Mi primera vez: la penetración
Totalmente real. Cómo ya había contado, después de iniciarme en la masturbación y el arte del sexo oral viene la penetración..
Una disculpa por haber tardado tanto.
Aquello rico que tenía con mi tío L se había vuelto casi una rutina. Los fines de semana que íbamos a casa de mi tía abuela yo subía a la planta alta a buscar a mi tío.
Llegaba, él se asomaba, y me mandaba a cerrar la puerta con seguro. Yo me bajaba los pantalones y me subía a la cama. Él llegaba, abría mis piernas, y hundía su cara primero en mi penecito blanco para succionarlo y después en mi pequeño, blanco y tiernito culito.
Siempre me volvía loco esa rutina. Después me ponía a mamarle la verga y me hacía comer su leche espesa. Pero claro era hora de cambiar la rutina.
Justo cuando quería comenzar a mamar la verga de mi tío, él sin decirme nada, después de mamar mi culo por mucho rato, simplemente me acostó en la esquina de la cama, pies tocando el piso y mi pecho sobre la cama. Fue ahí cunado sentí como colocó su verga peluda en la entrada de mi colita. Fue una sensación tan nueva y tan placentera que no cuestioné absolutamente nada, simplemente me dejé llevar.
Él comenzó a masturbarse en la entrada de mi pequeño anito, sentía cómo su glande quería entrar y justo cuando iba a eyacular, alineaba su uretra justo en la entrada de mi culito y ejerciendo una pequeña presión, vaciaba sus huevos haciendo que la fuerza de su eyaculación entrada en mis entrañas, literal, mi tío comenzó a preñarme.
Él era bastante lindo, siempre cuidaba de no lastimarme. Dejó de darme leche en la boca y comenzó con esta nueva rutina.
Tendría casi siete añitos cuando una tarde viajamos al pueblo, a casa de mis abuelos. Toda la familia coincidió en qué saldrían a caminar lejos, y claro, como yo era el más pequeño decidieron dejarme en casa, y como mi tío L se sentía «mal» optaron por dejarme sólo con él y otro primo más chico que dormía la siesta.
Cuando se fue la familia y nos quedamos solos, mi tío dejó pasar veinte minutos y cerró las puertas con seguro y me llamó. Fui corriendo hacia él y me bajé inmediatamente la ropa esperando que me hiciera sexo oral, pero cambió la rutina de nuevo.
Yo: tío ¿no me la vas a chupar?
L: No, súbete a la cama y ponte en cuatro, voy a comerme tu colita.
Me extrañó pero eso de que me chupara el culo también me gustaba bastante.
Después de chuparme el culo al rededor de quince minutos y de sentir como entraba y salía su lengua, él embarró una crema que nunca había visto, era vaselina, yo no sabía nada pero confíe. Fue cuando sentí que algo invadía mi pequeño anito. Me moví porque sentí no dolor, sino incomodidad, mi tío empezó a meter un dedo, cuando logró meter la mitad le dije que me dolía.
Yo: tío L, me duele, dale despacio, ¿Porqué haces eso? ¿Te gusta?
L: si, me gusta, y te duele porque esto es nuevo, tengo que hacer esto para poder meter mi pene dentro de ti y hacer como hacen los adultos.
Yo: pero dale quedito que me duele.
L: tranquilo, te va a gustar.
Continuo metiendo un dedo y masajeando mi entrada hasta que sentí el segundo. Debo admitir que me dolió un poco, pero mi tío fue lento. Sacó sus dos dedos y comenzó a masturbarse en mi culito. Tan rico que era eso. Puso entonces un poco más de vaselina en la entrada de mi orificio anal y comenzó a presionar su glande en la entrada de mi virginal anito hasta que logró meterlo, sentí como mi ano se estiró y me asusté.
L: ¿Te duele?
Yo: no sé
L: ok, voy a meter un poco más
Yo: pero despacio por favor
L: tranquilo, te va a gustar, es cosa de que se acostumbre tu colita a mi pene y te va a gustar, así ya no se desperdicia la leche.
Mi tío comenzó a meter un poco más, y aunque sólo metió la mitad en esa ocasión, yo sentí que metió toda. Cuando me acostumbré mi tío comenzó el mete y saca, mete y saca, mete y saca que me provocaba un placer nuevo e inexplicable. Y así me tuvo contra la cama hasta que sentí como su verga comenzó a palpitar fuerte en mi culo, él estaba eyaculando dentro de mi. Sólo se tumbó sobre de mi y me dijo que apretara fuerte para que no se saliera la leche. Así lo hice, apreté lo más que pude y él salió de mi. Mi tío inmediatamente revisó mi culo y todo estaba bien. Sin sangre, sin daño, sólo rastros de un gran placer.
Las vacaciones pasaron así, buscábamos la manera de quedarnos solos. También recuerdo aquella tarde en la que la posición cambió, me puso en la esquina de la cama pero ahora boca arriba. Curiosamente esa posición facilitaba que mi tío mamara mi culo y también facilitaba la penetración. Siempre fue sin condón. Levantaba y flexionaba mis piernitas pálidas dejando ver mi ya rosado anito. Ahí fue donde me enseñó a masturbarme mientras él me penetraba. Siempre que mi tío eyaculaba me limpiaba la colita y a la media hora me hacía ir al baño a «tirar a sus hijitos» como él decía. Era una delicia masturbarme y sentir su verga dentro de mi invadiendo mi colita.
Cuando volvimos a la ciudad se volvió rutina cada que podíamos vernos, la diferencia era que ya casi no me tocaba, sólo usaba mi colita y yo me masturbaba.
Lamentablemente cuando cumplí 9 años, fue la última vez que mi tío L dejó de darme verga, según él, porque yo ya era «niño grande» y debía «buscar mis propias vergas». Eso marcó mi vida porque yo ya estaba engrido a su verga, a la leche, al placer. Me costó trabajo entender que ya no me quería. Las últimas veces sólo agarraba mi colita para masturbarse o penetrarme hasta eyacular pero ya no era bueno para limpiarme. Ahí me dejaba tirado en la cama y sólo me decía que fuera al baño a limpiar yo sólo. Él sólo sacudía su verga y se limpiaba en mi calzoncito y guardaba su verga peluda. Eso me incomodaba bastante. Después descubrí la razón del porqué me dejó, se estaba comiendo a mi pequeño primo de cuatro añitos. Yo ya no podía competir.
Claro que mi tío L se encargó de pervertirme y degenerarme más, iniciandome también en el mundo de la zoo con perros pero eso ya es otra historia.
Actualmente, ya de adultos, él se casó, tiene familia, hijas, hijos, y me evita a toda costa. Cómo si tuviera miedo de que le reclamara algo. Obviamente a mí mentor si en su tiempo no lo delaté, ahora que soy adulto jamás lo haré. Uno, sería muy hipócrita el denunciarlo porque realmente me encantó el primero trato mientras duró y dos porque denunciar a un familiar destroza familias.
Gracias por leerme, dejen sus telegrams para charlar. Saludos. Y las historias y confesiones de mi vida continuarán.
Como sigue??? necesito mas.
Excelente relato, como sigue?
Gran relato, me gusta como inicia esta historia, ojala la continues.
Como sigue?