Mi primera vez (que elegí coger) con mi compañero de clases (1)
El gran hueco (en mi culito) y el vacío que dejó mi padrastro, fue llenándose con un inesperado y delicioso protagonista….
Hola de nuevo a todos! Los que siguen mis relatos sabrán que estuve contando como fue todo el proceso de mi debut forzado (pero delicioso) con mi padrastro, con apenas 10 añitos; a los que no, les recomiendo las lecturas que están en mi perfil. No es obligatorio, pero al leerlo podrán tener un mejor contexto de este y futuros relatos calientes sobre etapas de mi vida sexual.
Mi padrastro nos dejó a mamá y a mí cuando tenía 15 años, digo nos dejó porque como sabrán el nos repartía pija a ambos, en mi caso quizá contra mi voluntad y marcada sumisión (con esto no digo que no lo disfrutaba) pero bueno, al irse generó en mi un vacío muy grande, ya que a los 15 todos sabemos que nos matamos a pajas y en lo único que pensamos es en sexo. Con pinceles, velas y hasta pepinos que me metía en el culo, trataba cada noche de mantenerlo vivo en mis manuales recuerdos. En el bachillerato no me iba mal: era un chico sociable, un morocho de 1.71, flaco, de cabello castaño claro y que, con el gimnasio, trataba de marcar mi físico (y sobre todo me interesaba tener el mejor culo posible) para ser atractivo «a las chicas» (guiño guiño), aunque todo ese primer año el contacto sexual fue nulo, salvo algún que otro toqueteo con chicas, y un deseo impresionante de volver a sentir una poronga como la de Daniel, en lo mas profundo de mis entrañas…todo el tiempo pensaba en pija, en sexo, en que me la pongan y recibir leche por la cara, que fue de todo lo que me hizo mi padrastro lo que más me gustó y me marcó…
Así pasó ese año, mirando bultos durante las clases de educación física, cuando el buzo delataba los huevos y penes en constante desarrollo de mis compañeros y teniendo yo como ventaja el ser «de los perros» (como se dice por acá) osea ser parte de la camada de varones mayormente heterosexuales, eso incluía compartir la mayor parte del tiempo con ellos, jugar fútbol, mirar chicas y opinar sobre sus cuerpos, conversaciones morbosas y sexuales acompañadas de incontables erecciones, y las famosas bromas homoeróticas, que se daban todo el tiempo, que cada vez costaba más disimular la excitación que me generaba, por ejemplo cuando en grupo íbamos al baño y/o los vestuarios, el clásico era jodernos con la pija, toqueteos y similares, mirarnos de reojo para la eterna competencia de varones sobre el tamaño, bueno cosa que a mí no me importaba en absoluto competir, pero sí como pasivo disfrutarlo y sentirlo. Me veía bastante masculino por fuera, pero lo que casi nadie sospechaba era lo sensual y puta sumisa que podía ser entre cuatro paredes… Y si, casi nadie porque…
A mediar el segundo año, empecé a desarrollar una relación muy cercana de amistad con mi compañero Jorge. Resulta que, a diferencia mía, el no era muy dado a los estudios y casi que vivía en mi casa para estudiar y compartir; como le cayó tan bien a mi familia, entonces después del colegio casi siempre venía conmigo, a veces se quedaba a dormir y los fines de semana, su casa era la mía y la mía, su casa.
Amistad y confraternidad total. Bueno, así pintaba hasta que una noche todo cambió, recuerdo que fue un sábado cuando, estando los dos en la sala, en un momento deja su cuaderno y, sentado a mi lado, me empieza a mirar detenidamente sin moverse, yo le miro con una cara de sorpresa, pero también sintiendo esa tensión característica en el ambiente y hace una pregunta crucial para el resto del relato: «¿Andrés, no sé que me pasa pero te puedo dar un beso?» Así de la nada, en seco me planta esa pregunta y yo le digo…»¿Qué pasó, que onda?», «Nada, que te quiero besar…» Si bien Jorge pintaba bastante masculino, con un par de novias en su historial y según lo que contaban en las rondas de tereré ya no era casto, debo admitir que siempre me generó una suerte de ruido…eso que los gays llamamos «el gay radar», que por cierto casi nunca falla…con mucho miedo, pero curiosidad y la obvia calentura que un adolescente blanquito de 1.80 aprox de altura, rubito, de buen cuerpo, destacado jugador de fútbol en el colegio y marcado paquete me generaba, le correspondí y fue como que el tiempo se detuvo en un par de minutos, al principio nuestros besos eran torpes, lleno de nervios pero después nuestras lenguas se unieron en un chape intenso, y nuestras pijas durísimas se frotaban sobre la tela…ufff que buen momento ese…. estuvimos así durante media hora aproximadamente, hasta que el sonido de mi mamá acercándose a la sala hizo que nos separemos rápidamente y fingir seguir estudiando, jajaja. Un rato después, su papá le avisa que, por un cambio de planes, vendrá a buscarlo de casa, y al despedirse, estando a solas me planta un beso y metiéndome mano en mi cola me expresa sus intenciones… «acá no termina esto mi amor», dejando muy claro que es lo que quería de mí. Yo, encantado, porque ya pasó mucho tiempo desde la última vez que me preñaron. Me acuesto como para dormir, sorprendido porque al fin vuelve a existir una posibilidad de ser cogido, de ser deseado, con la diferencia de que esta vez sí lo deseaba, sí mi voluntad importaba…Jorge también era un macho alfa adolescente, pero al cual no le debía ninguna obligación ni sometimiento…por eso decidí llamarlo «mi primera vez a voluntad» jeje.
En la semana, ambos no supimos como reaccionar del todo a la situación y nuestra comunicación se cortó bastante, nos evadíamos mutuamente, solo era el saludo y algún que otro tema trivial de conversación, como por ejemplo los lunes el resumen de la fecha del torneo de fútbol profesional de nuestro país, la Champions etc, lo que se dice, fingir demencia y seguir adelante; no sé si me afectó en lo emocional, pero sí había un tema pendiente que era la calentura, ya me estaba por quedar sin mano y sobraba el deseo de sentir un cuerpo encima y una poronga dentro mío…pero para mi suerte, el jueves aparece en escena una profesora «salvatore» (sin saberlo) y organiza grupos de a dos para un trabajo práctico muy complejo de una materia específica de nuestro curso, y «democráticamente» nos elije a Jorge y a mí como team y bueno, me consoló al menos ver que no lo rechazó, pero sí quedé preso de la ansiedad…
El viernes, al salir de clases, Jorge me pregunta si se podía quedar el finde en casa y hacer el trabajo a full, propuesta a la que no me opongo en absoluto y… vaya el trabajo que hicimos ese finde…
El sábado de mañana le traen a casa con sus cosas y, tratando de mejorar el ambiente, empezamos a hablar, bromear, poner música en lo que nos ponemos a hacer el trabajo en sí, en fin.. vayamos a lo que el ganso necesita leer, jajaja…bueno, ya bien de noche, cuando mi gente ya se re durmió, Jorge y yo nos vamos a mi pieza para acostarnos y la primera señal de alarma fue que me pide bajar también mi colchón y dormir a su lado en el suelo (estratégico eso ya que mi cama es de madera) y luego apagué la luz y nos quedamos con un velador nada más, nos desvestimos para quedarnos en bóxer y perdón pero no puedo evitar mirar un interesante paquete medio erecto que se le marca al costado (obviamente esta demás decir que no llega al tamaño de mi padrastro sexópata y lechero, pero no deja de ser grande igual para su edad) y nuevamente nos miramos intensamente, para luego comernos la boca aún más fuerte que la primera vez… Es un atracón intenso, con manoseo total: el lleva sus manos a mis pezones, a mi cola por dentro del bóxer, yo directamente pongo mi mano a masajear su virilidad, que muy rápidamente tomó vida entera, unos nada despreciables 18 cm y bien gruesa, de esas que desde el glande se ensanchan hasta el final del tronco, las que al principio son más dolorosas, porque nunca dejás de sentir, ya que a medida que entra tenés que acostumbrarte a más y más grosor…pero una vez que lo dominás, te llevan a otra galaxia de placer. Bueno, ante ese escenario de calentura total entre dos explosiones de hormonas, avanzaba la noche en casa, en un momento sus besos se interrumpen, con un contundente «chupame»… se sube encima mío y empieza una anhelada, desesperada e intensa felación, que combina sonidos de mi boca con gemidos de placer de mi activo…..y así avanza la noche, en una segunda y última parte seguiré comentando…gracias desde ya y, si es el caso, les deseo una buena y rica paja
gran relato como sigue
nuevamente se corta en la mejor parte y obviamente corta abruptamente la calentura…