Mi primera vez con mi padrastro a los 10 años (4)
Cuarta y penúltima entrega de los relatos con los que cuento como mi padrastro, hizo de mi lo que quiso y me terminó dando por todos lados y llenándome de su leche..
Si llegaste hasta acá, solo me queda agradecerte por la confianza y por los relatos que se vienen 🙂
En esa primera noche, yo seguía siendo penetrado brutalmente por la boca, ya incluso tocando con mi nariz sus vellos públicos, la falta de aire por una parte y la garganta llena del glande y tronco por otra, marcaba el momento de la noche, solo interrumpido cuando, en un acto reflejo de supervivencia (por así decirlo) golpeaba con mis manos sus fornidos glúteos, pidiendo clemencia con una pausa para respirar, el que era concedido por mi macho pero solo por algunos instantes, luego me agarró y estiró mi cuerpo hasta el borde de la cama, nuevamente, y el parado, fuera de la cama, observa encantado como su glande se marca en mi garganta, mientras sigue con ímpetu confundiendo la concha de mi mamá con mi región bucal, en cada pausa, me golpea con su glande lleno de babas mías en los labios y en la cara, marcando así su territorio, y diciéndome palabras guasas como putita, zorrita, tragaleche, petera de mierda y similares, que lo ayudaban a mantenerse extasiado y asombrado. Y yo ahí completamente sometido, aunque quisiera no podía responderle por más que me hacía preguntas, ya que el único sonido obligado que podía emitir es el ruido propio de una intensa felación; solamente en mi mente pensaba en otros niños de mi edad como mis primos que, a esa hora estarían viendo películas para luego acostarse a dormir, mientras yo, al mismo tiempo, recibía pija y leche sin pausa por parte de mi progenitor del corazón, debutando así muy temprano, tan solo a los diez años de edad, en el mundo del placer masculino, cumpliendo el rol de depósito de esperma de hombres como Daniel.
«Ahora sí la mamás bien, mi putita», «siii, aguantala toda, que rico se siente en tu garganta, carajo» dijo Daniel y me escupe por la cara con mucha saliva y lo esparce con su mano, en ese momento yo estaba boca arriba acostado en la cama, con mi cabeza encima de dos almohadas y mi padrastro de rodillas encima mío, con sus piernas a los costados de mi torso, en esa nueva posición el sometimiento era total; yo, entre lágrimas y babas, veía de forma borrosa sus pectorales y rostro pero sentía plenamente los bombeos de su pija en mi garganta, junto con los golpes que me daba con su mástil en la cara y una mano agarrándome de mi cabello, para ayudar también a la penetración oral en un momento quita toda su pija de mi sistema bucal y con su mano ataja fuertemente su pija, como dividiendo su tronco del glande y dice «puta madre, casi me hiciste terminar perra, por poco y salvás tu culito de ser estrenado esta noche» y yo le digo, entre bocanadas de aire y tos «papá, por favor hoy no, podés darme la leche donde quieras pero en mi cola no por favor me va a doler mucho y ya estoy cansado» ahí me mira enojado y agarrándome del cuello con las manos, expresa «¿Y vos desde cuándo sos el que manda acá? Hoy te voy a hacer mío y vas a ver que al final te va a encantar y te digo luego ya: mientras menos aprietes el culo, menos te va a doler» en eso se levanta, me da la vuelta y me pone totalmente boca abajo en la cama, nuevamente «quedate ahí que en breve te quito tu virginidad putito, te quiero calladito y cooperando ¿ok?»… En eso veo que se acerca a un cajón y saca de ahí lo que sería un lubricante, se lo pone abundante en la cabeza de su poronga y lo distribuye por el glande, agarra una porción con sus dedos, se acerca y empieza a meterme uno, dos y hasta tres dedos en el culo, yo gritando de dolor (más por miedo sería) y sintiendo el líquido frío del lub; me advierte que deje de gritar hasta en tres ocasiones pero la invasión, el proceso de agrandar mi ano es demasiado doloroso para mí…
Entonces se le ocurre una idea y va rápidamente abajo, en la sala, para traer su bóxer, el mismo que se había quitado hace rato para lechearme bien la cara, y vuelve a subir; la imagen nuevamente es deliciosamente aterradora: un enorme pene macizo, dos huevos que se bambolean, que están rebosadas de leche y el boxer en su mano, el cual directamente me lo pone en la boca como un bozal, no sin antes pasármelo entero por la cara para que, una vez más, mi olfato detecte su distintivo olor a masculinidad, a exceso de testosterona… Ya en ese momento, no me queda más que resignarme a que pase lo que tenga que pasar…
Siento en ese momento su glande golpear mis nalgas y la entrada de mi culito a punto de ser inaugurado…»bueno putito ahí te va, de vos depende que sea lo menos doloroso posible»…y siento, con un dolor imposible de narrar en palabras pero que los pasivos sabemos y recordamos muy bien, como su glande primeramente y luego el resto de su cuerpo se hace camino en mi recto, atravesando el inicio, luego el primer y segundo anillo, un proceso que es lento debido a lo estrecho de mi culito…
«Tranquilo Andy, relajate, ahora nomás te va a doler luego ya pediras pija como la putita que sos, mi putita», debo reconocerle ahora ya de grande, que dentro de todo fue una primera vez pausada, bien lubricada, si bien todo macho tiene ese ímpetu de romper el culo, al menos al inicio trató mi padrastro de tener el mayor cuidado posible…en un momento, extrae su pija y siento un alivio, ya que me daban como ganas de ir al baño, sin esperarme que eso solamente sería por unos segundos, ya que con su cadera y pija arremete con una fuerza total y finalmente logra, con un enorme grito mío ahogado en parte por el bóxer en mi boca y movimientos de desesperación, meter la totalidad de ese armamento grueso, largo y duro en mi ano «ahhhhhhhh que ricooooo ahora sí ya sos toda una mujercita que puta carajoooo» y yo le decía que la saque, que la saque, pero realmente no había forma de que entienda esa petición mía, ya que el boxer con olor a pija y semen en mi boca se encargaba de cortar mi comunicación…
Lo deja quieto por un par de minutos, mientras yo no puedo evitar derramar mis primeras lágrimas de dolor y susto, lo cual inexplicablemente (para mí en ese momento) multiplica la excitación de mi ultrajador y, tirado con su peso encima mío, me empieza a susurrar al oído: ¿Te duele putita? ¿Te duele la pija dentro tuyo? ¡Ahora sí sentís verdad toda mi hombría dentro tuyo! ¿Es grande mi pija verdad, por eso llorás o estás feliz porque al fin tenés hasta el fondo del culo lo que siempre buscaste? ¡Que rico culito tenés mi bebé, ni el de tu mamá probé aún pero con el tuyo me quedo siempre! En ese instante, preso de la excitación, empieza a bombearme con fuerza, cada vez más rápido, mi cuerpo se mueve al compás de su cadencia y el dolor aún no desaparece…estuvo como 5 minutos dándome duro en esa posición y luego empiezo a sentir su pija agrandarse y Dani a jadear intensamente, tensando sus músculos, lo cual como sabemos anuncia la inminente primera eyaculación dentro de mi culito de mi vida. «Kore, me aprieta tanto tu culo que ahí te pongo la leche», «ufff, ya voy a largar, ya voy a largar», como todo macho que se respeta, no se resiste al impulso de avisarle a su depósito de semen que la primera de muchas cargas ya le viene adentro…y empiezan sus descargas: son 7 largos y calientes tiros, los cuales uno a uno siento como que me queman ahí adentro, siento como va expulsando lo que generé en el, y es una sensación única, dolorosa en esa primera vez, siento como el producto de más de una hora de trabajo suyo por mi cuerpo culmina con el néctar que define a los hombres, sus espasmos son fuertes, su respiración agitada y se desploma encima mío; se queda así un par de minutos en esa posición, empujando aún su pija, como si yo fuese una mujercita a la que tiene como misión cogerla bien para luego asegurar su descendencia con mucha leche… en ese momento, sintiendo su virilidad, su sudor y a pesar del dolor, siento una conexión tan única que me gusta y que termina cuando su pija naturalmente se achica y sale de mi culo, a lo cual solamente respondo sacándome su oloroso boxer de la boca.
Mi abusador queda tendido, boca arriba a mi lado, me acaricia el cabello y luego las nalgas, como queriendo sanar todo el daño que acaba de cometer y me dice «sé que te gustó pero cuando tu culo se vaya acostumbrando a mi pija, ahí vas a ser toda una adicta y me pedirás pija todo el tiempo, buen trabajo mi bebé aguantaste bien, como ninguna chica se banca mi pija» y yo le miro sin saber que decir…sintiendo como mi culo está lleno de dolor y de leche, junto con sangre, que quiere salir…hago un gesto como para ir al baño a expulsarlo, me ataja y dice «te vas a equivocar si sacas mi leche ahora, porque te va a servir para que el siguiente cojo te duela menos…dejalo ahí, que disfrute tu culo y luego te va a servir»… Y una vez más, no hago más que asentir con el rostro, y el hombre que oficialmente ya es mi desvirgador se acerca a mi culo a mirar y observa como una suerte de hilo de leche escurre por el costado «ufff largué tanto que se escapó un poco» y ver eso, estando yo aún en posición de pasivo, hace que su pija vuelva a cobrar vida y, pasándola por mi cara con fuerza, me dice «mirá como me tenés mi amor, mirá como me ponés, me calentas tanto que enseguida te voy a dar mucha pija, pero mi leche te voy a ir dando en las partes que faltan, de acá vas a salir oliendo a semen por todos lados mi bebé hermoso» lo remata con una expresión de perversión única…
«Ya en breve me recupero y vamos por los demás tiros, quiero que probemos nuevas posiciones, este es nuestro finde amor» y termina esa frase acercándose y dándome el primer piquito en la boca, desde que nos conocemos… «¿Querés más de lo que te acabo de dar, mi Andy?»…»Siempre que me des leche, papi, prometo hacer todo para aguantarte»… Uff…
En breve viene la quinta y última parte de esta serie de relatos. Agradezco sus comentarios, críticas y sugerencias y, si es el caso, te deseo una excelente paja con una gran cantidad de riquísima leche…
como sigue
Parte 5 disponible