Mi primer puño en el culo (fisting)
Carlos, un hombre gordo de 50 años, me termina metiendo el puño en el culo y me hace enloquecer..
Hace bastante tiempo que no escribo aquí por falta de tiempo, pero hoy quiero retomar algunas de mis experiencias.
Esto pasó ya hace unos 2 o 3 años. Había conocido a Carlos unos meses atrás, por una app en la que lo invité a un trio con otro activo maduro. Él aceptó y nos conocimos ya en el encuentro, ya que no tenía foto porque era casado y padre de familia.
Carlos era un hombre sobre los 50, al rededor de 1,80 de altura, moreno, con barba de candado y con una panza prominente. Tenía la cara redonda, pero su cuerpo no era flácido, todo lo contrario, tenía unos brazos grandes, unos pectorales rellenitos pero duros y su panza que era de verdad muy grande, estaba bastante dura. Era policía y se notaba que tenía fuerza y vigor más allá de su peso.
El día del trio no fue tan destacable, ambos me cogieron pero no hubo mucha química entre ellos y fue más bien normal, aunque Carlos tardó bastante en venirse.
Tiempo después contacté con Carlos nuevamente y nos vimos dos veces más. Aunque tenía un pene pequeño (al rededor de 8cm o quizá menos) mantenía mucho la erección, tenía mucho vigor para moverse y duraba una hora o más, y aunque, honestamente mi culo no sentía mucho, sentir su peso sobre mí o tocar su panza y sus pectorales me fascinaba.
En la tercera ocasión que nos vimos estábamos cogiendo como normalmente, alternando entre mamarsela y que me cogiera en diferentes posiciones. Hasta que en cierto momento se la empecé a mamar y quedé con el culo cerca de su cara, pero a un lado. Yo estaba en 4 y él empezó a meterme un dedo y luego 2.
Sus dedos, aunque no muy largos, eran gruesos y ásperos, y me hicieron gemir más. A Carlos el debió excitar eso, porque empezó a dedearme rápido y fuerte y yo empecé a gemir como si me estuviera cogiendo.
Después de unos minutos los dedos me incomodaban así que jalé el lubricante y me puse más y también le puse a Carlos, pero por la excitación hice todo rápido y le terminé poniendo en la punta de varios dedos. No sé si tomó eso como invitación o fue por curiosidad, pero empezó a meter más dedos.
Me dolió un poco cuando metió el tercer dedo, pero no tardó mucho en meter el 4 y ya no pude pensar en el dolor. Sus dedos eran gruesos y él me los metía muy rápido, me estaban abriendo de una manera que no sentía a menudo.
El placer me empezó a volver loco y me empecé a restregar su verga en la cara y a gemir tan fuerte que a veces tenía que sacar su verga de mi boca.
Pronto necesité más lubricante y aunque sólo había tenido un intento de fisting antes, que no había pasado de los dedos, se me ocurrió ver hasta donde podíamos llegar. Así que esta vez le puse lubricante en toda la mano y creo que lo entendió.
Sin cambiar de posición empezó a cogerme más profundo con sus cuatro dedos y después de un rato empezó a meter el 5to. Era doloroso, pero al mismo tiempo me volvía loco el placer. Mi anterior intento de fisting no había durado tanto y, aunque era una mano más delgada pero grande, había entrado sólo hasta la punta del 5to dedo. Pero está vez el placer me tenía desesperado por tener toda la mano adentro.
Carlos siguió intentado, pero llegando a los nudillos ya no pasaba más. Yo le ponía lubricante en la mano y alternaba entre comerme su verga y restregarla en mi cara. Después de unos minutos metiendo y sacando los dedos, empezó a hacer círculos mientras empujaba y yo sentía que moría, no sé si de placer o de dolor, era algo más allá de mí. A veces me movía hacia adelante como para safarme, pero con su otra mano Carlos me detenía o me regresaba.
Después de un rato así y con mucho lubricante, Carlos atravesó los nudillos hasta la mitad de su palma. Yo grité, fue un grito agudo. No podría decir que sentí dolor, pero tampoco que fue placer. Es una sensación muy rara, como de llevar tu cuerpo al máximo.
En ese punto tenía miedo de seguir, veía la mano izquierda de Carlos y aunque no era muy grande era gordita, no me imaginaba tener todo eso adentro, pero el mismo tiempo sentía la base de lo que quedaba afuera de mi culo y sentía un deseo inmenso de meterla.
Carlos siguió intentando meter el resto y girando. Yo ya tenía poco razonamiento a ese punto e intenté agarrar el lubricante, que estaba un poco lejos, aún con su mano en mi culo, y en los movimientos terminé como incado sobre su mano. Se me ocurrió intentar sentarme en ella, después de rogarle que la sacara para poner más lubricante. Y así después de un rato logré que entrara toda su mano hasta el inicio de la muñeca.
Cuando Carlos sintió que había entrado toda su mano, empezó a moverla para cogerme y no pude más, me caí de rodillas con su mano en mi culo y quedé con la cara sobre la cama y el culo parado. Él aprovechó para ponerse atrás de mi y mover mejor la mano (aunque aún lento). Ya no estoy seguro si yo estaba gimiendo, gritando o sólo con la boca abierta, me sentía en blanco como si no me pudiera mover.
Después de un rato Carlos empezó a cogerme un poco más rápido con la mano mientras la empezaba a rotar o girar al mismo tiempo. Creo que cerró el puño, porque sentía cómo me rozaban sus nudillos en todos lados. Esa sensación fue diferente, ya no estaba en blanco solamente, con cada rotación me llegaba un impulso, un rayo o algo así, que hacía sentir que me estaba muriendo, sentía demasiado placer, al punto en el que no lo soportaba. Fue una sensación muy rara, me hacía retorcerme de verdad, me daba mucho placer pero al mismo tiempo cada impulso sentía que me desmayaba.
En ese punto empecé a gritar «espera, espera por favor», aunque decir grito es mucho, era una voz ahogada, muy aguda y más bien era una suplica. Carlos no paraba, me puso una mano en la espalda para que dejara de retorcerme y yo no alcanzaba del todo su mano en mi culo para sacarla. Tampoco sabía si era buena idea safarme yo sólo moviéndome.
Después de segundos o minutos de estar suplicando que parara, Carlos se detuvo. Sacó su mano con cuidado y yo sentía que me habían quitado algo, como si debiera estar allí y me hubiera quedado un hueco. Pero la sensación duró poco porque se puso más lubricante y volvió a meter su mano.
Pasaron algunos minutos en los que me cogía con su mano y la movía dentro de mí, yo seguí gritando, suplicando y sin saber si quería más o no. En ese momento decidí que no podía más, me llevé la mano a la verga y, aún sin erección (ni siquiera me había fijado que no estaba erecto) me empecé a mover la verga y apenas unos segundos después me vine como nunca antes.
Ya con la mente un poco más clara le pedí por favor que parara y me cogiera. Después de sacarme la mano sentía el culo como adormecido, pero al meter su verga, empecé a sentir algo similar a lo que sentí con su puño (aunque mucho menos, quizá una 5ta parte a nivel de intensidad). Aún así era una sensación en la próstata como pocas cogidas lo logran, así que empecé a gemir mucho y creo que ver eso le gustó porque me cogió muy fuerte, más de lo normal. Yo lo disfruté mucho pero fueron como 5min hasta que se vino dentro de mí.
Todavía no sé cómo logramos aquello, para quienes han practicado fisting alguna vez, saben que antes de meter una mano se necesita mucha experiencia y trabajo previo, no me refiero a minutos, sino a irte estirando con dildos u objetos por semanas o meses (aunque algunos lo logran antes que otros). Yo ya me había metido vergas muy gruesas y largas, y algunos pepinos bastante gruesos, pero nada comparado a un puño.
No sé si fue la excitación, el lubricante (prácticamente se acabó todo el tubo), el tiempo que le dedicamos (como una hora desde que iniciamos con los dedos) o que su mano no era tan grande, pero ha sido de las pocas veces que he logrado que entre una mano completa.
Debo decir que antes de eso sólo intenté el fisting para complacer a un conocido, quizá por eso no salió bien. Pero a partir de aquella experiencia me quedaron muchas ganas de seguir intentando y meter cosas grandes en mi culo.
Hasta ahora sólo he tenido unas 5 sesiones de fisting, logrando sólo 2 hasta la muñeca. Pero he logrado que un conocido me coja en doble penetración con su verga y un dildo un poco grande (19×5), y hace poco logré meter dos dildos (19×5 y 16×3), aunque aún me cuesta.
Quisiera experimentar más con el fisting, el sexo rudo y otras cosas, pero vivo en Xalapa (Veracruz) y es una ciudad pequeña donde la mayoría son muy cerrados y no le entran más que al sexo convencional.
Si se preguntan qué pasó con Carlos, lamentablemente falleció unos meses después y ya no pudimos vernos.
Antes tenía telegram pero ya no, ahora pueden contactarme al correo: [email protected]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!