Mi hijo me sorprende 3
Esta historia es anónima. Pueden enviarme sus historias al Tg: @xjmdlo, gracias.
Después de descubrir a mi hijo Matías siendo fornicado por sus primos, me he quedado muy pensativo. Ese culo se veía tan rico, rosadito. Nunca pensé que tendría estos pensamientos con mi hijo y más ahora que se que le gusta la verga..
Desde ese momento, no pude pensar en otra cosa, no pude imaginarme otra cosa. Más que en mi hijo de cuatro mientras era disfrutado por sus primos.
Era el mismo día, de noche y yo estaba algo alcoholizado.. Matías llegó, y le ordene que vaya a bañarse, pero algo ya había despertado en mi, la duda de cómo se sentiría estar incrustado en mi propio hijo estaba ahí. Así que sin pensar mucho le dije:
-Hijo, vamos a bañarnos juntos, estoy bastante mareado, necesito refrescarme.
-Si papi! Esta bien!
Fui a buscar mi toalla y nos metimos al baño, verlo sacarse su ropa fue increíble, tentador y magnético.. veía su nalga y solo podía imaginar como el pene de mi sobrino adolescente se iba metiendo ahí y como Matías gemía de placer. Me estaba por volver loco!
Sin darme cuenta ya tenía el pene a mil por hora, y me quite toda la ropa.. Para mi sorpresa, Matías no dejaba de mirar mi faro que alumbraba su vista como si lo guiara hacia el camino del placer.
Yo intente evitar mirarlo mucho, aunque debo admitir que un cuerpo bancó, lampiño, y unas redonditas nalguitas lecheras no pasan desapercibidos y más que sabes de lo que esas nalguitas son capaces de hacer en un hombre..
Mi pene palpitaba y la tensión se sentía cada segundo que pasaba, ya me sentía húmedo de la excitación.
Nos metimos bajo la ducha y no nos empezamos a bañar lento, como si no había apuros, Matías miraba cada tanto mi pene babeante, y rozaba con su brazo.
Yo me ponía detrás de él y disimulaba lavarme la cabeza mientras me pegaba a su espalda haciendo que sienta mi dureza. Ya no aguantaba más, cada roce se sentía electrificante, satisfactorio y lleno de placer absoluto.
La excitación ya me había ganado, y solo di la vuelta a mi hijo sin decir nada, me paré frente a él, y lo tomé de la cabeza.. acerque mi jugoso pene en sus labios y los presione, Matías cerró los ojos y empezó a abrir la boca, metiendo la mitad de mi pene dentro y empezando a chupar como si lo hubiese deseado desde hace bastante tiempo.. yo estaba mirando al techo mientras sentía esa boquita húmeda, babosa, y calentita succionar cada parte de mi hombría.. mirar el techo era como ver el cielo, una sensación inigualable..
los movimientos fueron acelerando y Matías chupaba con más fuerza y ganas. Saque mi pene de su boca, y puse su cara contra mis testículos, lo hice lamer todo, chuparme cada huevo mientras empujaba con fuera contra su cara..
Los gemidos salían, estábamos solos, así que no dude en gritar de placer. Mientras mi pequeño hijo era sometido en el baño haciendo lo que mejor sabe hacer..
Lo alce rápidamente en mis manos, y lo lleve a la cama, no me importaba que tan húmedos estábamos, solo me importaba acostarlo boca abajo y dirigir mi boca a ese culo rosadito, veía como palpitaba de la calentura, mi lengua entraba y Matías gemía. Lubricar ese culito con mi saliva era increíble, ver cómo se dilata con mi lengua era único.
Le metí un dedo de una y lo empecé a sacar y meter lentamente, Matías tenía la piel de gallina y gemía de placer. Fui por el segundo dedo y podía observarse como mi hijo abría más las piernas y como su ano se abría más y más..
Mi pene estaba por explotar, el líquido preseminal ya formaba un hilo que caía, y brillaba en la espera de un agujero delicioso.
Sin pensar tanto, me subí y coloqué mi pene en la entrada de su ano y lo metí de una. Tape rápidamente la boca de Matías para ahogar ese grito de dolor, y espere unos segundos.. empecé a moverme, la sensación de mi culo siendo apretado por las paredes de su ano eran inigualables, cada embestida era como tocar el cielo. Los movimientos se aceleraron y Matías gemía cada vez más, mi mano en su cintura y mis movimientos sonaban como aplausos en una habitación vacía y silenciosa, con ecos en toda la casa..
Hasta que llegó el momento, de un grito salvaje, largue una cantidad enorme de semen en el ano de mi príncipe.. espere un rato y saque mi miembro de su agujero. El semen escurría y ese ano se veía abierto. Mi hijo templaba y sonreía como si su objetivo se hubiese logrado.
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