Mi mayor fantasía, y mi peor miedo se hicieron realidad…
Un chico gay, tiene la fantasía de acostarse con todos sus compañeros de clase, pero su mayor miedo es que le caigan a golpes, las dos cosas suceden en una sola noche..
Mi mayor fantasía, y mi peor miedo se hicieron realidad…
Desde que fui adolescente, siempre supe que eso de ser varón no era lo mío, aunque procuraba guardar las apariencias, ocasionalmente cuando estaba solo, usaba la ropa de mis hermanas, y alguna que otra de mi madre.
Ya casi terminando la escuela superior, digamos que perdí mi virginidad, anal y bucal si es que se puede decir eso.
Ya que, uno de mis compañeros de clase, estando en la práctica de fútbol, no sé cómo dio cuenta, de que yo usaba pantis en lugar de calzoncillos.
Un día estando en su casa, a donde me invitó a jugar en su computadora, sin darme aviso ni oportunidad, se puso a luchar conmigo, diciéndome que aquel que primero perdiera toda su ropa, perdía el juego.
Él que era mucho más grande y fornido que yo, prácticamente en un abrir, y cerrar de ojos, me ha dejado completamente desnudo.
Así que cuando él ya me había quitado casi toda mi ropa, dejé de luchar, ya que había perdido hasta las medias, pero fue que él entonces me dijo, que por perder tenía que pagar una penitencia.
Y sin quitarse de encima de mí, prácticamente me arrancó los pantis de mi hermana que yo estaba usando, separó mis piernas, y a pesar de todos los inútiles intentos que hice por evitar que me penetrase.
Finalmente comencé a sentir que me enterraba su miembro entre mis nalgas, por lo que prácticamente digamos que me violó.
Ya en ese instante dejé de ofrecer toda resistencia, y así mientras que él comenzó a penetrarme, por un rato me quedé llorando, no tanto por el dolor físico, sino más bien por no haber podido evitar que me hiciera eso.
Hasta que comencé a sentir algo que jamás había sentido en toda mi vida, y al poco rato mientras que, él continuaba metiendo y sacando todo su miembro de entre mis nalgas.
No sé ni como, ni por qué, a pesar de lo mal que me sentía, no tanto por el dolor, sino por no poder evitar que me penetrase, creo que de manera inconsciente comencé a mover mis caderas.
Así que a medida que él continuaba empujándome toda su verga dentro de mi cuerpo, también comenzó a besarme, y lamer mi nuca, mordisquearse las orejas.
Al tiempo que, sin parar de moverse, me decía que yo era su chica, su perra, su puta, en fin, que él era mi macho.
Yo que hasta esos momentos la verdad es que, a pesar de no sentirme un varón, nunca había pensado en el sexo, es más ni tan siquiera me masturbaba, por lo menos hasta esos momentos.
Al rato me apretó con mucha más fuerza contra su cuerpo, metiendo todo su caliente pedazo de carne dentro de mi culo, hasta quedarse quieto, mientras que yo sin dejar de mover mis caderas, gemía, y lloraba, pero ya no de dolor sino de placer.
Después de eso, no conforme con haberme roto, y comido mi culo, como dicen en la calle, se lavó su verga, y colocándola frente a mi boca, me ordenó que se la mamase.
Al principio, me rehusé hacer eso, me parecía de lo más asqueroso, pero cuando me ofreció caerme a golpes, sino le mamaba su verga, no me quedó más remedio que con los ojos cerrados ponerme a mamar.
Al principio cuando comencé a chupársela, estaba floja, pero a medida que mis labios, boca, y lengua comenzaron a succionarle, su verga se fue volviendo a poner bien dura.
Y cuando se le volvió a parar por completo, me lo ha vuelto a encajar entre mis nalgas, sin que yo me opusiera resistencia alguna.
Esa misma tarde después de haberme estado enterrando nuevamente toda su sabrosa verga, una y otra vez, mientras que yo como una loca, movía mis caderas, y le pedía que me diera más duro.
Al volver a venirse dentro de mí, me ha dejado tirado a un lado, con todo mi culo bien abierto, y rezumando se leche.
Al rato ya no tuvo ni que obligarme a que le volviera a mamar su verga, sino tal y como la sacó de entre mis nalgas, me dediqué a mamársela.
Hasta que, volviéndosela a poner bien dura, al poco rato se vino dentro de mi boca, y garganta, obligándome a que me tragase todo.
Después de ese día me convertí en su chica, por decirlo de alguna manera, así que, aunque yo procuraba comportarme como un varoncito, estando a solas con mi compañero de clase, con que él tan solo me lo insinuase, me convertía en su chica, por no decir que en su puta.
Y así seguimos manteniendo relaciones, en ocasiones en su propia casa, a veces en la mía, pero siempre de la manera más discreta posible.
Aunque yo para dichos encuentros, me vestía ya fuera con ropa usada, de mis hermanas, cuando estábamos solos en mi casa, o de hasta su misma mamá, cuando nos encontrábamos en su casa.
Sin que nadie se diera cuenta, fue cuando comencé a fantasear, con llegar a tener sexo, no tan solo con él, sino con otros chicos de la escuela.
Pero el miedo a que se burlasen de mí, y que todos me señalasen como maricón, digamos que evitaba que yo me diera a conocer con otros chicos.
Ya que, por otra parte, mi mayor temor era que me golpeasen, como llegué a ver que lo hicieron a más de un maricón, en el barrio.
Por lo que procure en todo momento, guardar las apariencias, pero con lo que no conté fue que él, por jactarse con nuestros compañeros, comenzara a contárselo a todos, quienes ya comenzaban a verme y tratarme de manera diferente.
A pesar de las constantes indirectas, me contuve, y como me veían tan serio, quizás llegaron a pensar que él, era un hablador.
Aunque yo soñaba despierto con la mayoría de mis compañeros de clases, estaba más que seguro que, si le decía a alguno que sí, el resto también iba a querer que yo los complaciera.
Ya estaba por finalizar el curso, cuando salimos supuesta mente de excursión, la realidad es que nos fuimos a la casa de campo, de la familia de uno de los chicos.
Donde desde que llegamos nos pusimos a beber cerveza, al parecer todos se pusieron de acuerdo, y cuando mi novio, por no decir que mi chulo, ya me había emborrachado me convenció fácilmente de que ninguna de los chicos se iba a enterar, por lo que me cambie de ropa, y gustosamente le di el culo.
Una vez que me quité toda la ropa, y me vestí como él quería, lo dejé que él me lo empujase toda su verga por entre mis nalgas.
Fue cuando aparecieron de un solo golpe, todos mis compañeros de clase, bueno nada más los varones, ya que las chicas no asistieron.
Así que esa noche, me convertí en el equivalente de la única chica del grupo, por lo que después de que mi novio terminó de comerme el culo, me lo lavé prácticamente frente a todos ellos.
Con lo borrachito que yo estaba, sin que me lo pidieran comencé a comportarme como si fuera una puta.
Ya que cuando, no era que yo vestidito de mujer, me ponía a bailar para ellos moviendo mi nalgas, caminaba y hablaba como una chica.
Pero no conformes con eso, uno a uno, fueron comiendo el culo, o poniéndome a mamar sus vergas.
Fue cuando, por decirlo así, se cumplió mi mayor fantasía, por lo que cuando alguno me clavaba su sabrosa verga, yo al mismo tiempo se la iba mamando a otro, al mismo tiempo que una y otra vez me masturbaba como un loco.
Pero ya después de las dos de la madrugada, fue que se hizo realidad mi mayor miedo, ya que no sé qué mosca les pico, que varios de ellos, sin provocación alguna de mi parte, me cayeron a golpe.
Dejándome muy mal trecho, tanto que tal, y como me encontraba por miedo a que me siguieran golpeando salí corriendo, y me interné en el bosque.
A pesar de lo confundido que estaba, a medida que corría, me fui quitando toda la ropa de mujer, hasta que ya del todo desnudo, me encontré en medio de una carretera.
En la que los autos pasaban a toda velocidad, uno de esos autos trató de frenar, pero de todas maneras me golpeó.
Alguien me recogió tal y como me encontraba me llevaron a un hospital, ya que estaba muy golpeado, lleno de semen por todas partes, votando sangre por ojos, nariz, orejas, boca, y desde luego que también por el culo.
Yo me di cuenta de que en el hospital, que me habían montado en una camilla, me hice el inconsciente.
Al día siguiente se regó como pólvora que me habían asaltado, sodomizado, golpeado, y quien sabe que más dijeron.
La cosa fue que cuando recuperé el sentido, cuando me preguntaron que me había sucedido, solo dije que un grupo de tipos con máscaras me habían asaltado.
Poniéndome a llorar le dije a los médicos y policías que esos tipos me habían desnudado, y a pesar de lo mucho que me resistí, mientras varios de ellos me tenían sujetado por piernas y brazos, su jefe ósea el que daba las ordenes me penetró por el culo.
Luego a fuerza de golpes me obligaron a que les mamase sus vergas, en fin, que me habían hecho de todo, y que, tras golpearme en la cabeza, perdí el sentido, hasta que llegué al hospital.
Aunque era más que evidente que había sido sodomizado, y era algo que yo no negué, la gente me agarró lastima, y hasta sintieron mucha pena por mí.
Una vez que me recuperé el temor de mis compañeros era que yo los fuera a delatar, pero cuando el hijo de la gran puta de mi novio me visitó en el hospital.
Apenas tuve oportunidad, le dije, que yo no iba a decir nada que perjudicara a ninguno de los chicos.
Después de salir del hospital, uno a uno me visitó y darme las gracias por no denunciarlos, por lo que en agradecimiento uno a uno gustosamente, pero en distintas ocasiones me volvieron a comer el culo.
Después de la graduación, decidí irme a estudiar en la ciudad, aunque ocasionalmente regreso a mi pueblo, en donde aún quedan algunos de mis excompañeros de clase, los que gustosamente me hacen el favor cada vez que yo se los pido…
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