Mi primera vez con mi padrastro a los 10 años (3)
Continuación de mi primer fin de semana a puro morbo y sexo con Daniel, mi lechero padrastro.
Hola, antes que nada gracias a esta comunidad por leerme y por la buena onda, este relato continúa con parte de lo que pasó el finde que mamá me dejó solo con su novio… ¿O debería decir «nuestro semental»? Jajaja, aclaro desde ya que serán varias entregas, para que si les calienta, hayan varias deliciosas pajas 🙂
Luego de llenar con mucha dedicación mi carita con su deliciosa, abundante y espesa leche de arriero y, tal como conté en el anterior relato, mi padrastro me obligó a dos cosas: dejar que se seque su leche en mi cutis y subirme a la cama, en la que dormía con mamá, para que le espere desnudo y acostado boca abajo… Y mientras me subía los escalones reflexionaba que mientras mamá cuidaba a mi abuelito, Dani también me cuidaba, pero me cuidaba de que no me falte pija y leche en ningún momento de ese intenso finde, en ninguna parte de mi cuerpo…
Con más miedos que otra cosa, aunque también con calentura y deseo, me quité la ropa y me coloqué desnudo boca abajo como me lo pidió y esperé un par de minutos, hasta que escuché sus pasos al subir y llegó a la puerta, nuevamente desnudo del ombligo para abajo; al verme como le pedí, sonrió con una cara de perversión que solo a él le salía tan bien y, tras decirme de varias formas básicamente que soy una putita golosa obediente, se sacó la remera y así, como yo, quedarse completamente desnudo…para empezar todo lo que veníamos deseando hace muchos días: el sueño de ser su hembrita empezaba a ser una dolorosa y deliciosa realidad.
En ese instante, se acerca con la pija absolutamente parada a mí y me indica que siga boca abajo, pero que mi cabeza ponga como afuera del colchón, y en eso agarra su mástil de carne absolutamente erguido y comienza a hacerme lo que ya sería un clásico: con una mano en mi cabello y el otro guiando su gran y gruesa virilidad, empieza a pasarme el glande por los labios, por el cachete, por el frente, por la nariz, «sentilo y olé porque así huele un macho de verdad carajo» me dice con una cara de excitación y orgullo, el cual llego a ver desde mi posición absoluta de sumisión a él, y va repitiendo esa suerte de pincelada facial total, sin olvidar ningún rincón de mi tierna carita recién lecherada; hacer eso evidentemente lo excita mucho, ya que le empieza a salir una densa gota de precum del medio del glande y lo deposita en mis labios, hidratándolo y a la vez llevándome de placer… «¿Te gusta mi bebé?» «¿Te gusta mi pija, querés que te reviente con mi pija verdad?» eran algunas de sus sucias y morbosas preguntas con la que también me sometía, para mi miedo y placer…
Luego de la morbosa pincelada, mi padrastro me hace oler y sentir sus dos feroces, cargados y peludos huevos «y esto que me cuelga es lo más preciado de un hombre, disfrutale, dale, sentile» me dijo y dejo someterme, luego lo saca y me dice «ahora se viene lo bueno» y ahí mi ansiedad empieza a crecer, porque lo veo irse al otro lado de la cama y se coloca detrás mío. En ese instante, imaginé que sería vilmente bombeado por el culo y me preparé mentalmente para ello, pero mi progenitor del corazón tenía unas deliciosas sorpresas previas; Dani me agarra de la cintura y me pone de 4, acerca su cara a mi culito y abriendo mis nalgas con sus manos, empiezo a sentir una sensación increíblemente deliciosa: con su lengua y de muchas formas, me da mi primera e inolvidable chupada de culo; sin exagerar, gemí tanto como ví las estrellas del placer, incluso más que el cordobés que esta noche, cuando estoy escribiendo este relato, que me hizo de todo con su enorme y fantástica pija (los detalles se los dejaré en otro relato jaja)… bueno volviendo, creo que nunca en la vida me volvieron a chupar el culito con el esmero y dedicación que lo hacía Daniel, obviamente con la clara intención de preparar el terreno para que luego, con su imponente pene, proceder a reventarme el culo y llenarlo al tope de leche…mientras tanto seguía gimiendo como una perra en celo cuando me penetraba el ano con su bien entrenada lengua, gemidos que tanto a él como a cualquier otro macho, despiertan sus más básicos instintos sexuales…
Acto seguido, se levanta y dice: «¿Te gustó putito? porque ahora el que va a gozar soy yo», en eso se sube a la cama y se sienta en la reposera, con sus enormes y marcadas piernas abiertas, que dejaban ver en primer plano sus feroces huevos y una poronga maciza y lubricada con pre semen que apuntaba al cielo, la imagen era demencial…»vení acá putita porque ahora papi te va a enseñar lo más importante que toda mujercita como vos debe dominar, el arte de vivir para y por chupar pija»; me coloco entre sus piernas totalmente desnudo y tengo la pija de mi semental pegado a la cara, en eso me agarra con una mano el mentón y con otra su pija «ahora abrí bien la boca, cuidado de no tocar con los dientes, poner siempre saliva encima del glande, usar la lengua y lo más importante, nunca desperdiciar la leche» y empieza a introducir su gran cabeza en mi boca, empiezo a lamer, a sentir el sabor, a la par que voy lamiendo y así avanza el primer pete de muchos que le hice a él y en mi vida a otros…sigo su consejo y voy dando vueltas con mi glande, hasta que en un momento me agarra con sus dos manos la parte de atrás de mi cabeza y empieza a guiar, con mucha fuerza, la penetración bucal, empiezo a toser y babear con mucha intensidad y en sus ojos se ve una mezcla de poder y placer… Glup, glup, glup es el sonido que se escucha y las babas que salen sin control de mi boca inundan su pija y mi mentón…como continuación de lo que sería una larga noche y un excelente finde a pura pija, a puro hombre suyo…
Para que no sea muy largo este texto, continuo la saga en un siguiente capítulo disponible muy pronto, desde ya gracias y, si es el caso, te deseo una terrible paja…
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