Mi padrino se dio cuenta de que le había robado, y me dio mi merecido castigo.
Un joven le roba dinero a su padrino, cuando este se da cuenta lo castiga de manera bien original, obligándolo a vestirse de mujer, sodomizándolo y poniéndolo a mamar..
Mi padrino se dio cuenta de que le había robado, y me dio mi merecido castigo.
Cuando finalmente pude comprarme mi Smart Font, fui la persona más feliz del mundo, estaba super contento, aunque me preocupé un poco, ya que el dinero se lo sustraje a mi padrino, pero mi esperanza era que él no se diera cuenta.
A los pocos días esa preocupación, desapareció totalmente de mi cabeza, lo cierto es, que yo me la pasaba usando mi nuevo teléfono, nada más para que vieran que yo tenía.
Dándomelas de importante, lo sacaba a cada rato, y hasta le instalé una aplicación, que hacía que el timbre sonara, cuando yo quería, dando la impresión, de que estuviera recibiendo una llamada.
Pero como a la semana, recibí una llamada de mi padrino, invitándome a comer, cosa que él acostumbraba a hacer muy a menudo.
En esos momentos, ni me acordaba, de que a quien le había robado el dinero, para comprar mi teléfono de última generación, había sido a mi padrino.
La cosa es que apenas llegué a su casa, como de costumbre, mi padrino me recibió muy contento y feliz de verme, cosa que no me hizo sospechar, que el viejo maldito se tramaba algo.
Así que de inmediato nos sentamos a la mesa, cené como un rey, y como de costumbre mi padrino me ofreció algo de beber.
Lo último que me acuerdo es de haberme dirigido a la sala, para charlar un rato con mi padrino, antes de marcharme.
Por lo que, al despertarme, y encontrarme dentro de una habitación bien oscura, sujeto por pies y manos, me asusté mucho, después de un largo rato, sentí unos pasos, una puerta se abrió, y la persona que estaba entrando en la habitación, encendió la luz.
Para mi sorpresa resultó ser mi padrino, que me observaba detenidamente, sin decir una sola palabra, por lo que yo algo nervioso, cuando le iba a preguntar qué había pasado.
Es que me doy cuenta de que me encontraba no tan solo sujeto de pies y manos, sino que además en lugar de tener mi ropa puesta, me encontraba semidesnudo, usando prendas íntimas femeninas.
Yo estaba más que confundido, me encontraba bastante asustado, máxime cuando de golpe recordé que yo le había robado el dinero a mi padrino.
Y por lo tanto él ya se había dado cuenta de lo que yo había hecho, fue cuando señaló a una pequeña mesa, y me dijo. “Tu creíste, que nunca me iba a dar cuenta de que me robaste”.
Inútilmente traté de convencerlo de lo contrario, pero en lugar de eso, mi padrino comenzó a decirme. “Has sido muy malo, de haberme pedido el dinero de seguro te lo hubiera dado, sin pensarlo mucho. Pero en lugar de eso te voy a castigar, y enseñarte una lección, por ladrón”.
No fue hasta que en ese momento me di cuenta de que mi padrino, hablaba en serio, yo jamás lo había visto bravo o molesto, pero en ese momento la verdad es que me dio mucho miedo.
Por lo que no dejaba de rogarle que no me castigara, y le juraba que yo además de devolverle el dinero, nunca más volvería a robar a nadie, pero como dijo mi padrino, ya lo hecho estaba hecho, y yo debía ser castigado.
Aunque yo en todo momento, traté inútilmente de zafarme, me resultó imposible, mi padrino colocó una cadena, alrededor de mis muñecas las que ya se encontraban amarradas, diciéndome. “Si yo no te castigo como es debido, vas a seguir robando, y lo más probable es que termines en la cárcel. Donde todo el que quiera te dé por el culo, sin que tú puedas hacer nada por evitarlo”.
Cosa que yo, ni tan siquiera había llegado a pensar, que me podía suceder.
Cuando mi padrino tiró de la cadena, y aunque yo traté de evitarlo, quedé recostado boca abajo, mostrándole, mis nalgas.
Mi padrino hizo que separase mis piernas, al tiempo que ocasionalmente me acariciaba las nalgas, a pesar de que yo no paraba de protestar.
En ese momento dejó de hablar, y con sus manos continuó acariciando mis nalgas, hasta que comencé a sentir, como él me iba untado algo de vaselina en mi esfínter anal.
Apenas sentí alguno de sus dedos, pasando entre el medio de mis nalgas, me quedé completamente callado, una especie de raro y sabroso escalofrío comenzó a recorrer todo mi cuerpo, desde mi esfínter hasta mi cuello.
Fue cuando mi padrino me dijo. “Eres muy malo, y por eso te estoy aplicando este duro castigo, pero por lo que veo, voy a tener que ser mucho más duro contigo”
Al decir eso, sentí como sus dedos iban penetrando mi culo, una y otra vez, a medida que yo, cerrando mis ojos, le pedía que no continuase.
Pero mi padrino me volvió a repetir. “Si lo hago ya no sería un castigo”. Quizás fue por la posición en que me encontraba, o quien sabe porque razón, pero a medida que mi padrino continuaba introduciendo y sacando sus dedos de mi apretado culo, mi pequeño miembro se fue poniendo más y más duro.
Al punto que, en cierto momento sin yo querer, me vine, eyaculando una gran cantidad de semen.
Mi padrino en ese tono de voz pausado, sin dejar de seguir introduciéndome sus dedos, me dijo. “Por lo que veo tendré que ser mucho más duro y fuerte, contigo, ya que apenas te he tocado el culo y ya te has venido a chorros.”
En ese instante sentí como él fue extrayendo sus dedos de mi cuerpo, pero casi de inmediato sentí algo bien duro y caliente que nuevamente presionaba mi esfínter.
Yo le pedía a gritos que se detuviera, pero mi padrino seguía diciéndome “Has sido muy malo, y esto es parte de tu castigo, por ladrón” y al terminar de decirme esas palabras, comencé a sentir como su dura y caliente verga se fue abriendo camino dentro de mis nalgas.
Yo chillaba, y no paraba de pedirle que se detuviera, pero mi padrino en cambio continuaba clavándome toda su verga dentro de mi culo, al tiempo que me comenzó a decir. “Además de que tu culito se está poniendo bien apretado, tienes tu pequeña verga bien parada, eso me da a entender ahijado, que lo que te estoy haciendo, te está gustando y mucho.”
Lo cierto es que cada vez que mi padrino me empujaba toda su verga dentro de mi culo, yo comencé a sentir algo bien diferente, la sensación de dolor fue desapareciendo, y en su lugar comencé a sentir, una especie de raro placer me fue envolviendo.
Tan fuerte fue esa nueva sensación que nuevamente eyacule a chorros, a medida que mi padrino no paraba de penetrarme bien duro.
Pero a pesar de eso, no paraba de pedirle perdón a mi padrino por haberle robado el dinero, con el que compré mi nuevo teléfono.
En ese momento mi padrino, me dijo. “No puedo perdonarte todavía, lo que has hecho es muy grave, y necesitas aprender la lección, por lo que, por los momentos, harás todo lo que yo te ordene, hasta que considere que has pagado todo lo que me debes. De lo contrario todo el mundo se enterará de lo que has hecho”.
Debido a eso, cuando me llamó por teléfono, me vi en la obligación de asistir a su casa, donde apenas entré, mi padrino me ordenó que me quitase toda la ropa, y me pusiera un vestidito, zapatos de chica, así como ropa íntima femenina.
Él mismo me maquilló, y hasta me peinó, para luego una vez que estuve completamente vestida de nena, me obligó a salir a la calle, yo me moría de vergüenza, pero lo peor de todo era que se nos quedaban mirando, ya que el condenado viejo, cuando caminaba a mi lado, de manera descarada, me agarraba las nalgas, frente a todo el mundo.
Cuando regresamos a su casa, apenas cruzamos la puerta, me tomó entre sus brazos, y comenzó a besarme. Yo que no sé qué era lo que me pasaba que, en lugar de rechazarlo, me entregué en sus brazos, dejándome que me hiciera todo lo que a él le dio la gana.
Al punto que, en cierto momento, después de haberse cansado de darme por el culo. Me puso a mamar su dura y caliente verga, obligándome a tragar todo su semen, cuando se vino dentro de mi boca.
Yo aun sigo asistiendo gustosamente, a la casa de mi padrino, cada vez que él me llama, aunque yo no llevo la cuenta de cuanto le debo, pero, por otra parte, no le he dicho todavía, que me estoy acostando con un par de mis vecinos….
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