Mi excompañero de clases, ahora es mi amante, y será mi futuro padrino de boda, a petición de la putita de mi novia.
Un chico gay de closet, se encuentra con un excompañero de clases que le daba por el culo, y este lo chantajea para que se vuelva a dejar dar por el culo, o le cuenta a todo el mundo que hasta los profesores se lo cogían. .
Un día en que me encontraba de compras en una tienda, se me antojó meter en uno de mis bolsillos un bonito llavero, pero al momento en que fui a pagar las otras cosas que había comprado, el encargado de la tienda se dio cuenta de que había metido el llavero en mi bolsillo y no lo había pagado, por lo que me sorprendió, acusándome de robo, aunque yo traté de explicarle que fue algo inconsciente y que lo podía pagar.
Al principio no me di cuenta, pero al poco rato, mientras me llevaba a la tras tienda, lo reconocí, se trataba de un chico había estudiado conmigo en la academia donde me gradué, cuando me dijo que iba a llamar a la policía, llorando le pedí que no lo hiciera, que yo le pagaría lo que había agarrado.
Cuando me preguntó por qué, si lo podía pagar, lo había robado, le volví a decir que lo hice distraídamente sin darme cuenta, y sin dejar de llorar le dije, que haría lo que él quisiera, pero que no lo hiciera pasar la vergüenza, de que se me llevasen a la cárcel.
Cuando le dije que, haría lo que él quisiera, no me refería a nada en específico, fue más bien como para darle más peso a la suplica mía de que no llamara a la policía, al escucharme el tipo ese, se me quedó viendo, y sonriendo de manera maliciosa, me dijo. “Está bien no llamaré a la policía, pero a cambio de eso quiero que ya mismo, me mames la verga, como cuando estudiábamos”
Lo cierto es que en realidad no era la primera vez que un tipo me pide le mame su verga, y tampoco es la primera vez que lo hago, por lo que moviéndonos más adentro de la tras tienda, apenas pasamos la cortina el sacó su verga del pantalón.
A mí no me quedó de otra que agarrársela, y con su verga en mi mano, me di cuenta de que había un pequeño baño, por lo que me dirigí al lavamanos, y en el lavé con mucha agua toda su verga.
Por lo que, al terminar de lavársela, ya se encontraba bastante erecta entre mis dedos, por lo que, agachándome frente a él, de manera resignada me la llevé a la boca, para dedicarme a chupar y mamar toda su verga.
Por un corto rato estuve chupa, que chupa, y luego mama, que mama, a medida que su miembro se fue poniendo más y más erecto dentro de mi boca, cuando de momento sentí que él me tomó por mis cabello y orejas, haciendo que llegase hasta mi garganta la cabeza de su verga, hasta que finamente se vino dentro de mi boca, y garganta, luego de eso, pienso que le di lastima, y de mala gana me dijo que me marchase.
A las pocas semanas, ya ese desagradable incidente prácticamente se me había olvidado, cuando estando en un pub, con varios los hermanos de mi novia, me encontré con el tipo de la tienda.
Al principio, no le puse atención, ya que yo trataba de pasar un buen rato, con los hermanos de mi novia, al rato fue, cuando lo vi de nuevo, al rato discretamente se me acercó y tras saludarme, me dijo al iodo. “Te acuerdas que me dijiste qué harías lo que yo quisiera, para que no llamase a la policía”.
Al terminar de escucharlo decirme eso, me di cuenta que él se encontraba algo bebido, por lo que me puse nervioso, y tartamudeando, de lo nervioso que estaba, le dije. “Si me acuerdo, pero por lo que más quieras, no digas nada. Que yo hago lo que tú quieras”. En ese momento me dijo. “Te quiero dar por el culo, como cuando estábamos en la academia”.
Muy asustado abrí desmesuradamente mis ojos, y le dije. “No eso no, que ando con los hermanos de mi novia”. Él simplemente, me respondió. “Ese no es problema mío, o me das el culo, o todos se enteran de que aparte de que te agarré robando en la tienda, en la academia más de uno te dábamos por el culo, incluso hasta un par de los profesores”. Al escucharlo decirme eso, con tanta decisión, nuevamente tartamudeando, le respondí. “Como tú quieras, pero déjame despedirme del grupo”.
El desgraciado ese, vio cómo me despedí del grupo, me le acerqué, y sumisamente le pregunté. “Donde lo quieres hacer.” Su respuesta inmediata fue en tu casa, y de camino a mí casa, le dije. “Espero que seas gentil conmigo, ya que llevo mucho tiempo que no hago eso”. Mis palabras lejos de hacer, que desistiera, como que lo excitaron más.
Apenas llegamos a mi casa, lo hice pasar, y de inmediato antes de que me fuera a decir algo, le pregunté si deseaba un trago, ya fuera de uisquí, ron o vodka, él sin pensarlo mucho me pidió un trago de uisquí, por lo que de inmediato fui al mueble donde guardo las bebidas y saqué una botella y dos vasos, al tiempo que le preguntaba si lo prefería con refresco, hielo o seco.
De igual manera me respondió que seco, por lo que tanto para él como para mi serví los tragos, y a medida que comencé a beberlo, lo llevé hasta mi habitación, donde apenas entramos, tras terminar de beberme todo mi trago, sumisamente y sin decir palabra, comencé a quitarme toda la ropa, al tiempo que, de manera lastimera, casi llorando le volví a decir que llevaba mucho tiempo sin hacer eso, comentándole también que desde que conocí a mi novia, lo cual no era cierto del todo.
Al escucharme decirle eso, me dio la impresión de que estuvo a punto de decirme que me pusiera la ropa, y retirarse, pero justo en ese instante al levantar la vista y yo terminar de bajar mi slip, al ver mis paradas nalguitas, mientras que yo seguía gimoteando.
Seguramente lo que le provocó fue no perder más tiempo, y sin decirme nada, dándome una ardiente nalgada, empujándome sobre mi propia cama, me dijo. “Prepara ese culo, mariconcito.” al yo ver la manera en que él me respondió, me quedé en silencio, viendo como sin mucha prisa él sacaba su verga del encierro dentro de su pantalón.
Yo podía ver en su cara, que lo que más deseaba en ese instante, era simplemente darme por el culo, y ya estaba a punto de colocarme tras mí, cuando le dije en un tono de voz algo afeminado. “Qué te parece, si antes de que me lo metas, te lo mamo un poco. Ya sabes, para que lo disfrutes más”.
Sin decirme nada, únicamente asintió de forma afirmativa con la cabeza, por lo que, le pedí que se recostase en la cama, casi de inmediato, y con una pícara sonrisa en mi rostro, con una de mis manos agarré su ya semi erecta verga, y después de limpiarla con una toallita húmeda.
Tal como si fuera una gran paleta de helado, comencé a pasar mi húmeda lengua, por todo el tallo, rematando en su colorado glande, por un buen rato, estuve mama que mama, de todas las maneras, o formas que se puedan imaginar, mientras que él disfrutaba de todo aquello, que yo de manera tan rica, le hacía con toda mi boca.
A medida que continuaba mamando su verga, la manera en que lo miraba, y suavemente seguía, ya no tan solo lamiendo, sino que, chupando todo su miembro, de seguro lo hiso pensar que yo también lo estaba disfrutando, y mucho.
Ya en esos momentos, sacando su verga de mi boca, me dijo que me recostase en la cama, pero yo con toda mi calma saqué de mi mesita de noche el frasco de vaselina, para de inmediato untarme lo suficiente sobre todo mi esfínter, y de inmediato recostarme a su lado dándole la espalda.
Sin perder tiempo le presenté mis paradas, y firmes nalgas, con una expresión en mi rostro, que delataba que en realidad eso era lo que yo deseaba que él me hiciera.
Sentí sus fuertes y firme dedos separando mis nalgas, a medida que me fue penetrando, comencé rítmicamente a mover mis caderas, dejando escapar uno que otro profundo gemido de placer.
Sus testículos golpeaban mis nalgas una y otra vez, a medida que mí invitado por llamarlo de alguna manera, no paraba de seguir enterrándome toda su dura y caliente verga, dentro de mi apretado culito.
A medida que sentía como ese sabroso pedazo de carne entraba y salía de entre mis nalgas, sus fuertes brazos me apretaban contra su cuerpo, haciéndome sentir un placer indescriptible.
Yo no paraba de mover mis caderas, restregándolas contra su cuerpo, una y otra vez, esa noche, cambiamos de posición en varias ocasiones, antes de que mi momentáneo amante finalmente, se viniera dentro de mi apretado y caliente culo.
A él no le quedó la menor duda, de que yo había disfrutado tanto o más que él, todo lo que me había hecho, ya que después de un rato, sin que me dijera nada, tras lavar nuevamente su verga con una toalla húmeda, nuevamente me dediqué a mamársela, para luego gustosamente ofrecerle nuevamente el abierto hueco de mi culo.
En la mañana al despertarnos, lo sorprendí dándole un beso en la boca, y su reacción inmediata fue volver a penetrarme, al tiempo que me penetraba de manera algo salvaje, fue chupando todo mi cuello dejándome las inconfundibles marcas de los fuertes chupones que me dio.
Cuando finalmente terminamos, tras ducharnos juntos, y vestirnos, lo invité a desayunar en una panadería cercana, cuando llegamos, mi acompañante se dio cuenta que varios tipos, que me acompañaban la noche anterior se encontraban también desayunando, acompañados por una chica, que resultó ser mi novia, que apenas me vio, se me colgó al cuello dándome un fuerte beso.
Al terminar de besarme, ella se dirigió a mi acompañante, diciéndole. “Entonces tú eres el ex compañero de clases de mi novio, encantada”. De inmediato se le ha pegado a su cuerpo, le ha dio un cálido beso en las mejillas, diciéndole. “Espero verte en nuestra boda.”
Con decirles que mi excompañero de clases, ahora es mi amante, y será el futuro padrino de nuestra boda, a petición de la putita de mi novia.
Es una buena historia bastante original…, no se si lo has pensado, pero se merece un segundo capítulo, al menos. Salu2.