Mi primera vez con mi padrastro a los 10 años (5)
Quinto y último relato acerca del fin de semana en el cual perdí mi virginidad anal y bucal, siendo la pija y el semen de mi padrastro el delicioso y doloroso culpable..
Antes que nada, mil gracias por llegar hasta acá. Espero ser (y haber sido parte) de sus deliciosas pajas. Los comentarios, sean positivos y/o negativos, serán siempre bien recibidos. Espero que esta saga, entre mi padrastro y yo que termina acá, sea la primera de muchas para complacerles a ustedes, así como esta página me da felicidad desde hace años, desde Asunción, Paraguay, besos en sus penes y culos a cada uno de ustedes 🙂
Ese sábado a las 2 de la mañana, me sentía cansado, mareado, adolorido; contrario a lo que algunos piensan, soportar la fuerza, la dominación, la brutalidad de un activo, más allá del gran placer, cansa a uno. Con tan solo 10 añitos y a esa hora, lejos de dormir, mi semental acababa de eyacular por cuarta vez en la noche. Daniel no era nomás que cogía brutal con esa flor de bendición que le dió la naturaleza, sino que eyaculaba en cantidades como pocas veces lo volví a disfrutar de adulto; no entendía como lo podía hacer y con poco tiempo de descanso entre tiro y tiro; por ejemplo, recuerdo que en el tercero, luego de excitarse al ver un poco de su leche salir de mi ano y escurrirse por mi pierna y huevitos, volvió a subirse con todo su peso encima mío y me ensoquetó de una su poronga, pude dar el primer grito pero solo ese, ya que con su mano izquierda me tapaba la boca y con palabras nada amables me obligaba a aguantar el resultado de «todo lo que le calenté esos días previos» mi cuerpo se movía, acostado y dominado, hacia adelante y atrás, con un dolor que no cedía, pero con la firme misión de aguantar a mi macho, el que decidió estrenarme, el que impuso ser él el primero en darme pija en toda mi vida; minutos después, me da completamente la vuelta, boca arriba puso mis piernas en sus hombros, fue la primera vez que pude verle sus ojos y rostros de dominación, de excitación, mientras me cogía nuevamente y ahí sentí, sin exagerar, como su glande se llegaba a marcar en mi bajo vientre en cada bombeo; ya en ese momento el dolor seguía siendo insoportable, pero ya no tenía nada en la boca y tratando de relajarme lo más posible, de a poco iba sintiendo una mezcla de dolor y placer, así estuvo dándome duro durante varios minutos…hasta que me pone de costado y probamos la posición de «cucharita», en una de esas metidas lo hace profundo y se pega completamente a mi espaldas y me susurra al oído «sabías que esta es la posición favorita de tu mamá y parece que por tus gemidos, también es la tuya» y realmente esa fue la primera posición en la que empecé a emitir sonoros gemidos (sonidos bastante femeninos por cierto) y eso lo motivaba a darme con todo, hasta que en un momento me coloca, una vez más, boca abajo y empieza a taladrar el culo de forma tal que vuelvo a quejarme del dolor, parecía una máquina que me estaba reventando, en eso siento nuevamente su pija crecer dentro de mi ano y dice «ahí te viene de nuevo la leche»…y así varias descargas de semen vuelven a alojarse en lo más profundo de mi ser… por segunda vez en la noche vuelvo a ser preñado por mi papá sustituto, Daniel hace un suspiro de satisfacción y dice «que culito más delicioso, la gran puta carajo, está para que siempre se le llene de leche»… Y no puedo evitar una tímida, pero sonrisa de satisfacción, es que hacerle feliz a él me hace feliz a mí…
Luego de semejante expresión de virilidad, Daniel y yo nos dormimos, yo usando sus pectorales como almohada; por los fuertes ronquidos ya pensaba que al fin el viernes terminaba y le daba un descanso a mi culito, pero una vez más estaba equivocado: una hora después, me despierta un fuerte dolor en mi maltratado culito; mi macho, sin pedir permiso, atacaba de nuevo con su mástil en posición de cucharita; lo hacía despacio, pero con puntadas profundas y dolorosas, recuerdo que le dije «mmmm papá, basta ya, me duele mucho quiero descansar por favor» y el me responde «dale mi bebé hermoso, los machos cogemos así, somos así, aprovechá que me tenés loco y disfrutá de esta pija que es solo para vos», y así avanza sobre mi cuerpo con un intenso bombeo, pero pausado por momentos por algo nuevo, que son unos besos en mi cuello, en mi oreja y la espalda que, junto con las caricias que me va dando, hace que me dilate mejor para el, que se da cuenta de esta nueva «técnica» y así me va poseyendo una vez más, repartiéndome verga por todo el ano, luego se pone de costado y yo abriendo las piernas, para facilitar la cogida, el horizontal y yo verticalmente, dándole acceso pleno a mi culito que lo retribuye con una durísima penetración, en momentos no aguanto el dolor y empiezo un gemido doloroso que seguía el ritmo del bombeo sin parar, me ponía de costado y volvía a testear los límites de mi región anal a puro pijazo…asi estuve vilmente sometido por media hora, era increíble como no cansaba, parecía un ser hecho para darme placer y nada más, una locura total su semblante y potencia de hombre, para él, un sueño hecho realidad, tener un nene como yo tan pequeño al cual poder jugarle y lecherarle sin límites y sin miedo a las consecuencias. En un momento, logro ver mis sombras, a la luz de un velador, veo como mi cuerpo joven, flaco se bambolea a la medida de las sacudidas que ejerce mi preñador…un macho que se respeta, de esos que están para romper cuánta conchita y culito le aparezca por el camino, rudo, violento…en fin de esos que todos nos merecemos aunque sea una ves en la vida ¿O una vez al mes? Jaja…
Cuando el proceso de la cuarta descarga de semen empieza su cuenta regresiva, Dani saca de golpe su pija de mi culo (lo cual me lastima) y se pone rápidamente de rodillas a mi costado y me ordena ponerme boca arriba y, en este momento, sale a flote su morbo distintivo: me larga una buena cantidad de chele (aunque ya no tanto como las anteriores) en esta oportunidad apunta su glande en la zona de mis pechos, escurre su glande hasta la última gota y a continuación usa sus dos manos: la derecha (su lado hábil) para empavonarme con su semen mis pechos y cuello, con la izquierda me agarra zonas de mi cabeza y lo manda hacia atrás, logrando así que esté disponible la mayor parte de mi cuello para marcar con su esencia favorita; o mejor dicho: nuestra esencia favorita y así, de esa manera, ya quedaban pocos lugares de mi cuerpo que no estaban cubiertas por la evidencia del placer de mi macho proveeedor de esperma. Tras ordenarme que no me limpie nada, ni mi culo, ni el cuello ni la cara. «Ahora vamos a dormir con tu piel oliendo a mí y tu culo conservando mi leche» y poco después, al fin, siendo ya casi las tres de la mañana, Daniel se rendía a los brazos de morfeo en nuestro nuevo lecho «matrimonial» y yo, lleno de su leche por dentro y fuera y el dolor del intenso abuso al que fui sometido, logré conciliar el sueño una media hora después.
Podría seguir el relato por líneas y líneas detallando lo que fue el fin de semana pero, en pos de una menguada capacidad de síntesis de mi parte (que espero mejorarla) trataré de hacer como una descripción de lo que pasó el sábado y domingo con mi padrastro, solo adentrándome en detalles en aquellos momentos que considere oportuno, para la respectiva «justicia por mano propia»:
Nos despertamos, al fin logro bañarme y expulsar toda su producción lechera y demás y limpiar mi piel de su leche seca, luego desayunamos en la mesa y me ordena ir abajo para, arrodillado hacerle el primer pete del día, me «ayuda» cada tanto con sus manos para la garganta profunda, combinando con momentos de pasar su pija por mis labios y toda mi cara, salgo de la mesa y mi cara llena de babas y precum es esparcida por mi cutis con sus manos, me alza con sus manos, nos vamos al sofá de la sala para probar, por primera vez y mirándole a el, cabalgar su pija por unos minutos…»ya irás mejorando bebé, paciencia para todo» me pone de espaldas a el y, a continuación, logra demostrarme durante 10 interminables minutos como uno puede estar al borde de la muerte estando quieto: mi cadera inmovilizada con sus manos, y su cintura era impresionante como se movía rapidísimo hacia abajo y arriba en la cogida, yo gritaba del dolor y eso le excitaba, destrozar mi culo de forma imparable, con sus piernas abiertas…»pa…pa..raa, pa..raaa» así se escuchaba mi voz de flauta con movimientos de su pija muy adentro mío, su primera eyaculación del día esta vez fue bien adentro de mi garganta, me atajó la cabeza hasta asegurarse de tragar y relamer hasta la última gota de su leche…imagino que pensó que mi yogurt era light y su semen bien abundante y espeso me ayudaba con la alimentación…jaja. Hasta hoy día nadie pudo cogerme con esa intensidad de arriba a abajo, ojalá alguien pueda recordarle a mi culito ese inmenso y doloroso placer
Se fue a hacer el super y yo adolorido me quedé a hacer limpieza del hogar; almorzamos una pizza precocinada que trajo y de postre, como no podía ser de otra manera, fue pija dura en la boca con leche esparcida en mi cara…que más bien a juzgar por el sabor parecía postre salado, pero delicia al fin…la cual esta vez yo mismo, con su supervisión para su orgullo, con mis dedos tragué lo que aún no se secaba en mi cara.
A la tarde, se fue a su fútbol semanal, no sin antes bañarnos juntos y enseñarme a hacerme un lavado anal con la «manguerita» de la ducha y luego me puso una crema cicatrizante en mi colita con sus dedos, volvió a la noche pero con una gran e inesperada sorpresa, vino con Adolfo, un compañero de equipo suyo, tenía 22 años cuando eso, bisexual, flaco rubito todo un macho hermoso divino, admito que fue excitante verles entrar a ambos en la pieza con su vestuario de fútbol, los shorts que marcaban dos tremendos paquetes, sudados y con aliento a cerveza del «tercer tiempo con los perros» que le dicen por acá y, sin imaginarlo y mucho menos pedirlo, durante toda esa noche tuve las primeras sesiones de trío con estos dos arrieros, y me hicieron básicamente de todo, salvo la doble penetración que, aunque intentaron con mucho lubricante, lastimosamente mis gritos, incluso ahogados con boxer, no les dejó avanzar mucho; de castigo ambos, con mucho morbo y pacto de machos, acordaron eyacular en una jarra cada uno de los 6 tiros que dieron esa noche; bueno, para ser justos, en realidad fueron de 5 tiros lo que pudieron largar en la jarra, ya que Adolfo en su tercera eyaculación, en un momento mientras yo estaba acostado boca abajo siendo cogido por el y mamando la verga de mi padrastro, con fuertes y gruesos gemidos de macho, no pudo evitar depositar su lechita en lo más profundo de mi culo, lo cual hizo que Dani se matara de la risa «bien ahí por tu primera preñada a un putito» y el sí, con una intensa paja, salió de mi boca y eyaculó en el recipiente. Toda la noche fue, en medio de la violada anal y bucal hacia mí, acompañada de bromas y comentarios muy de machos «Nde, Adolfo, dicen que tus espermatozoides (haciendo referencia a la lechita que me dejó en la cola tras laburarle media hora con su pija adentro mío) preguntan cuando falta para llegar al óvulo y preñar jajajaja» y Adolfo le dice «bajón por ellos cuando se enteren que están en el culito de tu hijastro ajajaja que puta aprieta bien todavía por cierto, este va a ser el más aguantador de los putitos cuando sea grande, si ahora nomás luego como aguanta»…antes de irse Adolfo, ambos me hicieron arrodillar frente a sus pijas ya rendidas tras una noche de mucho uso; Adolfo me aprieta la nariz con sus manos, yo al respirar por la boca Dani me dice «vomitás o tiras y te garroteo» y vierte en mi boca y garganta la suma de 5 tiros más agua para que diluya bien y, tras vaciarlo, me tapa la boca con su mano, hasta que lo tragué todo, me dió asco pero a ellos les encantó y lo festejaron con abrazos, golpes con puños y promesas de que será un secreto de amistad…y mi cuerpo ultrajado, pero muy bien servido, el objeto y testigo forzado de ese pacto…
El domingo, obviamente, nos despertamos super tarde, y con una invitación de Daniel para «bañarnos» juntos…en realidad lo menos importante ahí fue el baño, ya que bajo el agua empezó a besarme intensamente, agradeciéndome por el hermoso finde que le dí «aunque no entiendas por ahora, gracias mi hijo precioso por hacerme acordar lo que es ser un hombre, un macho de verdad» para luego, bajo el agua, hacerme arrodillar y chuparle una vez más su pija, ahora sí ya debo decirlo como toda una putita experta yo y también dejándome tomar el protagonismo, ya que me dejó empezar chupándole sus dos feroces huevos, luego subir mi lenguita por su tronco para terminar, primero lamiendo su glande e intentar meterlo todo a la boca, solamente cuando se dió cuenta que no podía hacerlo por mi cuenta, con su acostumbrada fuerza desmedida y sus dos manos, me metió hasta la garganta su feroz glande, entre alaridos y tos mía… para luego ponerme de 4 y empezar a darme pija más duro que cara de un político, se sube encima mío y bombea de una forma única, intensa, pareja, así estuvo por un buen rato hasta que, anunciando su eyaculación, me larga en mis nalgas, justamente el único lugar donde aún no me había largado, minutos antes cerró la ducha, seguramente para asegurarse de que su leche, la que tanto uso y veneración morbosa le da, no se vaya tan rápido al desagüe, tras largar, junta con sus dedos y va metiendo, todo lo que puede, en mi rojizo y adolorido ano «a ver si así me das el hermanito tuyo que tanto busco»…y termina la sesión con una acción más que inesperada: me hace arrodillar frente a el y empieza una descarga de orina, amarilla y olorosa, yo cierro mis ojos y boca, por suerte sin que se enoje… «Bienvenida a tu primera lluvia dorada, mi bebé» con esa frase, vuelve a abrir la ducha y ahora sí usamos el baño para su función primera, asearnos para continuar el día.
Fueron muchas veces más las que me dió pija sin parar, con muchas morbosidades, las de siempre y otras nuevas, que seguramente más adelante las contaré. Fue parte de mi vida y usó y abusó de cada rincón de mi cuerpo hasta que cumplí 15 años, al dejarse de mamá e irse de nuestras vidas, no sin darme una última y memorable cogida, aunque en esa vez yo sin percatarme de que seria la última, lo que más me dolió de su partida a esa edad es que yo si ya era una putita experta y era la que le pedía leche y pija a full, en todas las posiciones y de todas las formas.
Desde ya, gracias por leerme, espero reencontrarnos con otras anécdotas calientes por acá. Si es el caso, que disfruten con varias y terribles masturbaciones, que yo hasta el día de hoy los hago. ¡Gracias de nuevo!
Aplausos, eres grande!!!
Muchísimas gracias César por la buena onda!! Saludos desde Paraguay
ojalá los próximos sean mejores; es buena la historia, pero podrían ser mejor si no fueran tan cortas y en tantos capítulos que no logran sacarme leche de una.
Te recomiendo leer mi saga del albañil y el niño, posiblemente es de la extensión que buscás. Saludos