Mi primera vez (que elegí coger) con mi compañero de clases (2)
Luego del enorme hueco que dejó la partida de mi padrastro (en mi culo y mi garganta) fue llenándose, inesperadamente, con mi compañero de clases, mientras recordaba a mi desvirgador (segunda parte)..
Hola! Saludos a todos y gracias por el aguante de siempre. Seguiré contando lo que pasó en la noche en que volví a disfrutar del sexo, con la tercera venosa dentro de mis orificios y la primera completamente fuera de lo que es mi padrastro; digo la tercera porque, como recordarán, un socio de Daniel me lo hizo probar en aquella noche de trío un sábado post fútbol…
Y volviendo al relato, ahí en mi cama, me encontraba, desde hace varios minutos, chupando con ganas la pija de Jorge, tomando yo el control con mis manos, boca y garganta, cosa que no estaba nada mal pero, hay que decirlo, sencillamente no se podía comparar con el nivel sexual de mi sustituto paterno. Este glande, el que yo lo laburaba en ese momento, propiedad de mi compañero Jorge, estaba rico pero no me violaba la garganta, sus manos no empujaban mi nariz hacia sus vellos, no me pedía chuparle sus huevos, sus caderas no impulsaban a su banana de manera frenética al fondo de mi garganta y no había arcadas como a Daniel le encantaba hacerme; ni hablar de los azotes en mi cara con la pija e incluso esas frases humillantes, llenas de morbo. Si bien disfrutaba y mucho de succionar esta adolescente pija, admito que sentía que me faltaba algo, motivado por los recuerdos que me dejó, con cada cogida que me dió, mi ex padrastro y primer hombre… ¡Y vaya pedazo de macho!… Aunque ahora sí y ya por fin Jorge me agarró el cabello y fue guiando la mamada….iba mejorando y a él por lo menos se notaba que le gustaba más que a mí, ya que debo reconocer que, aunque mi boca estaba chupando, mi mente seguía recordando…recordando y deseando; por ejemplo, volver a sentir esa feroz pija de albañil, entre halagos, taladrar mi culito y que me sacudía el cuerpo, ya sea en posición cucharita, misionero, boca abajo (que me encantaba) o yo cabalgándole de espaldas, en especial cuando flexionando sus piernas y atajando mis caderas, tomaba el control de la penetración para cogerme tan rápido que, en medio de mis agudos e intensos gritos y gemidos, acabara su semilla en el fondo de mis intestinos.
Pero lo que más extrañaba, sin dudas, era oler, tener, disfrutar de su delicioso, calentito y espeso semen esparcido por toda mi infantil y luego adolescente cara (lo recibí desde los 10 hasta los 16 años) con ese olor único que impregnaba mi cutis y emanaba de sus porosas manos cuando la pasaba por mi nariz…si hablamos de lo que pasa luego de largar (momento al que la mayoría de los machos no les interesa) en Daniel era diferente, era su sello: su morbo lo hacía un artista, con su pija, sus dedos y sus manos siendo sus pinceles, su casi infinita leche (incluido el precum) su pintura y mi carita su mejor lienzo. Casi siempre lo hacía así: primero descargaba sus trallazos por mi carita, luego con sus palmas distribuía (haciéndome cerrar los ojos) hasta cubrir mi cutis por completo, lo repetía varias veces hasta casi secarlo y, si aún así quedaban restos de esperma, con sus dedos lo juntaba y lo untaba (a veces en mi lengua, en mis labios o mi nariz), luego agarraba su pija y sacudía los restos de chele que quedaban en la puntita para salpicar su obra (algunas veces solo usaba su pija como brocha) y así poder contemplar, durante las decenas que veces que me lo hizo, con auténtica mirada de macho orgulloso, el exquisito uso que le daba a su mejor desenlace producido en mi culo, en mi garganta o en sus manos; es bien sabido que todo macho pecho peludo, tiene a su pija y semen como algo central en su vida, al que le rinde culto…veía como todo mi rostro quedaba tenso y duro con su pegamento, mientras yo olía ese aroma que me fascinaba; así me obligaba a estar, prohibiéndome limpiar y eliminar su obra; hasta incluso que por horas tuve que tener los 20 disparos, en 3 tiros en anal, oral y paja suya a lo largo de toda una tarde; mi cara fue una suerte de bukkake, que según el verme así le calentó tanto que tuvo que hacerme una violenta y dolorosa cogida, de cuatro, largando dentro de mi culito, aunque su plan era tirarlo en mis labios. A Daniel le hacía inflarse sus pectorales el verme caminar por la casa con la cara toda dura y con olor a chele, le daba vida el tener alguien a quien embarrarle toda su hombría; aquello evidentemente le aumentaba la libido…ya que casi siempre así yo, estando toda lecherada, acudía obediente y también caliente a su llamado para infinitas morbosidades como, por ejemplo, ponerme de rodillas o hacerme sentar y el pararse y comenzar a pajearse tranquilo, contándome sobre sus cogidas a conchitas con muchos detalles que terminaban, casi siempre, con frases tales como «pero ninguna es tan putita y dedicada a la pija como vos mi bebé», «a ninguna le encanta tanto la leche como a vos, por eso sos el único al que le juego con ella» para volver a utilizar mi cara e incluso mi boca como depósito de su leche; coger mi garganta mientras veía porno y me llamaba por los nombres de sus pendejas preferidas; en silencio, pajearse y golpear mis labios con su glande una y otra vez, hasta terminar siempre en el mismo desenlace facial, jeje.
Bueno, para que no sea tan largo este segundo y penúltimo capítulo, lo dejo acá y en el último sí ya voy a contarles el sexo con mi compañero Jorge y el desenlace jeje. Gracias y, si sos amante del pete y leche ¡Te deseo una buenísima paja!
como sigue
no se suponía que el tema del padrastro había terminado?… este capítulo no tuvo casi nada de lo que decía el título