MI EXILIO EN EL CAMPO 2, UNA VISITA INESPERADA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como todos recordaran mi nombres es Tiago (Santiago) y mis padres me habían enviado al campo a vivir con mi abuelo (padrastro de mi madre), al irme deje atrás mis costumbres, mis pasatiempos, y mis amistades entre ellos al mejor de todos mis amigos Marcelo, quien fue secretamente mi primer amor, a quien le había entregado mi virginidad y me enseño a ser como soy, en el campo conocí a don Pedro el capataz, con el cual por suerte en muy poco tiempo inicie una relación, si no no se como habría resistido mi exilio, íntimamente él era bruto y agresivo, me hacia el amor como un animal de forma brusca y dominante, pero a mi me encantaba aunque realmente no se que veía en el que me atraía tanto, aparte de su gran verga (18 X 5), todo iba muy bien me sentía feliz y a gusto con mi nueva vida…
Habían pasado y ya casi ocho mese de mi estadía en el campo, cuando una tarde mi abuelo me dijo que había hablado con mis padres y que tenían una sorpresa para mi, calculo que lo hacían para congraciarse conmigo, pues yo estaba muy disgustado desde que me fui de la casa, prácticamente me sentí echado de ella, unos días despues fuimos a la estación a recibir el envió, no imaginaba para nada cual podría ser la sorpresa y grande fue mi asombro al ver descender del tren a mi amigo Marcelo, enseguida nos abrazamos locos de alegría, mientras mi abuelo nos observaba con una sonrisa en el rostro, me dio la impresión que algo sospechaba el viejo zorro, mi amigo venia a quedarse unos días con el permiso de sus padres y el consentimiento de mi abuelo, llegamos a la casa donde luego de acomodar sus cosas y cambiarse Marcelo y yo nos fuimos a recorrer un poco el lugar, llegamos al rió donde nos bañamos desnudos, como es de suponer nuestra pasión no se hizo esperar y no paso mucho rato cuando ya me encontraba ensartado y disfrutando ambos, goce como como si fuera la primera vez que estábamos juntos, era todo lo contrario al capataz, era dulce y apasionado, si bien su miembro era mucho mas pequeño Marcelo era toda dulzura y me colmaba de caricias y besos.
Volvimos a casa al atardecer y juntos preparamos la comida, luego de cenar nos dispensamos a ir a dormir T: – ¿abuelo donde nos vamos acostar pues hay solo dos camas una en tu dormitorio y otra en donde duermo yo?…. J: – ¡tranquilo , ya hice traer un catre y lo puse junto a tu cama en el cuarto !… como se imaginaran no paso nada nos comportamos como dos señoritos por que en el cuarto de al lado dormía el abuelo, pasamos parte de la noche charlando…, , al otro Marcelo y yo luego de desayunar y arreglar algunas cosas de la casa fuimos nuevamente al rió, en el camino nos encontramos al capataz quien al presentare a mi amigo lo saludo muy despectivamente como molesto, antes de irnos me dijo que luego tenia que hablar conmigo que mas tarde pasara por su casa, Marcelo me parece que noto que algo pasaba entre el y yo pero no dijo nada, seguimos con lo nuestro como si nada, nos bañamos e hicimos el amor como el día anterior, al volver para la casa cuando estábamos llegando le dije T: – ¡ comienza a preparar la comida que enseguida vuelvo y te ayudo, voy a ver que quería el capataz!… me dirigí hacia la casa de don Pedro que me estaba esperando, apenas entre me agarro de un brazo y bruscamente me tiro en la cama, comenzó a desvestirse y yo hice lo mismo por que supe que es lo que quería, estaba mas enojado que de costumbre entonces me acomode en posición de perrito como a el le gustaba, inmediatamente se coloco detrás mio y como era habitual me la enterró de una por completo, comenzó a cojerme con mas furia que de costumbre, la metía y sacaba con tanta fuerza que me hacia saltar de dolor, mientras me pegaba con sus enormes manos en las nalgas dejandomelas ardientes y adoloridas, P: – ¡ le gusta al maricón o su nuevo noviecitio lo hace mejor, vayase a ver lo rápido que cambia de pinga, se regala con cualquiera!… yo no conteste nada y aguante la agresividad durante el tiempo que duro la cojida, luego intente explicarle quien era Marcelo, que era mi primer amor y por que tuve que dejarlo, que no estuviera celoso de el que se iba en unos días, para tratar de tranquilizarlo pero fue en vano me dijo que me había seguido al rió y vio todo lo sucedido entre nosotros dos, P: ¡ mire mocito yo no tengo celos de nadie, pues usted es solo un maricón que me da el culo como cualquier puta para desgotar mi pingo cuando ando con ganas de ponerla, pero ándele con cuidado por que conmigo no se juega!…al llegar a la casa Marcelo me vio medio alterado y pregunto si pasaba algo, le dije que no que estaba todo bien, trate de restarle importancia olvidar lo sucedido . me dedique a hacer que Marcelo se sintiera a gusto los pocos días que estuviera, todo siguió como si nada.
Hasta que una mañana unos días despues al despertarme vi que mi amigo no estaba, salí a buscarlo y al llegar al granero vi que salia llorando y sosteniendo sus pantaloncitos que estaban desgarrados, detrás de el salio don Pedro que me miro con una sonrisa sarcástica, corrí hacia la casa y le pregunte a mi amigo que sucedió T: – ¿Marcelo que paso, te hizo algo el capataz?… llorando me contó lo sucedido M: – ¡el capataz vino temprano y dijo que quería hablar conmigo algo importante, que lo había enviado tu abuelo, cuando llegamos al granero estando yo de espaldas se bajo los pantalones y tomándome por detrás con fuerza de un tirón me quito el short, prácticamente me lo arranco haciéndolo pedazos, quise zafarme pero no pude, le pedí por favor que me dejara ir y no hizo caso, luego me tiro sobre una mesa y abuso de mi , metió su verga de una destrozando mi cola y haciéndome torcer de dolor, luego me cojio hasta acabar dentro mio!… T: – ¿quieres que hable con mi abuelo y le cuente lo que paso, para que tome cartas en el asunto?… M: – ¡no por favor no digas nada a nadie , moriría de vergüenza si alguien se enterase de lo sucedido!… lo acompañe hasta el baño y ayude a que se limpiara, verdaderamente el capataz había rasgado su trasero, luego se cambio y tratamos de pasar lo mejor posible ese día y los sucesivos, unos días despues estábamos como lo hacíamos habitualmente a orillas del rió luego de gozar como siempre tomando sol desnudos cuando de golpe apareció el capataz con uno de los peones
Inmediatamente ambos se abalanzaron sobre nosotros, al ver sus intenciones tratamos de zafarnos pero nos fue imposible hacerlo, ambos se bajaron los pantalones y sin mas nos penetraron el capataz lo hizo conmigo como de costumbre de una, el peón fue mas condescendiente con mi amigo y lo penetro con un poco mas de delicadeza, estuvieron largo rato cojiendonos hasta quedar exhaustos,se quedaron casi toda la tarde hasta que decidieron irse, pude observar por el rostro de mi amigo que lo algo lo había disfrutado, varias veces mas volvimos a encontrarnos con la misma situación aunque ya con con consentimiento mutuo, con los problemas resueltos y por omisión definidas las parejas don Pedro conmigo y el peón del cual supe despues era su sobrino con mi amigo que tuvo un gran cambio con recepto a su rol sexual pues a partir de ahora seria un versátil ya bien definido..
Llego el día en que Marcelo debía irse lo acompañamos a la estación, antes de partir nos dijo que la había pasado tan bien que volvería en las vacaciones con mas tiempo…
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