonidos como asfixiándome dándole golpecitos con mis manos, pero no le importó, sentía atragantarme y más aún yo le ajustaba el miembro con mi garganta, él no se movía, en ese momento me vino a la memoria esa espantosa ocasión en donde mi hermano me hizo lo mismo haciéndome tragar todo su esperma, pero ahora era distinto, estaba disfrutando de todo ello, mi padre ya no se contuvo y empezó a dar fuertes embestidas a mi garganta, recordaba por ratos el respirar por la nariz al faltarme el aire. No sé en qué momento lo hizo pero al darme cuenta, mi padre me roceaba el rostro con su abundante esperma paterna. Yo logré tener un orgasmo al sentirme bañada de esa forma.
«Oh por Dios hija… Ah… Estás… Tan…» papá no terminó la frase, se tumbó en el asiento aún jadeando. Yo me quedé ahí sin moverme, arrodillada, con la mirada perdida sintiendo como se deslizaba el semen por mis mejillas y mi boca. Me sentía pegajosa por mis fluidos. De pronto papá me limpiaba con servilletas creo, me llevó hasta su regazo y abrazados nos quedamos así buen rato. Sobresaltada me desperté, papá me sacudía con fuerza: «¡Maky Maky despierta joder!», «Mmm que pasa hum…», «¿No la escuchas? ¡Tu madre se ha despertado y nos está buscando!», el sueño se me fué de pronto y sentí miedo y excitación. Yo no escuchaba nada aún, mientras desesperado se ponía el pantalón me decía: «Saldré yo primero, y la entretendré, y tú te vas a tu cuarto cuando nos escuches en la cocina», yo estaba en shock, pero también ya mojada, «¿Hija me has entendido verdad?», «Sssiii papá…», y escuché a mamá bajar al primer piso. Afortunadamente todo salió bien, logré llegar a mi habitación sin ser vista por mi mamá. Mi entrepierna estaba a full, mi coño palpitaba, saber que podríamos ser pillados por mamá me había puesto muy caliente, pero era mejor que me quedara ahí y dormirme de una vez.
Al día siguiente, un domingo recuerdo, me desperté temprano, plan de 8 por ahí, me lavé la cara y escuché a mis padres hablar, luego a mamá cerrando la puerta de su baño, me asomé por la puerta abierta y ví a papá desnudo tumbado en la cama, los celos golpearon mi pecho, me había dicho que no tenía intimidad con mamá, me había mentido, mis lágrimas se me caían y me vió parada ahí detrás escondida. Se sorprendió al verme y yo solamente entré llorando, felizmente mamá estaba bañándose y el sonido de la ducha opacaba mis sollozos. «¿Qué haces aquí llorando?» dijo mientras intentaba cubrirse con la frasada, yo sé lo quité con fuerza sin dejar de llorar, los celos me estaban matando lloraba a moco tendido y babeando. Mi padre me abrazó y me decía que me callara y me calmara, «Me mentiste, me mentiste» le decía dándole golpes suaves y torpes a sus hombros, «Me lo pidió, no quería que sospechara» dijo susurrando, «Te odio, me mentiste, te odio» lloraba, me sentí engañada y burlada por la persona que más amaba, e impulsada por el coraje, fuí hacía la puerta del baño queriendo entrar donde estaba mamá, yo no sé por qué quería hacer eso, pero con 11 años creo que mi locura era comprensible. Papá de un salto me tomó del brazo impidiéndome el paso, empezamos a forcejear y con su fuerza me hizo arrodillar y al quedar mi rostro frente a su verga, ví que lo tenía bien parada y dura, sólo me quedé viendolo y mi padre apoyado con sus manos sobre la puerta del baño me dijo mirándome: «¿Quieres desquitarte? Ok… ¡Dame una buena mamada entonces!», «¡Oblígame!» le contesté, «Si así lo quieres» y me tomó con fuerza de la cabeza y me la hizo chupar, me encendí rápido por ello y no sólo él lo empujaba, yo también me lo tragaba con ganas hasta mi garganta, los dos nos perdimos en el sexo oral por varios minutos supongo, parando unos segundos para retomar el ritmo con más fuerza, pusimos tanta pasión que ni siquiera escuchamos que el sonido del agua de la ducha se había detenido, cuando de pronto mamá abría la puerta, mi papá cómo estaba apoyado sobre la puerta impidió que mamá pudiera abrirlo, «¡CARIÑO CARIÑO LA PUERTA NO ABRE!» gritó mamá, «Espera he… Iré a ver no abras» dijo mientras seguía follándome la boca, me hizo señas de que no haga bulla, igual a mi no me importó y seguí en la faena con papá, «¿Cariño qué haces?» le preguntó mamá, «Está duro… Hummm muy duro espera» le contestó alterado, sin dejar de apoyarse con su antebrazo sobre la puerta, con su otra mano sujetó mis cabellos negros mientras me descargaba toda su leche directo a mi estómago, dando un gemido ahogado sacó su verga de mi boca, yo sólo pude levantar mi rostro lloroso, con mis ojos rojos y llena de mocos y saliva, «Vete a tu cuarto ahora, hablaremos después» susurró papá, yo obedecí y me fuí rápido de ahí. Mientras me lavaba la boca, de repente al mirarme en el espejo, ví en mis ojos que quería más, más, quería más de la verga de mi papá.
«Nooo… ¡Qué rico lo están haciendo!» dijo encantada Angela después de contarle todo, había ido a su casa ese mismo día, dijo que estaría sola y me invitó, papá me dejó ir, mamá me acompañó y me recogería en 2 horas, pero no crean que estábamos sentadas jugando al té con nuestras Barbies mientras se lo contaba, ella se comía mi chocho levantándo la cabeza para mirarme y comentar de mi experiencia, para luego seguir saboreando de mi cuerpo. Ahí ambas desnudas, terminamos haciendo la pose del 69, nos gustaba hacerlo de costado, «Quiero chupársela a cada rato Angela», «Lo sé lo sé amor, yo también soy golosa con la pija de mi papá, pero también con tu rico chochito hum…», era nuestra segunda ronda, y no íbamos a parar hasta tener nuestro segundo orgasmo. Media hora nos quedamos dormidas bien abrazadas, al despertar nos tomamos nuestras sodas pues habíamos sudado mucho también. «¡Mi Loki bonita!», «¿Si mi pecosa?», «Quiero otra ronda», «Jaja no hemos dejado de hacerlo desde que llegué, no te pases», «Es que no hemos probado algo nuevo», «¿Así? ¿Cómo qué cosa?», «¡Vamos a tijerear!», «¿A qué?», «Lo leí en Google, tiene otro nombre extraño, tribusmo o algo así», yo no entendí lo que me decía Angela, «Intentémoslo mi amor, se veía rico en las fotos», «Bueno, tenemos como media hora antes que vuelva mi mamá».
Y cuando chocamos nuestras vulvas peladitas, y empezamos a frotar muestras vaginas, el placer fué supremo para ambas. ¡Es algo tan rico de recordar! Sin mentir ni exagerar, nos corrimos muchas veces, yo conté 3 mías, pero Angela sé que tuvo más que yo. El sonido de nuestros jugosos coños al rozar era enloquecedor, y el olor fuerte a chocho llenaba todo el cuarto de Angela, su cama quedó empapada totalmente. Ya al final terminamos exhaustas las dos, hechadas juntas mirando al techo, con mis pies a la altura de su cabeza y viceversa. «Mi Loki creo que ya estás lista para hacerlo», «¿Hacer qué mi pecosa insaciable?», «Jeje… Solo te falta hacer algo más, y tendremos las mismas experiencias con nuestros papitos». No le contesté, estaba cansada, «¿No sabes a qué me refiero?» dijo mi amante, «Nooo… Y me da pereza adivinar», «Pues deja que tu papi te folle por el culo mi Loki», «¿Queee…? ¡Hay nooo, eso me va doler!», «Sólo al principio, pero luego lo vas a disfrutar más que sólo chupársela», «Me da miedo», «¿No quieres sentir la pija de tu papá dentro tuyo?», «Eh… Si pero… ¿Así?», «Mi papito me dijo que cuando tenga mi primer periodo él me quitará la virginidad que me queda», «Eso es peligroso, te podría embarazar», «Pero seguro él pensará en un método para que no ocurra». Nos lavamos y vestimos, al poco rato llegó mamá. Y durante el camino de regreso, pensaba en lo que me dijo, realmente estaba pensando en darle mi anillo sellado a la persona que más amaba en el mundo, en mi pequeño mundo.
Continuará…
Demasiado excitante, espero leer más de ti!!
Tu relato es lo mejor que he leído en esta pagina, es muy interesante ver todo desde la perpectiva femenina, esperó sigas con la historia.
Felicidades escribes muy bien.
Ojalá puedas continuar la historia, estoy ansioso por saber como continúa