Mi tía controladora
A mi tía le gustaba exhibirme.
No sé si esta sea la categoría correcta para hablar de este relato. Pero aun así les comparto esta anécdota. Como comente en un relato anterior, yo vivía con mi tía la cual le gustaba exhibirme o avergonzarme a mi hermanastro y a mí cada vez que había oportunidad. Ella se casó con un hombre con un hijo cuatro años mayor que yo, el cual se llama Luis y al que considero como mi hermanastro. El hombre obviamente se convirtió en mi tío. En varias ocasiones de pequeño mi tía hacía que me desnudara delante de personas que no fueran familiares, por algunas razones según obvias. La primera que recuerdo ya la publique y otra que siento fue relevante fue a la edad de los diez años. Yo estaba enfermo sin poder ir al baño y eso ya era un problema algo grave. El doctor de la familia nos había recomendado supositorios, yo jamás había usado alguno. Mi tío fue a comprarlos y volvimos a casa, mi tía, Luis y yo. Poco después llegó de visita una vecina la cual mi tía le estaba enseñando como colocar uñas. Ella daba clases a veces a las personas cercanas. Mi tío volvió a casa como media hora después con el paquete de supositorios. La vecina y mi tía estaban en la sala, mi tía me llamo y fui. Me dijo que me iba a poner el supositorio, yo pensaba que en el baño o en mi cuarto o algún lugar privado. Pero no, delante de la vecina lo iba a hacer. Me bajo los pantalones y mi trusa y quede con mis partes expuestas frente a la vecina, ella tenía como unos veinte años. Recuerdo su mirada algo asombrada, mi tía me acomodo en sus piernas y me puso en posición entre sus rodillas, yo empecé a hacer berrinche para que no me lo pusiera, ella se enojó tanto que agarro su zapatilla y me dio un buen par de nalgadas aunque estuviese presente mi vecina. Yo lloraba de dolor y verguenza. Ella solo me dijo que si me iba a comportar como un niño pequeño, me iba a tratar como uno. Que era por mi bien, yo tenía tanto dolor que no podía ni pensar en nada. Solo sentí como mi tía me abrió las nalgas y me metió el supositorio, le hablo a mi tío que viniera por mi, porque estaba haciendo berrinche. Mi tío se acercó, preguntó que pasaba, mi tía le dijo que me porte mal cuando estaba tratando de ponerme el supositorio. El me agarro, me dio otras dos nalgadas más fuertes que mi tía, lo cual me hizo llorar aun más. Me regañaron e hicieron que me disculpará con la vecina por mi comportamiento, y ya luego mi tío me subió mi trusa y mi pantalón para llevarme al baño. Ahí me di cuenta que a mi tía le causó cierto placer esa escena. Luego creo que fue el año siguiente o unos meses después, Luis y yo estábamos jugando en nuestra habitación. El ya tenía quince años, pero aun así cuando le decía que jugará muñecos conmigo, lo hacía. En casa él era algo infantil, pero con sus amigos era como que el líder de ellos, y tenía loca a las chicas porque jugaba fútbol y era bien parecido. Mi tía nos compraba a Luis y a mí, unas trusas demasiado pegadas y pequeñas que como dirían casi no dejaban nada a la imaginación. En casa únicamente andábamos en trusa los dos, todos los días. Continuó, ese día los dos estábamos en el suelo jugando y vistiendo únicamente una trusa. En eso abren la puerta y entra mi tía pero acompañada de los amigos de Luis, habían ido a buscarlo para salir a jugar, y ella los hizo entrar sabiendo como estaba mi hermanastro. Sus amigos pusieron cara de burla al verlo, Luis se puso completamente rojo, se veía que quería desaparecer en ese momento. Mi tía solo le dijo a Luis que la perdone, se le olvido avisar. Salió del cuarto, cerró la puerta dejando a sus amigos de Luis con nosotros, ellos empezaron a burlarse de él por la trusa y el estar jugando muñecos. Luis trataba de excusarse pero ya lo habían visto todo. Se vistió rápidamente, pero aun así las burlas siguieron. Todo eso lo había hecho mi tía a propósito. En aquel entonces yo no sabía, pero al pasar los años me di cuenta. Ya cuando entre a la pubertad, las cosas siguieron igual, pero esta vez me causaban cierto morbo o excitación, en lugar de pena. Otro de los que más recuerdo y el primero que me sentí realmente excitado fue a la edad de trece años. Había llegando de visita la familia de mi tío. Eran su hermana, su cuñado y sus tres hijos. La mayor de doce, un hermano de nueve y la menor de cuatro años. Iban a estar una semana con nosotros. Como al tercer día, íbamos a ir a u un tipo concierto de noche. Habíamos llegado de una visita al zóologico de la ciudad y era algo tarde. En eso teníamos que alistarnos. Solo teníamos dos baños, uno en nuestra habitación y el otro en el cuarto de mis tíos. Mis tíos le prestaron el suyo a ellos para bañarse. Ya mi tía nos dice a Luis y a mi que nos bañemos juntos para que sea más rápido. Muchas veces Luis y yo nos bañábamos juntos a pesar de que los dos ya eramos adolescente, así que no había problema. Nos dijo que nos preparemos para el baño y nos apuremos. Para mi tía prepararnos para el baño era quitarnos toda la ropa una media hora antes y refrescarnos. Desde pequeño me acostumbró a hacerlo. Ya en eso Luis y yo fuimos a nuestro cuarto, nos quitamos toda la ropa hasta quedar desnudos. Nos pusimos en la cama para jugar un vídeo juego mientras pasaba la hora de refrescarnos. Poco después se abre la puerta, entra mi tía junto con las dos niñas y nosotros completamente desnudos. Luis rápido se tapó con una sabana, pero yo me quede algo nervioso que me paralice, mi tía dijo que las niñas ocuparían rápido el baño para bañarse. Vi la cara de la mayor asombrada al verme totalmente desnudo. Reaccione y me cubrí yo también. Mi tía nos regaño, pero era parte de su plan para que las chicas nos vieran. Las metió al baño, y poco después salió ella diciéndonos que enseguida se bañen ellas, seguimos nosotros. Luis como siempre ha sido medio rebelde, le dijo que deje de ser así y avise antes de entrar como si nada. Ella se enojó y le empezó a decir sobre el seguro, pero el contesto más pesado. Mi tía se enojo y llamó a mi tío, mi tío entro al cuarto y pregunto que pasaba, mi tía le dijo sobre el comportamiento de Luis. Él sin importar que las niñas estuviesen en el baño, le quito la sabana a Luis, tomo su cinturón y comenzó a pegarle en sus nalgas demasiado fuerte. Se escuchaba el ruido del cinturón sobre sus nalgas desnudas y los regaños de mi tío. Vi que se abrió un poco la puerta del baño y pude ver a las dos hermanas viendo todo ese show. Eso comenzó a excitarme, veía el morbo en sus caras. Mi tío dejo de pegarle a Luis, advirtiéndole que si vuelve a responderle a mi tía le iría peor. Luego me dijo lo mismo a mí. Ambos salieron del cuarto, cerrando la puerta, Luis solo se quedo llorando con la cabeza bajo la almohada. Yo sentía un éxtasis extraño por todo eso, solo miraba a la puerta del baño para ver si ellas veían. Mi pene sobre el colchón empezó a ponerse duro. Minutos después deja de sonar la regadera. Se escuchaban sus voces cambiándose, Luis se volvió a cubrir con la sabana para que no vean su trasero rojo por los cinturonazos y dejo su cara en la almohada. En eso ellas salen y voltean a vernos. Me puse nervioso pero a la vez excitado. No me cubrí para nada dejandome ver totalmente desnudo. Le sonreí a la hermana mayor, me sonrío de vuelta. Solo dijo ahí les dejamos en baño, salieron del cuarto y cerraron la puerta. Ese momento fue demasiado excitante para mí. Todo gracias a mi tía. Por estas y otras experiencias supe que a mi tía le gustaba exhibirnos. Para mi gusto, todo eso me fue gustando que hasta la fecha me considero un exhibicionista y un vouyerista. Espero les haya gustado la historia, luego contaré más cosas que nos hizo mi tía y cosas que ya hice por mi mismo. Buen día
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