Mi primera vez con mi amigo de la universidad
Este relato es sobre la primera vez que me cogieron y fue con un muy buen amigo de la universidad.
Este es mi primer relato, soy Matias, tengo 24 años y hace 5 años descubrí que soy gay y todo por un amigo, que llamare Fernando.
Soy un joven alto, delgado, algo nalgon y moreno, no me considero atractivo al 100 pero si simpático.
Durante mi segundo año en la universidad cuando tenía 19, conocí a Fernando medio mamado, blanco y alto que se podía dar a quien quisiera por lo guapo que estaba. Yo nunca sentí atracción por un hombre hasta que lo conocí a él y para mí suerte, en ese semestre tomábamos clases juntos en la tarde. Nos hicimos buenos amigos y muy cercanos diria yo, me dejaba dormkr en su casa y en varias ocasiones el me preguntaba si yo tenia curiosidad de besar a un hombre o chance hasta coger, yo no sabía que decir y solo dudaba si en verdad me gustaba un hombre. Cuando agarro más confianza me empezo a decir amor en forma de broma, porque siempre estabamos juntos y eso solo me confundía más, pero me empezó a gustar.
En varias ocasiones que me quedé a dormir en su casa, dormíamos en el mismo cuarto y sin despertarlo alcanza a rozar mi mano por su pene, porque dormía desnudo, eso me dejaba muy caliente.
Un viernes por la noche nos tocó entregar un trabajo final después de las 8. Saliendo del salón éramos los únicos que quedaban en el edificio de la universidad, y el profesor cerró el salón, se despidió y se fue.
Yo le dije a Fernando que iba ir al baño antes de irnos, y me dijo que igual quería ir y entramos juntos.
Mientras yo orinaba el se asomo para ver que no habia nadie cerró la puerta de los baños lentamente, cuando vió que no venía nadie. Se acercó y me dijo:
– Así de solo hasta dan ganas de jalarsela en el baño no.
Yo le respondí que si y me reí, mientras terminaba de orinar.
Se quedo un silencio incomodo, se paro detrás de mi y dijo:
– Tu nunca has tenido ganas de que otro hombre te masturbe o te la meta.
– Ehh.. no, porque lo dices
– Nadamas, yo quiero coger con uno del salón ya sabe, pero… creo que tu también tienes esa curiosidad, como que algo me lo dice… Amor.
– Ehhh, es que… no creo.
– Ay ya dime, estamos solos, además ni me vez, sigues orinando
– Bueno, tal vez me parece guapo alguien y ya . Me quedé quieto en el migitorio. El se asomo junto a mi y me dijo al oído.
– Tienes un bonito pito, pero lo que quiero es ese culito que te cargas.
Metió su mano en mi cubo comenzó a apretarmelo y con la otra me abrazo de los brazos para no moverme:
– A quien me quiero coger es a ti Matias, y ya se que tu también me tienes ganas, te vi en mi cuarto tocándome la verga.
Ya no podia ocultarlo y comencé a excitarme, con mi mano busqué su verga. Al tocarla sobre su pantalón le dije:
– ¿Tu dices de esta verga?, Ay Fernando, yo quería que me dijeras que me querias coger, que rico estas.
– Y yo quería este culo.
En ese momento me soltó me recargo contra la pared y me empezó a besar el ano, se sentía tan rico que empecé a gemir, después se levantó, se chupo un dedo y me los empezó a rozar por el ano, metiéndome su dedo.
– Mmm Fer que estas haciendo, aaaah si.
– Te gusta verdad y apenas voy empezando.
Me abrió más las nalgas y se agacho para lamerme el ano. Después de un rato se levantó y me metió dos dedos rápido, yo trate de sacármelos porque dolía un poco.
– Tranquilo amor apenas son 2 dedos te falta aguantar mi verga.
Me dejo sus dos dedos sin moverlos y después empezo a moverlos más y a sacarlos y meterlos. Yo ya no sabía si sentía dolor, pero me gustaba.
– Así me gusta que estés gimiendo por mi, ahora si te voy a dar lo que quieres, putito. Me saco los dedos y se bajo el pantalón, sacando su verga grande y gorda, junto con unas bolas que estaban a reventar de leche.
Puso su verga entre mis nalgas y me dijo: – Ahora si vas a sentir a un hombre.
– Si Fernando sí, metemela, no sabes como queria que me cogieras.
Y de una me metió la verga y se quedó quieto. Cuando iba a gritar me tapo la boca y me apretó con sus brazos.
Me empezó a decir:
– Ya te tenia ganas putito, sabía que ibas a ser mio desde que vi ese culo en clase. Disfruta mi verga adentro de ti.
Comenzó a sacarla un poco y metermela más fuerte hasta que poco a poco lo hacia más rápido. Como pude me agarraba de la pared para no caerme, por lo que hacia más duro. Mientras pasaba el dolor, sentía rico y empecé a gemir entrecortado por su mano en mi boca. Lo iba haciendo más rápido y duro. Pero escuchamos ruidos afuera del baño.
Así que se detuvo y me dijo cállate y meteme al baño. Nos encerramos en un bañoel y el se quedó detrás de mi, tapandome la boca. Dejamos pasar unos minutos y cuando deje de escuchar ruido, agarre su verga que aún estaba dura y comencé a jalarsela despacio.
– Matias, no hagas ruido esperate.
– Ya no hay nadie Fernando, y yo no quiero que me dejes con las ganas.
– Esperate a que se vayan, ya se que te esta gustando, pero se van a dar cuenta.
No dije nada y me agache como pude, le empecé a lamer su pene despacio, mientras Fernado empezó a gemir.
– Matias mmm, se van a dar cuenta que estamos aquí, aaahh.
– Ay amor, es que la tienes tan rica que ya quiero que me cogas otra vez, además ya no hay nadie aquí.
– Creo que tienes razón, pero ahora si te voy a dar como me gusta, no me importa que nos descubran.
Me levanto y me recargo en la pared del baño, empezó a meterla más adentro y más duro.
– Aaah, duele mmm… métela más, ooohh asi… Fernandoo, dame aaah.
– Te gusta amor, toma más.
– Si, ooohh si… me encanta, Aaaaahhh que vergota, aaay, aayyy si, que ricoooohh.
Cuando se iba a venir me saco su verga y me dijo: Bájate te voy a dar leche en la boca.
Me agache y se empezó a masturbar, yo al ver esa verga tan grande y apunto de bañarme de leche, me la metí a la boca y comencé a chuparsela.
– Aaaaah Matias, que rico, ooooh si, me voy a venir más rápido.
– Si Mati tragatela, todaa.
Y en un momento me empujó la cabeza hacia el y sentí como su leche pegaba en mi garganta. Casi me ahogaba de tanto semen que salía.
-Aaah Matiaas, que ricooo.
En cuanto me soltó y pude respirar, me dijo.
– A ver Mati muéstrame la lechita de papi.
Saque la lengua y apenas puede dejar abierta mi boca porque ya me escurría su semen.
– Mira nadamas todo la leche que guarde para ti. Ahora tragatela toda o no te vuelvo a dar.
– Ajaá. En ese momento me trague su semen, el primero que probaba y sabía tan rico que me meti otra vez su verga a la boca para limpiarsela.
– Tranquilo, después te doy más… Bueno amor, yo espero que te haya gustado, porque a mi me encantó.
– Aay sí, me encantó. Ahora si ya vamonos que nos van cerrar la escuela.
Me subí el pantalón y nos salimos corriendo esperando que nadie se haya dado cuenta.
Después de esa, cogimos varias veces más en su casa, cuando me invitaba a dormir con el. Pero después tuve que cambiarme de ciudad y dejé de verlo. Aún me masturbo pensando en el y como me estreno.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!