Mi tío delincuente (30) y yo (6): mi primer trío
Mi tío, mi nuevo papi, comienza a hacerme suyo y me comparte con su dealer..
Cuando regresó mi tío a la habitación yo seguía de rodillas en el charco de sus orines. Mi verga estaba dura y una parte de mí sentía que quería más.
-Mira como estái pendejo, too caliente, alcanzó a decir mi tío antes de levantarme y llevarme a la cama. Ahora viene lo mejor pendejito, prepárate.
Mí tío me acostó de espaldas a la cama y puso más polvito blanco en su pipa. Pensé que iba a fumar nuevamente pero esta vez la acercó a mi boca y le prendió fuego.
-Aspira harto cabro culiao y mantén el humo dentro, eso sigue fumando. Aspiré todo el humo metálico que me elevó como a una nube de éxtasis. Ahora era yo con mis manitas quién sostenía la pipa mientras mi tío chupaba mi culito desesperadamente. Cuando ya no quedaba más que fumar quede tendido en la cama ido en un éxtasis profundo hasta que sentí como el fierro hirviendo de mi tío comenzaba a entrar en mi hasta ahora virgen culito. Comencé a llorar y gemir, entre el dolor y el placer. Claramente la droga me había dejado más relajado pero aún así la verga de 20 cm de mi tío me hacía doler.
-Eso weón, llora y quéjate no más que eso me pone más caliente cabro chico, mi pequeño maricón, ahora te voy a dar pico todos los días culiao así que aguanta y acostúmbrate, me decía mi tío mientras me follaba con la fuerza y velocidad de un toro. Estuvo así como media hora mientras yo lloraba y gemía aún bajo los efectos de la droga que me dio. Después de vaciar su leche dentro de mi culito, me separo de él, me beso apasionadamente y nos quedamos dormidos en la misma cama.
Desde ese día mi rutina cambió. No podía usar ropa en la casa. Tenía que atender a mi papi en todo: chupar sus pies, lamer sus axilas, lavar su ropa, servir la comida. Además tenía que satisfacerlo cada vez que el quería, habían tardes completas en las que de rodillas chupaba su verga durante horas mientras él se drogaba, bebía cervezas y miraba televisión. A veces era rudo conmigo y me abofeteaba y escupía o nalgeaba. Me llamaba su mariconcito u otros insultos por el estilo. Y aunque suene extraño, me encantaba ser el putito de mi tío.
Después de como un mes con esta misma rutina, un día viernes el dealer de mi tío vino a dejarle su dosis de droga acostumbrada. Cuando el venía yo tenía orden de quedarme escondido en mi habitación, pero ese día tenía ganas de ir al baño y me encontré con él por un corto momento. Él dealer de mi tío era un hombre de unos 30 años, alto blanco, lleno de tatuajes, ojos claros y siempre llevaba muchas joyas de plata con él. Después de verlo corrí a mi habitación sin siquiera saludarlo. Me quede allí a la espera de que mi tío me llamara, pues esa era la costumbre cuando el dealer iba a la casa. Pasaron tres horas y tío aún no me llamaba para salir. Extrañado salí de mi cuarto a ver que pasaba. Fui a la habitación de mi tío y no lo encontré allí, pero sentí ruido proveniente del salón. Despacio fui hacía allá y al llegar encontré a mi tío y su dealer en boxers, tomando, fumando y jalando coca. Ya estaba acostumbrado a ver a mi tío desnudo pero la imagen del musculoso dealer me puso muy caliente, lo que me hizo chocar con un mueble.
-Miren quien se dignó a aparecer, dijo mi tío tocándose la entrepierna, y más encima viene con ganas de fiesta, ves como con solo vernos se le pone dura?
-Mira weón, de verdad esté pendejito es tu putita? Es súper chico.
-Te estoy diciendo de hace rato que ya está bien entrenado, le encanta la pichula weón, mira: ven pa acá cabro chico y ponte a mamar. A la orden de mi tío corrí hacía su asiento, con mis manitos baje su bóxer y puse su semierecta verga en mi boquita mientras me ponía a mamar. Por la posición pude ver de reojo la cara de sorpresa del dealer pero al mismo tiempo como se le ponía la verga dura bajo su bóxer.
-Vei weón? No hay boquita más rica que la de esta putita y ni decir de su culito. Lo vai a querer probar o no? Si fue tu idea quedarte a webiar acá, pendejito suelte mi pichula y vaya a atender a mi amigo como usted sabe.
-Weón no sé si quiero, me da wea dejar que un pendejo me la chu…. El dealer de mi tío no alcanzó a terminar la frase porque yo rápidamente había bajado su bóxer y me había puesto a mamar antes de que él lograra impedirlo. Mientras se la chupaba él intento sacarme de su miembro pero mi tío no lo dejo. El dealer gemía despacio y en un momento le recibió la pipa a mi tío y se puso a fumar. Luego de eso sostuvo mi cabeza con ambas manos y comenzó a follar mi boca.
-Oh que rica putita te sacaste weón, mira como se la traga hasta el fondo, o que rico se siente, eso, sigue chupando maricón.
-Sabía que te iba a gustar weón, vamos a ponernos cerdos hoy. Dijo mi tío mientras con un dedo me metía una buena cantidad de coca por mi culito. Me ardió un poco, pero ya a mis seis años ya me estaba acostumbrando a que mi tío me drogara. Además cada vez que lo hacía me ponía muy caliente y pedía más y más verga. Al sentir la coca en mi culito chupe con más ahínco la verga del dealer disfrutando de su salado sabor.
-Vamos pa la pieza, llevate a nuestra putita pa allá y yo me encargo de llevar el resto. Pendejo culiao, encargate de satisfacer al Claudio, da lo mejor de ti, entendido?
Solté por primera vez en veinte minutos la verga del dealer y con la boca llena de babas respondí: sí tío, lo voy hacer.
Claudio no dijo nada pero me tomo y me puso sobre sus hombros para llevarme a la pieza principal. Allí me tiro a la cama y se abalanzó sobre mi cuerpo. Tenía unos pectorales gigantes y un abdomen marcado todo repleto de tatuajes. Comenzó a lamer mi pequeño blanco cuerpo de seis añitos.
-Que rico estai cabro chico, eri suavecito y sin pelitos, de hace rato que quería probar con un pendejo como tú. Abrete el hoyito, no aguanto las ganas de culiarte. Como estaba advertido no me quedo otra que hacer caso, levante mis pies hacia mis hombros y con mis manos abrí mi culito. Claudio comenzó a chuparme cuando llego mi tío con una bandeja con todas las drogas y el alcohol que había.
-Wena, así los quería encontrar, pero antes de que se lo metai tengo una idea. Mi tío cargo tres pipas y nos dio una a cada uno. Ya, a la cuenta de tres fumamos; uno, dos, tres. Yo ya sabía como fumar pasta base y la verdad me encantaba su efecto en mí. Fume mi carga rápido y deje la pipa a un lado sosteniendo el humo dentro de mis pulmones. Mi tío fue el siguiente en terminar de fumar.
-Ya weón, ahora métesela con todo a este cabro culiao, sin compasión.
-Pero weón es muy chico, le voy hacer cagar
-Te están diciendo que…
-Por favor tío Claudio métamela fuerte por favor. No pude aguantar las ganas y tuve que interrumpir a mi tío, la droga me ponía muy caliente y necesitado de pico. Claudio no discutió más y me ensartó su verga de una mientras volvía a prender su pipa, mientras mi tío comenzaba a follarme la boca. Ambos mayores me daban fuerte por ambos extremos, yo alcanzaba a chillar de placer. En un momento de calentura veo como ambos machos comienzan a besarse y eso provocó más placer dentro de mí. Después de unos 20 minutos mi tío dice.
-Quiero hacer algo weón, Claudio acuestate en la cama y tu pendejito montalo mirandole la cara. Hicimos caso y mi tío me paso una pipa llena de pasta base. Fumate todo eso de una y pasame la pipa cuando terminí. Fume y sentí mi cuerpo derretirse ensartado en la verga de Claudio, cuando se acabó la carga le pasé la pipa a mi tío y este se puso detrás, empujo mi cuerpecito hacia el dealer y fue introduciendo su verga dentro de mi hoyito al mismo tiempo que tenía el pico del dealer. Comencé a llorar y a pedirle a mi tío que se detuviera pues me sentía partido en dos. Pero él no se detuvo.
-Me encanta cuando llorai weón, hace rato no lo haciai -dijo mientras me tiraba el pelo-, ufff Claudio dime sino se siente la raja.
-Oh culiao sí, tiene el hoyito todo apretaito y con tu tula adentro se siente mucho mejor, ya me voy a ir cortao eso sí hermano.
-Dale no más, yo también, vámonos juntos. Ambos aumentaron la velocidad hasta que dos minutos después me llenaron el culito de leche. Al mismo tiempo me sacaron sus vergas y sin dejarme descansar mi tío me tomo del pelo para dejarme de rodillas en el piso.
-Pa terminar hay que marcar a la perrita wn, le dijo a Claudio apuntando su verga semierecta a mi boca para comenzar a mearme. Yo ya estaba acostumbrado y sabía que debía tragar sin dejar caer una gota al piso. Claudio nos veía desconcertado, pero también se acerco y comenzó a mear mi cuerpo. Cuando ambos terminaron de mearme, tomaron las cosas en silencio y se fueron de la habitación. Cuando se iban alcancé a escuchar una inquietante conversación:
-Oh hermano, que rico estuvi weón, tu sobrino está exquisito y hace de todo. Teni la media mina de oro contigo, si querí yo te ayudo a moverlo, tengo varios amigos a los que les gustaría estar con él.
weon menos mal continuaste el relato, me encantaron los 2 primeros que publicaste, por favor sigue!
chucha, me meto todos los dias para ver si publicaste la continuacion y siempre termino leyendo de nuevo y termino yendome en cortada
ya terminé de escribir la cuarta parte, espero la disfrutes tmb (;
Excelente!!! Wn me pajeo siempre cuando leo tus relatos, se me para el pico de una
buenisimaa, esto es cl si o si jjaja, quién está interesado en compartir estos gustos? mi telegram: moondark000