Mi Inocente Petición: Mi gran error
Soy Natalia y a mis 15 años solo quería permiso para ir a una fiesta..
Mi nombre es Natalia, mujer de tes clara con unas cuantas pecas, pelo castaño oscuro rizado y de ojos café, en ese entonces tenía un cuerpo normal para mi edad, no tan delgada, con unos pechos pequeños pero bien formados y un trasero que se notaba sería mas prominente, redondito y bien puesto en su lugar.
Había cumplido recién mis 15 años y estaba entusiasmada con la idea, ya que en hace algún tiempo, mis papás, me habían dicho que recién podría ir a una fiesta cuando cumpliera los 15.
Ese fin de semana mi amiga Susan también cumpliría los 15 y haría una fiesta en su casa, así que con toda confianza (por ya tener edad) fui donde mi madre a pedirle permiso,
Yo: Mamá, el sábado los papás de Susan le harán una fiesta por sus 15, como yo ya cumplí los míos, Puedo ir?
Mamá: Claro, ya estas grande – me dijo sonriendo.
Yo muy entusiasmada y alegre di un salto y la abracé dándole las gracias, pero esa alegría poco duró.
Mamá: Pero antes debes pedirle permiso a tu papá.
Mi papá era los que decíamos «un viejo gruñón». Hombre de 56 años, de pelo cano y cejas muy tupidas, no tan gordo, pero con mucha panza, se la pasada todo el día en el sofá viendo tv y tomando cerveza, nunca se le veía una sonrisa en su cara y se enojaba por lo más mínimo, siempre nos retaba por alguna cosa a mi y mis hermanos.
Habían pasado los días y no me atrevía a pedirle permiso a mi papá, por un lado porque sabía que se enojaría y por otro porque estaba segura que me diría que no y perdería toda esperanza de ir.
Ya era el día de la fiesta y aun no le decía nada…
Esa tarde mi madre se iba de compras al supermercado y como era costumbre, yo y mis hermanos la acompañábamos, pero esta vez le dije a mi madre que no iría con ellos y que me quedaría en casa, le conté que aún no le pedía permiso a mi padre, lo que ella entendió inmediatamente y me animó a quedarme y pedirle permiso de una vez por todas.
Quedé sola con mi padre, aunque el se había ido un rato antes a dormir la siesta a su dormitorio, pensado que estaría solo.
Me di muchas vueltas en a cocina y el jardín, dándome valor par ir a hablar con mi padre hasta que ya me sentía lista, respiré profundo y me dirigí a paso firme hacia el dormitorio de mis padres. Ya junto a la puerta, logro escuchar ruido de la tv que venia desde dentro del dormitorio, por lo que pensé que mi padre ya estaría despierto, con toda decisión, tomo la manilla y abro la puerta de golpe
Yo: Papá..
cuando la imagen frente a mi me enmudeció…
Ahí estaba él, tirado en la cama como un rey descuidado en un trono mugriento. Sin pantalones ni ropa interior, las piernas peludas abiertas de par en par. En la mano derecha tenía el control remoto, pero en la izquierda —¡la puta madre!— estaba aferrando su verga. Gruesa, venosa y dura como piedra, sobresalía de un nido de pelos grises y ásperos, con una gota brillante de líquido en la punta. Se la estaba meneando rápido, el sonido húmedo chas-chas golpeándole los oídos como cachetada. Me di vuelta y salí del dormitorio lo más rápido que pude, de reojo alcancé a ver que en la tv tenía puesta una película porno que parecía ser casera.
Corrí a la cocina,
Yo: ¡Mierda, mierda, mierda!
estoy segura que me puse de todos colores, era primera vez que veía una verga de verdad, solo había visto en fotos borrosas de revistas que a veces algún compañero llevaba a la escuela. Mi corazón latía fuerte y tiritaba de nervios, tome un vaso de agua pero apenas pude tragarla.
Pasaron unos 15 minutos, yo ya estaba un poco mas tranquila pero aún un poco sorprendida por lo que acababa de ver, cuando escucho que la puerta del dormitorio de mi padre se abre y el sale tranquilamente, como si nada hubiese pasado. Abre el refrigerador y saca una cerveza. Yo estaba temblando nuevamente, pero de miedo, sabía que mi padre que daría el reto de mi vida y lo más probable es que me castigara por semanas, pero quedé sorprendida cuando mi padre me hablo con un tono muy calmo.
Papá: Pensé que habías ido con tu madre al supermercado…para qué me buscabas?
Dentro de mí, decía «debo aprovechar que que mi papá esta de buen ánimo», por lo que me atreví a decirle de inmediato
Yo: Lo que pasa, es que… ya cumplí 15 y quería pedirle permiso para ir, esta noche, donde Susan, que también cumple sus 15 y sus papás le harán una fiesta
Papá: Y tu mamá, te dio permiso?
Yo: Sí, pero me dijo que debía preguntarle a usted primero
Papá: Bueno, puedes ir.
Creo que quedé más sorprendida que antes, incluso ya había salido de mi cabeza la imagen de hace un rato. Había pedido permiso con ninguna esperanza des escuchar un sí, estaba tratando de asimilar que ya tenía permiso, ya casi a punto de saltar de alegría cuando escucho de mi padre
Papá: Pero…Debes ganarte el permiso
dentro de mi decía «que mas da, limpiar los baños, una semana de lavar los platos o hacer las camas, lo que sea con tal de tener mi permiso»
Papá: Ya que me interrumpiste en lo que estaba haciendo, quiero que me ayudes a terminarlo.
Yo: «Como?! que!?» – le respondo confundida
Papá: Eso, que me ayudes, necesito que me masturbes hasta acabar, con eso ya te habrás ganado el permiso.
No sabría que hacer, ansiaba ese permiso, pero lo que me estaba pidiendo mi papá era demasiado. Después de unos minutos mi papá se da la vuelta para ir al sofá
Papá: Bueno, si no quieres, entonces no vas
Yo: Está bien, lo que diga, pero por favor, déjeme ir a la fiesta – le respondo rápidamente y sin pensarlo mucho.
Mi papá se voltea, me mira con una sonrisa torcida asomándole en la cara, como lobo oliendo sangre.
Papá: Espera un minuto
Fue a su dormitorio y después de unos minutos volvío con una cámara de video que llevábamos a las vacaciones. La acomodó sobre un mueble, apuntando una silla y la encendió.
Papá: Con esto está mejor
Yo mirando la cámara no me di ni cuenta cuando el ya estaba sin pantalones ni ropa interior, sentado en la silla con las piernas abiertas con su verga flácida y pequeña a la vista.
Papá: Ya, mientras antes empieces, antes terminamos
Me agaché frente a el, quedando en cuclillas, y con mi mano temblorosa le agarré su verga, se sentía muy caliente y aunque estaba flácida, mi pequeña mano no alcanzaba a cubrirla por completo.
Me tomó mi mano con la suya y la movió de arriba hacia abajo
Papá: Hazlo así
yo continué moviendo mi mano como él me dijo. Poco a poco su verga fue creciendo, poniéndose cada vez mas dura y grande, el se movía levemente y hacia ruidos como gemidos, yo aparte la mirada, mirando la nada mientras seguía masturbándolo, el se percató y tomándome del mentón y dándome vuelta la cabeza para que mirara como los masturbaba.
Papá: Ve lo que estas haciendo
Pasaron varios minutos, se me estaban haciendo eternos, y el no paraba de hacer ruidos y mirar el techo, veía como la punta de su verga estaba húmeda con un líquido transparente, que poco a poco se acercaba a mi mano. Ya estaba agotándome, mi brazo y mi mano ya estaban muy cansadas y no se veía que mi papá fuese a acabar. Cambié de mano para descansar un poco mi mano derecha, pero mi izquierda era bastante torpe y no pude seguir el ritmo, mi papá con cara sería, quitó mi mano y tomó con su mano derecha su verga, con la izquierda me agarró la cabeza desde el pelo, y en un brusco movimiento empujó mi cabeza hacia su verga. Por instinto cerré mis labios y mis ojos fuertemente, mientras el forcejeaba para metérmela en la boca, yo comencé a empujarlo desde la panza para tratar de salir de ahí, pero el era mucho mas fuerte que yo. En un momento, al ver que yo no abría la boca, me apretó la nariz con sus dedos para que yo no pudiese respirar. Cuando ya no pude aguantar más, abrí la boca para tomar una bocanada de aire y el de golpe me mete la mitad de su verga en mi boca. Era grande, y con solo meter la mitad llegó a mi garganta, no pude contener mis ganas de vomitar y entre una toz por estar atragantada, sentí como se me devolvió el agua que había tomado hace un rato, botándola fuera de mi boca por el escaso espacio que quedaba entre mis labios envolviendo su verga. De golpe y tirándome del pelo me hizo hacia atrás sacando su verga, me inclinó la cabeza hacia atrás, para quedar mirándolo a la cara, y mientras yo trataba de recuperar la respiración , el me escupió la cara y me dio una cachetada
Papá: Ya estas por ganarte el permiso
a lo que vuelve a empujarme la cabeza hacia él, metiendo su verga en la boca. Me agarró la cabeza con ambas manos y me la continuó moviendo con fuerza, sentía que mi cabeza iba a salir de mi cuerpo, ya ni sentía el cuello, solo sentía el sonido que era un desastre: saliva chorreando, tos ronca, la verga golpeando mi garganta con un gluck-gluck asqueroso.
Mi papá bajó el ritmo del movimiento de mi cabeza, pero al mismo tiempo, al estar en mi garganta, empezaba a presionar mas y mas fuerte , como queriendo meterla más aún, y cada vez que me estaba quedando sin respiración , él me sacaba y lograba respirar. Hizo eso un par de veces, hasta que en un momento, teniendo su verga hasta mi garganta, empecé a sentir que entraba más, no podía respirar, sentía como mi garganta se ensanchaba, empecé a sentir como mi cuello se abultaba y su verga se adentraba cada vez más. Sentí su verga, dentro de mi garganta, en la base de mi cuello, y sus pelos en mi nariz y sus bolas tocándome la barbilla. Estaba a punto de desmayarme, tratando de dar erráticos golpes con mis puños, cuando la sacó por completo. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, apenas podía ver, tosía mientras trataba de recuperar el aliento.
Tosía, lágrimas corriéndome por la cara, el aire raspándome los pulmones.
Papá: Estás por ganártelo, mi niña – me dijo sonriendo
y volvió a metérmela, profunda y brutal, varias veces más. La saliva me chorreaba por el mentón, mezclándose con mocos y lágrimas, un desastre húmedo que me empapaba el pecho.
Finalmente sacó su verga de mi garganta y tomándome desde las axilas me puso de pie frente al él. Yo un poco mareada, tratando de respirar, pensé «Por fin terminó» , pero estaba equivocada. Me tomó fuertemente con su brazo izquierdo rodeando mi cintura y me tiró hacia él. Con su mano libre empezó a levantar y tirar de mi polera, la que entre forcejeos terminó quitándome. Como continuaba sentado, mis pechos, aun con el brasier puesto, quedaron a la altura de su cara, los que empezó a pellizcar con sus labios ya a masajear y apretar fuerte con su mano derecha. Con un hábil movimiento abrió mi brasier y lo quitó por completo, quedando mis pequeños pechos desnudos frente a él. Sin esperar mucho comenzó a pasar su lengua por mis pezones, los cuales se endurecieron de la nada, el seguía apretando mis pechos, pasándoles la lengua, succionando fuertemente y a ratos abriendo la boca grande, metiendo un pecho entero dentro de su boca. Yo intentaba empujarlo sin éxito
Yo: No quiero más!, Suélteme por favor papá! – le decía entre llantos
pero el me ignoraba y me los seguía chupando.
En un momento, aun sosteniéndome firme, bajó su mano libre y comenzó a bajar mis pantalones de buzo, que llevaba puesto y cuando ya los tenía a la rodilla, fue por mis bragas de niña, blancas de puntos rosas, y también las comenzó a bajar, entre empujones e intentos de patadas que quise dar, junto a gritos
Yo: Pare papá!, que está haciendo!
Finalmente me los quitó, eso sin dejar de lamer mis pechos. quedé solo vestida con las zapatillas y calcetines que llevaba puesto.
Una vez fuera del camino mis pantalones y bragas, fue directo con su mano a mi conchita, pequeña e intacta, como unos escasos bellos alrededor, con sus dedos intentaba abrirse camino entre mis labios, buscando la entrada, mientras yo apretaba, lo más que podía las piernas, intentaba zafarme de él y seguí gritándole que se detuviera.
Sacó su mano de entre mis piernas, se metió los dedos en la boca, llenándolos de saliva y volvió a poner su mano en mi conchita. A pesar de tener las piernas apretadas, sus dedos se deslizaron sin mayor esfuerzo gracias a la saliva. Continuó buscando con su dedo medio la entrada , hasta que la encontró y empezó poco a poco a meterlo, yo di un grito de dolor, seguía cayéndome lágrimas mientras gritaba
Yo: Me duele papá! me duele!!
Papá: Ya estas mojada hijita, ya te dejará de doler
y entre mete y saca, terminó metiendo su dedo por completo. Sacó su dedo manchado con algo de sangre, ya que me había desvirgado con su dedo. Sin darle mucha importancia, siguió metiendo y sacándolo mientras me seguía pasando la lengua por mis pezones y metiendo mis pechos completos dentro de su boca.
Paró después de un rato
Papá: Ya estás lista – me dice mirándome a los ojos
Yo pensé que ya todo había terminado, pero sin dejar de agarrarme firme por la cintura, tomó mi pierna izquierda y la pasó sobre su pierna, y luego hizo lo mismo con mi otra pierna, quedando sentada sobre mi papá, con las piernas abiertas, mirándolo de frente. Me volvió a aferrar fuerte con un brazo y me acercó fuerte hacia él, mientras que con la otra manos agarró su verga y la movió entre los labios buscando la entrada de mi conchita.
Inútilmente forcejé con él nuevamente, cuando de un fuerte empujón hacia abajo, metió la punta de su dura verga en mi conchita. Volví a dar un fuerte grito, mis ojos se llenaron aún más de lágrimas
Papá: No pasa nada – me repetía
cuando de otro empujón me mete su verga entera dentro de mi. sentí como se movió todo dentro mío y sentía como si la tuviese metida hasta el estómago, el dolor era tal, que casi desfallecí , se me fueron las pocas fuerzas que tenía. El no le dio importancia alguna a mi dolor, y agarrándome con ambas manos de mis nalgas empezó a subirme y bajarme por su verga, el también hacía movimientos para metérmelo lo más profundo que podía. No se cuanto estuvo así, pero se me hizo eterno, me besaba el cuello, metía su lengua en mi boca, chupaba mis pechos, mientras me seguía moviendo sobre si vergas como si fuera una muñeca.
Sus movimientos fueron aumentado de velocidad y sus gemidos fueron cada vez más intensos, con sus manos apretaba mis nalgas como si las quisiese sacar, hasta que de pronto me empujó con mucha fuerza hacia su verga y levantando su pelvis y manteniéndola así , sus bolas tocaban mi culo, dio un fuerte gemido que parecía un grito de furia y empecé a sentir como su verga bombeaba dentro mío, y de pronto sentí el líquido caliente y como me empezó a llenar, sentía apretado, como si quisiera ir al baño y sentí como ese líquido blanco, lechoso, que ahora sé que es semen, también empezó a salir y a correr por entre mis piernas. Mi papá me tomó de la cintura y me levantó, sacando su, aun dura, verga de dentro mío, eso seguido de un chorro caliente de semen que cayó directo al suelo y siguió correando mis piernas. Aun confundida y sin fuerzas, logré razonar que ya era el fin, pero una vez más estaba equivocada.
Apenas soportando el peso de mi cuerpo, mi padre, ya de pie me movió hacia la silla en la que estaba, me hizo poner mis rodillas sobre el asiento de la silla y me llevó mis manos al respaldo de esta, quedando con el culo al aire, yo ya sabía que iba a seguir dándome, pero no imaginaba como. Se puso detrás mío, aun con su verga dura, me tomó con una mano de la cintura, se escupió los dedos de la otra mano y los llevó directo a mi ano, los pasó por alrededor, dejándome bien mojada e hizo el intento de meter un dedo, yo di un salto, intenté ponerme de pie y quitar la mano de mi papá, pero él, con fuerza, me empujo había abajo la cabeza, dándome un golpe con el respaldo de la silla
Papá: Quédate quieta! – me dijo con un tono de enojo.
Yo: Que va a hacer papá
Papá: Quédate quieta
en eso mete medio dedo en mi ano, lo sentí demasiado apretado y nuevamente mis ojos se llenaron de lágrimas, después sentí como agarró su dura verga y la puso en mi ano, haciendo presión poco a poco. Yo seguía llorando y trataba de zafarme, pero mi papá me agarró con ambas manos de la cintura y comenzó a tirarme hacia él mientras empujaba con su verga intentando entrar en mi estrecho culito.
Haciendo más y mas fuerza y yo resistiéndome como podía, siento como de golpe entra toda la cabeza de su verga en mi ano, tuve un espasmo y di un grito de dolor que creo se escucho en todas partes, pero mi madre no le dio ninguna importancia.
Empezó a mover su pelvis y a moverme a mi, empujando y tirándome de la cintura, y sentía como su verga se abría pasó más y más profundo en mi interior. No aguantando el dolor intenté salir, y gritaba pidiéndole que parara, pero el estaba como en otro mundo, con los ojos puestos en como entraba su verga en mi culo. Me escupió el ano y esparció la saliva en lo que quedaba de su verga fuera y lo metió hasta que sus bolas chocaron con mi concha. Comenzó un movimiento de mete y saca que cada vez se hacía más rápido e intenso, sonaban como cachetadas cuando mi culo chocaba contra su cuerpo.
Apenas me podía la cabeza y mi padre seguías moviéndome con mas fuerza, hasta que mi padre me soltó de la cintura, me agarró con una mano de mi enredado y sudado pelo, haciéndome un especie de coleta y con la otra me agarró de un pecho, y siguió moviéndose rápidamente, ahora tirándome con fuerza desde el pelo, hasta que sus gemidos se empezaron a hacer más y mas fuertes y sus movimientos más y más rápidos, hasta que dio un grito, tiró de mi pelo tan fuerte que sentía que me lo arrancaba y metió su verga tan profundo como pudo y empezó a bombear dentro de mi, sentí nuevamente como me llenaba de chorros y chorros de semen caliente, los que empezaron a salir hacia afuera y dejar todo mi culo y piernas más mojadas aún. De un tirón sacó su verga y siguió cayendo más y más semen desde mi culo. Yo desfalleciendo caí de golpe al suelo, como un saco. No podía hacer más que respirar.
No conforme, mi papá me toma del pelo y me levanta, poniéndome de rodillas frente a él , toma con su otra mano su , llena de semen y aun dura, verga y sin más me la mete en la boca. Puede hacer nula resistencia, me agarró la cabeza con ambas manos y ya con ningún cuidado me la metía hasta lo mas profundo de mi garganta, mientras la tos y arcadas las pasaba por alto y por las comisuras de mis labios salía el vómito que era nada más que líquido blanco. Después de eternos minutos, con una mano me toma del pelo y echa mi cabeza hacia atrás, mientras con la otra se masturbaba pegado a mi boca.
Papá: Abre grande la boca y sacara la lengua – me dijo jadenado
como demoré en reaccionar me dio una cachetada, que, en el estado en el que estaba, casi ni sentí. Hice caso y abrí la boca lo mas que pude y saqué mi lengua.
Él tomó la cámara y la puso a la altura de sus ojos, enfocándome a mi y su verga. Siguió masturbándose más rápido , apuntó a mi boca y con otro gemido empezó a acabar directo en mi boca. Llegaron fuertes chorros a mi garganta que casi me hacen toser y siguió saliendo mas y mas semen de su verga, se me llenó la boca y seguía cayendo en mi cara, mi pelo, mis pechos y mis piernas. No sé como era posible que aun siguiera saliendo tanto semen.
Papá: Trágalo – me dijo cuando ya acabó
pero como vio que no quería hacerlo, dejó la cámara a un lado y con sus manos cerró mi boca y tapo mi nariz, sin mas opción tuve que tragarlo, era espeso, ácido y seguía muy caliente, fue horrible tener que tragarlo.
Una vez que vio que tragué, tomó nuevamente la cámara, enfocando mi cuerpo todo mojado con sudor y semen, con el pelo todo enredado
Papá: Este fue el primer permiso ganado de mi pequeña – dijo a la cámara antes de apagarla.
Después de ponerse sus pantalones se acercó a mi y me ayudó a poner en pie.
Papá: Ve a darte una ducha, mi amor. Quiero que estés preciosa para la fiesta. Te voy a llevar yo mismo.
Es mi primera historia, espero os guste.
Tengo más ideas, pero me gastaría saber que puedo mejorar 🙂
Que rico relato. Si alguien de aqui hace roleplay escribame por telegram para hacer roles así de ricos.
@Darkkcupcake
Muy buen relato, pensé que ibas a ser la perrita de la fiesta pero fue aún mejor que eso, que rico ver la continuación de algún otro permiso o quizas otros lugares en que papi te usó
La continuación : https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/mi-segundo-gran-error/