Mi hijo me violo 1

Estaba esposado a la cama y solo veía como mi niño de 6 años daba brincos en mi pene y se reía como loco..
Mi nombre es Andrés y tengo 40 años, mi hijo se llama Diego y tiene 6 años.

Soy Padre soltero, vivo en Bogotá Colombia, Soy ingeniero y siempre estoy ocupado trabajando, mi esposa hace mucho tiempo se fue para otro país y nos dejó a mi hijo y a mí. De vez en cuando accedo a prostitutas para saciar mis deseos. Mi hijo entró este año a primaria a estudiar y lo puse en un colegio donde solo tiene libre las noches. El en la mañana estudía y en la tarde le ayudan a hacer tareas, cuando salgo de trabajar en la noche lo recojo y vamos a casa. Paso muy poco tiempo con el.

Llegaron las vacaciones y lo tenía todo el tiempo en la casa, estaba desesperado y muy caliente así que contraté una prostituta para que viniera en la noche, casi era de madrugada para aprovechar que mi hijo dormía. Tengo toda clase de juguetes que me gusta que me sometan, que me esposen, que limiten mis movimientos y mis deseos y ser ser dominado, que la otra persona tenga todo el control de la situación.

Hice esto muchas noches, hasta que un día quise cambiar de prostituta, ya no me satisfacía la misma y encontré un sitio en internet donde habían chicas jóvenes, llamé a una y todo empezó bien. Ell me desnudó, y procedió a esposarme de manos y pies a la cama, pero en ese momento la desgraciada aprovechó para robarme, saco mi cartera y vacío mi dinero busco en la habitación y se llegó las cosas de valor que encontró y salió corriendo de la casa.

Yo me quedé ahí, no podía gritar porque no quería despertar a mi hijo. Pero seguramente por el ruido que ella hizo revolcando las cosas de la habitación, mi hijo se despertó. La puerta de mi habitación estaba abierta y entró me vio acostado con las piernas y brazos extendidos. Yo estaba totalmente inmovilizado y todavía tenía la erección a todo lo que da. Usualmente consumo viagra para que dure más. Mi niño aún se frotaba los ojos por el sueño y me vio directo al pene, abrió su boca como no creyendo lo que pasaba.

Yo soy de cuerpo muy velludo y mi pene es grueso, era la primera vez que él me veía así ya que siempre fui muy pudoroso en la casa con él. Diego me vio y se acercó a mi y extendió su dedito y tocó la punta de mi pene. Soltó una risita. Yo solo le decía que no lo hiciera y trataba de moverme pero era imposible. El vio en la cama todos los juguetes sexuales y las esposas eran de peluche, así Que supongo que en su mente esto era una especie de juego.

—Diego, mi amor alcánzame las llaves que están en el piso para que papá se pueda ir. —Le dije señalando con mi boca

El me ignoro. Empezó a tocar mi pecho y abdomen jugando con los vellos de mi cuerpo. Sus manitas estaban frías y mi pene reaccionaba a eso, mi pene daba espasmos. Era incontrolable.

—Papi, ¿Porque estás así?

—Diego, esto es normal, papá solo estaba jugando. Pero ya me quiero ir a dormir Me puedes pasar las llaves que están en el suelo para poder abrir esto que está en las manos.

En ese momento me di cuenta que cometí un error. Debió haber dicho que estaba jugando, ni que esto era normal. Mi hijo tiene una sonrisita y dijo que quería seguir jugando conmigo. Me hizo una carita triste y dijo que yo nunca jugaba con él.

No tenía idea cuál era el juego que hijo tenía en mente. Diego se quitó toda su pijama. Yo le preguntaba que por qué lo hacía y él me dijo que quería estar igual que papá.

Mi niño se acostó en mi poniendo la cabeza sobre mi pecho.era una escena dulce. Pero luego se mando a mi boca y me dió un beso. Yo nunca lo había hecho. Se que en otras familias es normal, pero yo no tenía ese hábito. Supongo que debió a ver visto en su colegio a otros padres dar besos a sus hijos.

—Diego, no hagas eso. No es bueno dar besos en la boca. Le dije

El me volvió a ignorar. Hacia lo que quería. Cogió mi cara con sus pequeñas manos y volvió a dirigirse a mis labios, pero esta vez introdujo su lengua. Mi mente explotó y entendí que mi hijo no vio esto en alguien. Seguramente alguien se lo había hecho ya a él y sentí ira mezclada con morbo.

Mi hijo procedió a darme besitos desde los labios, me lamió el pecho, luego empezó a chupar mi pezon como si fuera un bebé, cuando de repente y más rápido siguió bajando hasta mi ombligo y luego se fue hasta el vello púbico. Empezó a jugar con el, lo olía y daba besos.

Yo estaba en el cielo y sabía que resistirme ya no era una opción. Me encanta ser dominado y mi hijo estaba haciendo muy bien el trabajo que la prostituta había dejado a medias.

De pronto mi hijo acercó su lengua a la cabeza de mi pene y lamia como paleta. Estuvo así unos minutos, al mismo tiempo con sus manitas apretaba suave mis testículos. Mi pene botado mucho líquido preseminal, mi hijo aprovecho y se intentó sentar en el.

En ese momento entré en razón y le dije que no lo hiciera que no estaba bien, que se iba a lastimar. Él me miró con los ojitos llorosos y sonriendo y dijo —me gusta mucho papi. — ahí lo ví bien y tenía su pequeño pene de unos 5cm durísimo. Se nota que lo disfrutaba. Y ese placer me lo paso. Mi mente empezó a verlo con ojos diferentes. Me fijé que él era muy delgado, su piel era muy blanca, su penecito tenía una ligera curva hacia arriba y tenía la cola más redondita que había visto. Era hermoso.

Mi niño siguió y la punta de mi pene entró a su apretado agujero. El hizo una cara de placer y yo no aguante y solté un gemido orgasmico. Mi voz es gruesa y fuerte. Casi sentí que retumbó mis propios oídos. Diego siguió empujando hacia abajo y de pronto ya lo tenía todo ensartado.

Mi niño no paraba de saltar en mi pene y se reía como loco. Nunca había visto esa faceta de él. Lo disfrutaba mucho. El apoyo sus manos en mi abdomen para coger más fuerza y siguió brincando aún más rápido. No aguante y me vine en él.

—papi tu leche se siente calientita en mi colita. -dijo mi hijo y se procedió a levantar. Un hilo de semen salió de él.

Eso que él dijo me confirmó que sabía muy bien lo que era el sexo. Mi hijo Sabía que es la leche y sabía muy bien cómo chuparlo y cómo sentarse en un pene. Era claramente experto.

Luego de que se levantó me dijo que le limpie la colita. Qué la tenía pegajosa. Yo le dije que sí, que me trajera las llaves para quitarme las esposas. Pero él se acercó a mi cara y me puso toda su rosada rajita justo en mi boca. No lo pensé ni un minuto y le dí lengua hasta que el empezó a gemir. Luego mi niño cayó rendido sobre mi y se quedó dormido a mi lado.

Los dos estábamos desnudos y llenos de semen y sudor. Yo también estaba agotado. Me dormí con el. A la mañana siguiente me levanté le di un beso en la mejilla para levantarlo, el se paró de la cama, Me pasó las llaves y yo me quito las esposas. Le dije que nos fuéramos a bañar juntos, pero con la intención de averiguar quién fue que le enseñó esto a mi bebé.

Lo que pasó luego no me lo podía imaginar. Y así fue como mi vida cambio para siempre