Mi primera experiencia en un campo nudista, con mi novia, su primo, y alguien más…
Un joven acompaña a su novia y la familia de ella a una playa nudista, la novia se le desaparece con un primo de ella, él los encuentra tras una duna teniendo sexo, al verlos se masturba, pero alguien sin que él oponga resistencia le da por el culo..
Mi primera experiencia en un campo nudista, con mi novia, su primo, y alguien más…
Hace poco, fui por primera vez a una playa nudista, en compañía de mi novia, la verdad es que yo estaba súper impresionado.
Tanto que después de instalarnos junto a su familia, comencé a recorrer yo solo, los alrededores, completamente asombrado.
Mientras que mí novia y uno de sus tantos primos, se fueron a bañar, yo sentía que alucinaba, al ver tantos coños, tetas, y culos, completamente destapados.
También me di cuenta de que hay ciertos tipos de hombres, que por su gordura pareciera que sus miembros son pequeños, y en ocasiones más que todo por curiosidad, me puse a realizar comparaciones.
Fue cuando me di cuenta de que, si no ponía atención, y me dejaba llevar por la primera impresión, iba a salir de ese lugar pensando que mi verga es tamaño promedio extra grande, lo que no es cierto.
Así seguí, curioseando, paseándome entre las, y los bañistas, procurando no llamar la atención, cuando me di cuenta de que llevaba un buen rato sin ver a mi novia.
Fue cuando me puse a buscarla, primero por las orillas de la playa, y al no verla a ella ni a su primo, se me ocurrió dar un vistazo entre las dunas, no fuera a ser que me estuviesen buscando a mí, por esos lados.
Justo antes de pasar un montículo de arena, me he llevado tremenda sorpresa, saliendo de la playa en uno de los sitios más solitarios, y retirados del gentío, que había en la playa, se encontraban mi novia y su primo.
Nada más de verlos supe que estaba sucediendo algo raro, yo me quedé boquiabierto, observando como mi novia, comenzó a darle tremenda mamada de verga a su primo.
Sin tan siquiera tratar de ocultarse de miradas indiscretas, es verdad que, aparte de mí, no había más nadie por todo ese paraje.
Yo sin quitarles los ojos de encima, pensé en caminar hasta ellos, y aguarles la fiesta, pero no sé, ¿por qué? me dio, por quedarme observando, sin molestarlos.
Lentamente me tumbé sobre la pequeña duna de arena, que me ocultaba, y tapado por unas cuantas hierbas, en silencio, recostado de lado, y sin delatar mi presencia, los seguí viendo, como mantenían una ardiente sesión de sexo, entre los dos.
El ver claramente como mi novia, no tan solo le daba unas tremendas mamadas a su primo, sino como él le agarraba el coño, y luego de un buen rato comenzó a penetrarla.
Eso me excitó tanto, que, sin voltearme, comencé hacerme la paja, mientras observaba como ellos dos disfrutaban de manera salvaje de una ardiente relación sexual.
Yo estaba de lo más inspirado, cuando comencé a sentir que alguien me había agarrado mis nalgas, las separó, y para mi mayor sorpresa, comencé a sentir una lengua lamiendo profundamente mi culo.
Yo estaba como dicen entre la espada y la pared, por una parte, deseaba seguir viendo, sin perder un segundo, lo que mi novia y su primo hacían.
Pero, por otra parte, el que alguien me estuviera haciendo eso, a plena luz del día, me dejaba a mi muy mal parado, pero a la vez, comencé a sentir algo que jamás ni nunca antes había sentido.
Esa lengua, suavemente pasaba por sobre mi apretado esfínter, la sentía cálida, húmeda, y bien sabrosa, aunque en una pequeña proporción me llegaba a penetrar.
Esa persona tras de mi colocó sus manos sobre mis nalgas, al tiempo que yo seguía masturbándome, sin dejar de ver a mi novia y a su primo teniendo un sexo bien duro, al otro lado de la duna.
Sentí como sus manos separaron mis nalgas, mientras que yo no tenía la fuerza de voluntad, para impedir que continuase.
Era como que cada vez que yo pensaba decirle que se detuviera, que dejase de hacerme eso, el que su lengua, y luego sus dedos, se fueran introduciendo entre mis nalgas.
Hacían que yo mantuviera silencio, y continuase raspándome una tremenda paja, mientras mi novia me ponía los cuernos con su primo.
Yo seguí, sin tan siquiera tener el valor, para atreverme a voltear a ver a mi atacante, es más como que en ciertos momentos, me di cuenta de que prácticamente de manera involuntaria, yo me encontraba moviendo mis caderas.
A medida que esa persona, continuaba penetrándome con sus dedos.
Yo no dejé de observar a mi novia, y a su primo, como él la penetraba ya fuera por el coño, y pienso que hasta por su culo, mientras que yo seguía tumbado sobre la duna, dejando que me estuvieran metiendo varios dedos por el culo.
De momento comencé a sentir, sobre mi esfínter, algo más caliente, largo y duro que un dedo.
Esa cosa me comenzó a penetrar, y quizás la mucha saliva, facilitó que mi hueco se abriese sin dificultad, aquella cosa se fue deslizando por completo dentro de mí.
Mientras que yo, moviendo mis caderas, sin dejar de ver como el primo de mi novia le clavaba su verga, una y otra vez.
Aquella cosa dentro de mi culo despertó algo dentro de mí, que jamás ni nunca antes había sentido.
Cuando el tipo que me tenía bien clavado comenzó a venirse, yo apretaba mis nalgas, hasta que me quedé completamente agotado, ya que yo también me vine embarrando con mi semen mi barriga, y mis manos.
El que me estaba dando por el culo, apenas terminó de venirse, se levantó y se marchó, sin que yo, aunque fuera por curiosidad le echase un ojo.
En esos momentos eran tantas las emociones dentro de mí, que no sabía ni que hacer, si terminar con mi novia, marcharme.
O simplemente retirarme sin que ellos me vieran, entrar a la playa, y expulsar lo que mi incognito amante dejó dentro de mí.
Finalmente hice lo último, me levanté, con la misma arena me limpié las manos de toda la leche que de mi verga había brotado.
Luego, caminé con mi culo bien abierto hasta la playa, de manera discreta me lavé, y luego regresé donde la familia de mi novia.
A los pocos minutos ella y su primo, regresaron de lo más contentos, pienso que se habrán dado cuenta de que no les dije nada, hasta que mi novia en nuestro apartamento me dijo. “Se que te distes cuentas de que mi primo, y yo teníamos sexo.”
“Pero es algo que hacemos desde ya hace años, y es como una especie de ejercicio para nosotros, espero que eso no te incomode.” Yo solo me limité a decirle. “Como tú digas querida.”
Estimulante tu relato y muy gráfico.
Me sentí identificada en muchas situaciones, el sexo entre primos y la playa nudista es parte -tambien- de mi mejor acervo de bellos recuerdos