Mi hermano menor. PT2
Continuación del relato; «Mi hermano menor».
Desde aquella noche nuestra relación cómo hermanos había cambiado drasticamente, después de todo eso ya no podríamos volver a cómo era antes.
Ahora era casi una rutina para mi chuparsela a mi hermano, el venia habitualmente a mi pieza por las noches pidiéndome que se la chupara y yo lo hacía con gusto, le agarre el gusto bastante rápido
— Te has vuelto muy bueno en esto — Me dijo mi hermano mientras estaba acostado en mi cama, sin pantalones y con la chota bien dura dentro de mi boca.
Yo me la saque un momento y continuó con mi mano, estaba bien resbaladiza por toda mi saliva. Entonces le respondí. — Y debe ser, me pedis que te lo haga todos los días —
— Es que tu boca es la mejor, se me pone bien dura cuando pienso en eso —
Ese halago me hizo sentir bien, por alguna razón. Deje de usar mi mano y volví con mi boca, comenzó a chupar con fuerza subiendo y bajando mi cabeza con rapidez, mi hermano gemia y su cuerpo se estremeció ligeramente, no tardo mucho en acabar y yo por supuesto lo recibi todo en mi boca.
No sabía si era porque es joven, pero siempre dejaba salir bastante semen, aunque se la chupara todos los días seguía llenado mi garganta con su espesa leche. Ahora el sabor ya no me disgustaba, ya le había agarrado el gusto y me encantaba tragarmela.
Después de tragarme toda su corrida, use mi lengua para limpiar los restos de semen que había quedado alrededor de la punta.
Mis padres iban a salir el viernes por la noche y dejarían la casa sola, mi hermano quería pasar la noche conmigo pero tuve que decirle que no porqué una amiga llegaría a la casa. Aunque tenía ese secreto con el, todavía me gustaban las mujeres.
El acepto de mala gana y dijo que no nos molestaría. Entonces estaba con ella en mi pieza viendo una película, todo tranquilo y la cosa iba bastante bien.
Entonces recibo un mensaje, me fije y era mi hermano, abro el WhatsApp y el me había enviado una foto de su chota parada seguido de un mensaje; «te espero en el baño»
Yo apenas vi eso escondí mi teléfono y di una excusa a mi amiga, entonces salí de mi pieza y fui al baño, estaba algo enojado.
Llegue al baño y ahí estaba mi hermano, sin ropa en la parte inferior del cuerpo y masajeando suavemente su morcillon ya duro cómo roca. Por un momento se me fue el enojo, pero no tarde en dejar de pensar en eso y reclamarle por lo que hizo.
— Si no queres hacerlo, ¿Porqué viniste? —
No sabía que responder, era verdad que podía ignorar su mensaje y continuar viendo la película, pero deje eso de lado y vine corriendo hasta el baño. Inconsciente quería la pija de mi hermano menor.
Antes de que me diera cuenta yo ya estaba de rodillas, tenia esa chota gorda y cabezona frente mío.
— Besala, sabes que te gusta. —
Mi hermano sujeto su verga desde la base y comenzó a golpearme la cara con ella, estaba tan dura y caliente que se me hacía agua la boca. Abrí grande y comencé a chupar.
Tanta práctica me había echo bastante bueno en esto, aunque me costaba un poco ya podía llegar hasta la base sintiendo cómo tocaba mi garganta. Me atragantaba pero yo seguía, lo sacaba y la volvía a meter, cada vez más rápido.
— Así hermano.. mmmh vas muy bien…—
Mi hermano me felicitaba mientras tenía sus manos en mi cabeza, me sujetaba con firmeza. Y antes de que pudiera reaccionar, el empezó a empujar sus caderas con fuerza, ahora el estaba cogiendose mi boca con su enorme poronga.
Yo me quede quieto recibiendo cada centímetro de esa gruesa verga, golpeaba mi garganta provocandome arcadas pero mi hermano no se detenía, aumentaba la velocidad y la intensidad con cada segundo que pasaba.
El gemia sin contenerse, yo tenía miedo de que mi amiga viniera a buscarme y escuchara los sonidos salir del baño. Usaba mi lengua para rodear su glande, apretaba mis labios con fuerza succionando lo mejor que podía, quería hacerlo acabar rápido.
— ¡Mmmhh! —
Mi hermano dejo salir un gemido que nunca había escuchado antes, acompañado de dicho sonido vino una enorme cantidad de semen caliente y espeso, bajaba por mi garganta hasta mi estómago. Yo tragaba la leche cómo un ternero hambriento, mi hermano no paraba de disparar su espesa carga haciendo inflar las mejillas.
Después de unos espamos por el gran orgasmo, el dejo libre mi boca y por fin pude respirar tranquilamente.
— ¿Que mierda? —
Pregunté mientras me limpiaba de la cara el semen y saliva que tenia por el rostro.
— No digas que no te gusto — El señaló mi entrepierna, yo estaba duro como roca y si continuaba seguramente me habría corrido sin tocar mi pene.
Sin decir mas salí del baño, camine lento hasta mi pieza buscando que mi ereccion bajara.
Esa noche fue bien en todos los aspectos, la amiga que lleve a casa también me la chupo y aunque no se trago mi semen, se sintió bastante bien. Me pregunto si mi mamada sera mejor que la de una mujer
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con ganas de leer la siguiente parte
Pronto la continuacioooon!!!!