Mi madre me enseña a ser puta
Mi hermana tiene un amante y esta vez habrá un trío de por medio, mi madre, mi hermana de 8 años y yo. .
Mi nombre es Luz, soy una zorrita muy pero muy sucia e intensa de nacimiento pero por suerte, mi familia también…
Tenia 14 años, vivía con mi madre de 35, y mi hermana de 8, vivíamos solas en el penthouse de un edificio pues teníamos dinero en abundancia, mi madre era una mujer poco gorda, usaba lentes y era una mujer morena y enorme en todo aspecto, solo tengo que decir que mi madre parecía aún tener leche en sus senos de lo grandes que eran, mi madre tenía un novio, su nombre era Ramiro, un chico de 20 años, mi madre quería atención ya que mi padre nos había dejado, era un chico muy rudo, todas las noches que se quedaba se cogia a mi madre, muy duro de seguro porque mi madre gritaba que le den por horas, mi hermana menor se llamaba Eli, era una niña buena con unos ojos achinados y un pelo largo y un culito ya notable a pesar de tener 8 años, ella y yo solo escuchábamos como mi madre gemía muchas noches, Eli era inocente así que solo pensaba que mi madre jugaba, yo entendía a pesar que aveces era muy extremo a nivel de gritar «preñame, deja tu leche dentro, que te valga verga preñarme» todo eso gritando.
Yo era virgen pero escuchar esos gritos me hacían desear sentir que es el sexo, incluso mi hermana la putita, aveces iba a espiar a mi madre y su novio y me decia que mi madre estaba sin ropa y que su novio la estaba golpeando con un palo que sale de el, lo que me prendía pero me lo guardaba. Ramiro era alguien muy vulgar, trataba a mi madre de puta o perra, muchas veces me ordenaba de mala forma que tirara los condones usados que el dejaba, una vez vi como Ramiro se orinaba en mi madre desnuda, a mi madre parecía encantarle ya que aún así gemía muy fuerte mientras se tocaba.
Aquí empieza la destruccion de mi hermana y yo:
En una ocasión, el y mi madre salieron a una fiesta de mi madre, mi hermana y yo nos quedamos esperando su vuelta ya que era obvio que al volver tendrían sexo como animales, esperamos hasta las 11 pm, cuando llegaron, mi madre muy ebria con sus tacones en la mano, tenía las tetas al aire ya que usaba un vestido largo, mientras se besaban comiéndose las bocas, mi hermana y yo solo veíamos en silencio desde nuestra habitación, hasta que se encerraron en el cuarto de mi madre, Eli no aguanto la curiosidad y corrió a ver qué hacían, esperé unos 20 minutos, me quite mis medias porque tenía muchas ganas de desnudarme, pero mi hermana vino corriendo y me dijo:
-A la mamá le están lamiendo su poto, y parece que le gusta mucho- dijo con su voz inocente
-qué?! -dije yo mientras era interrumpida
-hazlo conmigo- dijo mi hermana mientras se bajaba el corto y los calzoncitos dejando ver su culito perfecto.
Entonces escuché un grito de mi madre diciendo «meteme tu lengua al ano por favor » así que me puse de rodillas mientras veía el culito de mi hermana abrirse por lo que aunque ella no entendiera, era excitación, metí toda mi cara entre sus nalgas pequeñas pasando mi lengua por toda su raja y a ella se le escapaban algunos gemidos, cuando vi que su ojete estaba goteando saliva decidí parar, quise meterle un dedo pero primero quise hacer lo correcto, le pregunté si sabe lo que estamos haciendo, y ella me respondió segura con un «estamos teniendo sexo» le expliqué que sólo Ramiro puede meternos ese palo para tener sexo real al 100%. Pero ella me dijo «pero me gusta que me beses el poto» y escuchar a mi hermana decir eso me prendió, le metí la lengua en la boca acabando juntas besándonos, le dije que si quería que le chupe sus huequitos ella debía lamer mi raja, me quite el calzón y vi como ella sacaba su lengua pequeña para insertarla en mi entrepierna, esa noche todos estábamos teniendo sexo en esa casa.
Se hacía tarde y aunque mi hermanita era una zorrita, no aguanto el sueño y cayó dormida, llegó la mañana, todo era silencio, mi hermana dormía a mi lado con el culo al aire, mi vaginita era un rio de fluidos, mi cama estaba empapada, quise lamer el culo mojado de Eli pero en ese momento escuché la puerta de mi madre, salió ella con un short, unas sandalias y un sostén para sus enormes senos, estaba saliendo por algo de desayunar, vi algo raro en ella y es que tenía toda la cara llena de un líquido blanco y aún así salió a buscar algo lo que me hizo pensar que seguía ebria, era temprano así que fui a la cocina con la pequeña Eli, quien no paraba de tocar su clitoris mientras caminaba.
Como les decía, Ramiro era un chico muy vulgar y malcriado, mi hermana y yo nos habíamos sentado en la mesa a desayunar, ambas con los potos al aire, entonces Ramiro entro con esa vergota colgando y completamente desnudo, solo usaba unas chanclas de baño, al entrar a la cocina me dijo «buen día zorrita » pero en ves de ofenderme, me excito, le pregunto a mi hermana que quiere de desayunar, a lo que respondió con un tierno «leche» Ramiro me tomo del cuello poniéndome contra la mesa dejando ver mi culo desnudo, no dudó mucho y arremetió su palote contra mi metiéndolo y sacándolo de mi rajita, se sentía tan rico y doloroso a la vez, me jalo del pelo tan fuerte que mi hermana que lo estaba viendo todo le dijo que ella quiere sentir rico también. Entonces entro mi madre, con su cara llena de esa leche viscosa, la tenía hasta dentro del ojo, mi madre no trajo nada de desayuno, solo trajo 3 cajas de condones, eran para mi, Ramiro quería cogerme y lo hizo, tan duro que casi me orine del placer, después de casi media hora de sexo salvaje, saco su cosa de mi, mientras mi hermana menor tenía su pequeña cuca muy mojada, mi madre solo nos veía pues parece que una noche antes ella y su novio habían quedado en quitarnos la virginidad a las dos, Eli la pequeña se puso de pie y le dijo a mi mamá que quiere leche.
Mi madre le dio un condon a Eli y le dijo «pon esto en la cosa dura del Ramiro» ella lo hizo, entonces mi hermana con su conchita empapada fue penetrada por un pene negro de 20 centímetros lloro y gimió mientras yo no sentía las piernas, mi madre acariciaba su papayota, entonces Ramiro paró de cogerse a mi hermana, se la sacó y le tiro el condon en la cara diciéndole «aquí está tu leche mi amor » y así era, mi hermana se guardó el condon para siempre recordar lo más rico que nos pasó a ambas.
si quieren que en este perfil se siga hablando de esta historia, háganmelo saber para decirle a la autora que nos siga contando sus historias, #suciasyzorras
Muy excitante qué la madre las deje, en algún momento las llego a llevar a algún centro comercial a cogerselas en los baños o en algún probador de ropa?
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