Mi record
Yo tenía leche en la espalda y nalgas que chorreaba, tomó una toalla me limpió, me sentó en el borde y puso en la boca su poronga dura.
Como dije en este baño turco tenía entrada libre y eso hacía que aprendiera qué momentos eran los más propicios para el sexo tranquilo, un poco aventurado o totalmente descontrolado, esto era por la asistencia de hombres no solo en cantidad sino también en calidad, y los sábados en el horario de 17 a 20 en general era un momento de mucha asistencia y con hombres casi desesperados por coger a otro tipo o chupar una pija.
En general era un día que no iba, siempre tendí a buscar algo más tranquilo, pero una vez se me dio que estaba haciendo una reparación y no dudo que la aproveché. Ni bien terminé las tareas fui derecho al vestuario y al cambiarme me dejé por debajo del taparrabo un atrapa pene, es una tela que solo tapa el pene y el resto es un elástico que marca las nalgas.
Recorrí las salas y luego de unos 30 minutos pasé a los privados, me acosté boca abajo y dejé la puerta abierta, no habían pasado diez minutos que sentí como un hombre me tocaba la cola, abrí las piernas y enseguida lo tuve frente a mis ojos masturbándose, lo acerqué un poco y puse su miembro entre mis labios, él había dejado la puerta sin cerrar y de inmediato otro hombre ingresaba a tocar mis nalgas, mi ano y prontamente mientras se pajeaba con una mano y dos dedos de la otra me penetraban, e ingresó otro más, que fue derecho al franeleo con quien yo le hacía sexo oral y no pasó mucho para sentir dos penes en mi boca.
Entonces uno más se sumó y pude sentir que uno acababa sobre mi lengua, y el desfile de hombres se hizo constante durante más de media hora en la que yo fui el esclavo para sus amos, me acabaron encima de mi espalda dos que se pajeaban al tiempo que se besaban, uno subido a la cama me penetraba y dos en mi boca se turnaban para metérmela, ya no eran los del principio; pero poco a poco se fueron retirando y quedé solo con uno que cerró la puerta y dijo:
-Ahora serás mío solamente, todos hablan muy bien de vos y te quiero probar
Yo tenía leche en la espalda y nalgas que chorreaba, tomó una toalla me limpió, me sentó en el borde y puso en la boca su poronga dura y fuerte bombeando e indicándome como chupársela, algo que sabía hacer muy bien; reconozco que jugó conmigo, me trató como su esclavo, quiso meterme la mano completamente en mi cola (no pudo), me puso en todas las posiciones que ahí podíamos realizar, hacíamos bastante ruido, en cada clavada que me daba gemía con fuerza, casi que me intimidaba, me arrodilló y antes de acabar metió su pija en mi boca y orinó, obvio que no deseaba tragarlo y una buena parte se chorreaba por mi cuerpo pero otra iba derecho a mi garganta, mucho no me disgustó y empecé a tomar ese orín.
-Uhhh, te quiero de puta siempre, sos tremendo
Luego me puso contra la cama, levantó mis piernas, y me cogió por unos 10 minutos hasta acabar y llenarme de leche, tanta que al sacarla y yo incorporarme chorreaba por mi pierna, dándome una palmada en la espalda se fue prometiéndome que nos veríamos pronto. Realmente fue más de una hora de sexo intenso y agotador, quería descansar por lo que me fui a bañar y volví a otro de los privados a dormir un poco, lo que hice sintiendo la satisfacción de ser el pasivo de muchos hombres. Al irme, el encargado me dijo:
-Escuché que te divertiste, parece que tu tanga hizo estragos, me alegro
-Gracias, la pasé bien, aunque quedé exhausto.
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