Mi primera vez como pasivo
Mi nombre es Rigoberto y después de una decepción amorosa un chico que me estuvo coqueteando y rondando por semanas logra romperme el culo..
Siempre estuve enamorado de Gael, el era mi actual jefe en una agencia de publicidad y le estuve insistiendo bastante en salir, pero jamás quiso.
En una de las ocasiones me encontré con un chico, el cual era amigo de dos compañeros del trabajo que no me caía muy bien, el me saludó y me invitó a salir la siguiente semana, le dije que ni soñando iría, que lo olvidará…
Las últimas semanas prácticamente rogando para que tuviera una cita conmigo, citando en un café cerca de la oficina, pero todas las veces que lo invité y le dije que estoy esperándolo fueron las mismas veces que me dijo que no. La última ocasión que lo esperé al final tomé la decisión de ir hasta su departamento, casualmente la semana anterior el chico aquel, cuyo nombre es Adrián me había hecho la invitación para ese día en un bar llamado cabarerito, aunque Adrián siempre le decía Barecito.
Bueno, les decía que al llegar lo único que logré ver al departamento de Gael fue a este en brazos de su ex, Esaú, subiendo al elevador, seguramente para acostarse. Con el corazón roto fue que decidí tomar la invitación, eran las 11: 27 cuando llegué al dichoso Cabaretito, pase por entre la gente, mire a todos lados, cansado… no lo encontraba hasta que escuche.
Adrián: No digas… ¿Por qué estás tan empapado?
Rigoberto: Vine…
Adrián: Si… viniste.
Esbozo esa bella sonrisa que tiene, su aroma era agradable, su piel suave y sus ojos me parecían tan hermosos y llenos de vida, tomé su mentón con mi mano derecha y lo besé, el correspondió y al separarnos me miro a los ojos.
Adrián: ¿Y eso a que se debe?
Rigoberto: A que me gustas…
Adrián: ¿Qué?
Rigoberto: Eres muy guapo, me gusta tu aroma y lo suave de tu piel. Además, se que gustas de mi.
Adrián: Estás tomado…
Rigoberto: Tú igual…
Adrián: La verdad es que no pensé que fueras a venir.
Rigoberto: Ni yo… Pero, ¿por eso tomaste?
Adrián: Si… un poquito.
Rigoberto: Yo tomé mucho, de hecho… no querían dejarme entrar.
Adrián: ¿Y cómo le hiciste?
Rigoberto: Les dije que ya estaba adentro y solo salí a fumar, una de las tipas no me creía hasta que un tipo le dijo que si. La fulanita esa dijo que no, que yo estaba muy tomado y que aún si ya estaba dentro no debía entrar por estar en estado inconveniente. Entonces, le hable como lo hago ahora contigo, diciéndole que en caso de estar tomado no podría articular palabra ni formular una oración coherente y así fue que entre… ¡JA!
Adrián: Pues, la verdad si se corre un poco tu voz al hablar por lo ebrio que estás, pero… me sorprende tu léxico para estar así.
Rigoberto: A ti aún te falta para estar como yo ¿verdad?
Adrián: Se podría decir que soy de carrera larga ¡JA!
Rigoberto: ¿Y te vas a quedar así o me vas a besar?
Adrián me tomo de las caderas y me dio un beso con la boca abierta, nuestras lenguas comenzaron con un danza sensual y casi ritual, diría él jaja. Yo rodeé con mis brazos su cabeza y nos fundimos en ese acto casi obsceno para el lugar.
Mujer: ¡Oigan! No pueden hacer eso aquí.
Cuando me di cuenta Adrián ya no tenía playera y yo tenía mis manos por debajo del pantalón acariciando descaradamente sus nalgas.
Adrián: ¿Vamos a mi departamento?
Rigoberto: ¿Qué estamos esperando?
Y así nos fuimos, tomamos un taxi en el cual no perdimos el tiempo y seguimos besándonos.
Adrián: Esto debe ser un sueño…
Rigoberto: cállate y no lo arruines…
Lo besé de nuevo y me abrace a su cuello, al fin llegamos, pagó el taxi y nos subimos de inmediato a su depa. La verdad no me fije en aquel momento como era, al solo entrar comenzamos a quitarnos la ropa. Su cuerpo era hermoso, lampiño, sus tetillas pequeñas, delgado y sin un solo vello, piel canela. Llevaba un sexy suspensorio. Adrián era un hombre moreno que aparentaba uno 22 o 23 años, pero tenía ya treinta años, ojos oscuros, casi negros, comencé a besar su cuello, dios… Ese aroma que desprendía era glorioso, su perfume combinado con su aroma natural me mataba.
Adrián: No me vayas a dejar un chupetón.
Rigoberto: ¿Y que pasa si lo hago?
Adrián: No, no lo hagas… Me va a regañar mi director.
Rigoberto: ¿Director?
Adrián: Si, estoy en temporada y si el director me ve marcado del cuerpo, me mata.
Rigoberto: ¿Temporada?
Adrián: Soy actor.
Rigoberto: Vaya…
Dije lamiendo su cuello y yendo hacia su oreja, comencé a lamer, mordisquear y jugar con su lóbulo izquierdo.
Adrián: ¡Ah! ¡AH! ¿Qué haces?
Rigoberto: ¿No te gusta?
Adrián: Me encanta.
Dijo mientras pasaba sus manos por mi espalda y simulaba arañarla, pasando suavemente sus uñas, sus yemas centímetro a centímetro en la piel de mi espalda, mientras tanto yo no paraba de acariciar y apretar sus nalgas, eran maravillosas, redondas, carnosas….
Adrián: Dejaré que las disfrutes otro rato… Pero, te advierto que yo atiendo por adelante.
Rigoberto: ¿Perdón?
Adrián: Que yo solo atiendo por adelante.
Al decir aquello con ambas manos golpeo mis nalgas y las apretó. Yo ya solo vestía un bóxer de imitación de licra color gris. Yo sinceramente no me considero nalgón y pasivo, menos. Así que al escucharlo solo lo miré burlón y esbosé una ligera sonrisa. Me describo, yo soy un hombre de 28 años, piel morena, cuerpo delgado, con algo de barriga y de estatura alta, bueno… acá en México, sobre todo por la zona en la que vivo a eso se le considera alto, ya se que en otras zonas de el país los altos son de 1.80 en adelante, pero… bueno. Adrián era un chico de 1.65 de estatura, chaparrito, que por todo lo ya antes dicho yo considero grita pasiva por todos lados.
Rigoberto: Ya veremos…
Adrián: Ya lo veras.
Dijo mientras apretaba bruscamente mis nalgas, cosa que imite y soltó un ligero gemido, cosa que me calentó tanto que solo pude besar sus labios nuevamente. Mientras nos besábamos encendidos en lujuria, sentí como Adrián me quitaba la ropa interior, por mi parte lo imite, comencé a bajar por su cuello, pasé por su pecho, lamí sus tetillas oscuras, la línea de su torso que comenzaba a marcarse, seguramente va al gimnasio el maldito. (Si, me da un poco de envidia que este tan bueno… ¡Pero me prende!)
Adrián: Ay… si. ¡Sigue!
Rigoberto: ¿Qué pasa papito? ¿te gusta?
Adrián: Así es bebé, me gusta como me comes los pezones.
La voz que hacia y el modo en que lo decía me prendieron a tal punto que no pude contenerme y comencé a hacerlo con más intensidad, mamar, morder, chupar… Veía como Adrián se volvía loco de placer y eso me encantaba. Seguíamos en la sala (Casi en la entrada) y en un momento me detuvo y me tiro en el sillón.
Adrián: Ha estado delicioso bebé… Pero, vamos empezando…
Se acerco, me dio un piquito en los labios y a base de besos llego hasta mi verga, cuando la besó. «‘¿No que muy activo?» Pensé en ese momento, después paso su lengua por todo el tronco, al llegar a la cabeza comenzó a hacer círculos con ella, me tenía completamente loco con todo lo que hacia. Después, se metió todo mi glande a la boca y sentí que las piernas me temblaban, comenzó entonces a meterse a la boca el resto de mi pene y así comenzó un fantástico oral. No me di cuenta en que momento comenzó a acariciarme las nalgas y sinceramente no le preste mucha atención, me estaba dando tanto placer con su boca que ¿qué me iba a importar?
Adrián: ¿Te gusta?
Rigoberto: Si… no pares.
No sé en que momento comencé a sentir que mi pene ya estaba en lo más profundo de su garganta, esa garganta profunda que me estaba haciendo me estaba llevando a la demencia, noté que de su boca salía mucha saliva mientras hacía su faena, sentí sus manos jugando con mis huevos y ay….. ¡Mierda! Maldito… Me estaba volviendo loco.
Rigoberto: Sigue así, sigue así ¡Ah!
Él seguía y seguía y fui notando como su mano comenzó a acariciar mi perineo, mientras la otra seguía en mis pelotas, sentí su mano completamente húmeda llegar a mi trasero, fui sintiendo como iba pasanso uno de sus dedos en mi ano.
Rigoberto: N-no… Eso….
No alcance a responder porque lo que comenzó a hacer me provoco un escalofrío extraño, era como una corriente eléctrica muy rica que recorría mi columna vertebral desde mi cabeza hasta mis nalgas. El dedo de Adrián hacia círculos alrededor de mi ano, sin introducirlo que no podía explicar la razón del porque me excitaba tanto, toda esta excitación y tomando en cuenta que al mismo tiempo seguía engullendo mi miembro hizo que terminará al instante.
Rigoberto: ¡AH!
Mientras me corría en el orgasmo más delicioso que tuve jamás, sentí como el dedo invadió dentro de mi ser, como se fue metiendo hasta llegar al tope, esto extrañamente no hizo que parara mi orgasmo, siento que me hizo disfrutarlo más. Uno, dos, tres, cuatro chorros de leche salieron de mi verga directo a la garganta de Adrián.
Rigoberto: Oh, por dios… Ah… – Pero, mi hombría estaba en juego, lo mire mientras me reponía- Saca…. sácalo…
Adrián: Te corriste bastante, precioso.
Rigoberto: ¡Ah!
Gemí al sentir como se movía aquel intruso dentro de mi recto, haciendo círculos.
Adrián: ¿De verdad me vas a decir que no te gusta?
Rigoberto: Ah… ¡AH!
Adrián: jeje… mira… tu verga se estaba quedando dormida y ahora esta semi erecta.
Rigoberto: N-no… S-saca… Sácalo… ¡Ah!
Adrián sonríe, yo no podía parar de gemir… Ahora entiendo que lo que hacía con mis huevos no era jugar, sino recolectar la saliva que sacaba mientras me la comía, para así poder meterme el dedo sin dolor… ¿Por qué no me duele? Cuando entró no sentí incomodidad alguna…
Adrián: ¿Listo para el segundo?
Dijo mientras escupía dos de los dedos de su otra mano, sentí como iba saliendo de mi y comencé a negar con la cabeza, no quería que lo sacara, no si el resultado sería que entrarían dos en su lugar. Cuando salió sentí cierto vacío, pero al entrar dos comencé a sentir mucha incomodidad, no era dolor, solo sentía raro… Pero, no era placentero.
Adrián: Espera, necesitas acostumbrarte.
Rigoberto: No me gusta… ¡Ah!
Adrián me dio una lamida en los huevos, eso me prendió un poco, comenzó a mover sus dedos, hacía círculos, los retorcía, los movía de tantas formas que no sé como explicar, pero provocaba cierto ardor y placer en mi interior… pasaron varios minutos así…
Rigoberto: ¡Si! Ah….
Adrián: Te está gustando ¿ah?
Rigoberto: Ah… ahm….
Adrián: se de algo que te gustará más.
Sacó sus dedos, sostuvo mis piernas con sus manos y procedío a poner su cara cerca de mi culo, lo escupió y sentí como lentamente acerco su rostro, dio una lamida en mi ano y después comenzó a jugar con su lengua en mi ano.
Rigoberto: ¿Qué haces? ¡No! Eso está… ¡Ah!
No puede ser… ¡Maldita sea! ¿Por qué esa humedad me excita tanto? tenía la verga completamente erecta de nuevo y estaba por enloquecer, esa lengua se movía, se retorcía y pasaba una y otra vez, entraba y salía y yo no puedo realmente explicar porque esto me estaba gustando tanto.
Adrián: Ya estás listo….
Adrián se levanto y como me tenía tomado de las piernas las colocó en sus hombros.
Rigoberto: Espera… Eso… Eso…
Adrián: Sh…. prometo ser gentil.
Rigoberto: Pero, es que….
Adrián: ¿Te está gustando?
Rigoberto: S-Si…
Adrián: Confía en mi…yo haré que disfrutes lo que sigue…
Adrián sacó un condón de su pantalón y una bolsita blanca con letras rojas.
Rigoberto: ¿Lo tenías planeado?
Dije yo con una sonrisa de incredulidad, el respondió negando con la cabeza.
Adrián: No, pero… nunca esta de más ir prevenido y más a Barecito.
Rigoberto: Oh, vaya…
Rompió la bolsita y vi que salía una especie de gel sin color, lubricante. Colocó un poco en uno de sus dedos y lo metía lentamente, mientras con la boca y su mano libre abría el condón, lo sacaba y luego con ambas manos se lo colocó.
Adrián: ¿Listo?
Rigoberto: La verdad, no… Pero, dale.
¿Qué diablos me pasaba? ¿dónde quedaba mi supuesta hombría y orgullo de macho? Porque si, gay y lo que quieras… Pero, siempre había sido activo. Sentí su verga apoyarse en mi cola, poco a poco sentí como iba entrando, atravesando mi anillo….
Rigoberto: ¡Espera! Auch….
Adrián: Respira, relájate y puja un poco como si fueras a hacer del baño.
Rigoberto: No… sácalo….
Adrián: Vamos, bebé… aún no entra ni la cabeza.
Rigoberto: Auch…. -Sentí que seguía empujando
Adrián: Hazme caso….
Lo mire a los ojos y me dispuse a seguir sus instrucciones, creo que el lo notó y cuando menos sentí toda su verga ya estaba dentro de mi.
Rigoberto: ¡Ah! ¡Ah! No…. ¡AH! ¡Salté! ¡AH! Ah…. ah….
Adrián: Respira… Respira…
Sentía una punzada muy fuerte, era horrible…
Rigoberto: Me arde… me duele… ¡Ah!
Adrián: A ver… Respira, respira…
Adrián: Que rico estás… Estás súper apretadito.
Rigoberto: Au, au…. Nunca me la habían metido.
Adrián: Entonces era neta y no me estabas choreando…
Rigoberto: Au… mmm
Adrián: ¿Te está doliendo?
Rigoberto: Mmm… si… si, un poquito.
Adrián: Tranquilo, trata de calmarte…
Respire profundo varias veces, me fui calmando como él decía, de pronto comencé a sentir como Adrián comenzaba a salir, sentí un alivio, pero, el desgraciado volvió a entrar, me di cuenta que había comenzado el mete saca y por raro que parezca, lo estaba disfrutando… ¡¿Lo estaba disfrutando?! Pues, no mentiré… me dolía, pero era un dolor disfrutable. Toda mi vida había sido activo, bueno… desde que inicie mi vida sexual, pues.
Rigoberto: Ah… mmm…
Adrián: Estás delicioso.
Rigoberto: Si, si… muevete así…
Adrián: ¡Ah! Ah…
Rigoberto: Que rico…
Lo de esa noche me encantó. Pero… Mentiría si dijera que no hubiera matado porque esto hubiese pasado con Gael…



Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!