Mi primo y yo ocasionalmente nos emborrachamos, pero es a mí a quien él le come culo, me pone a mamar, y hace que me vista de mujer.
Un par de primos acostumbran a emborracharse, pero tras un pequeño accidente uno de los primos queda todo embarrado, por lo que el otro le ofrece que se dé una baño en su casa, momento que aprovechas para mientras lo enjabona penetrarlo y luego ponerlo a mamar, cosa que sucede con regularidad..
Como de costumbre, los viernes en la noche mi primo y mejor amigo, nos fuimos a beber al pequeño y único bar del pueblo.
También como de costumbre, cuando el dinero se nos acabó a los dos, bien borrachos regresábamos a nuestras casas que se encuentran en el mismo camino.
En esa ocasione, bebimos de más de lo que acostumbrábamos a beber, y esto fue lo que me sucedió…
Esa noche mientras nos encontrábamos en el bar, se desató una fuerte tormenta invernal, como hacía mucho tiempo no llovía en nuestro pueblo, y tanto mi primo como yo, como ya les dije, bebimos demasiado.
Tanto que, después de que escampó, decidimos ir de regresó a casa, la verdad es que iba dando tumbos, hasta que, en una de esas, perdí el equilibrio, y caí de espaldas en un gran charco lleno de barro.
Para colmo en el momento en que trataba de ponerme de pie, por lo mucho que había bebido, me volví a caer, pero de frente y terminé por embarré todo.
A duras penas, y justo cuando volvió a llover, mi primo me sacó de aquel barrial, con todo y lluvia seguimos caminando, pasando primero por su casa, para luego yo seguir para la mía.
Pero al encontrarnos frente a la casa, de mi primo, él me dijo. “Coño, primo estás demasiado embarrado, yo no puedo dejar que llegues así a tu casa, que va a decir mi tía, vamos a mi casa, te da un baño, y luego te pone alguna ropa mía, y mañana me la devuelve.”
La verdad, que en las condiciones en que me encontraba, no me quedó más remedio que darle la razón y hacerle caso.
Pero en lugar de dirigirnos a la ducha para bañarme, por lo embarrado que me encontraba pasamos al patio trasero de su casa.
Bajo aquella fuerte lluvia me quité toda mi ropa, incluso hasta mis interiores y medias, los que tiré en un balde lleno de agua, para que el barro no se le pegara.
Luego como aún seguía lloviendo, me coloqué bajo una de las fuertes chorreras, ya completamente desnudo comencé a dejar que esa agua fría, me cayera encima, para lavarme.
Yo pensé que ya había terminado, cuando mi primo, me dijo. “Date vuelta, a ver si aún te queda algo de barro encima.” Y yo así lo hice.
Cuando volví a quedar de frente a él, me dijo. “Todavía tiene mucho barro en la espalda, las nalgas, y las piernas, mejor te echo algo de jabón, y te lo restregó, para que se te salga, todo ese barro.”
Pero al mismo tiempo al parecer mi primo buscó dentro de su casa una botella de ron y me ofreció un trago, que yo sin pensarlo mucho me lo di.
Pero al yo devolverle la botella a él, me entregó una barra de jabón, con la que, a pesar de mi estado, comencé a enjabonar todo mi cuerpo.
La verdad que pensé que lo había hecho bien, cuando mi primo, dando una vuelta alrededor mío, me dijo. “Como te lo dije, primo todavía te queda mucho barro encima, deja que te ayude a enjabonarte.”
Sin esperar a que yo le dijera que si o que no, mi primo agarró el jabón, y la esponja, de inmediato, me dijo. “Inclínate hacia adelante, y apoya tus manos contra la pared.”
Cosa que yo a pesar de mi borrachera, obedientemente hice, mi primo, primero comenzó por ir pasándome el jabón, desde mi nuca por toda mi espalda.
Luego poco a poco, continuó bajando, y me siguió enjabonando el resto de mi cuerpo.
Mientras que yo medio dormido seguía apoyando mis manos contra la pared, y manteniendo mi cuerpo inclinado hacia adelante.
Él llevaba un buen rato enjabonándome, la nuca, mi espalda, los muslos, mis pantorrillas, en fin, todo mi cuerpo.
Cuando de golpe, en medio de mi gran borrachera, comencé a sentir algo raro, eran sus dedos, que al principio rozaron el hueco de mi culo, pero en un abrir y cerrar de ojos, ya en esos momentos me los tenía metidos bien adentro.
Pero en lugar de que yo le dijera que dejara eso, como que pensé hacerlo, pero en lugar de decirle algo, me quedé callado.
Hasta que se me ocurrió preguntarle, si ya faltaba poco para que terminase, a lo que mi compadre me respondió, que no que recién empezaba.
Fue cuando sentí que separó mis nalgas con ambas manos, y casi de inmediato, me sujetó con fuerza por las caderas, y me ha enterrado sin consideración alguna toda su verga.
Sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo, ya que, para esos momentos, me tomó por sorpresa, y de un solo envión, me penetró, yo creo que vi el diablo, del tiro creo que hasta la borrachera se me fue.
Por lo inesperada de la situación, yo me quedé sin saber qué hacer, por un corto rato, momentos, que mi primo aprovechó, para apretarme con más fuerza contra su cuerpo.
En el momento en que me vine a dar cuenta de lo sucedido, traté infructuosamente de zafarme, pero a medida que más me movía, mi primo me sujetaba con más fuerza, y una y otra vez más me metía, y sacaba su verga de mi culo.
Yo comencé a protestar, pidiéndole que me soltase, a lo que él, me respondió. “Hay primo, mejor cállese, y siga moviendo ese culo, que está divino.”
A medida que yo más me movía tratando se zafarme de su abrazo, como que más adentro mi primo me metía su verga.
Hasta que llegué al punto, en que no sé porque, continué moviendo mis caderas, pero de manera más, y más lenta.
Por lo que también dejé de pedirle que me soltase, por lo que a medida que mi primo, continuaba clavándome su verga por mi culo.
Me fue diciendo lo rico que yo me movía, lo sabroso que yo tenía el culo, y lo bien paradas, que tenía mis nalgas.
Quizás fueron todas esas cosas, además de que cuando sentí que él ya no me apretaba con tanta fuerza, por las caderas, al yo bajar la vista, y volver a ver la botella de ron, la agarré y me di un buen trago, a medida que mi primo continuaba comiéndome el culo, con su sabrosa verga.
Por mi parte después de darme el trago, como que comencé a restregar mis nalgas con más fuerza contra su cuerpo, apretando y abriendo mi esfínter, a medida que él, seguía sacando y metiéndome toda su verga.
Así pasamos un buen rato, yo dejando que mi primo, siguiera dándome verga, hasta que el muy hijo de la gran puta me propuso que cambiásemos de posición.
La verdad es que ni idea tenía, a que se refería, pero cuando me sacó su verga de mi culo, y me dijo que me tirase al suelo, y que me recostase boca arriba, ciegamente lo obedecí, al igual que hice cuando me dijo, que levantara las piernas.
Él me tomó por los tobillos, y separando mis piernas, vi claramente como dirigió su verga nuevamente sobre el hueco de mi culo.
A diferencia de la primera vez, a medida que me lo volvió a meter, yo vi con toda claridad como su verga desaparecía por completo dentro de mí.
Así continuó dándome verga por otro buen rato, hasta que de momento de lo excitado que me encontraba, agarré mi verga, y comencé a masturbarme, al mismo tiempo que mi primo no dejaba de meter y sacar su verga de mi culo.
Así estuvimos los dos, hasta que él se vino dentro de mí, y yo acabé entre mis dedos.
Yo me quedé tirado sobre el mojado piso de cemento, en donde me había estado bañando, pero al poco rato, mi primo, me pasó otra vez la botella de ron, y apenas me di otro trago, al voltear a verlo, me encontré con su verga frente a mi boca.
Él, se la lavó con algo de ron, y me dijo. “Vamos primito, haga el trabajo completo.” yo ni lo dudé, así que abrí mi boca y me dediqué a mamar la verga del, hasta que al poco rato ya la pude sentir bien dura, dentro de mi boca.
Fue cuando me preguntó. “Quieres seguir mamado, o prefieres que te siga dando por el culo.”
Sacando su verga de mi boca, solo alcancé a pedirle. “Dame por el culo.” cuando creo que ya me lo estaba enterrando nuevamente, su sabrosa verga entre mis nalgas.
Al despertarme al siguiente día, estaba tirado en un camastro, desnudo, y con mi culo algo adolorido.
Mi primo, no dijo nada, ni yo tampoco, me prestó algo de ropa, y yo regresé a casa, donde mi madre, me esperaba algo molesta.
Por lo que le dije que me había desbarrancado cerca de la casa del primo, y que él me había ayudado, y prestado la ropa.
Las siguientes veces que salimos a beber, no pasó nada, si bebimos, pero no nos emborrachamos, además ni tan siquiera me hizo un comentario sobre aquella noche, y yo tampoco quise hablar al respecto.
Así seguimos saliendo, hasta que se volvió a desatar otra fuerte tormenta, que inundó todos los caminos.
Solo que, en esa ocasión, cuando escampo, no fue que por lo borracho que estaba, que me volví a caer en una charca.
La verdad es, que me tiré en la charca llena de barro, más cercana que vi a la casa de mi primo.
Ambos seguimos caminando hasta su casa, y no tuvo que decirme nada para que yo, de inmediato me quitase toda mi ropa, la pusiera en remojo, igual que hicimos la otra vez.
Luego de que me quedé del todo desnudo, separé mis piernas, e incliné mi cuerpo apoyándome contra la pared de su casa.
Mi primo casi de inmediato, comenzó a lavarme, y al poco rato ya me estaba nuevamente penetrando por el culo con su verga.
Esa noche no tan solo me dio por el culo como le dio gusto y gana, sino que también me puse a mamar su verga, hasta llegar al punto de tragarme toda su leche.
Esa noche, después de que me aseé, agarré una pequeña toalla y me la puse alrededor de mi cuerpo a la altura de mi pecho, por lo que apenas mis nalgas quedaron cubiertas.
Lo cierto es que cuando me vi al espejo, de momento me dio la impresión de que era o por lo menos parecía una chica.
Por lo que, imitando una voz femenina, me puse a coquetear con mi primo quien, al poco rato, siguiéndome el juego me siguió tratando como si fuera una chica.
De eso a que mi primo me volviera a dar por el culo deliciosamente, no pasó mucho rato, aunque antes se la tuve que volver a mamar.
Desde esa fecha, a la actualidad, cuando me emborracho, en compañía de mi primo, termino vestido, hablando, y actuando como su mujer, en su casa.
Donde mientras él me da por el culo o me pone a mamar su verga, yo disfruto plenamente de todo lo que me hace.
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