mi mujer manda en casa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando la vi me quede prendado, tiene un pelo largo precioso y algo rizado, una sonrisa y unos ojos preciosos y un cuerpo bonito y bien formado con una apariencia de mujer fuerte. Lo que es realmente espectacular son sus preciosos y sexis pies que en muchas ocasiones lleva enfundados en sandalias de tacón.
Cuando tuvimos nuestros primeros encuentros, yo me volví loco con ella, sobretodo sus preciosos pies , siempre cuidados con sus uñas pintadas e impecables. Ella notó que a mi me gustaban sus pies y desde el principio me los ofrecía cuando hacíamos el amor y yo me volvía loco lamiéndolos. Creo que en ese momento ella empezó a domarme. Cuando algún comentario mío no le gustaba, me abofeteaba y eso me ponía a cien pero al mismo tiempo iba marcando lo que debía o no debía hacer. Me volvía loco hacer el amor con ella, tiene un cuerpo y una cara tan hermosa. Poco a poco me iba enganchando con ella hasta que me di cuenta que era la mujer de mi vida y le pedí ser mi esposa.
Creo que el momento que marcó su dominio fue después de la boda. Nos fuimos de luna de miel al Caribe y yo tenía un defecto que ella notó desde el primer momento, era el de mirar a otras mujeres y una ama como ella no lo puede consentir y reconozco que había que enseñarme. Una tarde al pasear me quedé mirando una chica y noté que ella se molestó. Pensé que era una tontería y nos fuimos a descansar a la habitación del hotel.
De repente noté algo y desperté y me encontré esposado y atado a la cama, yo pensé que tenía ganas de sexo pero me iba a encontrar con una sorpresa. Ella me dijo, ahora estas casado conmigo y eres oficialmente de mi propiedad, vas a aprender que no vas a mirar a otra mujer sino a mi, así que cuando veas a otra mujer sobre todo si es guapa vas a mirar para otro lado. Yo alucinaba. En ese momento descubrí con quien me había casado. Me cogió por la pelotas y me dio una docena de bofetadas con ambas manos que me dejaron aturdido y con sangre en la comisura de mis labios, les recuerdo que mi mujer siempre ha hecho deporte, ha sido monitora deportiva y tiene unas piernas bonitas pero al mismo tiempo fibrosas y fuertes. También es increíble la fuerza que tiene para ser una mujer.
Después se descalzó sus sandalias de tacón se acostó sobre la cama y me empezó a dar bofetadas con los pies, toda una maestra en eso, recuerdo que tiraba de mis pelotas yo me incorporaba y me zurraba un bofetón que se oía por toda la habitación y creo que por todo el pasillo del hotel. Me zurró tantas veces que no recuerdo cuantas hasta que yo en estado semiinconsciente tuve un orgasmo. Ella dijo “uhm, nos vamos a llevar bien cariño creo que esto encima te gusta tanto como a mí. Vas a ser un buen maridito enseñado”. Creo que la paliza que me dio duró una hora. Recuerdo que cuando se cansó de zurrarme, imagino que porque le dolían los pies , se sentó en mi cara inflada a ostias y se masturbó, porque le encanta sentir el calorcito de una cara hinchada a bofetones bajo su coño y dejarme la corrida de su flujo como signo de posesión de su macho.
Al día siguiente me desperté con mi cara como un mapa, totalmente hinchada y amoratada y oliendo a su flujo, no podía abrir mi ojo derecho y tenía un dolor de cabeza espantoso. Ella me dijo, espero que se te ha acabado esa manía de mirar a otras, le dije que sí y la verdad es que aprendí la lección pues hasta la fecha cuando pasa una tía buena intento mirar para otro lado no sea que mi ama piense que la estoy mirando. Bueno ahora tienes uno de tus primeros encargos de tu ama, dame un masaje a mis pies que los tengo agotados de inflarte o quieres que empecemos de nuevo, me entró un sudor frío por el cuerpo que enseguida sacando fuerzas de donde no podía le di un masaje y le lamí sus bellísimos pies. Eso la excitó y quiso que la penetrara, pero estaba totalmente roto de la soberana paliza que me había dado la noche anterior.
Como no podía cumplir como ella se merecía, me dijo “como veo que no puedes follar, serás follado por tu ama. Al fin y al cabo esto es como una noche bodas habrá que desvirgar algo, no crees querido?” Se fue a la maleta y sacó un consolador con doble pene con un arnés y se lo colocó. Yo alucinado le dije ¿Qué vas a hacer?. Lo que te imaginas me dijo. Yo intenté resistirme pero fue en vano, ella es una experta en dominación, luego me confesó que había zurrado a más de 50 hombres antes de conocerme, y a más de uno lo había mandado a urgencias y me dijo que le encantaba zurrar a los musculitos del gimnasio donde trabajaba porque le gustan que se le resistan, así que yo a pesar de mi complexión fuerte nada pude hacer cuando ella me agarró las pelotas por detrás y me las tiraba hacia la espalda como si me las fuera a arrancar mientras con su pie me pisaba la cara. Me quedé totalmente inmovilizado y suplicándole, ella sacó las esposas y me ató las manos al cabezal de la cama mirando en cuclillas a la pared. Me hizo chuparle su polla de látex y luego me puso el culo en pompa y me violó. Me desvirgó mi culo. Para que no continuara gritando mientras me lo hacía me colocó sus bragas en la boca atadas con una de sus medias.
Gemí de dolor e incluso me salieron lágrimas mientras ella me cabalgaba con todas sus fuerzas hasta que tuvo unos cuantos orgasmos producidos por el movimiento y el pene que tenía en su vagina. Después de follar a gusto mi culo me colocó a 4 patas y me ordeñó las pelotas, pues ella siempre dice que un marido debe salir siempre con las pelotas vacías dejándole la lechita a su ama. Yo ya me encontraba totalmente destrozado y no podía ni con mi alma, pero ella no había acabado, me puso a los pies de la cama y utilizó mi cara dolorida para pintarse las uñas de sus bellos pies. Estaba un poco enfadada porque se le había caido el esmalte por zumbarme y tenía que pintárselas de nuevo, con lo cual apoyaba sus pies sobre mi cara dolorida y se las pintaba de color granate.
Cuando había terminado de pintarse me colocaba su pie cerca de la boca para que soplase para secar el esmalte. Después terminó y con mi cara hinchada, mi culo abierto y dolorido y mis pelotas escurridas, me dijo “ahora para lo único que sirves es para apoyar mis pies mientras descanso” y me usó de almohada a los pies de la cama mientras veía la televisión.
Ella después me dijo, me encanta que la gente sepa como tengo a mi maridito, por eso antes de empezar a zurrarte abrí las ventanas de la habitación para que la gente oyera las ostias que te estaba dando. Y dias después por las caras de la gente me dí cuenta que así había sido, eso me produjo una sensación de humillación pero al mismo tiempo de excitación que acababa de descubrir lo que mi mujer podía hacer conmigo de ahora en adelante.
Más tarde me comentó, tú ahora eres mio, lo que yo digo va a misa porque como te pongas tontito te cruzo la cara en cualquier momento y lugar. Te voy a enseñar como te tienes que portar y recordar siempre que soy tu ama. Voy a hacer de ti un maridito bien enseñado, me cogió de las pelotas y mientras me las retorcía me preguntaba “¿Quién manda aquí?”
“ Mi… muu..jer” le respondía yo, casi sin poder hablar del dolor de huevos.
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