Mi sobrino vino a casa a pedirme prestado dinero, y salió con su culo bien abierto.
Un joven algo afeminado le pide a su tío dinero prestado, el se lo da a cambio de que se deje dar por el culo por él y un amigo que lo visita..
Mi sobrino vino a casa a pedirme prestado dinero, y salió con su culo bien abierto.
Cuando recibí la llamada del hijo de mi hermana, me dijo que necesitaba hablar conmigo.
De inmediato pensé que este lo que quiere es pedirme dinero para comprarse algo, por lo que le dije. “No te preocupes, ven a casa, y hablamos.”
De por sí mi sobrino en muy contadas ocasiones él se relacionaba conmigo, o yo con él, ya que desde bien jovencito me parecía algo afeminado.
No bien había llegado, se encontró con la sorpresa de que, un amigo mío se encontraba acompañándome, ambos ya llevábamos un rato tomando, pero por la reacción de mi sobrino pensé que mi amigo no le caía bien.
Además, mi amigo desde que mi sobrino llegó no dejó de verle sus paradas nalguitas, al igual que yo.
Pero bueno, mi sobrino procuró no ponerle atención a mi amigo, y apenas llegó me dijo. “Tío, necesito comprar varias cosas y entre ellas el último juego de guerra.”
“Así que te pido que, si puedes, me prestes lo necesario, y apenas pueda te pago”.
Yo me le quedé viendo, bien serio, y le pregunté, y como piensas pagarme, o pagarnos, ya que yo no tengo tanto dinero, y seguramente mi amigo te podrá prestar el resto”.
Mi sobrino de seguro, hasta ese momento ni tan siquiera había pensado en cómo me lo iba a pagar, se quedó callado.
Resignado a no poder comprar nada, sin decir nada, dio media vuelta, moviendo sus paradas nalguitas, se dirigía a la puerta.
Cuando, le dije. “La verdad es que no te lo podemos prestar, pero ahora te pregunto, ¿Qué estás dispuesto hacer, para comprar todo lo que tú necesitas, te lo digo porque si tú y nosotros dos nos entendemos, no tendrías que pagar nada? ¿Qué dices?”
Mi sobrino apenas me escuchó, en su cara se notaba que le dieron ganas de mandarme bien largo al carajo, pero de momento, como que lo pensó, y su rostro de inmediato se reflejó una gran sonrisa, sabiendo de qué era lo que yo estaba hablando.
Así que sin necesidad de que él nos dijera nada, mi amigo, y yo de inmediato entendimos que ella estaba completamente de acuerdo.
Por lo que le propuse que nos vendiera toda la ropa que llevaba puesta, al principio él como que no entendió la idea, pero al repetírsela aceptó de inmediato.
Mi amigo y yo a medida que seguíamos bebiendo, poco a poco le fuimos comprando todas y cada una de sus prendas de vestir.
Ya una vez que la dejamos completamente desnudo, nos sentamos en el sofá de la sala, y mientras yo de manera descarada le agarraba las nalgas, mi amigo no dejaba también acariciar sus muslos.
De eso pasamos a besarlo y tocarlo por todas partes, mientras mi amigo y yo nos íbamos iba desnudando, por lo que de momento los tres nos encontrábamos completamente desnudos.
Mi sobrino no es que sea una experto, pero algo que, si sabe, es que, a los viejos como nosotros, antes de hacer cualquier otra cosa, nos gusta que nos den una buena mamada, así que sin llegar a decirle nada él voluntariamente se agachó entre nosotros dos.
Al primero que le mamó su verga fue a mí, en ese momento, no podía creer que, me aprovechase de la situación de mi sobrino.
Luego que, nos mamó las vergas le dije de la manera más vulgar que pude que quería darle por el culo, a lo que él sonriendo de oreja a oreja se puso en cuatro patas, ofreciéndome sus paradas nalguitas.
Yo sé que mi sobrino no es un santo, pero cuando comencé a penetrarlo, la verdad es que me fui sintiendo como en la gloria.
Su manera de mover las nalgas, para mí en esos momentos fue algo único, pero no conforme con eso, la manera en que gemía de placer, o se quejaba de lo grande o gruesa que era mi verga, me excitaba mucho más.
Pero a medida que yo seguía dándole bien duro por el culo, mi sobrino voluntariamente le hizo señas a mi amigo, para seguir mamando su verga.
Ya después de eso lo único que hacía era apenas terminaba de penetrarlo, o de ponerlo a mamar, moviendo sus paradas nalguitas él se dirigía al baño para asearse.
Pero a medida que regresaba de asearse se comportaba más como una puta que como un chico.
Por lo que mi amigo y yo pasamos el resto del día, y gran parte de la noche, bebiendo, tomando viagra y dándole verga por su culo, además de que lo poníamos a mamar.
Así mientras uno le daba salvajemente por el culo el otro lo ponía a mamar, hasta que mi sobrino terminaba tragándose toda nuestra leche.
A ver que más les puedo decir, a si, tanto mi amigo como yo, solo tenemos que llamarlo para que, nos venga a visitar a cambio de una pequeña cantidad de dinero.
Además, según nos dijo él, gracias a nosotros dos, él descubrió cual es la profesión que desea ejercer, la de maricón.
Que relato mas bueno, ojala un dia mi sobrino me venga a pedir dinero para hacerle pagar de aquella manera