Mi mejor amigo a la salida de la escuela, me decía. “Nos vemos en el río.” yo sabía que en el rio me iba a dar sabrosamente por el culo, en el río.
Un chico mientras que está en el río, descubre mientras se bañan desnudos, que su mejor amigo no deja de ver su verga, el otro le da vergüenza y se pone a llorar pidiéndole perdón, al mismo tiempo que le da la espalda y sin proponérselo le ofrece sus nalgas..
Esa era la manera en que mi mejor, y más íntimo amigo y yo, nos poníamos de acuerdo, para efectivamente encontrarnos en el rio… Yo soy un año mayor que mi amigo, pero debido a mi baja estura, y delgado cuerpo, y aniñado rostro, aun parezco ser menor, que él.
Todo comenzó, un día en que nos escapamos de la clase de educación física, y nos fuimos al rio a bañarnos, nosotros dos solos, ya que el resto de nuestros compañeros de clase, se habían ido a practicar futbol.
Hasta ese momento, mi amigo no se había dado cuenta, de la manera en que yo con cierta envidia, me le quedaba viendo su verga, que en comparación con la mía era y aun es muchísimo más grande, que la mía es muchísimo más pequeña que la del, al principio, ni tan siquiera se había dado cuenta de la manera en que yo lo miraba a él pero en especial a su verga.
Pero al rato de estar bañándonos completamente desnudos, ambos nos fuimos a la orilla del rio, mi incesante mirada sobre su miembro, comenzó a incomodarlo, tanto que directamente me preguntó que me pasaba, por qué no dejaba de ver su verga.
Al escucharlo preguntarme eso, en un tono molesto, de lo nerviosos que me puse, comencé a llorar, pidiéndole que me perdonara, él seguramente en ese momento, ni idea tenía de que yo le hablaba, y mucho menos del por qué debía perdonarme.
Sin dejar de llorar, le di la espalda, mi amigo algo confundido por mí repentino llanto, lo único que se le ocurrió hacer, fue acercarse a mí y poner sus manos sobre mis hombros, lo que hizo que yo con más fuerza, siguiera llora que llora.
A medida que seguía pidiéndole nuevamente, y de manera repetitiva, que me perdonara, mi amigo aparte de estar sumamente confundido, y que ni idea tenía de lo que yo le hablaba, insistió en preguntarme.
Pero sin dejar de llorar, con mucho sentimiento, le repetía una y otra vez que me perdonase, él al verme tan desconsolado llorando, lo único que se le ocurrió decirme. “Está bien te perdono”.
Seguramente sin tener la menor idea a que yo me refería, al tiempo que, sin ninguna mala intención, se le ocurrió abrazarme por la espalda, ya que yo me encontraba dándole la espalda en ese momento.
Por un corto rato, seguí llorando, hasta que poco a poco comencé a dejar de llorar, por lo que mi amigo pensó, que al decirme que me había perdonado, yo me había calmado, mientras él, sin darse cuenta me continuaba abrazando, por lo que permanecimos así.
Hasta que sentí, que su verga estaba en contacto con mis nalgas, eso y que se le comenzara a poner dura, prácticamente fue lo mismo, de haber sido por mi amigo de seguro me hubiera soltado, pero yo le había sujetado sus manos a mi pecho.
Y en cosa de un santiamén, él tenía toda su verga parada, bien dura, y caliente justo entre la raja de mis nalgas, en ese momento pensé que mi amigo, se iba a molestar conmigo, pero cuando comencé a restregar mis nalgas contra su cuerpo.
Lo que le provocó fue enterrármela, y cuando se dio cuenta de que yo, me deslicé entre sus brazos, para ponerse en cuatro, frente a él, ofreciéndole mis nalgas, no lo pensó ni por un segundo.
De inmediato agarró su ya parada verga, y la dirigió directo a mi culo, apenas la cabeza de su verga, tocó mi esfínter, solté un profundo e intenso gemido, por lo que de inmediato él entendió, que a yo no me iba a molestar, que él siguiera empujándome toda su verga, a través de mi culo.
Lo que ya sin poder detenerse, comenzó hacer, casi de inmediato comencé a chillar de dolor, pero en lugar de sacármela y retirarse, lo que le provocó, fue seguir enterrándomela.
Así que a medida que su verga me fue penetrando, de estar nuevamente llorando, y chillando por el dolor, que su verga me producía, a medida que me la seguía enterrando por mi apretado culito.
Pidiéndole que me la sacara, comencé a mover rítmicamente mis nalgas, dejando de gritar, sádicamente, mi amigo seguía empujando toda su verga contra mi culo, a medida que yo, ya no lloraba, ni gritaba de dolor, sino que, todo lo contrario, gemía y chillaba profundamente de placer.
Mi amigo estaba tan excitado, que hasta le provocó morder mi cuello, y pasar su lengua por mis orejas, a medida que comencé a decirle, con voz afeminada, una y otra vez. “Dame más duro papi”.
Él no podía creer que me estuviera comiendo el culo, a mí su mejor amigo, pero eso no impidió que me apretase con más fuerza contra su cuerpo, hasta que, al rato, finalmente se vino, por completo dentro de mí.
Al separarnos los dos nos quedamos tendidos sobre la arena de la orilla, mi cabeza me daba vueltas, cuando de momento sin pensarlo, lo que me provocó fue ponerme a mamar su verga, cosa que al igual que darme por el culo, para mi amigo eran la primera vez que le sucedía.
El sentir mi cálida, y húmeda boca, chupando, y mamando toda su verga, era algo completamente nuevo para mi amigo, y más placer le produje, cuando al momento de venirse, yo continué chupa que chupa, tragándome toda su leche.
Ya nuevamente tirados sobre la arena, le rogué que no se lo contara a nadie, que, si él lo deseaba, yo le daría el culo, y mamaría su verga, las veces que él quisiera, pero que por lo que él más quisiera, no se lo contase a ninguno de nuestros compañeros de clase.
Ya desde ese momento en adelante, seguimos viéndonos en un retirado recodo rio, donde él me besaba y me trataba como si yo fuera su novia, y les diré que en ocasiones me dejaba que hasta le chupase las bolas.
Cosa que yo hacía con mucho placer, como el que me produce cuando actualmente me penetra, me deja mamar su verga, o voluntariamente me pasa su lengua por mi apretado culito.
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