Mi primo enfermito

Mi primo pequeño se enferma pero ni asi deja de ser un malcriado asi que toca darle una corrección.

Mi primo enfermito

Hola lectores, como siempre este es un relato que puede ser real o no, solo disfrútenlo.

Como ya les había contado, mi primito pequeño que por cierto se llama Alexis es un niño mimado que constantemente saca de casillas a mi tía al punto de que ella tiene que nalguearlo en repetidas ocasiones y hasta me ha dado permiso para hacer lo mismo ni me cuestiona porque sabe como es su hijo. Pero este relato que les voy a contar paso un día que mi primito estaba enfermito y yo tuve que cuidarlo.

Era un día entre semana que mi primito amaneció con una fiebre y escalofríos bien feos así que no podría ir a la escuela. Como yo suelo trabajar de forma hibrida fui el primero al que llamo mi tía pues ella tenía trabajo. Al llegar mi primito estaba en cama y mi tia mientras se preparaba me daba indicaciones de que ya le había dado algo pero que quedaban las medicinas ahí y que le diera un jarabe luego de que comiera algo, sin dejar de recordarme claro donde quedaba el látigo y que podía usarlo si en algún momento mi primito se ponía rebelde, yéndose en apuro y dejándonos a solas.

Lo primero fue preparar el desayuno, unas tostadas con un poco de leche con chocolate, aunque mi primo ya había despertado y ya le había pasado en gran parte el malestar aún se veía delicado así que se lo lleve a la cama e incluso lo ayude a comer, aunque sabía que lo hacía en gran parte a propósito para que lo mimara.

Terminando el desayuno y ya sintiéndose mucho mejor mi primito Alexis se levantó en pijama a ver tele en la sala mientras yo limpiaba la cocina y revisaba unos informes en mi computadora, todo fluyo de manera normal hasta que toco la hora de darle el remedio. Mi tía me había indicado que le diera dos cucharadas de un remedio casero que ella usaba que hasta a mí me daba asco, aunque no podía debatir su efectividad. Como es usual al principio me acerque cariñoso a mi primo diciéndole que le tocaba el jarabe, aunque fingió que no me escuchaba, no fue hasta que ya tenia la primera cucharada lista para que se la tomara que me hizo cara fea. Entre suplicas y la poca paciencia que tengo terminamos forcejeando hasta el punto de que terminamos en el suelo conmigo encima de él y abriéndole la boca a la fuerza, pero él se soltó una mano y me tiro la cuchara y el jarabe al piso, embarrándonos a ambos con ese jarabe pegajoso.

En cuanto paso eso yo me levante y mi primo salió corriendo pues sabía que había marcado su sentencia, era completamente su culpa pues yo al verlo delicado solo quería cuidarlo y mimarlo, pero como siempre tenia que llevar al limite de la paciencia a las personas. Estuve un rato limpiando el suelo y buscando si había mas jarabe pues la botella se había roto y mientras buscaba en el botiquín vi algo que hizo que se me ocurriera una idea macabra para castigar al nene como se debe. Encontré una caja de supositorios que me dieron la excusa perfecta para poder jugar con su culito, pero primero debía castigarlo como mi tía me había dado permiso.

Fui por el látigo de mi tía, un látigo de cuero usado especialmente para castigar niños. Aunque sabia muy bien que mi primito siempre se escondía en el closet del cuarto de mi tía camine por toda la casa gritándole que lo iba a encontrar solo para divertirme un poco, hasta que al fin entre al cuarto de mi tía y al abrir el closet ahí estaba mi primito ya lagrimeando, aunque aún ni le hacía nada jajaja casi hizo que me diera pena XD

Le ordene que se pusiera de pies y levantándolo de la oreja lo lleve hasta la sala:

• Ya te la sabes Alexis, bájate el pantalón
• Ya me tomo el remedio, pero no me pegues – Dijo mi primito entre gimoteos

Mi paciencia se estaba acabando así que le metí un latigazo y repetí:

• -Te dije que te bajaras el pantalón-

A lo que mi primito lentamente se quitaba el pantalón de su pijama revelando unos calzoncillos rosa claro con unos ositos que hicieron que se me saliera una risita.

• ¿Como así esos calzones de niña Alexis? Ya mi tía debió ver que eres nena jajaja – dije mientras le terminaba de quitar el pantalón
• No son calzones de niña, son calzoncillos de niño – dijo mi primito intentando defenderse.

Habiéndole quitado el pantalón le quite la camisa y estuve un momento admirando su cuerpito y lo bien que le apretaban esos calzones, hasta que me senté y lo tome del brazo para ponerlo sobre mi regazo, a lo que mi primo comenzó a llorar de nuevo y forcejando al punto que tuve que darle otro latigazo para tumbarlo en mis piernas y agarrándole fuerte ambas manos sobre su espalda empecé a darle con el látigo en repetidas ocasiones.

• Te … he .. dicho .. que .. conmigo .. te .. portas .. bien. ¿Te lo he dicho o no? – Decía mientras no dejaba de pegarle y el intentaba zafarse y sacudía sus piernitas.

Estuve al menos 1 minuto nalgueándolo hasta que lo dejé respirar un rato pero era solo porque ahora le tocaba a nalga pelada. Parándolo de nuevo y ordenándole que se bajara los calzones. Mi primito Alexis con los ojos rojitos de tanto llorar y sabiendo que la iba a pasar peor si no hacia caso comenzó a bajarse sus calzoncitos de niña, revelando ese precioso pene que tanto me gusta.

• No me sorprende que mi tía te compré calzones de niña con ese diminuto gusanito que te cargas jajajaja – dije mientras veía como levantaba las piernas una por una para sacarse los calzoncitos y dármelos.

Su pene era especialmente pequeño, como un dedal no mas grande de unos 3cm paradito y su prepucio parecía ser pura piel y le cubría todo, mientras sus bolitas a penas se notaban. Lo se molestar muy seguido por eso a lo que mi tía me reta y me dice que no lo moleste que ya le ha de crecer su cosita, aunque eso solo hace que lo moleste más jajajaja

Ya teniéndolo desnudito de frente por instinto mi primito puso sus manos sobre su mini pene, pero solo tuve que levantar un poco el látigo para que el pusiera las manos detrás.

Dedique varios minutos a estirale su penecito mientras lo molestaba, cuando llegue a sus bolitas comencé a apretar y a jalarle su escroto sin pelitos:

• Oye Alexis no te encuentro las bolitas, seguro que eres niño? – Dije mientras se me salía una que otra risita.
• Me duele ya no me jales mi pichis porfa – Decia Alexis mientras le temblaban las piernas y se esforzaba por mantener las piernas detrás pues yo aún tenía el látigo en mi otra mano.

Ya habiéndome divertido un poco decidí retomar el castigo tumbándolo de nuevo de mis piernas, pero esta vez con las nalguitas al aire:

• No ya no porfa primo … me porto bien – decía mientras le daba el primer latigazo en esas nalguitas ya marcadas por su castigo anterior
• No te creo nada, mocoso malcriado, y espérate que mi tía llegue y te va a pegar de nuevo por romper el jarabe – Dije mientras disfrutaba ver como él se intentaba zafar de mi, pero podía reducirlo con una sola mano y latiguearlo con la otra.

No fue hasta que noté que sus nalguitas ya estaban bien rojas que me detuve con el látigo y lo tuve reposando un ratito mientras le sobaba las nalguitas con la mano. Lo puse de pie y le di un dulce beso en la mejilla

• Todo esto es por tu bien primito, si no te portaras mal nadie te pegaría
• Ya me voy a portar bien pero ya no me peques porfavor – Dijo mi pequeño primo mientras gimoteaba aún.

Entre tanto ajetreo y castigo note lo sudado que estaba Alexis, además del jarabe que seguía regado en mi ropa. Le levanté su bracito y oli su axila sin pelitos y le dije:

• Si que hueles mal, vamos al baño que tienes que estar limpio para curarte las nalguitas.

Aunque era poco común mi primo si me había visto desnudo antes y entre tanto castigo ya no tenía energía para replicarme nada. Comencé a quietarme la ropa en la sala frente a el hasta dejarle prácticamente en la cara mi verga de 17cm totalmente parada y hasta con algo de líquido preseminal goteando, aunque tenia vellos normalmente me los recorto por lo que se notaban bien mis bolas también. El puso ojos como platos pues no la había visto parada:

• Se que te sorprende primito, dudo que tu cosita llegue a verse así jajaja – Decía mientras lo levantaba para llevar a la tina.

Cargándolo como bebe lo lleve a la tina nos moje a ambos con agua tibia, lo puse de pie y le puse shampoo en su cabecita frotándolo bien y luego enjabonándole su cuerpito delgado y cuya altura ni siquiera me llegaba al pecho. Le lave las nalguitas suavemente para que no se queje mucho aunque cuando llegue a su pequeño ano le comencé a meter los dedos enjabonados a lo que mi primito reacciono con dolor y tratando de hacerse a un lado, pero basto una mirada mía para que se aflojara. inclinándolo comencé a lavarle bien ese anito entre quejidos de mi primito, metiéndole un dedo de apoco mientras le daba pequeños piñizcos a sus bolitas, hasta que le metí un dedo entero y comencé a moverlo dentro hasta que se sintió mas flojo para meter un segundo dedo. Luego de un rato de seguir así ya se le notaba el anito mas flojo y pase a lavarle la parte de adelante.

Al llegar a su penecito comencé a bajarle su prepucio que ya casi le bajaba del todo a punta de tirones que le daba para bajárselo.

• Así te tienes que lavar su mini cosita Alexis, para que no te vuelvas a enfermar – Dije pues mi primo no se bajaba el prepucio ni se lavaba el pene lo que ya le había provocado una infección antes y tuvo que abrirle las piernas a un doctor jajajaja y a pesar de que le habían recomendado a mi tía que lo circuncidaran ella se negó y yo le dije que se lo podía abrir tirando.

A pesar de que ya le bajaba más aún le dolía a mi primito, así que luego de una dolorosa sesión de tirones para poder lavarle la cabecita de su pene me comencé a lavar yo también pues andaba todo pegajoso entre el jarabe regado y el sudor por la excitación jajajaja

Me enjabone rápidamente el cuerpo y me lave entero especialmente la verga donde me quede jalándomela por un buen rato mientras mi primito se quedaba viendo.

• Así se la jala un hombre de verdad pero con tu cosita no podrías jajaja – le dije mientras ya llevaba un rato jalándomela hasta que tire tanta leche que le cayo en la cara a mi primo XD

Habiéndonos bañado y ya mas calmados fuimos a su cuarto y terminamos de secarnos. Mi primito ya estaba mas calmado y hasta algo risueño de lo que lo había mimado y cargado y ya había dejado el látigo en su lugar, pero aún faltaba algo más. Alexis iba a sacar ropa cuando de repente le dije que que aun no se vistiera, puse la tolla con la que me estaba secando sobre su cama y le dije:

• Recuéstate boca abajo primito.
• No ya no porfavor – dijo mi primito mientras se le llenaban los ojos de lagrimitas pensando que le iba a pegar de nuevo.
• No es eso, ya no llores nenita jajaja – Le dije mientras me dio algo de ternura su inocencia
• Regaste el remedio así que tuve que buscar otro remedio para darte – Dije sacando los supositorios del cajón donde los había puesto.
• Estos de aquí te van a ayudar a que no te de fiebre y entran por tu culito.
• ¿Por qué por ahí? No quiero – Dijo mi primito mientras se cubría su culito.

Ya iba a hacer una rabieta de nuevo cuando le lance una mirada, la sabia que si no obedecía el señor látigo iba a acariciar sus dulces y ya bien marcadas nalguitas jajaja

Rendido se recostó sobre la toalla, era tan tierno verlo expuesto ahí con las nalguitas al aire, aunque las tuviera bien marcadas por los latigazos. Abrí uno de los supositorios y este ya venía lubricada, aunque primero quería jugar un poco. Me embarre el dedo con el lubricante y me acerque a mi primito fingiendo que le iba a poner el supositorio, pero era solo mi dedo. Su anito aun estaba algo abierto de nuestro juego en la tina, pero aun así cuando comencé a meter el dedo sentí como el anito de mi primo se apretaba y trataba de expulsar mi dedo, a lo que decidí ser mas brusco y dejando las sutilezas le mandé el dedo de golpe. Mi primito pego un gritito ahogado y trato de levantarse, pero yo le di una buena nalgada con la palma de mi otra mano, lo que le hizo llorar y tumbarse de nuevo.

• Quédate quieto o te va a doler más y traeré el látigo de nuevo, ¿entendido? – Dije con voz fuerte casi gritando.

Después de algunos minutos finalmente le saqué el dedo y abriéndole bien las nalguitas con una mano le puse el supositorio en la entrada de su anito.

• ¿Otra vez? No ya no – Me dijo mi primito Alexis
• Es que se salió, deja de moverte o se va a volver a salir.

Lentamente le hundí el supositorio hasta el fondo, esta vez le metí un segundo dedo. Podía sentir como el supositorio quería salirse así que traté de hundir mis dedos los mas que pude los movía para abrir mas el interior de mi lindo primo. El no era mas que gritos ahogados sus piernitas se retorcían. Cuando al fin el supositorio se fue hasta el fondo saque mis dedos poco a poco hasta que estuve afuera.

Admirando ese hermoso panorama del culito de mi primo medio abierto tenia un impulso casi incontrolable de penetrarlo con mi verga, pero tuve suficiente fuerza para contenerme jajajaja

Me tumbe sobre el y lo abrace, poniéndole mi verga en sus nalguitas para luego levantarnos y sentarlo encima de mi un rato.

• Ya paso mi pequeño ya paso – Decía mientras acariciaba su cuerpito y entre la calentura le di unos besitos en el cuello.
• ¿No vas a darme las gracias por cuidarte? – Dije
• Gracias primo, ya no me voy a portar mal pero no me pegues – Dijo mi primito mientras aun se le notaban los ojos rojos del llanto.

Saqué ropa para ambos y lo vestí con un calzoncillo de carritos, un short pequeño y una camisa sin mangas y yo con bóxer, short y camisa igual. Pasamos el resto del día normal, no le dio fiebre por el supositorio y el almuerzo de lo comió todito, trato de hacerme berrinche por el brócoli, pero solo tuve que pararme y caminar hacia el látigo para que se callara y se comiera todo rápido jajaja. Hasta que llego mi tía casi en la noche y yo me tuve que ir no sin antes decirle a mi tia que le había pegado y que había roto el jarabe a lo que mi primo se puso pálido porque sabia que ahora le tocaba a mi tía desquitarse. Aunque mi tia solo le bajo el short y el calzoncillo sin quitárselos.

Al verle las nalguitas dijo – Veo que ya te han dado lo que te mereces, pero eso no te va a lavar de mi castigo-

Dándole nuevamente varias veces sobre sus nalguitas ya bien marcadas hasta que se le canso el brazo. Luego saco una crema y se la puso para que nos e le hinchen mucho y le subió el calzoncillo y el short y levantándolo de la oreja y mandándolo a dormir pues ya era tarde.

• Perdón por el comportamiento de tu primo, ni enfermo se comporta – Dijo mi tía
• No importa tía, con una cueriza se le quita siempre – dije
• Si solo a latigazos entiende ese niño – dijo mi tía

Despidiéndonos y yéndome a mi casa que no quedaba muy lejos, habiendo disfrutado de mi lindo primito y educándolo al mismo tiempo.