Mi compañero de clases me hipnotizó y me hizo creer que me había convertido en una mujer.
Un chico que se deja hipnotizar por sus compañeros de clase, pero cuando despierta creyéndose que se transformó en mujer, ya que eso era algo que él siempre había querido, pero jamás se lo había dicho a nadie..
Mi compañero de clases me hipnotizó y me hizo creer que me había convertido en una mujer.
Lo cierto es que ni idea tengo de por dónde empezar, pero así es mi mejor recuerdo de lo sucedido, me encontraba estudiando en la casa de uno de mis compañeros de la universidad.
Cuando en un momento de descanso, mi compañero de clases propuso que me dejase hipnotizar, ya que él estaba tomando un curso en el que le enseñaban las técnicas básicas, y quería ponerlas en práctica.
En ese momento, yo fui tan pendejo que acepte ser hipnotizado, y lo que recuerdo es que en cierto momento sentí unas grandes ganas de descansar y dormir.
Al despertarme me he llevado el susto de mi vida, ya que, al verme ante el espejo, en lugar de ver mi acostumbrada figura, de momento lo que vi en el espejo me dejó, aparte de paralizado, tremendamente confundido.
Era yo de pie frente al espejo, pero en lugar de ser yo era una mujer, o mejor dicho una chica, con el rostro similar al de mi hermana, y mi madre, con zarcillos y maquillado o mejor dicho maquillada.
Pero de cabello oscuro, a diferencia de mi madre y mi hermana, de inmediato me fijé en la presencia de dos tremendas tetas, las que instintivamente agarré con mis manos, las que, para colmo, tenía unas largas y muy bien cuidadas uñas, pintadas de color rojo.
Mi cabeza me daba vueltas, no comprendía nada de lo sucedido, yo hasta hacía unos momentos o por lo menos antes de quedarme dormido era todo un chico.
Y en ese momento al despertar era toda una chica, no tan solo externamente, sino que asustado me doy cuenta de que, en lugar de pantalones, estaba usando una minifalda.
De manera instintiva también la agarré me la subí hasta la cintura, para llevarme la tremenda sorpresa de ver en el reflejo del espejo, que en lugar de tener mi verga colgando entre mis piernas, apenas oculta por una casi transparente panti, tipo tanga, entre mis piernas tenía un peludo coño.
Confundido, aterrado, sin saber que decir o hacer, en mi desesperación, busqué con la mirada a mi compañero de clases, que me observaba detenidamente en silencio, con una rara mirada reflejada en su rostro.
Apenas lo vi iba a preguntarle que me había sucedido, pero la femenina voz que salió de mi garganta, al escucharme yo mismo enmudecí del susto.
Mi compañero de clases se acercó a mí y tomándome entre sus brazos, me dijo. “No te desesperes, según lo entiendo esto es algo pasajero, lo raro es que se suponía que, en tu mente, solamente tú vieras el cambio, pero yo no tan solo lo veo, todos los cambios que ha tenido tu cuerpo.”
Al tiempo que descaradamente me agarraba las tetas, y continuaba diciéndome. “Sino que además puedo tocar esas tremendas tetas y ver el peludo coño que tienes entre tus piernas.”
Llevándome las manos a la cabeza y tomando asiento en la cama que había en esa habitación, llorando le pregunté a mi amigo que me había sucedido.
Tras quedarse en silencio por un instante me dijo. “Yo te hipnoticé, y te ordené que por medio de la hipnosis que te convirtieras en una mujer, por lo que te hice desnudar y te proporcioné la ropa que ahora tienes puesta.”
“Tú te vestiste, y por un largo rato actuaste como si fueras una verdadera chica, además se me ocurrió decirte que pusieras todo el poder de tu mente, y te transformaras realmente en una chica, me retiré a al baño, pero al regresar que te encuentro tal y como estás ahora. Y lo cierto es que no sé qué hacer.”
Pero al mismo tiempo que me decía todo eso, sus manos se iban deslizando por todo mi cuerpo.
Yo estaba muerto de miedo, asustado, confundido, pero el sentir sus cálidas manos sobre mi nuca, mi cuerpo reaccionó de manera que yo no esperaba, prácticamente quebrándome entre sus brazos.
Fue cuando, sin soltarme y viéndome fijamente a los ojos me preguntó. “Dime la verdad, en algún momento tú has deseado ser una verdadera mujer.”
Yo que siempre he sido lo que llaman un extremadamente discreto gay de closet, me quedé callado y llorando, tras suspirar profundamente le respondí. “Si lo cierto es que no tan solo soy gay, sino que en ocasiones estando a solas me visto y actuó como una al tiempo que pienso que debería haber nacido mujer.”
Mi compañero de clases se me quedó viendo y me dijo, con un aire de superioridad, como quien se sabe todas las respuestas. “Con razón, tu mente, es la que operó este cambio que vemos ahora, pero necesito que seas franco conmigo, ¿para qué diablos, querías ser una mujer?”
Sin dejar de llorar, gimoteando profundamente le respondí, para tener sexo con los chicos y no me fueran a rechazar.
Al escuchar mis palabras, él se quedó en silencio, y luego nuevamente mirándome, como quien todo lo sabe, me dijo. “Ya lo tengo. Eso es, con razón.”
Mientras que yo permanecía aun llorando y gimoteando, me dijo. “Seguramente seguirás siendo mujer hasta que cumplas con lo que de manera inconsciente tú mismo mentalmente te habías propuesto.”
Yo no entendí sus palabras al principio y fue necesario que mi amigo me las repitiera y explicara, detenidamente, diciéndome. “Es algo bien sencillo, tú querías ser mujer para mantener sexo, bueno seguirás siendo mujer, por lo menos hasta que te des el gusto de tener sexo.”
“Después de eso, seguramente si te vuelvo a hipnotizar, y te ordenó que regreses a tu estado original, volverás a ser el mismo de siempre.”
Yo lo cierto es que no les encontraba lógica alguna a sus palabras, pero quién era yo para contradecirlo, al fin y al cabo, él fue quien me hipnotizó.
Yo le iba a preguntar, por qué no me hipnotizaba nuevamente, y me ordenaba que regresara a mi estado original, pero antes de que yo comenzara a hablar me dijo. “Tú mente ya dio un gran paso, y la única manera de revertirlo es que te logres la meta que te has fijado.”
Lo cierto es que, aunque me encantan los chicos, por el miedo a ser rechazado y maltratado por mis amigos, siempre desde que me di cuenta de eso, he ocultado mis sentimientos a todo el mundo.
Pensaba seguir hablando, pero mi compañero de clases, tras darme un tremendo beso, y apretarme firmemente contra su cuerpo me dijo. “O tiene sexo ahora, o es probable que te quedes así para toda tu vida, cada segundo que pasas siendo mujer, va haciendo que el cambio sea más fuerte y finalmente sea permanente, y piensa que dirán tus padres, te convertirás en un fenómeno de circo, y cuánta gente no querrá creerte.”
Sin soltarme continuó besándome, y yo comencé a sentir una tremenda excitación dentro de mí, si bien era cierto que deseaba tener sexo, el que mi amigo me tuviera de esa manera agarrado, me excitaba muchísimo más.
Así que cuando comenzó a desnudarme, no opuse resistencia alguna, sus manos, recorrían toda mi piel, sus labios me chupaban mis tetas deliciosamente, y su mano se incrustó sobre mi coño.
Por lo que tremendamente excitada no me quedó más remedio que prácticamente pedirle que me hiciera el amor.
Él se quitó su ropa, y colocándose tras de mi me dijo. “Como no sabemos el efecto que esto pueda tener sobre tu cuerpo, lo primero que haremos es tener sexo anal. Así que antes de que yo te vaya a penetrar, sería recomendable que como toda buena una chica virgen que ere, me des una mamada, para que ambos entremos en calor.”
Lo cierto era que todo lo que él me decía en esos momentos, tenía sentido para mí, por lo que apenas dejó su miembro al aire, con la mayor confianza del mundo me dediqué a mamárselo enteramente.
Ya llevaba un buen rato haciendo eso, al tiempo que él acariciaba mi cuerpo, cuando entró otro de nuestros amigos, yo me quedé sin saber que decir, y fue mi compañero de clases quien le dijo. “Te presento a una amiga mía, que desea intensamente que le den por el culo.”
Nuestro amigo sin demora alguna extrajo su miembro de dentro de su pantalón, y agarrándome las nalgas sin decir una sola palabra tras ensalivar el hueco de mi culo me ha penetrado salvajemente.
Yo soporté el dolor, y tuve el cuidado de no morder la verga del primero que tenía dentro de mi boca. Pero al poco rato yo ya estaba moviendo y restregando todas mis nalgas contra el cuerpo del segundo.
Que viciosamente no paraba de enterrarme y car casi por completo toda su verga, dentro de mi culo.
Sentía que mis tetas eran apretadas, chupadas y hasta mordisqueadas por ellos dos, yo como una perra en celo, disfrutaba íntimamente de lo que mis dos compañeros de clases me estaban haciendo, y hasta llegué a pedirle al primero que no pensara en las consecuencias, que ardía de placer por sentir dentro de mi coño toda su verga.
Por el resto de la noche, tanto uno como el otro me dieron un sin número de veces por el culo, cuando no era que yo llena de placer les mamaba sus respectivos miembros.
Lo último que recuerdo de todo eso fue que entre ambos hicieron conmigo lo que les dio su gana.
El primero al terminar conmigo, y mientras aun segundo me mantenía pero que bien clavada por el culo, se dio a la tarea de volverme a poner en trance hipnótico, cosa que por lo que entiendo le fue sumamente fácil hacer.
Al despertarme nuevamente, instintivamente me llevé mis manos a mis tetas y coño, para encontrarme con la sorpresa de que había vuelto a la normalidad.
No podía creer todo lo que me había sucedido, me había convertido en una verdadera mujer, o por lo menos eso era lo que yo pensaba realmente.
No fue hasta que días más tarde, mis compañeros de clase me dijeron que en efecto si me había hipnotizado, pero mientras que yo estaba inicialmente en trance, me dio una orden hipnótica, para que yo pensara que realmente todo eso era cierto.
Cuando lo cierto fue que los dos se aprovecharon de que me encontraba por completo bajo sus órdenes, y como una persona hipnotizada, no hace nada que vaya en contra de sus principios, a menos que sea engañado.
Por lo que, al engañarme diciéndome que él podía no tan solo ver, sino también tocar mis supuestas tetas, y que veía que yo tenía un llamativo coño.
Todo eso me hizo pensar que era cierto, por lo que les fue muy fácil el hacer que yo los dejase darme por el culo, y ponerme a mamar sus vergas.
Hoy por hoy, ambos continúan teniendo sexo conmigo, al igual que otros chicos, cosa que seguramente no hubiera sucedido si ellos dos no se hubieran aprovechado de mí.
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