Mi segunda experiencia a los 8 años
Mi segunda experiencia después de que mi primo me quitas la inocencia .
Hola comunidad!
Hoy vengo a contar mi segunda experiencia después que mi primo me iniciara.
Mi primo me inició cuando tenía unos 8 o nueve años y ya lo relaté acá. Fue algo que me gustó mucho y que siento que cambió mi niñez, ya que dejé de pensar tanto en juguetes y juegos y empecé a pensar en otras cosas como en esa experiencia, en ver el pene de mis amiguitos, de adultos también, en repetir lo que pasó con mi primo, etc. Siento que mi vida de niño cambió, incluso, unas semanas después de que mi primo me hiciera esas cosas, empecé a meterme el dedo en mis nalgas con una crema de mi mamá, y de verdad que lo disfrutaba.
Un día normal, yo jugaba con mis amiguitos en la calle con un balón, éramos unos 5 o 6 niños y jugamos una hora o un poco más. Un tío de uno de ellos salía y entraba de su casa y nos veía jugar. Curiosamente, primero estaba vestido con una sudadera y después con una pantaloneta. Yo no presté atención a eso y supuse que se había cambiado porque hacía calor.
Como dije anteriormente, ya mi forma de pensar había cambiado, de forma automática muchas veces me enfocaba en el “paquete” de niños y hombres al verlos. Eso pasó con el tío de mi amigo, yo me senté a descansar un poco del juego con el balón y él estaba sentado en una silla con su pantaloneta y las piernas abiertas, yo miré y se le hacía un hueco ya que la pantaloneta era bastante ancha, se le veía casi todo por dentro, las bolas y su pene, al ver eso sentí un corrientazo en mi cuerpo y él se dio cuenta que quedé embobado viendo eso. Reaccioné y volví a jugar.
Siento que él se cambió y se puso la pantaloneta a propósito, para que alguno lo viera y ver si podía hacer algo, seguro le gustaba hacer cosas con niños. El también me miraba todo el tiempo, yo siempre fui gordito en mi niñez y más alto de los demás, al ser gordito, tenía unas nalguitas súper grandes y redondas para mi edad y veía que él lo notaba y se me quedaba viendo.
cuando me senté al lado de él y pasó lo que ya dije, él me preguntó: quieres agua, te ves cansado? Yo enseguida le respondí que sí pero sin mala intención. El me dice, ven, vamos a la cocina. Lo seguí y pues normal, me dio agua, me la tomé y al momento de irme me dijo: “espera, ahora que estaba afuera sentado noté que me estabas viendo bastante en la entre pierna, por qué lo hacías, te da curiosidad? Yo me puse muy rojo y el me dijo, tranquilo no pasa nada, no te voy a regañar ni nada, solo pregunto y si quieres te muestro mejor.
Yo guardé silencio y me tranquilicé un poco, pero ya empecé a sentir nervios porque sabía lo que podía pasar y a lo que él se refería, ya tenía esa “malicia” por lo que me había hecho mi primo. Yo no dije nada y él volvió a preguntar pero bajándose un poco la pantaloneta, y mostrándome solamente la base del pene y me dijo: ¿esto es lo que estabas viendo? Si quieres te lo muestro mejor, pero solo si quieres y no le dices a nadie, pues solo es para que te quites la curiosidad y ya. Dentro de mí sentía que él también tenía algo de miedo de que yo me fuera de ahí despavorido y le dijera a alguien lo que había pasado.
Yo no decía nada, solo silencio y silencio, pero creo que él entendía con mi silencio y con quedarme ahí viendo que era una respuesta positiva de parte mía. Yo empecé a sentir un calor por dentro y muchos nervios, el empieza a bajarse la pantaloneta y me muestra todo. El era grueso, piernon, podía tener entre 35 y 40 años, así que era muy rico lo que estaba viendo, era el típico “macho” grueso, velludo, alto, piel trigueña, cara de malo y uno que otro tatuaje, en realidad era muy lindo y le iba súper bien con las mujeres. A decir verdad, nunca me imaginé que le gustaran los hombres o quién sabe si sólo los niños, o sólo fue que al verme correr y agacharme varias veces con mis nalgas gorditas y grandes, le causaron excitación.
Cuando él me muestra, yo me quedo viendo fijamente y el calor recorre mi cuerpo. Él me dice: esto era lo que estabas viendo, no pasa nada, simplemente tienes curiosidad y eso no es malo, yo no le diré a nadie y tú tampoco y listo. Si quieres puedes tocar y ver cómo se siente pero yo seguía en silencio e inmóvil. El al verme así por un tiempo y no decir nada, se agacha y empieza a subir su pantaloneta, creo que le dio miedo y pensó que no me gustaba, pero lo que no sabía él era que lo que había hecho con mi primo me había gustado, que había pensado por mucho tiempo en cosas así y que justo ahí en ese momento estaba encantado con lo que estaba viendo. Tengo que decir que soy bastante masculino, y también que eso fue hace muchos años, pero lo recuerdo muy bien y, Dios… ese hombre era una cosa de locos, yo era muy niño y no se si identificaba que él era todo un macho o me llamaba mucho la atención y ya. Delicioso, con su verga llena de venas, no muy peluda pero si de un par de semanas sin afeitarse, sus piernas, su cara, sus brazos anchos y fuertes, si, todo un macho. Me desvié un poco pero es que solo de pensar en él y su verga me existo bastante.
El empieza a subir su pantaloneta supongo que para irse y en ese momento yo le dije: espera, si, eso era lo que estaba viendo, es que la tienes muy diferente a la mía, él se echó a reír y dijo: “es normal, cuando crezcas la tendrás como la mía”. La quieres tocar y mirar como se siente? Yo moví mi cabeza de arriba abajo y él tomó mi mano y la puso en su verga. Enseguida se empezó a parar y yo quedé sorprendido, y le dije: “qué grande es”, él volvió a reír y dijo que eso era normal. Yo empecé a tocársela y de repente dijo: yo también quiero ver algo, y son tus nalgas. Yo dije que si, el me agarro, me dio vuelta y bajó mi pantaloneta, me las agarró y dijo, que grandes las tienes para ser tan niño, también tenía curiosidad de verlas. Yo pensé, pues ambos tenemos curiosidad y normal.
El de repente me quita el suéter y comienza a besar y lamer mis tetillas, yo empiezo a excitarme más y quedarme quieto para dejar que él me hiciera cosas. Mientras besa mis tetillas él empieza a pasar sus manos por todo mi cuerpo, me aprieta las nalgas y me las abre, los dos en silencio pero disfrutando de todo lo que pasaba. Yo seguía con algo de nervios y con mucho calor por dentro. El para y dice: “métete a la boca mis verga, y le dije: «como así?” Él me dice si, como si fuera una paleta o cualquier cosa que te metes a la boca. Yo me agaché un poco y me acerqué, no sé por qué pero se la olí y olía un poco a orín pero no a feo ni nada por el estilo. Incluso, creo que me gustó su olor. Procedí a meterla a mi boca y él enseguida suspiró ahhh que rico y así seguimos por un minuto más o menos. El me la sacó de la boca y me dijo: ponte de espaldas y en cuatro, quiero ver de nuevo tus nalgas. Yo lo hice y dijo: “ufff sospechaba por lo que veía en tu pantaloneta pero qué rico estás, que nalguitas tan ricas tienes” a mi me gustaba mucho cuando me decía esas cosas, no sé por qué pero me sentía bien y sentía que lo estaba complaciendo. El empezó a chupar mis nalguitas y yo gozaba en silencio, procedió a meterme un dedo y después dos y después 3 para dilatarme, ya que su verga no era descomunal, pero era grande, algo gruesa, llena de venas, súper deliciosa, y él sabía que me podía doler. Él paró y me dijo, quizás te duela un poco pero te voy a hacer algo que te va a gustar. Él pensó que era la primera vez que me lo hacían.
Se dispuso a metérmela suavemente, iba entrando poco q poco y sentía un pequeño dolor pero a la vez mucho placer, era algo distinto a lo que sentí con mi primo, ya que la verga de este hombre era más grande y gruesa, la sentía mucho más dentro de mi. El dolor se fue y empezó el placer, ese hombre gemía y se notaba muy pero muy excitado, no sé si era primera vez que hacía algo así pero era una cosa de locos, sentía como si no supiera qué hacer conmigo, como que me deseaba demasiado. Mientras que me la metía me trataba bien y me trataba mal. de repente me decía: “que rico cosita linda, que nalguitas gorditas y delicadas tienes, eres mío, eres mi bebé, mi cosita rica. pero también de repente me decía: “que rico culo tienes, me encanta como te huele, me gusta como tienes oscurito entre las nalgas pero tienes ese hoyito rosadito, que delicia putita, mírate la cara y mira como gimes(yo soltaba diminutos gemidos de forma automática, sin querer, cuando el me la estaba metiendo) eres toda una perrita, una putita. Eso era completamente nuevo para mí pero yo seguía disfrutando, yo estaba ido, en las nubes, el gozando y agarrandome fuerte y metiendo y sacando su hermoso pene de mis nalgas.
De repente su sobrino(mi amiguito) entra a la casa y empieza a llamarlo y él la saca y me dice ssshhh no hables. “Él dice: mijito, estoy en el cuarto, estoy durmiendo, sigue jugando o ponte a hacer algo” mi amiguito respondió que si, que se podría a ver TV en la sala.
la cosa ahora se sentía algo diferente, ya no estábamos solos, yo le dije que me iba y él me dijo, no, espera, terminemos pero no hagamos bulla. Yo acepté y él me puso en posición de misionero. Nunca había hecho algo en esa posición y también me gustó bastante, ya que le veía la cara que ponía al metérmela. Me decía: “ mira que barriguita gordita tan rica y que tetitas deliciosas tienes, eres mío en este momento, eres mi bebé, mi cosita, quiero que seas mío siempre y que se culito sólo lo coma yo. Al decirme eso me sentí más cómodo y fue muy rico lo que sentí ya que por más que me gustara lo que estaba pasando, también me sentía algo vulnerado, supongo que por mi edad. Pero, al el decirme cosas de ese tipo, que yo fuera solo de él y cosas así, me sentí protegido. Él seguía dándome y empezó a tocar mi pipilito y fue algo nuevo para mí, empecé a sentir más rico dentro de mi culito mientras que él me tocaba mi pipí y no sabía por qué. Y cada vez era más y más rico y más intenso, cuando de repente yo empiezo a tener contracciones y solté un pequeño grito y el placer fue descomunal, y si, era que había tenido un orgasmo, pero obviamente no boté semen pero fue una locura lo que sentí.
El quedó sorprendido al ver que tuve un orgasmo, supongo que por lo niño que yo era, pero pensándolo ahora como adulto, creo que era imposible que con semejante verga de ese hombre adentro de mis nalguitas, el diciéndome cosas y estimulando mi pipí (cosa que ni yo ni nadie había hecho, es más, yo no tenía idea del placer que producía estimular el pene) pues no tener un orgasmo, claro que lo iba a tener Jajaj. El también al ver y sentir eso, fue aumentando el ritmo y daba estocadas más fuertes, a mi ya me dolía un poco adentro, creo que me estaba tocando profundo porque él estaba ensimismado, parecía un animal. de repente el puso su mano en mi cuello como para ahorcarme, me agarró la cara duro, me miró a los ojos fijamente, después puso su boca en mi pecho, me mordió más o menos duro y de repente veo que saca su pene y sólo lo medio tocó y gritó: “ aaaahhhhhhhh” y los chorros de semen eran descomunales, caían sobre mi barriga, pecho, cara, botó demasiado, es más, yo siendo adulto nunca he botado tanto semen como el que botó es hombre ese vez. Yo quedé muy sorprendido pues nunca había visto el semen ni sabía que eso salía por ahí, pensé que solo salía orín jajajaj. Pero, también esa imagen de ese hombre parado frente a mí, con la verga súper hinchada, las venas de su verga brotando, sus piernotas y sus vellos por todo el cuerpo, mirando hacia el techo del placer, agarrandose la verga y soltando esos chorros de semen, uffff que delicia, es una imagen que nunca me ha borrado de la mente. Gritó tan duro que mi amiguito enseguida preguntó si le había pasado algo y él solo dijo que fue una pesadilla que había tenido, jajaja.
El me metió al baño y me ayudó a lavar todo el semen que tenía encima, me seco y me puse la ropa. Él gritó a mi amiguito que le comprara algo en la tienda para yo poder salir y así fue, mi amiguito fue a la tienda y yo salí del cuarto y me fui.
Hoy día recuerdo esa experiencia y fue demasiado excitante, no sé cuántas veces me he masturbado pensando en ese día, pensando que que yo solo tenía unos años y el ya era un macho adulto y como yo disturbaba de eso siendo tan pequeño.
Espero que les guste lo que viví y por ende este relato
Ufff qué rica experiencia. Que bueno que te animaste y te fue bien. Yo te habría hecho lo mismo.
Me dejó la verga salivando jaja, qué riquísimo relato
Buenísima casi me vengo sin tanto tocarme